"Y no sé por qué lloro. No creo que pueda quererte más, puede que no sea mucho tiempo, pero, cariño, yo te amaré hasta el día que muera."

—Birds Of A Feather (Billie Eilish)

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Para cuando el grupo de rastreo de Hoseok llegó a la pequeña biblioteca que Marcus y Miller regentaban, el segundo y tercero de la madre de Jungkook, los ánimos de la mayoría habían caído tan profundo que el aroma de la decepción inevitablemente apareció.

No era extraño que algunas partes de la Unión comenzasen a mostrarse reacias a su presencia pero el odio era un viejo conocido con el que ninguno de ellos deseaba tener que toparse de nuevo después de tantos años defendiendo fronteras y enfrentándose a las consecuencias de guerras marcadas por rencillas del pasado.

—Es bueno que hayáis llegado tan rápido. Los líderes vendrán pronto. —la señora Jung se asomó entre una de las estanterías repletas de ejemplares.

—¿Los líderes? —Hoseok observó a Jungkook y después sus ojos se posaron en su hermano, quién se encontraba inclinado para escuchar aquello que el humano le susurraba al oído—. Se supone que se quedarían en el campamento tratando de evitar una revuelta. Los ánimos han estado algo...

Hasta los cachorros habían percibido los ánimos, maldita sea. Winter y Drako lo percibían todo mucho mejor que ellos.

—Lo sé, pero vuestro cazador y vuestro brujo han ayudado de todas las formas correctas y lo que hemos encontrado en el libro que ahora sostienen entre sus manos es algo que merece ser dialogado con la presencia de un Yook y un Jeon. He insistido en que vengan tan pronto como me enteré de su intención de enviar un grupo de rastreo como única medida, nadie es consciente todavía del nivel de lo que sucede. Y supongo que puedo afirmar que es en parte mi culpa, porque traté de evitar las pistas en mi carta como precaución.

El grupo de rastreo compartió una rápida mirada antes de seguir caminando a través del pequeño edificio. En realidad la biblioteca de las Lunas Azules no era más que una casa tapadera que muchos pensaron durante años que pertenecía a un lobo sureño con ideas tan tradicionales como sus comportamientos. Pocos pensarían que entre los pasillos de las estancias de ese lugar se encontrarían escondidos la mayoría de ejemplares que los viejos líderes Jeon pretendieron prohibir tras la primera separación de la montaña. Pero ahí estaban, en el mismísimo sur. No en el norte o en el hogar de alguno de los lobos que tanto defendieron abiertamente la libertad desde la frontera antes de que la Unión llegase.

Nadie se le hubiese imaginado, mucho menos Jeon Jungkook. Él caminó en una innumerable cantidad de ocasiones por los tramos de bosque que recorrían el exterior de la vivienda y jamás sospechó algo. Lo cuál, de alguna forma, todavía le dolía. Sus padres le habían ocultado cada movimiento, incluso el más absurdo.

Por eso él jamás se sentiría cómodo con la idea de convertirse en un Luna Azul, por muy importante que el legado que portaban pareciese ser.

—¿Cómo exactamente los has hecho venir sin moverte de aquí, mamá?

—Las Lunas Azules siempre encuentran las formas correctas para hacer llegar mensajes en situaciones de urgencia, lo sabrías bien si hubieras querido aceptar el legado de convertirte en una. Hijo, entiendo tu decisión pero también espero todavía que la modifiques dado el futuro que parece aproximarse.

Jungkook no respondió, Taehyung sí lo hizo.

—Bueno, supongo que es otro el motivo por el que hoy se nos ha llamado. Deberíamos hablar de eso primero y ante todo. —la mano del norteño rodeó la nuca de su pareja en un movimiento de apoyo.

—Estaba a punto de añadir eso. —Hoseok solo pudo estar de acuerdo.

La señora Jeon asintió y finalmente abandonó el sitio que había estado ocupando entre las estanterías para animarlos a seguirla desde el centro del pasillo que los muebles generaban en la vivienda. Quería decir mucho más pero entendía que no era el momento.

Al final de lo que en algún momento del pasado debió ser el salón, sentados cerca de una de las ventanas, San y Wooyoung revisaban un par de libros de la manera menos humana que Hoseok podría haber imaginado.

Las páginas volaban bajo las manos del brujo mientras el cazador lo observaba de cerca.

—Ha permanecido así por unas horas —Miller habló—. Os rogamos que no lo interrumpaís, parece estar acercándose finalmente a aquello que necesitamos saber. El descubrimiento de ayer es importante pero no sirve de nada si no tenemos datos del lugar exacto al que nos lleva.

Todos querían preguntar pero de alguna manera la situación parecía del todo incorrecta como para hacerlo. Los ojos del niño se iluminaban con una llamativa luz blanca mientras las hojas continuaban moviéndose como si un fuerte viento soplase, mas ni una sola brisa de aire atravesaba la estancia.

—¿Él...? —Yoongi comenzó a preguntar finalmente, haciendo callar a Winter y Drako en un instante cuando ellos trataron de moverse con curiosidad en sus brazos.

—Está conjurando un hechizo de búsqueda, creo que hizo algo similar para vosotros en el pasado. —Marcus se encargó de contestarle antes de que la pregunta se completase siquiera.

La señora Jeon decidió situarse a un lado de su hijo y Jimin pudo visualizar el rastro de humor de la mujer como un color lleno de vida tratando de alcanzar la masa de azul frío que Jeon Jungkook le mostraba. Definitivamente seguía existiendo algo duro y complicado entre ambos, un muro infranqueable que únicamente ellos podrían derribar para volver a construir el vínculo familiar débil y casi extinto que los completaba.

Algo muy similar a lo que ahora se generaba entre Taemin y él. Y el motivo por el cual había decidido unirse a última hora a ese escuadrón de rastreo que dirigía Jung Hoseok. El mestizo no lo quería cerca, y aunque ninguno de los dos había llegado a admitir lo que realmente sentían... En realidad dolía demasiado sentir que una ruptura estaba sucediendo antes de siquiera haber logrado iniciar algo de verdad.

—Algo así, sí. —Taehyung respondió, haciendo salir al omega de su trance momentáneo.

Permitir que las palabras fluyeran de forma natural era complicado cuando la imagen que se encontraba a solo un metro de distancia de sus pies se llevaba completamente la atención del grupo. No se trataba de un conjuro similar al que el chico les había enseñado mientras buscaban la estaca en el museo, tampoco tenía nada que ver con los hechizos pobres y torpes típicamente ligados a brujos principiantes que normalmente formularía. Nada de eso. Sus ojos blancos y la manera en la que el colgante que sostenía entre los dedos de su mano se movía sin necesidad de ser ondulado en el aire por cuenta propia, demostraban que esa vez la situación iba bastante más allá de lo que estaban acostumbrados a visualizar.

—Su magia ha mejorado sin la ayuda de un aquelarre.

—Creo que simplemente su interior le ha dado lo que un brujo necesita cuando el momento indicado llega —la madre de Jungkook se movió hacia delante—. Y lo más importante de que ese muchacho haya encontrado su poder ahora, es quizás el detalle de que los libros que se encuentran sobre la mesa mientras conjura...

—Sabe a dónde llevan los túneles que hay bajo nuestros pies, todos ellos. —Yook Sungjae golpeó contra la pared la puerta tras entrar como lo hubiese hecho un huracán, sus pasos haciendo caer el colgante y salir del trance al brujo. El cazador se levantó tratando de proteger a su compañero, las miradas del lobo y el humano se enfrentaron por puro instinto.

La señora Jeon mantuvo la calma tan bien que casi resultó alarmante, Marcus y Miller caminaron directamente hacia los libros que había estado usando el brujo para retirarlos de la mesa. Su pretensión era la de proteger las páginas si una batalla se desataba, los demás presentes... Bueno, esos no importaban demasiado al lado de la información que las letras ocultaban entre los ejemplares que durante años habían aprendido a proteger y adorar.

—Bien, ya estamos todos. Así que sentémonos a charlar —la madre de Jungkook estiró su vestido como tratando de sacarse polvo de encima antes de tomar asiento—. Querida Joy, a tu pareja no le conviene pelear con su salud tan afectada y creo que le vendrá bien hacer gala de lo buenos dialogantes que son los norteños.

—Mi pareja sabe perfectamente bien lo que debe hacer, tía. Sintiéndose débil o no, es tu líder. Muestra más respeto y no hables de él como si no estuviera presente.

La Luna Azul inclinó levemente la cabeza hacia Yook Sungjae.

—Y aún siéndolo, el tiempo corre como lo hace el agua. Así que de nuevo, me gustaría instaros a dejar el instinto a un lado para que escuchéis con calma lo que intento decir, jóvenes lobos. Principalmente quisiera que analicemos con detalle la existencia del túnel que San y Wooyoun creen que podría estar uniendo el mundo humano con esta montaña desde el inicio de nuestros tiempos.

(***)

Las miradas de los lobos se centraron sobre el joven brujo, quién había iniciado de nuevo el conjuro para tratar de encontrar entre las páginas de aquel ejemplar alguna pista importante.

—¿Y bien? —Sungjae necesitó estirar su espalda antes de tomar asiento a un lado de Joy, el cuerpo entero le dolía. Si alguien osase tocarlo probablemente podría sentir que estaba al borde del colapso.

—Ahora se trata de esperar —la señora Jeon tragó aire—. Y mientras tanto debemos trazar un método de actuación.

—¿Un método de actuación? ¿Cuándo ni siquiera sabemos algo más acerca del destino al que lleva ese túnel además de la propia meta? —Hoseok negó con la cabeza—. Todos conocemos o imaginamos el riesgo que supone convivir con esta inmensa cantidad de ramificaciones bajo nuestros pies, no es tan extraño que alguna de ellas termine en el mundo humano. En el pasado los lobos no se limitaban a la montaña como medio de vida.

La líder de las Lunas Azules asintió, pareciendo de acuerdo con las palabras del guardián altiorem.

—Cierto, y precisamente porque conocemos su riesgo desde hace tanto tiempo... Debemos neutralizar la primera de muchas entradas para el enemigo.

Las miradas finalmente abandonaron al brujo, incluso el cazador pareció perder la atención por un instante.

—¿A qué s..se refiere? —Yoongi parecía tan interesado que Hoseok necesitó apretarle el brazo como medida disuasoria.

—"Creí que habías dejado atrás los deseos de venganza y que querías centrarte en darle un futuro lleno de vida a los cachorros."

—"Quizás esta sea la clave, ella está diciendo que hay una manera de evitar que los malos entren en la montaña. Aunque solo sea la mínima parte de las entradas que puedan usar, estoy seguro de que tiene sentido decidir empezar a cortarle el paso desde el instante en el que conocemos su existencia."

Bien. Hoseok sabía que tal vez tenía sentido pero meterse en un túnel que ninguno de ellos conocía, eso no lo tenía en lo más mínimo.

Aunque maldita sea, aquello era exactamente lo que se supone que tenía que hacer un guardián altiorem. ¿No lo era?

Supo que no estaba del todo equivocado cuando el primero en levantarse fue un Jeon con luminosos ojos violetas y el poder del fuego refulgiendo alrededor de sus manos.

—¿Quieres que reduzcamos a escombro ese túnel, madre?

La señora Jeon sonrió.

—En realidad, me encantaría ser la que lo reduzca a escombros. Con vuestra ayuda o sin ella, si los líderes están de acuerdo. Por supuesto.

Yook Sungjae solo necesitó mirar a los ojos a Jeon Joy para que esta comenzase a negar con vehemencia.

—No, maldita sea. No voy a dejarte ir. Iré sola y en representación de ambos.

—¿Arruinarás mi diversión, esposa?

Joy gruñó, las venas de su cuello marcandose. Sungjae sonrió con ganas, casi pareciendo sano y lleno de vida de nuevo.

—Ir allí me sanará, lo prometo.

—Te juro que si tú...

Y entonces el colgante de San frenó en suspensión en el aire durante varios segundos antes de finalmente caer en picado sobre una de las páginas del libro. Los ojos del brujo regresaron a la normalidad, su respiración se hizo pesada.

—Tengo un mapa. Un mapa del túnel.

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Holiii!!!!

Estoy tan cansada que podría partirseme la espalda así que no me hago responsable de lo malo que pueda ser este capítulo baes. De veras está siendo un día complicadete.

Aún así, ya sabeis que...

Un beso,

os amo

Mel

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