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⛓️Chapter forty six!

Capítulo dedicado a @BellaMinPark11 (ya estoy harta que Wattpad no me permita etiquetar 👺)

El barullo que todos los miembros del consejo habían creado desapareció de golpe cuando el líder ingresó al salón de conferencias.

La presencia de Park Jimin, llena de dominio y fuerza fue merecedora de silencio absoluto. El omega caminó con seguridad y la frente en alto dejando salir todo el orgullo que lo componía, no tardando en recibir reverencias de todos los que formaban parte del consejo de la manada.

El líder estaba ahí, dándoles la cara a cada uno de ellos y estaba solo. No necesitaba refugiarse en nadie más que en él mismo, y estaba listo para pelear contra todo aquel que decidiera ir en su contra o cuestionar sus decisiones.

Jimin caminó hasta tomar el lugar de su padre. Se sentó en la silla que estaba ubicada en el centro del salón y en el punto más alto, rodeado por todos los demás hombres y mujeres que eran importantes a la hora de tomar decisiones o crear y erradicar leyes.

El omega Park guardó silencio durante un tiempo, sonrió muy tenue y finalmente habló:

—Los escucho —dijo, para luego ponerse cómodo en su lugar.

Ese tipo de comportamiento despreocupado ofendió a más de uno, y no tardaron en dejar fluir cada reclamo y queja que tenían picándoles en las gargantas resecas.

—¡Usted! —rugió un anciano. Jimin lo reconoció bajo el nombre de SeoJang—. Usted cometió un atropello, ¡se ha burlado de las leyes de su difunto padre y ahora nosotros tenemos que arreglar esto!

—¿Conoce usted las leyes, anciano SeoJang? —cuestionó Jimin, manteniéndose en control.

—¡Por supuesto que sí! —bramó. El pobre hombre parecía un búfalo embravecido—. Estuve presente cuando muchas de ellas fueron hechas, y no tiene el derecho...

—Silencio —habló Jimin, siendo obedecido de inmediato—. Si conociera las leyes no tuviera la molestia de explicarle esto, pero lo haré para que no volvamos a tener encuentros desagradables —dijo el líder, y su atención estaba repartida en cada uno de los miembros del consejo—. Las leyes son hechas y desechas por los líderes. Los miembros del consejo tienen el privilegio de opinar, pero nada más, por ende, yo siempre tendré la última palabra —pausó, sólo para deleitarse con la impotencia y furia ajena—. Mi padre les otorgó más derechos de los que por ley tienen, yo no cometeré ese error. A mí no me importa la aceptación de ustedes, si me volví líder es porque nací para serlo, en cambio ustedes, siguen formando parte del consejo porque yo así lo quiero.

El silencio tenso fue roto por un sutil carraspeo que llevó la atención del omega a ese lugar. Jimin se encontró con la mirada serena de Ara, una de las miembros que mostró fidelidad a su padre, aunque tal acción no significaba de valor para el actual líder.

—Nosotros no podemos contradecir una orden directa del líder, menos aún un decreto oficial —inició la mujer—. Sin embargo, el líder Park debe estar listo para enfrentar las consecuencias que vendrán con la decisión tan radical que tomó.

—¡El pueblo se rebelará contra nosotros! —exclamó otro miembro del consejo—. Los alfas eran vendidos en sumas grandes que aportaban para la economía de nuestras tierras, ¡muchos negocios se perderán por lo que el líder está haciendo!

—El pueblo puede sobrevivir sin la venta de alfas —aseguró Jimin, con la misma calma que tenía a todos los demás al borde del colapso—. ¿Qué estupideces dice? La mayor parte de los negocios que involucraban a los alfas eran ilegales, así que no había forma para que el pueblo en general saliera beneficiado de ello —sonrió ladino—. Si va a buscar una excusa para debatir mi ley, será mejor que se esfuerce más, pues sé lo suficiente de mis tierras como para tener la capacidad de decidir todo lo que considero es mejor para mi pueblo.

Murmullos enloquecidos se mezclaron en el gran salón. Jimin les dio su tiempo para que entendieran todo lo que había dicho, y para que también cada uno de ellos conociera poco a poco su carácter y su modo de liderar.

—¿Por qué decidió matar a todos los alfas? —preguntó uno de los miembros más jóvenes—. ¿No era mejor liberarlos?

Jimin miró al omega, reconociéndolo de inmediato. Era Suyin, el encargado del control de los juguetes del consejo y su mayor sospechoso hasta el momento.

—Mi padre lo hubiera hecho, los liberaría en lugar de ejecutarlos —comentó, notando como el otro omega asentía enérgicamente—. Yo no soy él. No cometeré errores que nos cuesten una guerra peor de la que se avecina, aunque me vean como un monstruo.

—¡Son alfas tontos, nada más que eso! —debatió SeoJang—. ¿Qué amenaza podrían darnos? Es inaceptable siquiera pensarlo.

—Por personas como usted es que estamos en amenaza de guerra —gruñó Jimin, provocando que el hombre saltara del susto.

—Hay más de mil alfas en la manada, será una masacre cruel —murmuró Lirian. Una mujer callada y que ciertamente no le gustaba tomar un bando al momento de decidir.

—¿No es más cruel lo que hicimos durante años? —inquirió Jimin—. Cazamos y vendimos alfas, los esclavizamos, los humillamos, ¿todo por qué? Porque ellos tienen instinto de sumisión ante la presencia de un omega —chasqueó la lengua—. No soy hipócrita como la mayoría de ustedes. Fue por ello que decidí publicar mi decreto sin la ayuda del consejo, no necesito que ningún cobarde me culpe después de su desdicha, así que, si no tienen el coraje suficiente de hacer lo correcto por su manada, háganse a un lado y no me estorben.

Recibió silencio, un silencio sumiso que le dio a entender que sus decisiones no serían cuestionadas por ninguno de ellos, y para Jimin era lo mejor que podía suceder, debido que, apenas estaba iniciando a moldear las leyes.

—Las fronteras están cerradas. Nadie entra y nadie sale —volvió a hablar—. No traten de esconder a sus juguetes, no quieran jugar conmigo —siseó amenazante, logrando amedrentar a todos ellos—. La mayoría me conoce desde que era un crío, así que saben que no me gusta perder el tiempo y siempre me voy directo al problema.

—Es tan fácil para usted —habló SeoJang—. Después de todo, su antiguo juguete es ahora un poderoso general, por ello lo libró de la ley.

—Está exento al igual que su ejército, porque eso son ambos. Uno mi general y lo otro mi ejército —respondió el líder—. Los alfas legendarios vinieron desde muy lejos, juraron lealtad y confío en Min Yoongi —declaró—. Así que, no serán afectados por la ley, ni por ninguna otra, esto mientras continúen demostrando lealtad a estas tierras.

—¿Y si ya no lo hicieran? —preguntó Suyin de pronto—. ¿Qué pasaría de dejaran de ser leales?

Jimin lo miró con intensidad antes de responder:

—Estamos reunidos para hablar acerca del decreto, no de lo que podría ocurrir con uno de mis ejércitos —le recordó—. ¿Hay algo en especial que quieras decirme? Me parece extraño tanto cuestionamiento.

Suyin abrió los ojos como un reflejo involuntario del temor y nerviosismo evidentes.

—No, no, mi señor —negó con rapidez.

—Bien, ¿hay alguien más que tenga algo para decir? —preguntó sin rodeos.

Los ojos oscuros del líder se paseaban de un lado a otro, evaluaban cada rostro conocido, indagaban aún más allá, desvistiendo el alma de cada uno para conocer sus culpas y remordimientos.

Todos ellos se sentían intimidados por la presencia del líder omega. Quedó bastante claro cuando bajaron la mirada y aceptaron en silencio la voluntad del último del linaje Park.

Fue sólo entonces que Jimin se puso de pie, caminó hacia la salida y ninguno de los presentes tuvo la intención de detenerlo.

La última palabra era siempre la del líder, y el omega Park se encargó de recordárselos.

Jackson no sabía cómo reaccionar o qué decir.

Se limitó a escuchar cada una de las indicaciones que le dio su esposo, así como también los puntos a tratar una vez Jungkook y NamJoon iniciaran con el entrenamiento adecuado.

—Mis órdenes fueron claras —informó el beta—. La llegada de los alfas a mi territorio se daría de forma anónima, así que tendrás un reporte real en unos días cuando viaje a las montañas.

—¿Cuánto tiempo estarás en el clan montañoso? —preguntó el omega, mientras caminaba al lado de Jackson.

—Un par de semanas como máximo —dijo—. Es necesario que esté presente cuando se envíe el primer cargamento de armas. Mis hombres no saben que se cambió la dirección, y debo revisar algunas coordenadas para el transporte aéreo.

—Hazlo, también necesitaré un estudio de perímetro —solicitó Jimin—. Tus tierras son más libres que las mías. Sinceramente me preocupa el estado de los lobos legendarios estando en un mismo lugar.

—Cuenta con ello —accedió—. Pero, habla con Yoongi para que acepte.

El omega hizo un sonido afirmativo y luego ambos continuaron caminando en silencio. Les gustaba hacerlo, para ellos resultaba agradable dar esas caminatas por los alrededores del palacio del poder, respirar aire fresco y entablar conversaciones de temas importantes y otros no tanto.

Jimin confió en Jackson desde el momento que le confesó de su embarazo. Jackson confió en Jimin desde que le entregó el poder completo de su propio dominio.

—Félix me está esperando para una evaluación médica —murmuró el omega de repente—. Dice que es necesario para saber cómo está resultando mi embarazo.

—¿Por qué no has ido? —cuestionó el beta.

—Le dije que iría mañana —respondió—. Según él, ya me queda poco tiempo y no podré seguirlo ocultando.

Jackson se detuvo a mitad del camino, miró al omega a los ojos y sonrió pequeño, al mismo tiempo que le tomaba ambas manos.

—Diles a todos que ese bebé es mío —dijo él, Jimin hizo una mueca—. Es la única forma. Con el decreto que hiciste las cosas están tensas y todos tus enemigos buscarán enloquecidos la manera de afectarte —suspiró cansino—. No es lo más correcto, pero en este momento lo que importa es que tú estés a salvo y el bebé también.

—No estaré a salvo de Kaisa —comentó el líder con una sonrisa ladina.

—No lo necesitas. No ahora que Yoongi regresó —aseguró Jackson, provocando que su esposo rodara los ojos y continuara caminando por las orillas del bosque.

Sin embargo, Jimin se detuvo tres pasos adelante, giró levemente y se encontró con la mirada del mayor. Por un instante se mordió el labio inferior, viéndose inseguro por ese corto tiempo.

—Yoongi —pronunció bajo.

—¿Qué ocurre con él? —interrogó Jackson.

—No sé cómo vaya a reaccionar con la noticia de mi embarazo.

—Uh, supongo que depende —musitó el beta con un encogimiento de hombros.

—Explícate —exigió el líder, mientras alzaba una ceja y se cruzaba de brazos.

—Es sencillo. Si le dices la verdad estará feliz y muy protector contigo, deberías ver como son los alfas cuando se enteran que van a ser padres, es una ternura —suspiró, carraspeando luego cuando notó la mueca burlona de su esposo—. Por otro lado, si decides ser malditamente egoísta y cruel haciéndole creer que el bebé es mío... lo vas a destrozar.

—¿Egoísta? ¿Cruel?

—Sí, Jimin —respondió con más seriedad—. Tú podrás ser el líder y todo lo que quieras, pero Min es el padre de ese bebé que viene en camino y tiene los mismos derechos que tú —hizo una pausa—. Yoongi también tiene derecho de amar y cuidar a su hijo.

Las palabras dieron vueltas en la mente de Jimin por más tiempo del que tenía contemplado. De repente sus defensas bajaron un poco, haciéndole ver que la mayoría eran sus errores, llevándole a aceptar que Jackson tenía razón.

Pese a todo, existían dudas y temores que se formaron desde que supo que sería padre.

—¿Crees que si le digo la verdad, él aceptará que te use a ti frente a los demás como el padre del cachorro? —cuestionó—. Yo creo que no, y si tengo razón estaría condenando la vida de mi hijo, la de él y de paso la mía.

—Es un riesgo que tienes que tomar —dijo el beta—. Es un hombre inteligente y por supuesto debe saber el peligro que se creó alrededor de ti con tu estado —continuó—. No lo conozco como tú, Jimin, pero si de algo estoy seguro es que el amor y la devoción que ese alfa siente por ti es mucho más grande que su orgullo.

—Entonces piensas que accederá a nuestro plan —concluyó el omega.

—Debes decirle todo. No, lo que ustedes tienen que hacer es hablar de una buena vez —casi gruñó—. Eres demasiado terco, Jimin. No aceptas lo que sientes y no te das cuenta que te estás lastimando con eso y de paso al hombre que de verdad quieres.

—Él me...

—No te traicionó —cortó Jackson—. No lo hizo. Tuvo muchas oportunidades de hacerte daño y jamás lo consideró. Hablen, por favor, ya no soporto que ese alfa quiera matarme.

—¿Así que es por eso? —inquirió risueño.

—¡Pues claro! ¿Ya viste lo grandote que está? ¡Un día de estos me matará y será por tu culpa!

El omega soltó una verdadera carcajada, lanzó una mirada pícara en dirección al beta, llenándolo de tensión y aumentando su propia diversión.

—Seguramente cree que follamos todas las noches —dijo entretenido.

—No es gracioso —dijo Jackson—. Ya quisiera verte a ti si pensaras que él anda follando con alguien más.

La sonrisa de Jimin desapareció de inmediato para darle paso a un profundo ceño fruncido.

—No me causó gracia tu comentario —gruñó el omega.

—A él tampoco le ha de causar gracia nuestro teatro —aseguró el beta—. Por eso te vuelvo a pedir que hables con la verdad, afloja un poco, Jimin. Dale un respiro a tu corazón que está en constante guerra.

El omega Park se quedó en silencio; sin embargo, a juzgar por la expresión serena en su rostro, Jackson sabía que al menos había logrado que lo considerara, así que, era un gran avance a tomar en cuenta.

—Debo prepararme para el viaje —comentó el mayor de ambos—. Piensa con calma todo lo que te dije.

—Está bien, me avisas cuando llegues.

El beta asintió, se acercó lo suficiente al omega y le dio un beso en la frente para luego irse en dirección al palacio del poder.





































¿Que Jimin hable con Yoongi o no? 👀

Espero que el capítulo les haya gustado. Muchas gracias por leer, votar y comentar.

Perdón por cualquier falta ortográfica.

⛓️Yoon~

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