Aria, una Omega traviesa y curiosa oculta en una cabaña del bosque junto a su familia.

Dante, un Alpha poderoso en busca de su complemento y eterna compañera.

Aunque Aria intente huir su destino ya está escrito.

La deliciosa fragancia a lavanda y menta capaz de calmar y curar cualquier cicatriz.

Los cálidos brazos  reconfortantes de los que nunca quieres alejarte.

(...)

— Mía— susurró con su aliento en mi cuello.

—No le pertenezco a nadie imbécil—grité intentando apartarlo.

—Fuiste hecha para mí, eres mía, mi luna.

De tanto ocultar mi olor estaba débil, sentí cuando unos fuertes brazos apaciguaron mi caída.

Mis párpados pesaban, sentí cuando me desmayé en sus cálidos brazos.