Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♡ Parte Dieciseis

Hikaru

Nunca tuve muchos amigos, todos literalmente corrian lejos de mí solo por ser muy callada y me tenían miedo. Era hiriente y más para una niña que te dijeran que eres hasta una asesina. Que imaginativos son los niños, también estupidos

Me decían cosas horribles hasta que encontré tres personas que por más que me quedará callada me hablaban e invitaban de todo.

No me gustaba que hablaran tanto, me estresan las fuertes risas y ruidos pero agradecía que no me juzgaran y me dieran una oportunidad, así que me hice amiga de las tres.

Dos omegas y una alfa, eran mis acompañantes de vida desde preescolar. Momo daba más miedo que yo y me defendía siempre. Sana me sacaba sonrisas con sus muestras de cariño, y Mina... Mina siempre fue una presencia que me gustaba porque me entendía.

Llegó a gustarme de más, enamorandome de ella sabiendo que ella me amaba pero como amiga. Me amaba pero no como yo a ella.

Ni siquiera Momo o Sana lo saben, simplemente yo lo sé, supongo que soy buena ocultandolo ya que nadie parece sospechar y tampoco quiero meterme con Mina, quien en su lío amoroso me pide ayuda.

Ella no tiene intención de lastimarme, pero lo hace.

Da igual. En mi opinión, debería dejar a Jisung.

Las veces que están juntos se nota que la única que aporta bien a la relación es Mina, hemos pasado solo tres días aquí; el primero vimos que no la tenía como prioridad. El segundo los vimos interactuar pero no parecían pareja más que por los besos que parecían castos y secos. El tercero, vemos a Mina encantada de ir con la que se supone que es su suegra.

Yo vi a Nayeon, me sorprendió el hecho de que era trece años mayor, parecía de nuestra edad. En los pocos segundos noté algo, noté que ella no mira a Mina como una suegra lo hace con su nuera, la mira de una forma especial.

Y Mina igual. Mina está con la persona equivocada.

Hasta Momo y Sana sospechan que Mina siente cosas por Nayeon, se le ve muy encantada cuando habla de ella, se ve como no se ve cuando habla de Jisung.

Sí, encontraba malo el que cenara con otra alfa estando en una relación y ocultandolo a su novio pero solo quería que se diera cuenta que gusta de ella y no de Jisung.

Es ciega, puedo estar enamorada de ella pero es idiota en un punto.

Caminaba en la noche intentando despejarme mientras hacía muchísimo frío. La chamarra que traía puesta me dejaba caliente pero aún así sentía el fuerte frio chocar con mi cara así que saque la mascarilla y lentes de sol para ponermelos y sentir algo cubriendo mi cara por lo menos.

Estaba llegando a bares, lo que sí me gustaba era ver como había personas dentro de diferentes maneras.

Me ponía unos audífonos para amortiguar casi todo el ruido y veía algunos coqueteos, peleas, discusiones, escenas penosas.

Había de todo en estos bares.

Lo menos que me gustaba eran los topes que me daba la gente y las veces que me coquetean. ¿Por qué lo hacen? Ni siquiera tengo en vista mi cara, mi cuerpo está completamente tapado, supongo que es solo porque quieren tener dónde meter su diversión.

Su muy asquerosa diversión, si me lo preguntan. Nunca me ha gustado la idea de las relaciones sexuales, no en mí. Simplemente la idea de tenerlas me daba repulsión y tampoco es como si tuviera un pasado que tenga que ver con eso.

Solamente no me gusta la idea de alguien tocándome, también suponía que era porque esperaba a alguien especial algún día.

Ni siquiera podía imaginar a Mina tocándo mi cuerpo, aunque yo le gustara de casualidad, no me agradaba la idea.

Choque con alguien, y en igual de gritarme como lo hacen todos los ebrios fuera de sus sentidos, me abrazó y se restregó conmigo, solo me puso incómoda y nerviosa.

Era una chica alfa por lo que veía.

— Oye, sueltame — yo no sabía coreano, no completo, solo el básico, así que solo escuchó palabras en japonés mientras intentaba empujarla. No me entendía, al parecer, porque aquí estaba todavía.

No parecía restregarse con fines sexuales, sino como amorosa y reía de vez en cuando pero parecía una total idiota, no la conozco ni me conoce.

De hecho, se parece a Sana, amorosa y risueña... pero desconocida así que quería seguir quitandola.

Sólo me abrazó y dejó besos en mi cuello, era alfa, tenía más fuerza, así que intenté empujarla más fuerte pero seguía aferrada a mí y empezaba a alterarme más.

— ¡Bahiyyih! — escuché una voz enojada y después un empujón pero la alfa no me quería soltar — ¡¿No salías conmigo, idiota?! — no le entendía. En japonés, por favor.

Empezaba a desesperarme no entender y que esté abrazada a mí una alfa que le llegó al hombro de altura y está amorosamente conmigo, todo empezaba a desesperarme.

La alfa abrazada a mí le decía algo que tampoco entendía y la omega parecía desesperarse. ¡Yo estaba más desesperada!

Hasta tenía miedo de lo que pasará, ya que la chica, aparentemente omega, parecía reclamar algo y yo no sabía que reclamaba. Hasta que dijo una frase en japonés.

— ¡Eres una maldita zorra! — eso parecía venir para mí asi que indignada la miré pero no estaba para eso.

— ¿Sabes japonés? Hey, ¿me puedes ayudar? — parecía enojarse más con eso y se echó el pelo para atrás, me recordaba a las chicas populares de la pelicula gringas.

— ¡Que te ayude tu alfa, yo me voy! — sí, sin duda parecía de esas chicas, pero sabía japonés y yo tenía que salir de aquí.

— ¡Hey no, no sé coreano, no sé quién es ella. Me perdí y no me suelta! — grité intentando avanzar hacia la chica pero ésta se iba ignorandome y diciendo cosas que yo ya no escuchaba por mis audífonos en mis oídos — ¡Auch! — de repente sentí una mordida pequeña en mi hombro — ¿Cómo te atreves, alfa estupida?

Ya me estaba colmando.

— Yo sé japonés, linda — me dijo atropelladamente y suspiré. Sabía japonés pero ni siquiera hablar parecía querer.

— Avanza — le ordené mientras salía por la puerta delantera del bar. No me había dado cuenta que era muy noche y estaba muy solo el estacionamiento. Avanzó con lentitud desesperante que quise gritar pero me lo callé.

Podría conseguir su dirección y llevarla pero algo me llamó la atención de un lugar. Quise ir pero me interrumpieron.

— ¡Bahiyyih! — otra vez ese estupido llamado que me detenía porque la alfa abrazada a mí se detenía — Oye, ¿qué haces con ella? — ¡que no entiendo la puta madre!

— Yo... no coreano — como pude me volteé para ver a la chica que pude ver como beta, más calmada pero no amigable. Mi básico coreano parecía entenderlo — Yo hablar japonés — mi acento era japonés, pero me entendió y asintió.

— Bien, sé japonés casi fluido. ¿Qué haces con ella? — era brusca pero ahora mismo, yo también.

— Pues tu amiga se me quedó pegada — como pude levanté mis manos y me quite los audífonos para escuchar mejor, ya no había música fuerte como para tenerlos puestos — ¿Cómo me la quito? — la beta contraria mía me miró por un momento y rió. ¿Qué se le hace gracioso, perra?

— Ya no se puede — ¿cómo así? — Bahiyyih suele hacer eso con personas que quiere pero no sabía que tenía más amigas — con que el estupido llamado era el nombre de la alfa.

— Solo entre al bar por curiosidad, no la conozco y no deja de apretarme — traté de empujar su pecho pero me fue imposible ya que me apretó más y terminé pegada a su pecho.

Podía decir que tenía un bonito pecho y me quitaba le frío por lo grande que era su cuerpo pero me estaba hartando su manera de acercarse a alguien.

— Oh — la beta solo expresó pero quería quitarle ese 'Oh' y meterselo por donde no se vea el sol.

Nunca pienso de esa forma, así que en realidad estoy harta.

— Bueno, estoy mareada, no ebria pero tomada un poco — buen dato, no me interesa — Si quieres despegartela, ¿nos puedes llevar a casa? — ¿qué?

— ¿O sea que para quitarme a una alfa de encima y que me ayudes tengo que llevarlas a ambas a sus casas? Soy una desconocida — en realidad debía estar ebria para que pidiera eso a mí pero no parecía mucho, solo se tambaleaba un poco.

La alfa encima mío se recargaba en mí. La beta asintió.

— Me llamó Yeseo — se presentó mientras reía, estaba con dos ebrias a mi mando entonces, hora de hacer mi obra de caridad del año; llevarlas a sus casas.

Aunque solo quería que la alfa me suelte.

— Pff. Hikaru.

— ¡Bahiyyih! — exclamó en voz añiñada la alfa. Le quería bufar y empujar de nuevo pero ya confirmé que no servía.

— Bien, pero primero tengo que ver algo — me arrastré con la alfa encima hacia el lugar donde me llamó la atención, viendo una escena asquerosa.

Literalmente el novio de mi amiga con un chico en piernas, besándose.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro