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Capítulo 20

"Caminé a través de una tierra vacía. Conocía el camino como la palma de mi mano, sentí la tierra bajo mis pies. Me senté junto al río y me completó. [...] Me topé con un árbol caído, sentí sus ramas mirándome. ¿Es este el lugar que solíamos amar? ¿Es este el lugar con el que he estado soñando?"

—Somewhere Only We Know
(Keane)

Dejar salir a su lobo había sido mucho más sencillo de lo esperado, sin embargo Hoseok no tardó en entender que volver a aprisionar al animal que Min Yoongi era constituiría la parte más difícil de ese día y tal vez también de los venideros.

—Maldita sea. Se supone que tenemos prisa.

Los lobos de las tribus eran menos humanos que cualquier otro que él había conocido en el pasado, de hecho esa parte podría explicar el motivo por el que el alfa de Yoongi pudo surgir con gracia y casi facilidad después de un año siendo retenido en contra de su voluntad. Con algunos pasos torpes, la respiración agitada y una conversión que podría ser caracterizada de lenta y muy similar a la que tendría un lobo primerizo. Sin embargo, sana en los niveles que algo saludable se podría considerar a pesar de la cojera de una pata que siempre estaría lastimada en cierta manera.

Nada de aquello tenía que ver con apartar al animal del camino una vez más. Cuando el lobo era lo natural y lo humano lo ambiguo, la transformación parecía cambiar plenamente de significado. De alguna forma era como si su manada dejase salir a los lobos pero la de Yoongi… La de ese chico que ahora lo miraba con ojos animales a través de la hierba mojada por el rocío invernal, dejaba salir al humano si era necesario que dicha acción sucediera ante las circunstancias que suponían determinados asuntos.

Hoseok aprendió a convivir con su lobo. Para Min fue distinto porque este más bien aprendió a convivir con la parte humana que inevitablemente formaba al animal que realmente era la mayoría del tiempo.

Por eso le costaba hablar, debido al mismo motivo las letras y palabras parecían ser una incógnita para este. Interesantes y complicadas a partes iguales. Sus culturas, sus familias, su modo de amar u odiar, incluso sus vidas e intereses eran plenamente distintos.

—Venga, chico. Te he esperado por al menos una hora. Tráeme de vuelta al humano malencarado y perfeccionista que eres desde el instante en el que te atrapé o tendré que morderte para que aprendas a respetar a un superior.

Hoseok había tomado asiento sobre una de las muchas rocas que rodeaban la entrada al túnel de la casa de líderes. Llena de musgo humedecido por el rocío del invierno y pequeños rastros de lavanda, la vegetación parecía hacerle cosquillas en las piernas desnudas mientras observaba el modo en el que el lobo blanco de gran tamaño ante sus ojos se comportaba como un cachorro mimado.

Yoongi había permanecido recostado sobre el suelo frío desde el instante en el que el bosque se abrió camino ante sus miradas, como si esa sensación de frescor aportase una especie de calma necesaria a su parte animal. Un tranquilizante creado a base de pura naturaleza. Revolcándose una y otra vez, enterrando el hocico en la tierra y estornudando cada vez que olisqueaba de manera excesivamente profunda. Todo raciocinio que había mostrado durante su misión de rastreo en la cueva parecía haberse esfumado sin más.

De hecho cualquier rastro de persona cuerda y sería de la que hizo gala desde el día en el que se conocieron, empezaba a desaparecer a medida que el lobo se fundía más y más alrededor del entorno libre de techos y ventanas.

—Tienes que estar bromeando, Yoongi. Tenemos trabajo que hacer. Deberes que cumplir. Conviértete o te arrastraré a la biblioteca en tu forma lobuna. Tienes diez segundos para reaccionar.

Pero el animal ante su mirada bufó, haciendo que la hierba que rodeaba su hocico se moviese con el resoplido.

Muy maduro de su parte.

Hoseok estaba alucinando, casi sentía la tentación de pellizcarse la piel del brazo. La única explicación posible para esa absurda situación debía ser un sueño. Una maldita pesadilla planteada en el peor de los momentos.

—¿En serio? Vuelve a ser tú y mueve el culo antes de que algún guardián altiorem con más poder que yo decida apartarme de mi puesto de trabajo por sentarme a esperar hasta que mi prisionero decida que ha tenido suficiente diversión. Podremos volver al bosque otro día. En una ocasión más adecuada que esta y en una zona menos… Polémica. Supongo. Seguimos dentro del terreno que comprende la casa de líderes. Eso implica que solo podemos estar aquí si es para hacer nuestro maldito trabajo y retozar en la tierra no forma parte de mis obligaciones, por el momento.

"¿Prisionero?" —los sentimientos que fluían a través de la comunicación mental entre ambos estaban llenos de diversión por parte del lobo de viento—. "Creía que ahora era un miembro más de tu equipo. ¿Estás siendo un chico mentiroso, Hoseok?"

—No me hace gracias. Levanta el culo en tres… dos…

—¡Aquí estáis! —la voz conocida de Taehyung hizo que Hoseok girase instintivamente su mirada a la par que Yoongi se alzaba sobre las patas preparando sus dientes ante la posible necesidad de atacar—. Oh. Vaya. Ese lobo tuyo de nuevo. Creía que… —Taehyung miró con confusión a Hoseok, quién se encogió de hombros al instante—. Bueno, claramente me han informado mal sobre la situación porque se supone que tu lobo estaba algo así como dormido debido a la vigilancia a la que has estado siendo sometido.

—Un lobo dormido puede despertarse y el suyo lo ha hecho con sorprendente facilidad. Tanto que ahora no hay forma de volver a convencerlo para que deje paso al humano de nuevo. Estoy a punto de arrastrarlo hacia la biblioteca en su forma animal.

"Inténtalo si te atreves, alfa."

Hoseok gruñó sin poder evitarlo. Su instinto de alfa quemaba bajo su pecho cada vez que ese lobo se mostraba retador y casi juguetón. Para el animal que lo miraba, él parecía ser como una sencilla mariposa, nada parecido a un peligro y mucho menos nada similar a un lobo al que tenerle miedo.

"Tu maldito hocico debería guardar silencio, Yoongi. Cuando el humano gobierne sobre el animal de nuevo, podremos hablar con raciocinio."

Jungkook no tardó en sumarse a la escena. Manteniendo las manos tranquilamente en el interior de sus viejos vaqueros holgados a la par que caminaba hacia Taehyung. Los movimientos llenos de experiencia de este no habían cambiado en lo absoluto a pesar de haber vivido casi un año completo en su forma animal, no importaba que fuese un humano o un lobo, sus pies nunca parecían hacer ruido a través del suelo sobre el que se movía y quizás fue exactamente eso, la convivencia estrecha con su lobo, lo que logró hacer de eso algo incluso más notable.

La mirada de Jungkook se posó sobre Hoseok por un instante y luego voló hacia esa figura tan conocida para él, la sonrisa se plantó en su boca y cuando sus pasos finalmente frenaron, estiró el brazo para rodearle la cintura a su pareja en un gesto familiar. El peso de su cuerpo se dejó caer contra el de Tae. Cariñoso y cercano. Así se mostraba el guardián sureño con el alfa norteño sin necesidad de esconderse ni un día más ante nadie.

Y Hoseok no sabía por qué esa mierda estaba molestándolo tanto. Después de todo, hacía mucho que ya no sentía más que simple amistad y cariño hacia Kim Taehyung. No debería percibir irritabilidad de ningún tipo cuando sus ojos veían esas muestras de cariño tierno y vomitivo. Todo lo que tendría que hacer sería centrar su maldita cabeza en el trabajo que debería estar realizando a pesar de los inconvenientes.

Y el inconveniente que ahora volvía a mirarlo desde la frescura que la hierba y la tierra del suelo le ofrecían, sin duda parecía un reto complicado de atravesar.

—¿Necesito morder de nuevo a ese lobo a tu cargo? Algo en vuestras posiciones no termina de cuadrar para mí —Jungkook miró desde Yoongi hasta Hoseok—. ¿Cuándo se supone que ha obtenido de nuevo la capacidad de traer a su lobo?

—Sinceramente, dudo que el tiempo apartado de su parte animal haya hecho mella en él del modo en el que lo hace para nosotros —Hoseok suspiró—. Me inclino a pensar que es un error compararnos con los lobos de las tribus. Son más animales de lo que jamás lo hemos sido alguno de nosotros.

—No necesitas jurarlo. De hecho en este último año nosotros dos hemos podido comprobar cuan animales…

La disimulada patada que Taehyung le lanzó a Jungkook, logró que Hoseok dejase escapar una carcajada.

—Aunque aparentemente no lo parezca, lo tengo todo bajo control. Lo prometo.

"Por supuesto. No hay un lobo justo aquí negándose a volver a su forma humana solo porque la naturaleza lo llama y es incapaz de hacer callar al maldito animal. Nada va mal."

Hoseok giró de nuevo su cabeza hacia Yoongi, los ojos llenos de algo parecido a la diversión a pesar de sus intentos por mantener a raya el humor que siempre trataba de alejar de su trabajo. La situación era cuanto menos, absurda. Nunca había tenido que lidiar con una cosa así. Jamás hasta ese instante.

—De todos modos, ¿por qué estáis aquí? ¿Alguna novedad en la búsqueda de mapas?

—Nada. Y eso es precisamente lo que nos ha hecho venir a por vosotros. Se supone que tendríais que darnos un informe útil antes del anochecer, sin embargo la Diosa está a punto de iluminar el cielo y vosotros dos no parecéis dispuestos a mover el culo. Por un momento pensamos que estabais dentro, perdidos y buscando una posible salida. Los líderes casi activan un rescate de emergencia.

—Por eso estáis aquí. Estoy empezando a sentir que vuestra poca fé en mí es un hecho.

—Entre otras cosas, sí. Es una de las razones por las que Joy y el líder Yook nos han movilizado, sin embargo nadie tiene poca fé en tí Hoseok. Si estás al cargo de una unidad de rastreo se debe a un motivo de peso, uno objetivo que indica que eres la persona y el guardián más adecuado para ello. Dejando ese tema a un lado, hay más que debemos contarte. Así que en realidad tendríamos que volver a la residencia de líderes y… Hablar. Él también —Jungkook señaló a Yoongi—. Da igual la forma en la que decida acudir pero será bueno que escuche el plan que hemos trazado. Las investigaciones se moverán hacia la biblioteca norte por un pequeño lapso de tiempo y también necesitaremos el apoyo de las Lunas Azules.

"La mala educación debe de ser cosa de guardianes. Ahora lo entiendo todo un poco mejor."

Yoongi parecía extrañamente ajeno a lo que Jungkook estaba contándoles, algo que no dejaba de sorprender a Hoseok. Sobre todo  teniendo en cuenta lo que los dos vieron en ese túnel y por supuesto con las posibilidades que entrañaba la identidad de quién sea que hubiese atacado a la familia del lobo de viento.

—Cierra el hocico y presta atención Yoongi, deberías recordar que esto te interesa tanto como a mí.

Las miradas de Taehyung y Jungkook se mantuvieron sobre la curiosa escena que formaban los dos alfas.

—Bueno, es agradable saber que aunque sea mentalmente estáis comunicandoos. Jimin parecía preocupado por la posibilidad de que acabaseis peleandoos hasta haceros daño.

—Y lo peor de eso sería que la misión quedaría sin terminar, posiblemente —Jungkook apretó un poco más a Taehyung contra su cuerpo con los labios curvados en una sonrisa bromista—. Sea como sea, la fase de luna llena se acerca y creo que sería bueno resolver este… ¿problema?. Sí, de hecho estoy seguro de que sería bueno resolverlo antes de que el efecto de la Luna haga más difíciles las cosas para Yoongi.

Hoseok posó la mirada de nuevo en el lobo blanco que continuaba retozando sobre la tierra a unos pasos de ellos. En realidad no podía culpar a Yoongi por tomar una actitud infantil. Para este la naturaleza significaba vida y lo habían mantenido demasiado tiempo alejado de ella.

La responsabilidad era importante pero también lo era encontrar motivos para continuar respirando.

—Él es mi problema. Me ocuparé —dijo finalmente—. Dadnos un par de horas más. Preparad lo que sea que necesitéis mientras tanto. Estaremos allí, de una forma u de otra pero lo estaremos.

Taehyung y Jungkook se observaron el uno al otro. Sus miradas estaban llenas de confusión y eso hizo sonreír a Hoseok mientras se alzaba desde la roca en la que se había mantenido sentado. Probablemente estaba realizando un movimiento alejado de lo común, él dificilmente se apartaba de lo planeado con frecuencia.

—Llevaré a este lobo a casa y después lo regresaré sano y salvo. Si queremos trabajar en el mismo equipo, entonces debemos conocernos bien. Esa siempre ha sido la primera regla de tu padre, Tae. Estoy seguro de que Sungjae también lo entenderá.

—Hoseok.

Jungkook finalmente apartó las manos de su pareja para avanzar con prisa hacia el guardián norteño.

—¿Necesitáis que alguien os cuide la espalda?

El guardián altiorem sonrió y negó. Una de sus manos se alzó para apoyarse en el hombro de Jungkook por un instante, en el poco tiempo que había trabajado con ese lobo había aprendido a respetarlo. Cómo para él, la responsabilidad y el trabajo de guardián parecían forma una parte importante de la vida de Jeon. La sensación agridulce que había sentido minutos atrás se disipó del todo mientras sus miradas conectaban.

—Necesito que lo hagas pero aquí. Habrá muchos lobos deseando que cualquiera de nosotros cometamos un error, por pequeño que sea. Muchos están buscando la forma de volverse en contra de la Unión incluso habiendo experimentado lo que una guerra implica. Así que si quieres cubrir mi espalda hazlo demostrando que sus palabras no pueden dañarnos. Y si necesitamos hablar con las Lunas Azules, tú eres la mejor persona que conozco para hacerlo. Ve a ella y escucha lo que tiene para decirte. Tal vez tu madre sepa mucho más que nosotros acerca de la flor que buscamos y puede que conozca el motivo por el que brujos y cazadores podrían llegar a aliarse para obtenerla. Su legado se extiende más allá de lo que ninguno de nosotros recuerda.

Jungkook asintió. Podía notar el dolor extendiéndose a través de su garganta. Un día, no hace tanto, su madre le había pedido que él la sustituyese. Ella había querido enseñarle y hablarle acerca de dónde procedían las Lunas Azules. Así que quizás el momento de tomar su relevo se encontraba cerca, ahora que su corazón estaba casi curado y su cabeza podía volver a pensar con normalidad.

Pero antes necesitaba conocer bien las condiciones y la historia que envolvía a las Lunas Azules.

—Así será hecho —Jungkook extendió su mano hacia Hoseok y cuando esté le envolvió la muñeca en un gesto de complicidad, sonrió—. Amigo.

—Amigo —Hoseok saboreó la palabra antes de asentir. Su trabajo le dejaba poco tiempo para hacer amigos así que en realidad apreciaba el hecho de que Jungkook lo considérase uno—. Te deseo suerte.

(***)

—Bien, ahora vamos a ver quién es más rápido, chico. Más vale que esa pata tuya se comporte porque tendrás que subir toda la montaña hasta la cima.

Hoseok se relamió los labios, no había apartado la mirada de Min Yoongi ni por un instante. No cuando al menos desde el momento en el que este comenzó a dar vueltas alrededor de sus piernas de forma impaciente, rozando la peluda cola contra la piel de su cintura en cada ocasión que podía y prácticamente marcándolo con el aroma de su tribu.

Sabía que podría ir a casa y parecía consciente del trato implícito en un acto como ese. Nadie salvo ellos dos y su círculo de confianza debían saberlo porque si algún otro lobo se enterase de que el prisionero de la cima estaba teniendo un trato especial… Bueno. Sencillamente sería complicado. Más todavía de lo que ya lo era de por sí.

—Tenemos que regresar antes de que amanezca. ¿De acuerdo? Para ese entonces espero que tu necesidad de permanecer en contacto con el animal se muestre un poco menos demente. Los cachorros te esperan, piensa en ello —Hoseok señaló el bosque ante su mirada con los ojos aún atentos sobre el lobo que continuaba caminando a su alrededor—. Venga, corre ahora que puedes. Seguiré tus pasos.

Yoongi se movió rápidamente, sin embargo cuando sus patas se perdieron entre los abedules pareció repentinamente consternado y giró el cuerpo que ese enorme animal blanco implicaba. Como comprobando que Hoseok estuviera siguiéndole los pasos.

El guardián sonrió inevitablemente.

—No sería una carrera justa si salimos a la vez, chico. Tu pata todavía duele, puedo verlo en la manera en la que te inclinas hacia un lado. Conozco el camino , así que ve, prometo alcanzarte en solo unos minutos y tal vez pueda adelantarte cuando llegue el momento.

El porqué a Yoongi le importaba o no que él corriera a su lado era un misterio. Sin embargo, la sensación de calidez que eso provocaba en el pecho de Hoseok resultaba bienvenida. Quizás se había acostumbrado a su presencia o tal vez temía las represalias de cualquier guardián que pudiera verlo correr solo a través del bosque. Sus tierras estaban más vigiladas que nunca ante la amenaza de un inminente ataque por parte de los cazadores y él mismo le había indicado que no debían ser descubiertos.

Aunque la respuesta más sencilla quizás fuese que Yoongi siempre había corrido a través de las montañas con su familia. La primera vez que bajó solo hacia el territorio de las manadas de la Unión lo hizo movido por un ansia de venganza que aunque seguía viva ya no era tan fuerte como antes.

—Adelante, maldita sea. Muéstrame el lobo que realmente eres. Llevas meses entre cuatro paredes y ahora te estoy dejando salir. No mires atrás ni esperes a que me ponga a tu lado. Sé tú sin necesidad de cuidar a otro animal a través del proceso. ¡Corre!

Yoongi dudó, con las patas enterradas en la tierra y la cola gacha. Le llevó más de un par de instantes girarse con decisión para atravesar cada árbol a sus costados y recordar que él en algún momento había sido completamente libre, pero cuando lo hizo, maldita sea, cuando pudo correr con libertad la naturaleza pareció drogarlo con olores y sentimientos.

Podía percibir las flores de la lavanda cerrándose debido a la fría noche invernal, la forma en la que las gotas de rocío corrían por el césped y bañaban la tierra poco a poco hasta humedecerla por completo, escuchaba el tintinear de los frutos  tropezando con las ramas de los árboles mecidos por el viento como si fuesen, casi, campanillas. Aquella era la melodía que lo había hecho dormir por las noches pero todavía faltaba algo. No tenía el olor a hogar ni los silbidos melódicos del viento tropezando en los techos y paredes de su cueva. No tenía a sus costados a lobos que corrieran y aullaran a la luna de la forma en la que él lo hacía.

Incluso si ese guardián que no le quitaba la mirada de encima ya comenzaba a romper la distancia entre ambos. Todavía faltaba algo.

"Adahan era el padre de mis hijos pero también el lobo que solía correr a la misma velocidad que yo siempre" —confesó Yoongi, consciente de la cercanía del guardián—. " Las tribus tienen una sociedad casi piramidal y eso hace que los lobos corran por el bosque en una posición que funciona con respecto a ello. Nos tratamos de forma igual en todo momento pero respetamos la figura de líder, así como la de aquellos que son sus segundos o terceros al mando" —explicó—. "Se supone que yo debía correr solo, al frente de aquellos que eran de mi generación y con las personas más cercanas cubriéndome las espaldas pero él corría a mi lado. Sin importar lo que nuestras familias pensaban al respecto. Nos sentíamos iguales y aquello era todo lo que nos importaba. Queríamos demostrarle eso a nuestro clan. Íbamos a cambiar muchas cosas en el seno de nuestras casas."

Hoseok se movió con agilidad a través de los abedules que tan bien conocía, a medida que dejaban atrás el sur y justo después de recorrer las rocas situadas más al norte, esas que les permitirían atravesar el río, el paisaje ante sus ojos comenzaba a tomar tonos y formas diferentes.

Su cabeza era plenamente consciente de los sentimientos ocultos tras eso que Yoongi estaba confesando en forma de secreto compartido. Su mirada en cambio no podía hacer otra cosa que mirar al lobo blanco de sedoso pelaje que se mantenía a solo un metro de distancia de su posición. Una posición en la que cada vez estaban más cerca y a la que no le llevaría mucho esfuerzo batir si así lo quisiera.

Entonces su carrera se detuvo levemente. Adahan era el padre de los cachorros de Yoongi y quizás eso lo hizo suficiente para correr al lado de un futuro líder de la tribu del viento pero él… No estaba seguro de que Min Yoongi se sintiese cómodo dejando que alguien tomase el lugar de su pareja fallecida. Menos todavía si lo hacía aquel que era responsable de su situación de sometimiento ante la Unión. Un extraño para las tribus y un emisario de todo aquello que los líderes ordénasen para el Norte.

Así que no lo alcanzó. En lugar de eso Hoseok decidió mantener la distancia mientras seguía los pasos de ese chico que ahora se encontraba más cerca de su hogar de lo que lo había estado en el último año.

"Un líder rebelde. De alguna manera no me sorprende darte ese nombre."

Hoseok intentó charlar sin embargo. El dolor ácido de Yoongi podía ser saboreado en sus papilas gustativas y le quemaba el interior de la garganta. No le agradaba esa sensación. En lo absoluto.

"Llámalo cómo quieras. Desde luego no quise nunca ser un tipo de líder que respetase la tradición sin pararse a preguntar si acaso no es necesario actualizar los dogmas de vez en cuando."

"¿Cómo funcionaban las tribus? ¿Cómo es que era fácil para vosotros hacer convivir a cuatro manadas diferentes cuando nosotros ni siquiera logramos que dos se entiendan o lo intenten siquiera?"

En sus preguntas había curiosidad real. Ansiaba saber miles de cosas acerca de las enigmáticas tribus que habían habitado por siglos la cima de su amada montaña.

"El problema es que piensas todavía en esas manadas como dos a pesar de hablar de una Unión constantemente. Para las tribus éramos un solo clan, sin importar el hecho de que nuestros poderes nos separasen en diferentes casas. Aún así nadie nunca te diría que fue fácil. Era complicado a cada instante porque el poder que nos define, ese que formaba nuestras casas, creaba diferentes tipos de lobo de manera inevitable. Incluso si la división únicamente existía en base a una convivencia más justa para cada uno de nosotros."

"No lo entiendo."

"No esperaba que lo hicieras, guardián. Piensa en tu familia, cada uno de tus hermanos tiene diferentes habitaciones pero no sería extraño si los que comparten una misma edad también compartiesen habitáculo para dormir o costumbres. Así es como funcionaba la división de tribus para nosotros. Algunos nos diferencian en cuatro manadas o clanes pero la realidad es que siempre fuimos uno. Con las mismas reglas, objetivos y creencias pero diferentes modos de ver la vida. "

"¿Cómo puedes comparar a una familia con una política territorial?"

"¿Cómo puedes tú considerar a un clan con esa afección tan fría? Clan es familia. Clan es hogar. Clan es vida. Clan es viento, fuego, agua y tierra. Clan no es esa asquerosa política que tanto parece gustaros en la Unión."

Hoseok frenó cuando Yoongi lo hizo. El lobo blanco ante sus ojos giró la cabeza y al guardián le pareció ver un asomo de enfado en la manera en la que las pupilas de este brillaron en la oscuridad de la noche fría. El vapor de sus hocicos se dispersó por el aire antes de que ambos continuaran con la subida de la montaña. Las piedras que marcaban el ascenso hacia el último tramo de la cima ya podían apreciarse desde su posición, sin embargo el chico no siguió la ruta que normalmente Hoseok y el resto de guardianes hubiesen seguido. En su lugar, le dedicó un fuerte ladrido y giró rápidamente a la izquierda hacia el cúmulo de acequias que se envolvían de forma rebelde cerca de los  abedules que bordeaban el último tramo del río antes de…

"Esta cueva marca el inicio del río que baña la montaña pero también es un conducto directo a casa para nosotros. Hay muchos más caminos pero si me preguntas acerca del menos largo y complicado, entonces esta es la mejor opción."

Hoseok frenó en seco sus pasos para comprobar el estado de la pata lastimada de Yoongi. Efectivamente, como casi se le había olvidado, el estado del lobo ante sus ojos tras cruzar la montaña con prisa era delicado. Temblaba ahora mucho más de lo que lo había hecho en el instante en el que salieron del túnel cercano a la casa de líderes.

El guardián no pudo evitar preguntarse qué mierda estaba sucediendo con su cabeza. Últimamente no paraba de olvidar sus propias normas y objetivos.

"¿Eres consciente de lo que me estás enseñando?"

Ante sus ojos, Yoongi pareció dudar por primera vez desde que esa extraña actitud necesitada surgió de su lobo tras volver a encontrarse con la naturaleza después de un tiempo.

"Te estoy llevando a casa. Sé lo que estoy haciendo."

La garganta de Hoseok era a esas alturas un maldito volcán de fuego. De alguna manera esta no dejaba de quemar. Los sentimientos de Yoongi eran arrolladores y estaban repletos hasta el borde de necesidad, anhelo, dolor y pasión. Él quería volver a casa y parecía importarle poco si para ello tenía que llevar a sus espaldas a un lobo ajeno a los secretos que guardaba su tribu.

"Bien. Es bueno que lo sepas porque ahora conozco un camino corto hacia las entrañas de tu territorio."

El dolor se Yoongi se hizo más fuerte.

"Un territorio vacío ya no tiene significado. Aún así, deja que hoy regrese sin plantar dudas en mi alma. Quiero volver a respirar el olor a familia."

Sin embargo, esas cuevas tan solo olían a sangre y miedo. Hoseok mismo lo comprobó en cada misión de rastreo.

"Te sigo. Guía mis pasos y yo cubriré tu espalda, líder de viento."

Algo pareció golpear de nuevo al lobo blanco, pues en el instante en el que aquellas palabras llegaron hasta su cabeza todo su cuerpo se estremeció.

"Bien. Te enseñaré mi hogar y espero que puedas cuidarlo si en algún momento yo no puedo. La Unión tiene al futuro de las tribus entre sus manos. Todos esos niños volverán algún día y espero que si yo no puedo hacerlo, tú los guíes como yo te guiaré hoy."

"¿Por qué no podrías guiarlos por tí mismo? Nosotros ansiamos devolveros sanos y salvos a vuestro hogar cuando las circunstancias lo permitan."

Yoongi caminó por varios minutos antes de responder. El interior de la cueva era sorprendentemente amplio y cálido.

"Mi lobo se siente más débil que nunca y sé que cuando encontremos al culpable lo morderé hasta matarlo o morir. Será algo que haga yo solo a pesar de mis cachorros. Porque así lo quiero. Porque esa es mi venganza incluso si me cuesta el odio de la Diosa Luna por dejar que la maldad me domine. Cuando eso ocurra, los niños de las tribus necesitarán a alguien que les haga creer que el camino está libre de obstáculos y que la paz ha sido restaurada incluso si sus padres siguen durmiendo."

"No vas a morir si eso es lo que sugieres."

"Eso no es algo que puedas saber, guardián, no es algo que yo pueda saber tampoco. El destino y la Diosa lo decidirán."

"Pero es algo que podré impedir si está en mis manos, lobo de viento."



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Hiiii!!!

Nuevo capítulo y no sé qué le ha pasado a mis amados separadores porque no he sido capaz de encontrarlos en el teléfono. Voy a llorar.

La semana pasada estuve resfriada y no pude subir capítulo porque no logré escribir nada decente. Me disculpo por eso y espero que este capítulo os haya gustado.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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