Subo al autobús y luego de darle al conductor el dinero del pasaje, fui hasta uno de los siento en una de las filas a la izquierda en la ventana.

Miraba el paisaje oscuro mientras pasaba, mi mochila la dejé en mis piernas y poco a poco sentí que fui quedándome dormida.

Entonces... a esto he llegado, eh... a un autobús... alejándome más y cada vez más de mi casa, de mis problemas, de ellos... de todo...

***

***

Apenas pude analizar lo que sucedía, escuché y sentí el estruendo, las ruedas derrapando y el grito de las personas hacen que me despierte sobresaltada.

Luego un golpe fuerte hace que el autobús comenzara a rodar con todos nosotros dentro. Me golpeé el rostro con el duro material del respaldo del asiento de en frente con bastante fuerza que sentí la sangre corriendo por mi frente.

Las cosas volaban al igual que las personas que no se pudieron sujetar, pero yo me quedé atrapada en mi lugar.

Los gritos de las personas se escuchaban tan fuerte, el olor a sangre y... las muertes era lo que me aturdían.

Pero entonces... algo entró por la ventana del otro lado, atrapándome y saliendo por mi ventana rompiéndola en más de mil pedazos.

Me cubrió con su cuerpo hasta que dejamos de rodar por el suelo. Sentí que era algo peludo y grande, que respiraba con rapidez, podía sentir un corazón latiendo acelerado.

Nos quedamos así un momento, yo calmé mi respiración y él se separó de mi, me quedé tirada en el suelo casi inconsciente. Sangraba y tenía vidrios incrustados en mi cuerpo.

Miré hacia lo que me salvó.

Apenas lo podía ver por lo borroso gracias a los golpes. Pero vi un hocico y pelaje marrón, era... ¿un lobo? un lobo enorme...

¿Qué mierda es esto... ?

- ¡Hmg... ! - Intenté moverme pero no podía.

No podía huir, todo mi cuerpo dolía y no respondía, mientras tenía al lobo frente a mi gruñendo. Yo me moví un poco pero solo conseguí sentir más dolor.

- Mhg - Gemí de dolor, pero lo que paso a continuación me dejó anonadada.

El lobo acercó su hocico a mi y chilló ¿preocupado? No sé ni que hablara idioma lobo. Se agachó frente a mi y se arrastró un poco.

- Estoy loca... - Dije y me reí un poco de mi misma - No te entiendo lobo -

Él parece bufar pero luego acerca su hocico hasta mí de nuevo y me levanta en su cabeza, ahí entendí que quiere que me subiera en su lomo... ¿Desde cuándo los lobos hacen eso?

Como sea... ya no tengo nada que perder por investigar a un lobo extraño. Me agarré de su pelaje y con dolor me subí sobre él.

- Debo haberme golpeado hasta volverme loca como para hacer esto... pero bueno, ya da lo mismo. Solo asegúrate de no dejar rastro de mi - Dije en un susurro como si fuera a entenderme.

Aunque no sería tan diferente de hablarle a una mascota o animales de la calle. El lobo bufa de nuevo pero se hecha a correr de forma repentina que por acto reflejo me hizo aferrarme a él.

Se adentró al bosque y corrió un momento más que realmente parecía ir tan rápido que no podía ni distinguir nada y cuantos metros llevábamos, pero entonces, aulló, y tras ese aullido se escucharon más y otros lobos aparecieron corriendo tras nosotros.

- Claro... soy la cena - Murmuré.

Acosté mi cabeza en su lomo y cerré mis ojos esperando dormir para que esto pasara más rápido y así encontrarme ya con San Pedro. Pero no pude dormir, algo me lo impedía.

Sentía y escuchaba como seguían corriendo, las pisadas eran fuertes y pesadas, era de imaginarse, estos lobos no son normales... son enormes.

Unos minutos después escuché como se dispersan las pisadas y al abrir los ojos, frente a mi había una casa enorme pero hermosa.

- ¿Ah? - Murmuré sorprendida y confundida.

¿Desde cuándo los lobos construyen casas y viven en ellas? ¿O son domesticados... ?

Siento como el lobo en el que estaba encima me ayuda a bajarme, me quedé recostada en un árbol, mientras que el lobo me miraba.

- ¿Qué hago aquí? ¿Me matarás ya? - Pregunté en un susurro y con la cabeza echa hacia atrás recostada en el árbol, estaba adormilada.

Escuché huesos romperse y mire al frente para ver cómo un hombre se levantaba del suelo.

Un hombre bien guapo, sin camisa y con un short rasgado. ¿Ya llegué al cielo... ? Esperen... ¿Fui al cielo? Pensé que iría abajo...

No... espera un minuto... sigo en este extraño lugar y lo único que cambió fue que el lobo enorme ya no está y este Adonis sin camisa apareció de la nada. Puede que lo parezca pero no soy tan idiota...

- Ah... - Murmuré asintiendo como si comprendiera pero entonces sentí como comenzara a desmayarme de la sorpresa.

- Mi Luna... - El toque de sus manos sosteniéndome con firmeza antes de que me cayera y su voz realmente masculina y perfecta me hicieron regresar, me sentí con la piel erizada y sonrojada sin razón alguna. Me enderecé y lo miré.

- ¡¿Pero qué putas... ?! - Lo empujé rápidamente pero estaba segura que él solo se hizo para atrás ya que yo no podría moverlo, pero nada más hacer eso mi cuerpo dolió horrible y él volvió a sostenerme.

- Cuidado mi Luna... -

- ¿Qué carajos... ? ¿Quién eres? No, no, no... mejor: ¿Qué eres? ¿Qué quieres de mí? - Pregunté bastante alarmada.

- Responderé a todo lo que quieras saber... pero primero déjame ayudarte - Dice mirándome ¿preocupado?

Yo me quedé en silencio pensando en mi siguiente movimiento.

¿Aceptar la ayuda de un hermoso pero desconocido hombre que además se convierte en un lobo... o... morir en el bosque... ?

Ambas muy tentadoras opciones... ¿Castigo o premio en ambas?

- Esta bien - Decidí vivir.

Ni que mi vida fuera tan miserable... o bueno... si lo era, pero quiero saber más de esto, ya me dio curiosidad y no quiero morir sin resolver esto.

Me sonríe... No, mierda. Sentí mis piernas flaqueando por aquella sonrisa que tranquilamente puede ser una moja bragas.

- Te llevaré adentro, allí te atenderán como es debido - Dijo antes de cargarme en brazos, cosa que me sobresaltó.

¿No le soy pesada? Camina como si ni siquiera estuviera cargándome... aunque... es cálido...

Entramos a la casa y me llevó hacia unas escaleras, luego dobla por pasillos confusos y entra en una habitación bastante grande y con mucho olor a hombre, pero esto realmente era el paraíso. ¿En serio no he muerto?

Me acuesta delicadamente en la cama y me sonríe una última vez antes de irse, aunque al rato entran unas mujeres adultas con uniforme de servicio y me comienzan a curar.

Me tuvieron que quitar los vidrios incrustados en mi cuerpo y coserme algunas heridas. Yo me aguantaba como podía el dolor, pero a veces gritaba y ellas tenían que sostenerme para que no las golpeara o algo.

Hasta que por fin terminaron y vendaron mi cuerpo, luego me cambiaron por una camisa la cual me quedaba grande y que tenía el olor de ese hombre como todo en esta habitación.

Luego ellas se van y entra de nuevo el hombre y me mira preocupado y nervioso.

- ¿Me diras que eres? - Pregunté adormilada.

- ¿Segura quieres saber ahora? Puedes descansar primero... -

- Dime - Él se me queda mirando pero entonces resopla y asiente.

- Soy un licántropo o como los humanos como tú suelen llamarnos: "hombres lobo" - Dice.

- ¿A caso me he vuelto loca? - Pregunté más para mi misma.

- No. Soy real, hay muchas cosas de tu mundo que no sabes. No porque no lo vean significa que no existe - Dice.

- ¿Pero como puedo asegurar que eres real? ¿Y si estoy soñando o si ya estoy muerta... ? -

El suspira y parece gruñir un poco por la idea de muerte, pero se relaja.

- Será mejor que duermas, mañana sabrás más si estás en condiciones - Dijo acercándose a mi, abrí los ojos de par en par cuando lo sentí acariciando mi mejilla y besando mi frente transmitiéndome mil sensaciones diferentes - Mi Luna... todo estará mejor -

Se aleja viendo como yo estaba a solo un segundo de caer dormida, da media vuelta y se acerca a la puerta, apaga la luz y se va cerrando la puerta tras de él. Finalmente no pude aguantar más tiempo y caí rendida.