Narra Mayka

Los días eran infierno tras infierno... pasaban tan lento que varias veces casi caía en la desesperación, pero finalmente se cumplieron dos años desde que me trajeron.

Todos los días era lo mismo, entrenamiento tras entrenamiento, ¿Y para qué? ¿Para cazar licántropos? ¡Ja!

La única razón por la cual entreno con todas mis fuerzas es para poder defenderme y acabar con el bastardo de George.

Acabar con él y con la asquerosidad que tiene como perro faldero... Jaden. Ese sí fue mi infierno en los primeros meses aquí.

Siempre me golpeaban con ganas para que Alek lo sintiera, siempre me hacían de todo para que él sintiera mi dolor y se mezclara con el suyo propio...

Pero lo más doloroso de todo... y sé que... Alek también lo sintió... fue cuando ese desgraciado de Jaden... se atrevió a violarme...

Fue lo peor, hasta el día de hoy podía sentir y recordar ese momento como si siguiera sucediendo... mi piel se sentía manchada... me sentía asqueada, quería que la sensación se borrara de una vez... quería a Alek... quiero que él elimine esta sensación ¡Quiero volver con él!

Apreté mis dientes pero los relajé y suspiré para calmarme... debía hacerlo, no debía dejar que mis emociones me consumieran, no ahora.

Como sea... Hace un año, ellos hicieron algo de lo que se arrepentirán hasta su último suspiro... algo que les costará la vida ahora.

Lo gracioso es... que lo hicieron con la intención de hacerme un arma mortal para todos los licántropos o seres sobre naturales, pero no se dan cuenta que... solo crearon a su propia perdición.

Hicieron que los cazadores ahora tuvieron a alguien cazándolos a ellos... ya no serán los depredadores, ahora tendrán que cuidarse la espalda, en especial esos dos bastardos...

Pero he decidido que a esos dos los dejaré para el final...

- Bastarda... a entrenar -

El guardia se acerca a mi, yo estaba sentada en el suelo de piernas cruzadas y esperando que esté justo detrás de mi.

En el instante en que sentí su mano en mi hombro, lo agarré por la muñeca para atraerlo y enterrar mis uñas, ahora transformadas, en su cuello y lo desgarré.

Su cuerpo cayó y yo lo hice a un lado con asco, me levanté y lo miré antes de darme vuelta y salir de la celda, sonreí de lado y limpié la sangre de mi rostro.

Que empiece la cacería...

《 1 año atrás 》

- Bien ¿Dónde está el ADN de licántropo? - Pregunta George y uno de los doctores le pasa una jeringa con un líquido amarillo en este.

Yo estaba atada de pies a cabeza pero aún así forcejeaba.

- ¡Suémtenme! ¿Qué se supone que vas a hacerme? - Pregunté.

- Ya lo sabrás - Me inyecta el ADN en mi cuello, y al instante sentí que mi cuerpo quemaba. Grité de dolor.

Me movía como si convulcionara, mientras gritaba e intentaba librarme.

Pero entonces sentí mis ojos cambiar de color y luego algo filoso creciendo en mi boca. Mis uñas cambian y se convirtieron en garras y eso dolía demasiado.

Mi grito cambió y se escuchó un rugido gutural.

- Funciona... - Dice George - ¡Suéltenla y vámonos! -

Los doctores me sueltan y yo salté de la camilla, me costó recomponerme, mis ojos se oscurecían poco pero me acostumbraba a la luz, mis manos y pies dolían, más específicamente, mis dedos.

Pero el sonido de una puerta me hace girar la cabeza y corrí con una velocidad increíble hasta allí pero justo antes de salir cerraron la puerta, solté un grito de frustracion que salió como un rugido y golpeé la puerta dejando una abolladura.

Apoyé mi mano en la puerta mientras respiraba aceleradamente y jadeando, pero miré extrañada y confundida las garras en mis dedos, las enterré en la puerta y rasguñé esta, aunque no conseguía atravesarla.

Entonces, mi cuerpo comenzó a doler más, mis huesos comenzaron a romperse y a colocarse de nuevo pero de diferente forma.

Mi rostro dolía y sentía como se estiraba.

Sentía como algo picaba y salía de mi piel. Hasta que todo finalmente... pasó, todo terminó, el dolor y los rugidos.... Todo...

Respiraba cansada y acelerada, pero me di cuenta de algo... Me miré en el reflejo del metal en la puerta, y vi mi nueva forma.

Me había convertido en un lobo...

《 Actualidad 》

Las alarmas sonaban por todo el lugar y todos corrían de un lado a otro. Escuchaba como agarraban sus armas y sus gritos de orden.

Yo caminaba hacia donde estaban todos encerrados. Comencé a golpear la puerta intentando derribarla.

Tres golpes y ya estaba dentro.

Empezaron a dispararme pero me movía tan rápido que no conseguían acercarme un solo tiro.

Rugi y comencé a atacarlos.

Había sangre por todos lados, gritos de agonía y de piedad a la vez, pero eso era lo que menos tendría con ellos.

Me separaron de mi Mate, de a quien conseguí amar después de tiempo. Me separaron del que consiguió hacer que mis ganas de vivir volvieran y sea feliz... hasta ese día.

- M..Mayka por favor, la..lamente lo que te hice... p..pero no me mates... te lo ruego - Dice Jaden.

Yo me reí, bastante de hecho, pero me detuve en seco a la vez que lo agarraba del cuello.

- ¿En serio crees... que después de todo... ¡Todo! Lo que tú me hiciste... te dejaré vivir? Estás tan equivocado... -

Agarré su mano y se la partí consiguiendo ver que el hueso de su muñeca salió a la superficie. Él soltó un grito de dolor pero lo mantuve quieto, agarré su brazo y partí igual su codo y luego su hombro pero terminé arrancando su brazo, pisé una de sus piernas partiendola por mi nueva fuerza. Cayó al suelo cuando lo solté y se agarró del hombro pero se arrastró tratando de huir.

- Ya entiendo porque lo hiciste... hacer sufrir a otros... - Sonreí caminando tras él mientras desesperado intentaba irse - Es divertido, he de admitir -

- Mayka... por favor... - Se dio la vuelta para verme pero yo pisé su pecho.

- Aún no termino contigo, idiota -

Su rostro de completo terror y dolor era satisfactorio, realmente... no me sentía para nada mal por él. Me transformé en loba y pisé su pecho con una pata mientras gruñía en su rostro, pero entonces le arranqué el otro brazo, rasguñé su pecho y clavé mis garras en su entrepierna y finalmente conseguí que sus intestinos quedaran afuera por otro zarpado en el abdomen.

Y aún seguía vivo... que cucaracha tan resistente, bufé riendo por verlo destrozado y simplemente lo dejé allí, muriendo.

Me volví humana y fui hasta donde estaba George.

- Oh Georgii~... Canturee llamándolo - Sabes que es imposible esconderse de mi "papi"... -

Lo olía, olia su miedo... estaba en el sótano. Abrí la puerta haciendo que esta rechinara, bajé las escaleras y seguí su olor.

- ¿Quieres jugar? Sabes que ganaré - Vi el armario donde estaba metido - Y te haré pagar... ¡Por separarme de mi Alpha! - Abrí el armario de golpe - Te encontré... - Lo tomé del cuello.

- Mayka... hijita... -

- Oh ¿Ahora si soy tu hija? ¿No la... bastarda... el error... la que nunca debió de nacer? - Mis ojos detallaban ira.

- Por favor... cariño... -

- Te lo había dicho ¿No? Al tener la oportunidad... joderé tu vida... y olvidaré por completo el significado de Piedad -

- A..Antes de que me mates... quiero decirte que realmente te hice un favor... ese ADN que te inyecté, solo despertó a tu licántropo. Tu madre se acostó con uno de ellos sin saber lo que era realmente y naciste tú... Mitad humana.... mitad licántropo... -

- Bien... Gracias entonces... pero aún así... - Saqué mis colmillos y mordí su cuello.

Lo desgarré escuchando su grito y lo tiré al suelo, me acerqué a él.

- Ya no me importa lo que soy ni de donde vengo, quien me engendró... son cosas que... no tienen valor ya... - Me agaché y agarré su tobillo para evitar que se fuera y lo jalé hasta mi - Solo sé... que tú me hiciste decirle mentiras a mi lobo y me hiciste abandonarlo... Ahora... por fin podré hacer lo que prometí, joderte la vida -