Capítulo 4
Es... interesante el estar aquí, con todo lo que está pasando los días y noches pasan tan rápido que ni siquiera me di cuenta, y finalmente había pasado una semana desde que Alek me había traído.
Amber se ha vuelto una amiga para mí, es realmente amable, al igual que el resto de personas que trabajan aquí, pero con ella somos más cercanas.
Y las cosas con Alek mejoraron, nos conocimos tanto en esta semana que ya hasta parecemos saber casi todo sobre el otro, más yo de él que él de mi porque... quisiera omitir y guardarme ciertos detalles de mi... en serio no me gustaría que otros supieran.
Y menos quiero recordarlas.
Algo más, mi cuerpo ya está completamente curado, quedaron cicatrices pero apenas se ven. Ya puedo moverme más fácilmente y me dejaron salir al patio de milagro.
Conocí a Cole el lobo de Alek, es super tierno aunque sobreprotector. Aparte de celoso como Alek, una vez un guerrero me ayudó a levantarme del suelo cuando estaba empezando a caminar sola y me había tropezado.
Alek lo vio y casi lo persiguió molesto, pero pude detenerlo, ni siquiera sé cómo pero creo que tiene que ver con eso que me había dicho que soy su Mate y la única capaz de calmarlo.
Ahora estaba sentada en el césped mirando el cielo hasta que se escuchan pisadas pesadas y fuertes, rápidamente supe de quien se trataba.
Al girar la cabeza vi a Cole acercarse, le sonreí y él se acuesta rodeándome.
- Hola - Dije y lo acaricié.
- Hola Mi Luna - Dice mentalmente.
Ah si, eso también pasó en esta semana. Cuando Alek se transforma en lobo puede hablar mentalmente conmigo... fue... extraño, la primera vez que lo hizo pero intentó hacerlo más seguido para que pudiera acostumbrarme y así fue.
Nos quedamos en un silencio muy cómodo entre ambos mientras mirábamos los alrededores.
Pero ese silencio se ve afectado cuando escuchamos un estruendo dentro de la casa. Nos levantamos rápidamente pero no hizo falta dar otro paso cuando vimos a Amber salir corriendo de la casa y transformarse en una loba blanca con gris para seguir corriendo más rápido, luego aparece un chico corriendo tras ella y transformándose en un lobo marrón con partes blancas.
- ¿Que pasó? - Pregunté mirando a Alek quien miraba hacia la dirección donde se fueron ellos.
- Son mates -
Narra Amber
- Amber lléva esto a la oficina del Alpha, por favor - Me pide Rosa entregandome unas carpetas.
- Enseguida - Dije.
Fui a la oficina del Alpha y dejé las carpetas en su escritorio como me habían pedido, pero entonces, cuando iba a darme vuelta me paralicé al sentir un fuerte aroma exquisito... que se acercaba más y más, hasta que finalmente sus manos estaban en mi cintura y su aliento golpeaba mi oreja.
- Mía... - Me estremecí ante su tacto y su gruñido, solté un suspiro mientras sus manos acariciaban mi cintura y caderas, pero quería responderle mientras lo veía así que me di vuelta entre sus brazos.
Mi sonrisa se borra al instante, mi cuerpo se tensa y sentí un dolor de cabeza por los repentinos recuerdos.
- No... - Murmuré, las lágrimas aparecieron en mi ojos - Tú no puedes ser mi Mate ¡Tu no! - Lo empujé tan fuerte que hasta yo misma me sorprendí de que pudiera moverlo siquiera.
Chocó contra una mesa tirando las cosas y provocando un fuerte ruido que estaba segura que los demás escucharon pero eso no me importaba ahora.
Solo quería alejarme de él.
Salí corriendo de la oficina y luego de la casa, no me esperé ni por su llamado. Me transformé seguí corriendo hasta el bosque, pero lo escuché seguirme claramente.
Sabía que me perseguiría... idiota... no puedes escapar de él, no pudiste antes y menos ahora... el que te haya transformado no cambiará nada. ¿Por qué tuvo que regresar... ?
Sabía que me alcanzaría pero tenía que intentar.
"¡Detente!"
"¡No!"
"¡Es nuestro Mate!"
"¡No lo es para mí!"
Cerré el link con Leah, mi loba, pero me había distraído así que pudo alcanzarme más fácil... me empujó y ahora lo tenía a él sobre mi.
- ¡Suéltame! ¡No quiero ser tu mate! - Dije furiosa y deprimida.
Él me miraba dolido e igual triste.
- Amber, por favor... -
- Basta, no sigas. No creas que olvidé todos esos años... Todos esos malditos años en los que me trataste como a una estúpida e inútil omega ¿Y tú? Ja... un beta. ¡Si soy una omega! ¡¿Y qué?! -
Lo empujé para que saliera de encima, lo hizo y yo me levanté gruñiendo, mostraba toda la ira acumulada que sentía con solo verlo. Me volví humana al igual que él.
- No seré tu Mate Zane Kepler. Me rehuso a serlo - Dije. Él se acerca.
- Amber... -
- Yo Amber Campbell te rechazo a ti Zane Kepl... ¡Hm! -
Abrí los ojos de par en par cuando él me agarra y me besa para callarme y que no lo rechazara... no sé si es porque es mi Mate o porque alguna vez tuve sentimientos por él... pero iba a ceder si no lo detenía... ¡Mierda, el beso se siente bien... y no quiero!
Levanté mi mano para darle una bofetada pero él la agarra al igual agarra mi otra mano y las junta tras mi espalda sujetándolas con una suya para usar la mano libre, acariciar mi mejilla y bajarla hasta mi cadera y juntarnos más.
Esta era una manera diferente de acorralarme, pero tenía el mismo efecto... me hacía sentir impotente y débil contra alguien como él...
Entonces no pude evitarlo, las primeras lágrimas resbalaron de mis mejillas y el llanto se hizo presente sin que pueda detenerlo.
Lloraba por tantas cosas juntas que hasta yo me confundía y no tenía claro nada... lloraba de impotencia, rabia con él y conmigo misma por ser tan débil, tristeza y porque él me hacía sentir cosas que no quiero.
Me hacia sentir esas dichosas mariposas en el estómago, hacia que piel quemará por donde sea que me tocase, hacía que sienta hormigueos por todos lados y que mi corazón se acelerara hasta que yo misma podía sentirlo.
Y finalmente terminé cediendo... pero aún así me sentía una estúpida por dejarme besar por el idiota que me ha maltratado en mi infancia hasta que se fue para buscar a su Mate.
- No llores más, por favor... Amber lo siento, fui un idiota... lo sé bien, pero por favor dame una oportunidad, te juro por mi vida que estoy arrepentido y que jamás volveré a hacerte sentir mal a ti... o a otro omega, te lo juro... por favor, no me rechaces -
Yo estaba entre la espada y la pared. No sabía que hacer y eso me fastidiaba.
¡Odio las decisiones en las que mis sentimientos estén revueltos!
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