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|CAPÍTULO 21|

⚠⚠🚫¡¡¡ATENCION!!!⚠⚠🚫 Este capítulo incluye contenido sexual explícito 🔥🔥 si eres menor de edad🔞🔞 Lee bajo tu responsabilidad (se que leeras de todas formas) Así que sin nada más que decir, disfruten la lectura!!!
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MÍA





Hoy es sábado, los días han pasado increíblemente rápidos y debo admitir que la compañia de Cristián no es desagradable como me imaginé que pudiera ser, pasa mucho tiempo trabajando, sale muy temprano y regresa por la tarde, sin embargo se hace de tiempo para estar conmigo, es un gesto lindo, de todas formas tampoco me quedo atrás, salgo de esta casa y recorro la ciudad, tampoco me iba a quedar sola y aburrida esperándolo, en algunas ocasiones habló por teléfono con Gema, en estas pláticas me cuenta que todo a ido bastante bien entre ella y James, incluso me sorprendió al decirme que le está comenzando a gustar, también he hablado con Nana Sofía, ella nos extraña y a decir verdad yo también la extraño a ella, es una persona que se hace querer fácilmente.


— Mía— La voz de Cristián me saca de mis pensamientos y giro a verlo, esta vestido con un smoking negro, camisa blanca y sin corbata, se veía irremediablemente guapo— Ya me voy, tal vez llegue tarde así que cierra todo, yo me llevaré una copia de las llaves— Avisa y asiento con la cabeza en respuesta.


En todos estos días nunca le di una respuesta, creo que afirmo que rechace su propuesta.


— ¿No me esperaras?— Alzó una ceja, estaba en mi cuarto, hace poco me había duchado, estaba con una toalla y una bata de baño encima, más otra toalla envolviendo mi cabello.

— Pensé que no irías— Metió las manos a los bolsillos de su pantalón.

— Pensaste mal, ahora sal, voy a cambiarme— Le sonrió y asiente con la cabeza divertido para salir de mi habitación cerrando a sus espaldas.


Me apresuró en quitarme la bata y las toallas, me pongo la ropa interior y sobre esta el vestido que elegí— Lo compre hace dos días en una de mis excursiones por la ciudad— Finalizó con los tacones, ató mi cabello en un peinado alto, colocó rímel en mis pestañas y un brillo labial en mis labios, no soy mucho de maquillajes pero creo que así estoy bien, suspiro, llevo a penas diez segundos con tacones y ya siento que muero:

Salgo de la habitación, bajo las escaleras y me encuentro con Cristián en la sala, cuando me ve, analiza mi vestimenta y finaliza en mi rostro, su expresión ingenua me causa gracia.


— ¿Que?— Pregunto acercandome a el.

— ¿Quieres volverme loco? No irás así— Advierte y ruedo los ojos.

— Deja al macho controlador y celoso atrás ¿Si? No arruines nuestra cita— Enfatizó en la palabra “Cita" Y paso por su lado, me sigue y salimos de la casa.


Cristián cierra y nos dirigimos a su auto, nos subimos y se pone en marcha hacia la ciudad.


— Las reuniones sociales son muy aburridas, elegiste una cita bastante peculiar— Admito mirando por la ventanilla de mi lado las calles de los Ángeles.

— Tranquila, siempre tendré una sorpresa para ti, conmigo jamás te aburriras Mía— Promete y oculto una sonrisa.


No quiero pensar en lo que estoy haciendo, no me interesa si es correcto o no, si soy una estúpida por aceptarlo o no, mucho menos lo que piense el resto de mi, lo único que me importa ahora es conocer más a Cristián, me a demostrado ser muy diferente a la bestia que conocí hace ya casi un mes y me agrada, deseo dejarme llevar por lo que estoy sintiendo, lo que pase después no me interesa, estoy dispuesta a pagar las consecuencias...


***



Al poco tiempo después llegamos al hotel, bajamos del auto y entramos, todo era tan lujoso, habían muchas personas sofisticadas, algunas saludaban a Cristián y este me presentaba formalmente como su esposa, algo que ahora no me molestaba tanto, pronto nos encontramos en el salon principal, estuve media hora comiendo y bebiendo jugó de piña porque la verdad no quería pasar por un espectáculo mientras Cristián hablaba con sus amigos, no me interesaba ser parte de aquella plática, es aburrida, aunque a veces me hablaban o me hacían preguntas que respondía de manera monosílaba tratando de ser lo más amable posible, luego comenzo a sonar la música, varios lentos que eran relajantes para el oído de cualquier persona, la voz del gran Elvis era una maravilla, todas las personas aquí reunidas se acercaron al centro de la pista para bailar, aún así yo me quedé cerca de la barra de alimentos para seguir comiendo, me estaba aburriendo mucho.

— Bailemos— Miro a Cristián que esta frente a mi ofreciendome su mano.

— Lo siento, no se me da bien— Me encojo de hombros— Prueba estos bocadillos, están exquisitos— Agregó y se ríe.

— No has parado de comer desde que llegamos aquí— Me dice y no le tomó importancia— En fin, vamos a ir a bailar quieras o no— Me quita el canapé de la mano y lo deja sobre la barra.

— ¡Oye! Estaba comiendo eso...— Lo miro mal y toma una de mis manos para jalarme hacia la pista— ¡Dios! Cristián, te dije que no se me da bien bailar— Agregó ya estando entre medio de toda la gente.

— A mi tampoco pero no me importa— Posa sus manos en mi cintura y yo pongo las mías alrededor de su cuello— Eres la mujer más hermosa de la fiesta y he tenido que controlarme bastante para no ir a romperle la cara a los idiotas que te quedan mirando como bobos hichizados, dame la oportunidad de que me vean bailando contigo— Agrega y me río.

— Cristián eso es absurdo, nadie me esta...— Guardo silencio cuando noto a mi alrededor las miradas a las que se refería— Bueno, eso a mi no me importa— Agregó enseguida y se ríe— Además, tu te has encargado de decirle a todos que soy tu esposa. ¿Que te preocupa?

— Que eso es cierto solo en papeles— Dice y nos miramos fijamente— Que te tengo atada a mi por un simple documento pero en realidad no somos nada, eso me preocupa— Admite y desvío la mirada, justo en ese preciso momento comienza a sonar una de las canciones de Elvis que más me gustan.

— Oh, me encanta esta canción, es mi favorita— Digo entusiasmada y lo miro— Bailemos— Ahora yo soy la que propone y comienzo a moverme al ritmo de la música junto a el quien solo me sonríe en respuesta.

Después de aquel baile todo fue maravilloso, bailamos otro par de canciones más, hablamos mucho, nos escapamos al balcón entre risas y observamos el paisaje de la ciudad por la noche, hasta que luego decidimos irnos antes de que todo terminara, realmente me sorprendió, ahora estábamos de vuelta en la casa de la playa, me saque los tacones y el los zapatos más la chaqueta, todo lo dejamos adentro y decidimos ir a pasear a la orilla del mar descalzos.

— ¿Como fue ser la hija del gobernador de Bremen?— Pregunta y lo miro de reojo.

— ¿Te refieres a que nací siendo una mujer y no un hombre?— Alzó una ceja y asiente con la cabeza.

— No me mal intérpretes, no quise sonar machista, en estos tiempos...— Lo interrumpi.

— Lo se, entiendo y si, fue algo difícil— Suspiro— Cuando era pequeña mi padre me trataba como una princesa y a medida de que fuí creciendo me convertí en un simple títere para el, según su autoridad debía cumplir la tradición y si sobrevivía, gobernar el pueblo cuando muriera junto a mi esposo, así uniría Gregor Bremen con los licántropos y al fin habría paz— Niego con la cabeza— Siempre lo ví como un sacrificio, mejor dicho, como si yo hubiese sido el perfecto sacrificio para realizar aquella obra, lo que el nunca se preguntó es si yo deseaba hacerlo, si tenía más sueños aparte de ser una esposa, creo que jamás le interese de verdad— Recordé con tristeza mi niñez, todo era tan jodido.

— Los padres cometen errores Mía y te puedo asegurar que el tuyo los hizo pero te ama— Suspira— Te lo digo yo que puedo reconocer cuando un padre no quiere a su hijo porque lo vivi en carne propia y a su vez por mi pequeña hija, no alcance a disfrutarla como hubiese querido pero te lo juro, como la amo, se que también hubiese cometido ciertos errores, nadie es perfecto.

— ¿Tu has perdonado a tu padre por lo que te hizo?— Alce una ceja y resopla.

— Son marcas que jamás se pueden borrar pero si se pueden superar— Me mira— Y en el día de hoy puedo decirte con toda honestidad de que si, pude perdonarlo— Me sonríe con nostalgia y analizó sus palabras.

Lo que el me hizo son marcas que no se pueden borrar pero si superar, es algo sano tanto para mi como para el, eso no significa un perdón inmediato, pero si el comienzo de una nueva historia.

— Cristián quiero darte una oportunidad para conocerte mejor— Digo de golpe y me mira sorprendido, se que no se esperaba eso— Eso no significa que te haya perdonado, aún falta tiempo para eso, solo aceptó tu compañia, aceptó comenzar una nueva historia contigo— Nos detuvimos y quedamos frente a frente.

— Tu me haces sentir vivo Mía— Acaricia mi mejilla— Gracias— Sonríe.

»¡Dejate llevar!« Grita mi corazón, ignorando lo que dice mi cabeza que es todo lo contrario y esta vez, me guíare por la primera opción.

— Besame grandulon— Río y llevó mis manos a su rostro para tocar sus mejillas— Hazlo antes de que me arrepienta— Agregó y se ríe para posteriormente besarme.

Ese fuego que recorre mi piel cada vez que el me toca vuelve con más intensidad, jadeo y profundizamos el beso uniendo nuestras lenguas, sus manos recorren mi figura, doy un respingo cuando apretan mis nalgas y me carga en sus brazos con facilidad, envuelvo mis piernas alrededor de su cintura, se gira conmigo y se dirige a la casa, nos separamos y seguimos dándonos pequeños besos, subimos las escaleras y llegamos a su cuarto, me baja delicadamente al suelo y nos miramos fijamente a los ojos, nuestras respiraciones son agitadas y mi corazón palpita con fuerza dentro de mi pecho.

— ¿Estas segura de esto?— Pregunta con un tono de voz algo ronco— No quiero que te arrepientas después.

Sonrió, retrocedo un poco y bajo los tirantes del vestido el cual cae hasta tocar el suelo, suspiro, me cuesta mirarlo a los ojos, solo me quedé en bragas frente a el, prácticamente estoy desnuda, me quito el elástico del cabello y lo dejó suelto, los nervios me atacan, quiero hacer esto, quiero que sea el, no se porque, solo se que necesito que Cristián sea el primero. Doy un largo respiro y lo miro, siento mis mejillas arder, sin embargo me tranquilizó al notar su expresión serena, sus ojos me analizan de arriba hacia abajo, sonríe con ternura y vuelve a verme a la cara, su mirada es dulce, pasiva, no ahí ningún tipo de lujuria perversa, solo transmite calidez y un sentimiento tan fuerte que va más haya del cariño.

— Creo que la respuesta es clara— Contestó al fin y se acerca a mi.

— Eres perfecta— Se inclina a mi— Totalmente perfecta— Me besa y lo correspondo.

Con delicadeza me lleva hacia la cama, me posiciona sobre el colchón y se queda de pie, se quita la camisa y vuelve a acercarse a mi, mis nervios están a flor de piel, toma uno de mis pies y lo besa en un gesto tierno, sube por mi pierna repitiendo el mismo proceso y me estremezco cuando llega a la cara interna de mi muslo, lame cerca de mi zona V y jadeo, besa sobre la tela de mis bragas y con sus manos las baja delicadamente hasta arrancarlas de mi cuerpo, las lanza por algún lado de la habitación y me siento pequeña, y vulnerable, instintivamente cierro mis piernas, me da vergüenza que el me vea, se que no soy fea pero siempre existe algo que nos acompleja, en algunos lugares tengo estrías, mis pechos no son muy grandes y son cosas que a comparación de otras mujeres carezco.

— Lo siento, que vergüenza— Admito sintiendo mis mejillas arder.

— No tienes porque avergonzarte de tu cuerpo— Acaricia las estrías de la cara interna de mi muslo izquierdo— Tus estrías, la naturalidad de tu figura es lo que te hace especial, solo hacen que seas más perfecta, eres bella Mía— Separa mis piernas con cuidado he inclina su rostro a mi femineidad.

Su lengua repasa el inicio de mi abertura haciéndome jadear, aprisiono las sabanas en mis manos mientras las hago puño, esta sensación es nueva, esta sensación es grandiosa— Juguetea con mi clítoris y el primer gemido escapa de mi garganta tan suave— Hago mi cabeza hacia atrás mientras se divierte en esa zona, mi cuerpo se tensa, mis piernas tiemblan, jadeo tras jadeo, gemido tras gemido, hasta que enormes fuegos artificiales estallan en mi vientre bajo con mi liberación.

— ¡Cristián!— Grito su nombre y se aparta para subir delicadamente por mi abdomen repartiendo húmedos, y cortos besos.

— Mi nombre jamás lo había disfrutado oir hasta que escapo de esta manera de tus labios— Admitió con una voz totalmente ronca.

Iba a decir algo cuando su boca atrapa mi pecho izquierdo, lamiendo y succionando mi pezón, haciendo lo mismo posteriormente con el derecho. ¡Dios! Me sentía en una nube, los gemidos y los jadeos se hicieron más fuertes, pronto llegó a mis labios y me beso con pasion

Lo mire fijamente a los ojos cuando nos separamos, mi respiración estaba agitada al igual que la suya y note como el color de sus ojos se expandió por el mismo dejándolos totalmente negros, aunque no me asustó, solo me causó curiosidad.

— Tus ojos...— Susurre y me sonrió de lado.

— Estoy caliente— Asumió y reímos.

Delicadamente lleve mis manos a su pecho, lo acaricie hacia abajo, se estremeció, se que le cuesta que lo toquen, se nota la lucha interna que tiene consigo mismo en sus ojos, delinee cada una de sus cicatrices, desee castigar a su padre y a los mal nacidos que lo lastimaron, llegue a su pantalón, desabroche el cinturón con las manos temblorosas, estaba siendo torpe así que me ayudó a desabrochar su pantalón, se lo quito junto con el boxer y me reveló su gran erección, trague en seco. ¿Eso es un tamaño normal? Ni idea, me daba nervios, pase saliva y me sonrió, acarició mi mejilla y me hizo mirarlo a los ojos.

— No tengas miedo, trataré de ser lo más delicado posible, lo juro— Bajo su mano hasta mi clavícula, delineó mi cuello y por un segundo sentí un poco de presión, así que se apartó asustado.

— ¿Que pasa?— Frunci el ceño.

— Lo siento yo...— Suspira y desvía la mirada— Yo no acostumbro a ser delicado a cuanto al sexo se refiere— Agrega algo avergonzado— Tengo gustos muy extraños Mía— Vuelve a mirarme.

— Me gustaría conocerlos más adelante— Tomó su rostro entre mis manos, nada que pueda venir del me asusta— Confío en ti Cristián— Le sonrió y lo beso.

Al principio estaba tenso pero luego se deja llevar, la temperatura aumenta, se separa de mis labios y siento como acomoda la cabeza de su miembro en mi entrada, trato de relajarme hasta que se hunde en mi interior, aprisiono las sabanas con más fuerza entre mis manos

Abro la boca pero no sale ningún sonido. ¡Demonios! Dolió y mucho, pronto toma mis manos entre las suyas y entrelaza nuestros dedos, besa mis mejillas humedas por las lágrimas que he derramado, suspiro y vuelvo a concentrarme en el, y en este momento.



— Relájate— Pide despacio, esconde su rostro en mi cuello y sale de mi interior con calma, muerdo mi labio inferior y entra otra vez de la misma forma— Te acostumbraras a mi tamaño— Agrega y continúa moviéndose delicadamente.

El dolor es grande pero soportable, Cristián lo hace llevadero, me besa en los labios, muerde con delicadeza el lóbulo de mi oreja y acaricia mi cuerpo, luego de unos minutos el dolor pasa a ser un simple ardor que desaparece con cada embestida que aumenta de ritmo, el placer nace una vez más y sin verlo venir muerde mi cuello

Me esta marcando, lo se y no lo detengo, yo quiero que sea así, gimo con más fuerza cuando termina, lame la zona herida y sus penetraciones se hacen más profundas, más rápidas y duras, el momento se va en un intercambio de gemidos y jadeos, el único sonido que se escucha en la habitación es el de nuestros cuerpos al unirse y la cama cuando choca con la pared por los bruscos movimientos de Cristián, no mido el tiempo ni la hora, pero pronto mi cuerpo se tensa y los fuegos artificiales estallan en mi vientre bajo cuando llegó al orgasmo, Cristián me acompaña unos minutos después viniendose dentro mi, no me preocupa, desde que llegó mi primera menstruación mamá me llevó al ginecólogo, se lo pedí como un método provisorio ante las decisiones de mi futuro que adopto mi padre y cuando estaba en la manada, Nana Sofía se encargó de ir por mis pastillas anticonceptivas, la única forma de protección existente para la mujer en estos tiempos.

— Cristián— Estaba cansada, mi respiración era irregular, acarició su rostro y le sonrió— Me gustas mucho— Admito abiertamente y en voz alta.

— Se que puede sonar a que es muy pronto pero Mía— Suspira— Yo me estoy enamorando de ti...

























































































































































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Hola:

¿Me extrañaron? Aquí les dejo un nuevo cap algo más erótico, nuestros bebés están formando un vínculo más haya de la conexión entre mates, espero que les guste y se diviertan con la lectura😉
Un beso😘 los amo😍 bye✌

RubiaApasionada❤

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