Narrador omnisciente

Abría los ojos intentando deshacerse del abrazo en el que su esposa la tenía. Era cálido y tan hermoso despertarse así pero también tenía mucha hambre y en la noche anterior no pudo cenar... bueno no especialmente comida.

Pudo hacerlo con éxito, dejando un pequeño beso en la mejilla de su alfa para luego salir de las mantas completamente desnuda, rápidamente buscando su ropa porque tenía mucho frío por el aire que entraba de la ventana.

Y es que la vista a afuera solo la cubría una cortina pero aún así entraba frío de la mañana.

Estaba en ponerse ropa suya pero al encontrar en el suelo al lado de la cama una camisa de Nayeon, no dudó en tomarla y ponérsela para guardar más aroma a café en ella.

No se puso los pantalones de la alfa solo porque no le quedaban pero estaba muy tentada. Afortunadamente en su casa había calefacción y solo fue un descuido lo de la ventana.

Mina volvió a mirar a Nayeon en la cama, la cual estaba tapada de pies a cabeza solo con su cabello castaño saliendo. Sonrió y salió de la habitación para por lo menos comer una fruta y empezar a hacer el desayuno para ambas.

No tardando mucho cuando dio un respingo por los brazos rodeando su vientre medio abultado y su alfa recargando su barbilla en su hombro.

— Buenos días — dijo, levemente alzándose para dejar un beso en la mejilla de la omega, a quien al despertar no pudo encontrar pero el aroma más fuerte de chocolate entrando por la puerta entreabierta de la habitación fue suficiente para saber dónde estaba su esposa.

— Buenos días, Yeonnie — susurró Mina volteandose para dejarse abrazar completamente y rodear a su alfa con ambos brazos — Te iba a despertar pero recordé que estabas muy cansada por el trabajo y atenderme el último día del celo — comentó dejando un pequeño beso en el cuello de la alfa.

Nayeon se sentó en las sillas del comedor que estaba en la cocina, atrayendo a la omega a ponerse entre sus piernas y a abrazarla, hasta ahí Mina se dio cuenta que la alfa no tenía camiseta y solo traía puesto un sujetador y pantalones.

— Dormí muy bien, pero me gusta más dormir contigo a mi lado — confesó sonriendo cuando estuvo frente a la marca que tenía su omega, recién remarcada, había clavado sus colmillos de nuevo el día anterior por pedido de Mina — Jeong me llamó ayer porque entró en celo, pidió si podíamos cuidar a Minju unos tres días.

La alfa alterada con gritos dramatizados y llantos falsos le dijo a Nayeon que debería pasar más tiempo con su sobrina Minju, la niña con dos años de Tzuyu y Jeongyeon, que hasta ahora parece ser una sanguijuela con Mina.

Y el dato era que la pareja del año (Jeongyeon y Tzuyu), como dice Jeong, vivían en Japón para estar más cerca de su mejor amiga Nayeon, y porque necesariamente no tenían mucho que hacer en Corea aunque visitaban a los Zhou's de vez en cuando.

— Estaría bien, la puedo cuidar... aparte de que tendremos un terremoto pronto con nosotras — llevó la mano de la alfa a su vientre de apenas un mes y medio, una pequeña pancita pero se notaba un poco.

La alfa no dudó en sonreírle cuando tocó el vientre, bajando su mirada mirando esa pancita sobresaliente de su omega.

— La cosa es que Hikaru también nos mandó un mensaje diciendo que nos pagaría si era necesario por cuidar de Haru solo por hoy. Bahiyyih también está en tiempo y sus padres no pudieron cuidarla pero lo harán mañana — comentó preocupada, porque tampoco es como si quisiera negarse a alguna de las dos, pero trabajaba y no quería dejar a Mina sola con dos niñas de dos y un año.

Mucho menos cuando su omega estaba en estado de embarazo.

— Puedo pedirle a Sana que venga conmigo, no hay excusa porque conozco perfectamente el ciclo de ella y Momo... Y si les ofrezco hacer brownies para ellas, aceptarán — aunque antes comía puro fideo instantáneo, Mina logró aprender muy fácil mucho en la cocina, logrando tener una repostería donde Sana trabajaba también.

También logrando que hasta al paladar sensible de Sana le agradará cada cosa que preparaba.

— O no voy al trabajo, puedo cuidar de ti, Minju y Haru. Me gustaría — Mina no era mucho de aceptar faltar al trabajo porque siempre dice que hay que ser responsable pero por esta vez apretó los labios y asintió, le gustaría mucho que Nayeon se quedara y la acompañara.

Más porque se ponía a llorar cada que la alfa se va y se reconforta con pedazos de tela llamados camisas y suéteres con aroma a Nayeon. El embarazo la ponía muy sensible, y no a enojarse o otra emoción, especificadamente la emoción que la hace llorar por cada cosa y pone su carita triste.

La misma que hace ahora porque se le quemó el huevito estrellado por culpa de Nayeon y sus caricias en su vientre.

Tonta Nayeon. Tonto huevito. Tonto embarazo.

Un pucherito, ojos brillantes, comisuras bajas, y Nayeon sabía que su omega lloraría por lo que la pegó a su cuerpo y la abrazó escuchando el primer sollozo pequeño.

— F-Fue tu culpa — acusó la omega apretando el pantalón de la alfa al no poder apretar su camisa ya que no llevaba una puesta, y no apretaría el sostén, no, no era tan mala.

— Sí, lo fue — aceptaba dando un pequeño besito en la cabeza de la omega hasta que tocaron el timbre y Mina olvidó la tristeza para ir corriendo a abrir.

— ¡Tía Mina! — eso era lo que a Mina le encantaba escuchar.

Le da una idea de lo que sentiría cuando un pequeño monstruo igual a ella o a Nayeon dijera "¡Mami Mina!"

Se volteó al lado contrario cuando sintió que iba a llorar de nuevo.

Nayeon solo pudo ayudarla abrazandola y besandola de vez en cuando mientras acariciaba su pancita rellenita donde crecía su preciado hijo o hija.

Les llegue con el final.

Esta historia ya la tenía totalmente escrita pero me faltaba corregirla y ya terminé.

Probablemente habrá un extra o epílogo pero no sé.

Espero les haya gustado ♡.