CAPÍTULO SEIS:
una conexión.

      Rayna observó desde el vehículo a la mujer que se suponía que era la del mensaje en el teléfono. Liam había reconocido la voz cuando escuchó nuevamente el mensaje de voz, ya sabiendo que era alguien que trabajaba en el Instituto de Beacon Hills.

      ─ ¿La profesora Finch? ¿Estás seguro?—, inquirió Scott.

      ─Era ella en el teléfono—, asintió Liam con tanta seguridad que Rayna no podía no creerle.

      ─Eso sigue sin probar que ella es el Anuk-ite ni que sea uno de nosotros—, señaló Scott mientras Rayna se acomodaba nuevamente la chaqueta que él le había prestado. Cuando ella se removió dentro de la prenda, ésta liberó la esencia de Scott, provocando que ambos lobos se giraran a ella.

      Liam miró un segundo a Blair, notando que se había preocupado cuando los dos se giraron repentinamente. El chico le sonrió suavemente antes mirar a Scott —. ¿Esa es tu chaqueta?

      Scott desvió la mirada de ambos y Rayna rodó los ojos hacia el chico —. Liam, ¿estás seguro que era esa mujer en el teléfono?

      ─Sí.

      ─Bueno, tenemos que acercarnos—, señaló Scott, observando a la mujer entrar a la escuela antes de volver a mirar a Rayna y Blair, quienes se encontraba en el asiento trasero —. Debemos intentar exponer su lado sobrenatural.

      ─ ¿Cómo vamos a hacer eso?

      ─Lo vas a hacer tú—, afirmó Scott.

      ─ ¿Qué pasa con los cazadores y con esa brigada de estudiantes nazis?

      Blair negó inmediatamente —. No voy a dejar que Liam entre solo.

      Scott miró a su amiga de la infancia con cierto brillo en los ojos antes de asentir —. Puedes acompañarlo.

      ─Entraremos nosotros también—, afirmó Rayna —. Aunque no dentro del salón. Si algo sucede, podremos intervenir.

      ─Se expondrán—, negó Liam.

      ─Tú acércate, descúbrelo y vete—, insistió Scott, no era necesario que Liam se rebanara los sesos preocupándose por ellos también.

      ─Pero odio biología—, bufó Liam.

      Rayna rió —. Yo también odio esa materia.

      ─De vuelta al infierno—, comentó Blair al bajar del vehículo.

      Rayna frunció la nariz cuando Liam encendió el emisor ultrasónico de los cazadores. Scott lo notó y acercó sus manos a sus brazos, acariciando sus antebrazos a través de la tela de la chaqueta. Ella se calmó considerablemente bajo su tacto antes que el sonido culminara.

      ─ ¿Algo?—, preguntó Scott en un susurro. Sus ojos aún sobre los de Rayna aunque le hablaba a Liam.

      ─No. Ninguna reacción en absoluto—, se escuchó la voz de Liam.

      Rayna bufó antes de que posara su mirada sobre la ventana, donde la sombra de un hombre con lo que parecía ser un arma se avecinaba a la puerta. Scott la tomó por la cintura y la colocó detrás de él —. ¿Liam? ¿Gabe ha enviado un mensaje?

      ─No lo sé.

      Scott se agachó al lado de las escaleras, obligando a Rayna a mantenerse detrás de él. La chica posó su mirada sobre la puerta que temblaba antes de ser abierta. Scott se avecinó sobre la puerta, pero se detuvo de inmediato cuando un cartero le miró sorprendido.

      Rayna se levantó de su escondite y tomó por los hombros a Scott, fingiendo estar jugando con él mientras lo atraía con ella —. Estoy aquí, tonto—, rió antes de mirar al hombre —. Lo siento si se asustó. Mi novio y yo estábamos jugando a las escondidas y creyó que usted era yo.

      El hombre sonrió a la chica, ignorando por completo la existencia de Scott mientras Rayna lo abrazaba por el cuello —. No te preocupes, lo entiendo. Aunque, ¿no deberían estar estudiando? Están en la escuela, después de todo.

      ─ ¡Nuestro profesor faltó! Tenemos una hora libre, por suerte. Juro que mi cabeza estaba a punto de explotar entre tantas matemáticas.

      El hombre volvió a sonreír —. De acuerdo. Aprovechen la hora libre y que tengan un buen día.

      ─Muchas gracias—, saludó Rayna —. Ojalá usted tenga un fantástico día—, ella volvió a girarse a Scott, quién le miró con las cejas alzadas —. ¿Qué? Debes aprender a actuar y engañar si quieres sobrevivir en el mundo real, Scotty.

      ─Creí que eso estaba haciendo—, frunció el ceño el moreno.

      ─Sobrevives en el mundo sobrenatural por tus habilidades y tu manada. Sobrevives en el mundo humano por tu falta de apego a las personas y facilidad para mentir y manipular—, señaló Rayna, encogiéndose de hombros al agregar —. Suena cruel, pero así funciona cuando eres el mito que todos quieren cazar.

      Ambos se quedaron callados un momento. Rayna, ligeramente incómoda estando debajo de la atenta mirada de Scott McCall, aclaró su garganta y movió su cabeza en dirección al salón.

      El alfa pareció recordar en ese momento el motivo por su presencia en la escuela y ambos volvieron a su posición anterior —. Liam—, llamó Scott —. Es mejor que te des prisa. Creo que nos estamos quedando sin opciones.

      Cuando los tres lobos escucharon a la mujer jadear, ambos permanecieron atentos. Ellos ajustaron su audición sobre ella mientras se preparaban para entrar en acción si era necesario. Pero sus músculos se relajaron y sus mentes se frustraron cuando la mujer sólo estornudo.

      ─Es todo por hoy. Se terminó la clase. No tú, Liam. Quédate dónde estás.

      Scott y Rayna intercambiaron una mirada fuera del salón. Cuando los estudiantes comenzaron a salir del salón, Rayna se apoyó contra la pared y Scott se acercó a ella. Él colocó un brazo a cada lado de su cabeza mientras acercaba su rostro al de ella, con la intención de ocultar su identidad allí.

      La chica le sonrió cuando los ojos de él viajaron a sus labios y sus mejillas se tiñeron de un color rosado. Rayna se acercó a él, logrando observar hasta los pequeños cabellos que crecían sobre sus labios debido a la cercanía.

      ─ ¿Lo sientes, Scott? ¿Sientes la conexión entre tú y yo? Esa necesidad que tienes por protegerme, por salvarme. Esa conexión es debido a nuestra especie. Es un vínculo falso, Scott, debes aprender a romperlo si quieres salvarte en la batalla.

      La mirada de Scott se posó en sus ojos nuevamente, esos profundos ojos de un oscuro color café con forma de avellanas —. Siento una conexión, un vínculo, pero no es debido a nuestra especie—, negó el alfa y Rayna alzó las cejas —. Es real—, concluyó antes de unir sus labios.

      Rayna se congeló por un milísegundo antes de responder el afecto. Ella se encontraba estupefacta ante el sentimiento.

      Scott tenía razón. Ellos tenían un vínculo, pero no era el vínculo debido a su especie.

      Rayna había besado a otros lobos antes, todos demasiado embelesados por el vínculo compartido con ella y todos habían sido iguales: sin sentimientos. No tenían vida, no le transmitían ningún otro sentimiento que admiración. Pero con Scott era distinto.

      Con cada movimiento, ella podía sentir algo. Ella descubría nuevos sentimientos.

      Reconocía el entendimiento, la atracción, la compasión, la amabilidad y, lo más importante para ella, el temor. El temor de Scott a ser rechazado fue lo primero que sintió en cuanto sus labios se rozaron, pero una vez que ella le respondió el gesto, aquel sentimiento se evaporó y dio lugar a otros.

      Cuando ambos se separaron, se observaron a los ojos. Scott le miraba con una sonrisa atontada ─ besó a la chica por la que se sintió atraído a primera vista y ella no le rechazó. Una sonrisa se expandió en el rostro de ella mientras asentía.

      ─Tienes razón, Scotty. Nuestra conexión no tiene nada que ver con lo sobrenatural.