♡ Parte Cuarenta y Dos
Mina
Mis padres sí habían salido como siempre cuando mi celo llegaba. Mis dos hermanas no llegaban nunca a casa cuando yo entraba en celo. Mis amigas no me vendrían porque saben mi ciclo de calor. La casa estaría sola por estos próximos cuatro días mientras yo estaría caliente a todas horas y a solas con Nayeon.
Perfecto.
Sentí como dejaba de alterarse y se calmaba correspondiéndo mi beso. Todavía no llegaba el insoportable dolor del celo pero si el gran calor en mi vientre que anunciaba que estaba por llegar.
Su boca se movía lentamente con la mía pero yo ahora estaba desesperada que lo hice más brusco mientras ella fruncía un poco los labios pero me seguía.
Sentí sus grandes manos temblorosas en mi cadera pero solo gemí gustosa, estaba más sensible con ella aquí y mi celo comenzando porque ya tenía un leve ardor en mi parte baja.
— N-Nayeon — gemí separándome del beso y volviendo cuando me levantó y sentó encima del bulto que formaba su miembro por encima de la tela. Lo sentí chocando con mi intimidad provocando que mi ardor bajara un poco pero no como yo deseaba así que me moví encima de ella.
Acomodé mis rodillas a sus costados para moverme mejor encima de ella.
Coloqué mis manos en su cuello y lo bajé por su pecho, sentía su pecho teniendo muy pequeños saltos pero muy rápidos y pude darme cuenta que era su corazón yendo muy rápido.
El mío estaba igual o más acelerado.
Acaricio su cuello y parte de su hombro sintiendo como suspiraba en mis labios, el cuello y parte del hombro siempre sería una parte sensible de cualquier alfa o omega.
— V-Vamos a la cama — le susurré cuando me separé y me escondí en su cuello para olerlo y mordisquearlo un poco.
No evité gemir cuando me levantó fuertemente por las caderas y me llevaba a nuestra habitación. La había rodeado con mis piernas para no caerme y mis brazos se abrazaban a su cuello.
No fue nada difícil para ella cerrar la puerta con el pie y dejarme en la cama mientras se posicionaba en medio de mis piernas abiertas que acarició.
Sentía que todo me daba vueltas también. Mi espalda se arqueó cuando su miembro se frotaba contra mi centro, por encima de las telas.
Se sentía tan bien como se movía suavemente y no era brusca en nada conmigo. Una cosa que me encantaba sería que en mi oído gemía bajo. Ahora ella me mordisqueaba el cuello un poco, poniéndome ansiosa.
Me ayudaría en mi celo pero no sabía si quería marcarme. Y yo la quería completamente.
— Mina — me susurró y me miró directamente. Se vea tan bonita con las mejillas sonrojadas y jadeando — ... ¿Puedo marcarte? — ... que me haga lo que quisiese si me habla en ese tono.
— Quiero — lo bueno era que no estaba completamente ida y se fijó en eso.
Su aliento luego en mi cuello lograba que me pusiera ansiosa y enterré mis dedos por su cabello acercando su rostro más a mi cuello para que lo hiciera de una vez. Aparte de no dejar de mover sus caderas contra mí, jugaba con la zona sensible de mi cuello.
Bajé mi mano izquierda por mi pecho para tomar los botones de mi camisa y desabotonarlos como podía ya que mis dedos temblaban. Hasta que llegue a mi vientre ya había quitado todos los botones y Nayeon me quitó la camiseta.
Lo hizo tan suavemente que sentía la tela rozar con más precisión en mis brazos y espalda. Todo ella parecía ir delicadamente conmigo y me encantaba.
Me quitaba los nervios por ser la primera vez que tendré algo sexual con alguien. Sé que dolería un poco o por lo menos habrá incomodidad pero con el aroma a café que me llegaba, de directamente su cuello, me tranquilizaba.
— Perdóname por si tienes dolor, Mina — dolor abría pero no le pude replicar por lamentarse cuando sentí que mordisqueaba y lamia haciéndome cerrar los ojos. Alcé una mano para hacer mi cabello hacia atrás ya que el flequillo me picaba en los párpados, sintiendo como tomó esa mano y la besó.
Sentí como se movió contra mis piernas abiertas haciéndome jadear al sentir su miembro chocando con mi centro de nuevo.
— Nayeon... ya hazlo, por favor — no es que no me gustara que estuviera así, pero estaba en celo y me empezaría a doler mucho si no me atendía. Me quité como pude el sostén y lo dejé de lado, solo mi parte inferior no estaba desnuda y a ella todavía le faltaba mucho.
Me apretó más contra la cama haciendo que sintiese como su miembro se aplastaba contra mi intimidad. Nunca me había sentido tan ansiosa que cuando empezó a moverse frecuentemente, frotando.
Sentía como sus colmillos picaban en mi cuello y luego se adentraron en un segundo.
De hecho, parecía como un pinchazo físicamente pero emocionalmente era un revoltijo.
Me quejé en bajo al sentir como se quedaba por segundos allí y empezaba a arder un poco. A parte de sentir muchas cosas que ella sentía, por mi parte estaba totalmente feliz que sonreí levemente entre el dolor.
Puede arder mucho pero nada me quitara el pensamiento que Im Nayeon era mía.
Mía y solo mía. Mi alfa.
Y yo era su omega, solo suya y para ella. Myoui Mina era omega de, y para, Im Nayeon.
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