CRISTIÁN

Estoy dentro de mi habitación, sentado a los pies de la cama, observando un punto imaginario en la puerta, cuando Mía se fue sentí un fuerte dolor en el pecho, ardía y se que se trataba de la marca, aunque había un dolor más grande y sabía que estaba fuera de los límites de la conexión, la amo, ¡Maldita sea! Yo la amo y la cague, otra vez, incluso cuando creí que estaba haciendo las cosas bien volví a arruinarlo, ella tiene razón, cuando algo comienza mal termina mal y nunca hubiese podido amarme si la hubiera seguido manteniendo aquí a la fuerza— Suspiro y me acuesto boca arriba— Mi espalda toca el colchón, parece una caricia para la tensión de mis músculos, suspiro, todo aquí tiene su olor, eso me terminara volviendo loco, me levanto y me pongo de pie, salgo de la habitación y me dirijo a mi estudio de arte, abro la puerta, enciendo la luz y entró cerrando detrás de mi, siento que las imágenes de estos cuadros pudieran hablarme, los destapó uno por uno, sus voces, son como fantasmas que comienzan a atormentarme hasta que llegó a los cuadros más recientes de Mía, aquellas voces desaparecen al instante y me invade la paz, pintarla me traía paz, verla, sentirla, poder amarla, resoplo y me acercó al escritorio en un rincón del cuarto, abro uno de sus cajones y saco mi libro, sus páginas las he rellenado con los años, bueno, hace mucho que no lo tomaba, sus desgastadas tapas están llenas de polvo, soplo y lo limpio con mi mano, tomó la tinta y mi vieja pluma, abro el libro y repaso las páginas, cuando era joven tenía un alma artística por así decirlo, siempre me gusto la pintura, los poemas, era un cerebrito, cuando la vida comenzo a joderme lo olvide por completo, sonrió, es irónico, la primera vez que volví a esta habitación fue para pintar a Mía y hoy vuelvo por ella, para escribir sobre ella y todo lo que me hacia sentir, suspiro y llegó a una página en blanco, tomó la pluma, le agregó un poco de tinta y comienzo a escribir:

Caótica

Ella es caótica e impredecible...

Nunca sabes si te va a amar o te odiara, si va a huir o te pedirá que no te vayas nunca...

Y es por eso por lo que hay que amarla: Porque en sus idas y venidas puede ofrecertelo todo o dejarte sin nada...

Tiene una tristeza que duele, sin embargo no he visto a nadie, jamás, reírse tan fuerte de la vida...

Por eso la ame, porque era lo más parecido a la felicidad que había encontrado...

Enero 15, año 1950.

Dejó la pluma a un lado y limpio las lágrimas que están a punto de salirse de mis ojos, no soy un hombre que expresa lo que siente, muy pocas veces he llorado en mi vida, hace años que no lo hacía y cuando apareció ella en mi camino me he vuelto tan débil que es lo único que hago.

— ¡Cristián!— La voz de James me saca de mis pensamientos, abro el cajón, guardo la tinta y la pluma y meto el libro con la página abierta, tiene que secarse o se arruinará— ¡Cristián!— Grita y cierro el cajón.

— ¡Estoy aquí!— Le respondo desde la habitación, me pongo de pie y me acercó a la puerta.

— ¡Cristián!— Vuelve a gritar y abro la puerta, su imagen aparece delante de mis ojos, esta alterado— Tienes que venir conmigo ahora, a pasado algo horrible.

— ¿Que? ¿Que paso? ¿Se trata de Mía?— Dije nervioso pero no creo que sea así, lo hubiese sentido, aún así me preocupó.

— No, es Ares— Informa y eso me alivia un poco— Lo mataron en su casa, Ares murió— Revela y siento un balde de agua fría caer sobre mi cabeza.

— ¿Que?— Digo sin poder creerlo— Es imposible— Niego con la cabeza— ¿Quien lo hizo?

— Dicen que fue Ana— Su tono de voz es neutro pero yo me sorprendo— Y los vampiros están furiosos Cristián, si no vamos hacia allá, ellos vendrán aquí y posiblemente se desate otra guerra— Agrega y frunzo el ceño, no puedo permitir eso, mi gente ya no puede pasar por más guerras y muertes de vidas inocentes.

— Esta bien, vamos— Se hace a un lado y salgo del cuarto, cierro a mis espaldas con la llave y me giro hacia el— Tenemos que ir preparados, los vampiros se enojaron— Comenzamos a correr por los pasillos en rumbo hacia las escaleras.

MÍA

— ¿Te sientes mejor?— Jayden pregunta sentando frente a mi, el chocolate caliente desciende por mi garganta y descanso el tazón en mis manos.

— Sabes que el chocolate caliente siempre me calma— Trato de sonreír pero no lo consigo del todo— ¿Que pasó cuando Cristián te disparo?— Pregunto y se rasca la nuca nervioso, lo conozco tan bien, siempre que hace eso es porque esta a punto de mentir.

— No lo se— Se encoje de hombros— Cuando desperté estaba en una camilla dentro del hospital de la ciudad— Vacila un poco y toma un sorbo de su chocolate caliente.

— ¿Estas seguro? ¿No ahí nada más que me quieras decir?— Alzó una ceja y me sonríe de lado.

— No, nada más, ¿Que podría contar? El final es claro ¿No? Estoy vivo— Deja su tazón sobre la mesa y abre los brazos a sus costados, luego se ríe y baja los mismos, se que no me dirá nada, al menos no ahora y si lo presionó solo lograré que me siga mintiendo así que por esta vez lo dejaré pasar, por ello solo asiento con la cabeza en respuesta— Aunque tu historia debe ser más interesante— Agrega y tomó otro sorbo de mi chocolate— ¿Que ocurrió cuando Cristián te llevó? Me sorprende que hayas regresado así tan tranquila y con equipaje.

Después de vernos fuera de mi casa, Jayden me llevó a la suya, sus padres me recibieron con un sentido pésame y después nos dejaron a solas, son bastante amables, ahora nos encontrábamos en la cocina, sentados uno al lado del otro tomando chocolate caliente, yo no podía volver a mi casa así, tenía que hacer algo con lo que ese maniático que se hace llamar mi “amigo de las sombras" Dejó para mi, las cabezas de mis padres, su sangre manchando las paredes de nuestra casa, es horrible.

— Luche mucho contra el, créeme, llegue a sentirme fuera de lugar, pensé que estaba mal y llegue a un punto en el que me canse física y mentalmente, no tenía sentido para mi seguir peleando contra Cristián así que decidí conocerlo más y fuí aprendiendo muchas cosas sobre el, pasamos tanto en tan poco— Comencé a explicarle— Lo deje entrar en mi corazón Jayden, comenzamos a ser una pareja real con todo lo que conlleva eso hasta ahora— Le resumí y su expresión se torno inexplicable.

— ¿Que?— Parpadea perplejo y niega con la cabeza— ¿Tu le diste una oportunidad a esa bestia después de todo lo que nos a hecho? ¿Despues de todo lo que has visto y has pasado por su culpa? ¿Despues de todo el maltrato tu...— No termina y niega con la cabeza de nuevo— ¿En que diablos estabas pensando Mía? ¿Es que olvidaste quien es Cristián Donovan? ¿¡Lo olvidaste!?— Me grita, esta furioso, muy furioso, ahí decepción en su mirada y algo más que ahora no logró identificar.

— Cristián no es lo que parece ser Jayden, el a sufrido mucho en su vida, el...— Me interrumpe y se pone de pie.

— No seas ingenua por favor— Se ríe sin gracia— ¿No vez lo que hizo? El te manipuló, se aprovechó de tu inocencia y tu gran corazón, te uso y tan solo en un puto mes logró lo que quería— Arruga la nariz, su mirada esta llena de repulsión y eso duele— Meterse entre tus piernas— Agrega con asco y me pongo de pie.

— ¡No es así!— Le grito— Tu no lo conoces, no estuviste en la manada, no pudiste ver a la linda gente que ahí en ese lugar, tu no puedes juzgarme— Mis ojos se llenan de lágrimas, estoy muy sensible, demasiado.

— Claro que puedo, por supuesto que puedo juzgarte porque te conozco y se que esto que tengo frente a mi no es la Mía que decía que quería un mundo diferente para ella y su pueblo— Pasa las manos por su cabello frustrado— ¿Donde quedaron tus ideales? ¿La chica fuerte que siempre has sido? Te miro y no se quien eres, tu has cambiado por ese imbécil— Resopla— Soy tu mejor amigo, te conozco desde hace años y tengo todo el derecho de decirte la verdad aunque duela— Suspira y se acerca a mi— Mía ese tipo te utilizó, se aprovechó de ti y de tu ingenuidad, quebranto tus emociones y tu sentido racional para entrar en tu corazón, ¿No lo vez? Te dejó tan vulnerable que no pudiste encontrar otra salida a esa pesadilla que rendirte ante sus pies— Agrega y comienzo a llorar.

— Creo que fue un error venir aquí— Salgo de la cocina y voy al living donde están mis cosas.

— No tienes que irte, solo te he dicho la verdad y la verdad duele pero es sana— Réplica y lo ignoro.

— Jayden tu no conoces a Cristián— Tomó mi equipaje y lo encaró— ¿Que pasó con: “No juzgues a una persona sin conocerla"?— Alzó una ceja— No sabes absolutamente nada de ese lugar, crecimos con una idea equivocada, es cierto, ellos no hicieron las cosas bien, sobre todo Cristián pero...— Mi amigo me interrumpe.

— A pasado solo un mes y ya dices que lo conoces Mía— Sonríe con cansancio— La realidad es que estas ciega por los sentimientos que tienes hacia el y no quieres ver la realidad de las cosas, tu no lo conoces en verdad y el a ti tampoco— Vuelve a pasar sus manos por su cabello frustrado— Dime algo, ¿Quien te asegura que no fue el quien mando a los lobos que entraron aquí para asesinar a tus padres? Ya que por lo que me dijiste, el y su amigo lo sabían y te lo dijeron ahora, solo ahora— Se ríe sin gracia— ¿No crees que fue un método más para aislarte de todos y solo tenerlo a el como primera, y última opción?

— ¡Basta, cállate, ya no quiero escucharte!— Le grito y limpio mis lágrimas— Fue un error venir, yo veré como arreglo mis asuntos, gracias por la hospitalidad— Le doy la espalda y salgo de su casa, el me sigue.

— ¿¡Recuerdas cuando me disparo!?— Me pregunta estando ya en la calle y me detengo— ¿Recuerdas lo último que te dije?— Agrega y me giro lentamente hacia el.

— No— Admito, la verdad es que ahora no tenía cabeza para recordarlo, estaba muy mal.

— Era obvio, solo puedes recordarlo a el ¿No?— Se ríe con tristeza y sus ojos se llenan de lágrimas— Cuando recuerdes mis palabras, búscame, de aquí no me movere— Me asegura, se da la vuelta y entra a su casa.

Doy un suspiro largo, no quiero llorar otra vez, me giro y sigo mi camino, Jayden a sido un amigo sensacional, toda una vida juntos, es como el hermano que jamás tuve, sin embargo al crecer nuestra relación comenzo a cambiar, no lo pude detectar en aquel entonces pero sabía que algo raro le ocurría, algo que no lo dejaba acercarse a mi como solía hacerlo antes— Niego con la cabeza— No quiero perderlo, no ahora que he vuelto a verlo, ambos nos dijimos cosas muy fuertes y duele, sin embargo no puedo permitirle que me juzgue así, no es nadie para hacerlo, ser mi amigo no le da el derecho para decidir sobre mi vida, se supone que debería ser feliz si yo también lo soy ¿No? Aunque ahora siento de todo menos felicidad.
Resoplo y pronto llegó a mi casa, trato de no mirar hacia arriba, aunque me sorprendo al encontrar a alguien más aquí, un hombre alto y fornido, vestido con un traje negro impecable, al notar mi presencia se gira hacia mi dejandome apreciar lo jóven y guapo que es.

— Hola Mía, soy Vincent Coleman...

°°°

Hola:

😱😱😱 Mía se encontró con Vincent!!! ¿Que creen que hará ahora este psicópata cazador?
Espero que les guste el capítulo de hoy😉 nos leemos en el siguiente, un beso😘 los amo😍 bye✌

Pd: Mi mejor amiga esta leyendo mi historia y me acusó de ser una “pervertidora" De las mentes “inocentes" De mis lectoras menores de edad. ¡Quiere denunciarme a la policía! (En este caso sería mi mami) Pero la soborne con una dedicatoria en este capítulo, así que Thiare, si vez esto, aquí está tu dedicatoria loca de pateó, te amo💞 porfi no me denuncies, no dejes a mis  lectoras sin su novela, tu no sabes lo que les gusta, yo si😏😏

RubiaApasionada❤