- ¿Tú sabías sobre los padres de Zane? - Le pregunté a Alek mientras estaba sobre él en la cama, no hicimos nada, somo descansar, en serio.

Él suspira mientras mira un punto fijo pensando en la respuesta que me daría, acaricia mi cintura y finalmente me mira.

- Es un tema que ni a Zane ni a mi nos gusta tocar mucho... -

- ¿A ti tampoco te agradan? -

- Se podría decir... pero aún así... son sus padres... -

- Uno no está obligado a querer a sus padres... - Murmuré apartando la mirada hacia un lado, pero él me agarra por la barbilla y me gira de nuevo.

- Pero su caso es diferente... él los quiere a pesar de todo, y eso es algo que en su caso no se pudo evitar, a él lo criaron con cariño pero lavándole la cabeza con ideas absurdas... pero aún así le demostraron afecto -

Resoplé y asentí comprendiendo la diferencia.

- Pero... Amber es su Mate, ellos tienen que aceptarla aunque no les guste -

- Y es verdad, no pueden obligarlo a rechazarla solo por sus caprichos, sabrán que eso le hará mal a Zane -

- Pero aún así Amber se siente preocupada... - Apoyé mi cabeza en su pecho.

Podía escuchar y sentir sus latidos calmados y sus caricias en mi cabello, todo eso me tranquilizaba bastante.

- ¿Y qué hay de tus padres? - Pregunté.

- ¿Qué quieres saber? -

- Pues... Cómo son... si son buenos... si los quieres... como tratan a los demás... esas cosas -

- Pues... ellos fueron los mejores padres que pude pedir, estoy agradecido de que me hayan tocado ellos... tratan muy bien a todos sin importar lo que fueran o quienes fueran, y me dijeron que tenía que aceptar y amar con todo mi ser a mi Mate, fuera lo que fuera, venga de donde venga... -

Sonreí y lo abracé, él me abraza correspondiéndome y besa mi cabeza.

- Por eso no te importó que fuera humana... y tuviste paciencia conmigo para enseñarme todo y ayudarme -

- Fueron una muy buena guía, siempre quise algo como lo que ellos tenían... y contigo tengo algo mejor... mi Luna -

- Estas muy cursi, lobito... pero, me gusta -

- Y tú me gustas a mi -

Suspiré sonrojada y levantando la mirada para besarlo, un beso lento y cargado de emociones que compartíamos mutuamente.

- ¿Dónde están ellos? ¿Por qué nunca los vi o supe de ellos? -

- Pues... cuando me dieron el cargo de la manada, me dejaron su confianza y decidieron tomarse unas vacaciones permanentes -

- ¿Algo como una jubilación? -

- Si, tal vez - Sonríe - Se fueron y construyeron un nuevo hogar en una isla soñada para ellos -

Asentí apoyando de nuevo mi cabeza en su pecho pero me quedé pensando en sus palabras y entonces levanté la mirada rápido.

- No están muertos... ¿Cierto? -

Me mira un poco sorprendido pero divertido por mi conclusión, se ríe bastante pero niega.

- Aún no, aún no. Y no creo que ese momento llegue pronto para ellos -

- Oh... - Me reí levemente - Que alivio -

- Si... - Él acaricia mi mejilla - También quiero presentártelos -

- ¿De verdad? - Asiente - Me gustaría conocerlos -

- A ellos también les agradará conocerte -