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EPILOGO

"Cuando el cielo se vuelva gris y sin luz, necesitaré a alguien que pueda guiarme durante la noche. Eso es todo lo que pido, no quiero nada más. Alguien que consuele mi corazón cuando esté lastimado. Cuando el mundo se sienta frío y cruel, recuerda que siempre estaré aquí para tí, alguien que te abrazará y nunca se irá. Esa es la promesa que siempre cumpliré."

—PROMISE (SKY & NANI)

La sala de reuniones de la casa de líderes se había llenado una vez más. Las sillas no eran suficientes ese día y el espacio que generalmente ocuparían tan solo los miembros del consejo y los principales mandos de la guardia, ahora se completaba con la manada. Todos tenían derecho a conocer las nuevas noticias.

—Bien —Seokjin respiró profundo, poniéndose de pie y tomando el control de la situación cuando los murmullos comenzaron a sonar demasiado alto—. Lo que hoy tengo que deciros es probable que suene un poco...

—Descabellado —añadió Sungjae desde su asiento–. Pero con toda certeza puedo afirmar que he comprobado una y otra vez las pruebas durante días antes de aventurarme a creer yo mismo lo que mis manos y ojos estaban observando y tocando.

Los lobos a su alrededor mantuvieron silencio, quizás demasiado curiosos o puede que temerosos en exceso. La guerra todavía se encontraba reciente en sus memorias y nadie quería enfrentarse de nuevo a la idea de que alguna cosa por mínima que fuese pudiera provocar otro conflicto. En el último mes, la gran parte de la manada, estaba moviéndose con pies de plomo a la hora de tomar decisiones o alzar la voz. Restablecer el territorio, las creencias y a la vez introducir nuevas pautas era...

—Calma —Joy instó a la misma calma que llevaba pidiendo todo ese tiempo, porque el cambio en definitiva había implicado estrés para todos y cada uno de ellos —. Un poco de calma y quizás podremos respirar pronto sin miedo.

—Prometo que las noticias podrían ser mucho mejores de lo que en un principio la mayoría creerá cuando comience a hablar.

Ni siquiera él, Kim Seokjin, quién había perdido nuevamente la posibilidad de traer a su cachorro al mundo, se había atrevido a quejarse formalmente cuando los líderes le dejaron ver que necesitaban explorar la naturaleza de las glicinas lo antes posible. Sabía que ahora su mente tenía que pensar en conjunto, por muy complicado que le resultase.

—Habla, sanador. Maldita sea, habla. —Lae Vianea jugueteaba con el borde de su camisa mientras lo miraba fijamente. Los ojos de odio habían sido sustituidos por ojeras nerviosas que dejaban ver las secuelas del cansancio.

Todos los presentes, sin excepciones, habían perdido algo por culpa de las guerras pero aún con todo decidieron quedarse en el territorio que quizás ahora una vez más la Diosa estaba comenzando a proteger.

—Bien. Siendo directo y conciso, diré que la flor que nos ha traído tantos dolores de cabeza... —suspiró—. Esa que conocemos como Pétalos de Zafiro, es posible que haya sufrido un cambio. No solo un cambio en cuanto a forma sino también en lo que respecta a su manera de adaptarse al entorno que la rodea.

Yunho sostuvo con fuerza el brazo del nuevo lobo que se inclinaba sobre su estomago en la primera fila de sillas, el humano que había sido policía, no hablaba desde el día de su nuevo nacimiento. Sin embargo, las palabras parecían llegarle a su compañero a través de la conexión mental que ahora comenzaba a controlar.

—Glicinas —la pronunciación dificultosa de Yunho irrumpió en la sala. Voz demasiado fuerte y palabras arrastradas—. No podemos estar aquí solo por una planta. ¿Qué es lo que tienen de especial?

Nadie respondió y sin embargo las miradas lo dijeron absolutamente todo. Los líderes y el principal grupo de rastreo intercambiaron cortos silencios que parecieron resultar eternos para la manada.

—Sanador... —Yunho apretó de nuevo el agarre alrededor del brazo de su pareja.

—Durante el intento de exploración del túnel que se derrumbó, o que más bien los cazadores tiraron abajo, el grupo de rastreo se topó en la entrada de una de las cuevas con una especie de glicina que no debería estar situada en medio de las heladas.

Una pausa. Seokjin esperaba ser interrumpido de nuevo pero la mirada de Joy sobre la manada parecía estar surgiendo algún tipo de efecto. Los lobos estaban escuchándolo ahora.

—Hasta ahí las cosas no suenan del todo mal, de todos modos la naturaleza es sorprendente y no sería la primera vez que una flor decide brillar en medio de la nevada más gruesa. Pero el caso es que estas glicinas eran especialmente llamativas. Todo en ellas hizo que los presentes las mirasen, o al menos aquellos con la suficiente capacidad sensorial como para entender lo que la Tierra implica —los ojos del sanador buscaron a su pareja y cuando este asintió, decidió seguir—. Es por ello que a lo largo del último mes he trabajado mano a mano con sanadores especializados en el poder de Tierra y no solo con ellos, también con guardianes como el señor Jung quién se ha atrevido a recorrer nuevamente lo poco que ahora nos queda de los túneles antes usados por nuestros ancestros. Y el resultado...

—Al grano, por favor. —finalmente la burbuja de paciencia parecía resquebrajarse.

Hoseok observó al lobo situado cerca de Vianea, al igual que la loba, el hombre parecía nervioso mientras jugaba con sus propias manos.

—El resultado ha sido bastante significativo — añadió el guardian altiorem con la mano fuertemente envuelta alrededor de los dedos largos de su pareja—. Cuando recorrí los túneles lo hice acompañado de la única persona que podría llevarme hasta los Pétalos de Záfiro —fue entonces cuando se levantó y tiró de Yoongi hasta situarse a un lado de Seokjin—. Como todos deberíais saber, las tribus solían proteger el interior de la montaña y con ella la magia que entraña todo aquello que hace un tiempo se encontraba bajo nuestros pies.

Seokjin apoyó una mano sobre el hombro de Hoseok.

—No había rastro de los Pétalos de Záfiro que se dibujan en los libros de nuestra biblioteca, no al menos allí dónde estuvieron durante generaciones —indicó el sanador—. Ni un solo brillo de Luna lograba hacer crecer la flor en el interior de las cavernas destrozadas. Hoseok y Yoongi durmieron con sus cachorros durante semanas en lo más profundo de ellas pero no alcanzaron a ver su nacimiento.

Los dos lobos mencionados asintieron.

—Yoongi y yo buscamos durante días, fuimos a cada uno de los sitios que su padre acostumbraba a proteger incluso cuando las flores no estaban presentes. Hicimos las rutas que por tradición hacía su gente... Pero nada. Nada de nada. —Hoseok miró al hombre a su lado y sonrió—. Nos aventuramos a hablar con druidas que nos negaron respuestas como último recurso, sus palabras solo fueron incógnitas como de costumbre.

La mención de los druidas hizo gruñir al lobo de las tribus y su agarre sobre la mano de Hoseok se afianzó con enorme intensidad.

—Así que cuando hace una semana y media la luz de luna se coló en mi casa y las glicinas ya secas sobre mi mesa de estudio, renacieron... —Seokjin ni siquiera necesitó acabar la frase por él mismo.

—Las glicinas renacieron y brillaron como solo se sabe que lo hacían los Pétalos de Záfiro que tanto han estado buscando los cazadores y brujas —Sungjae sonrió—. Tal parece que nuestra montaña habría jugado un papel importante en que nunca lograsen obtener las flores si ellos hubiesen ganado la última batalla.

—¿Intentas decir que los Pétalos de Zafiro han cambiado de ambiente para alejarse de manos perversas? —Yunho preguntó de nuevo.

—De hecho, no lo intento decir. Lo estoy diciendo.

(***)

Yoongi dejó que sus ojos recorrieran el cielo despejado sobre sus cabezas. Los cuatro se encontraban estirados sobre el prado cercano a la casa de Hoseok, una casa que con el paso de los días cada vez se sentía mucho más como suya también.

Familia. Esa había sido una palabra extraña para él en los meses transcurridos durante la totalidad de ese año. Sabía que todos aquellos a los que había amado estaban lejos, más allá de cualquier montaña que sus pies pudieran recorrer pero también era consciente de que el legado de su estirpe vivía en los dos cachorros que a diario parecían empezar a crecer más y más deprisa.

—Con cuidado —Hoseok hizo crujir su cuello mientras colocaba los codos contra la tierra y buscaba con las pupilas a esos dos niños escurridizos que lo rodeaban entre risas. Gateaban con tanta rapidez que a veces los dos se encontraban repentinamente buscándolos por toda la casa después de haberles quitado el ojo de encima por un solo minuto—. Un día alguno de los dos se acabará lastimando y rodará pradera abajo hasta toparse con el río.

El viento fresco del inicio de la primavera aliviaba la sensación que los primeros rayos de sol calurosos le provocaban a un lobo como él sobre las mejillas. Estaba lo suficientemente rojo como para que Hoseok hubiese comenzado a bromear con su aspecto comentando que parecía un elfo navideño de esos que su madre solía pintar y poner sobre la chimenea o alrededor del jardín del hostal años atrás.

—Cuando sea demasiado para tí, solo necesitas decirmelo.

Yoongi sonrió, clavando su mirada en los ojos de su pareja y notando como los cachorros volvían a jugar sobre la hierba después de recibir un sonoro gruñido.

—Puedo decirte lo mismo, mira esas mejillas tuyas.

La mano del guardián se coló entre los mechones de cabello blanco como la nieve. Meses atrás le habían parecido un poco más plateados pero ahora tenía la certeza de que eran, sin lugar a dudas, hebras completamente níveas.

—Los pequeños parecen disfrutar de las flores pero no sé del todo bien cuándo a su padre podría causarle una insolación el inicio de la primavera. No va a ser un mes fácil para tí, chico.

El lobo de viento apoyó su mano sobre el pecho de Hoseok, la camisa negra que este llevaba se encontraba descuidadamente abierta hasta la mitad de su torso. Los dos eran norteños, aunque por supuesto las temperaturas de la cima no tenían nada que ver con las del centro de la montaña.

—Tú no pareces mucho más acostumbrado que yo al sol, estoy seguro de que solo estás insistiendo para que te lleve a casa y podamos refrescarnos en el salón. Deberíamos darle gracias a la Diosa por el detalle de que el viento todavía es fresco, cuando el verano se lleve todos los resquicios de...

—Entonces empezaré a hacer turnos de noche y dormiré sobre el suelo por las mañanas. De todos modos no necesitas agradecer a la Diosa, agradeceme a mí. Sé lo poco que te gusta ella. —los dedos del guardián se habían cruzado mientras decía aquello.

Lo cierto es que Yoongi no tenía claro si Hoseok estaba bromeando. Su vocabulario estaba mejorando mucho y finalmente había vencido casi por completo al tartamudeo pero la ironía era...

—No va completamente en serio. Hay algunas fiestas del verano que me gusta disfrutar y todavía no os he llevado a recibir runas.

—Te estoy mirando por lo que has dicho sobre la Diosa Luna, no por... Espera.

Los ojos de Yoongi se abrieron en una expresión de sorpresa. El hijo del sanador había traído un cachorro al mundo junto a su pareja y por eso sabía que habría una ceremonia de runas en la que este recibiría la primera de muchas runas tradicionales. Después de la guerra eran pocos los niños que habían llegado a nacer pero la gente se empeñaba en mantener las tradiciones vivas.

Y él sabía que desgraciadamente los druidas estaban implicados en las ceremonias que completaban el proceso de recibir las primeras runas.

—No sé si quiero una runa —suspiró—. Sabes bien lo que opino de esos lobos que dicen trabajar únicamente para la Diosa. Por su culpa casi mueres.

Y también por culpa de ellos la madre de Hoseok se había ido, salvando a su hijo de una muerte segura pero aún con todo engañada hasta el final. Yoongi habría hecho lo mismo, sabía que ella no se arrepentía dónde sea que estuviese, sin embargo veía a diario las secuelas de esa pérdida en los ojos vacíos de los hermanos pequeños de su pareja. A veces Hoseok incluso dudaba en si debería tomar la decisión de comenzar a vivir en el hostal, solo lo detenía el hecho de que Yunho y el ya no tan humano de este, se hubiesen instalado en el ala superior.

—Lo sé bien pero las runas de nuestra manada van mucho más lejos de todo ello. Nos ayudan a establecernos y a equilibrar nuestro poder natural. Así que cuando llegue el equinoccio, si es tu deseo obtenerla... —Hoseok carraspeó—. Creo que podríamos añadir también una runa de pareja a la ceremonia y quizás...mmm... Formalizar esto.

Los ojos del lobo de las tribus buscaron en la mirada del guardián algún indicio de broma, pero allí no había nada de eso. Solo encontró sinceridad. En la mirada, en las palabras y en su vínculo. Hasta lo más profundo de la mente de ambos se encontraba libre de mentiras.

A Hoseok no le gustaba demostrar posesión o usar marcas de olor, ¿y aún con todo quería una runa de pareja que implicase que otros pudieran saber a simple vista que los dos estaban juntos formalmente? Eso quizás era lo más parecido al matrimonio que se usaba en aquella manada y ellos dos no llevaban demasiado tiempo juntos.

—Estás loco, Hoseok. Me quieres volver loco. Debes estar diciendo solo locuras, eso es exactamente lo que haces. ¿Cuánto ha pasado desde que estamos juntos? Juntos de verdad...

Hoseok gruñó levemente, sosteniendo a Winter cuando el cachorro gateó sobre su brazo de nuevo.

—¿Y cuánto desde que nos conocemos?

—Pero...

—Sé que quieres esa runa, simplemente acéptala y seré feliz de verla en nuestras pieles brillando.

Yoongi guardó silencio por varios segundos, durante los cuales se limitó a mirar al hombre que había escogido. Bien era cierto que Jung Hoseok no era parecido del todo a Adaham, tampoco conocía las tribus o era como habían sido otros lobos de su vida pero ese guardián, él, tenía algo que hacía que su pecho pareciese a punto de estallar cada vez que inesperadamente le demostraba que lo quería. Sin importar que llevasen poco tiempo juntos.

Y él, Jung Hoseok, trataba a los cachorros de una manada externa como si fuesen hijos de su sangre y miembros de su familia.

Y de hecho, Yoongi empezaba a sentir que ya lo eran. Los cachorros y él mismo.

—Bien. Es cierto. Quiero esa maldita runa, sobre mi piel y brillando a juego con la tuya. Y quiero que mis cachorros obtengan también una que les permita ser parte de este algo llamado Unión que parece estar intentando salvar a todos los lobos que desean ser salvados. En resumen, quiero a una familia feliz y la quiero en estas tierras, en esta montaña y en esta casa, cerca de lo que un día fue mi hogar y en el sitio que pretendo convertir en mi nueva casa. Te quiero.

Hoseok no respondió en voz alta pero sí se sentó todavía con Winter entre sus brazos mientras Drako gateaba hacia ellos y se inclinó para hacer chocar sus labios en un beso que no se podría considerar para nada tibio.

Porque Jung Hoseok nunca parecía poder besarlo con calma, la sangre siempre resonaba en el interior de sus venas cuando sus labios se tocaban. Así que Yoongi posó las manos limpias contra la espalda de este, sintió el calor que desprendía la piel conocida bajo la tela y abrió más su boca. Recibiendo esa señal de cariño que valía el doble que cualquier mordida o marca de olor.

Solo necesitaba eso.

A su familia.

A salvo.

Sana.



FIN DE HOWLING SAGA 2:

ALPHA WAR

ALPHA PLEASURE




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Hiiiii!!!!

Antes de nada me gustaría pedir disculpas por la tardanza, la temporada de navidad está a punto de comenzar y este año el trabajo en el hotel ha sido bastante quemador para mí. Al punto de hacer que llegase a mi punto algido de estrés, generalmente la escritura es mi medio de escape pero en los últimos meses ha habido momentos en los que llegaba de trabajar y después de comer y ducharme ya estaba acostandome para empezar de nuevo la rutina. Ese ritmo afectó y dificultó todos los planes que tenía para esta saga y esta fic, la retrasó y sin duda ha provocado que el nivel de mi escritura se viese afectado hasta el punto en el que tuve que detener las actualizaciones semanales por falta de tiempo para cumplirlas.

Es por eso que he decidido tomar un tiempo para respirar antes de seguir con más fics. Dedicaré los primeros meses del nuevo año a editar contenido y espero que pronto pueda subir algunos especiales que ayuden a completar los huecos que he dejado abiertos en Alpha Pleasure.

De nuevo, os pido disculpas y espero de corazón que podais entenderme.

Un beso,

os amo

Mel

💜

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