26 de diciembre.

Sally llegó a su casa después de pasar la noche en la habitación de Shadow. Cabe aclarar que la situación no pasó a mayores, solo se dedicaron a besarse y hablar de sus sentimientos. Sin embargo, cuando despertó, se dio cuenta que había dormido junto a Shadow y sonrió porque no sintió incomodidad. Al contrario, se sintió realmente cómoda siendo rodeada por los brazos de su chico.

Pero ahora debía enfrentar otra cosa. Debía disculparse con Sonic por haberse comportado así, debía decirle la verdad. Así empezaría su cambio.

Entró a su hogar tratando de ser lo más silenciosa posible. Se quitó su abrigo y lo colocó en el perchero, a pasos lentos caminó hacia la sala para buscar al chico pero no lo encontró allí. Supuso que estaba en su habitación así que subió las escaleras hasta llegar a la puerta de la habitación de su mejor amigo. Se miró a sí misma, llevaba la ropa de ayer pero no le importó, no importaba cómo se veía porque lo más importante era arreglar las cosas con Sonic.

Debía dejar de lado el miedo, el temor y las inseguridades. Tomó aire y colocó su mano en la manilla, detuvo su acción para volver a tomar aire y, de paso, valentía suficiente para abrir.

Y así lo hizo, abrió la puerta y efectivamente se encontró con Sonic en su cama, sentado y leyendo un libro. Él, al darse cuenta de una presencia en su área, levantó la mirada encontrándose con la de ella. Sally colocó una mano en su cuello nerviosa, entonces, se sorprendió al acordarse de un pequeño detalle.

¡¡La marca!! Shadow le había dejado una marca y ella no se la había tapado.

Miró al azulado con una sonrisa nerviosa mientras retrocedía lentamente hasta llegar a la puerta.

—Mira que quiero hablar contigo, pero ahorita tengo que hacer algo jeje. ¡Ahorita vuelvo!

Y sin esperar respuesta salió disparada a su habitación. Mataría a Shadow por eso, definitivamente lo haría.

Al entrar a su habitación se dedicó a darse una ducha rápida, terminó y se vistió con una camisa de manga larga y que cubría su cuello. Era blanca y, aunque no se llevaba muy bien con el blanco, debía aceptar que estaba muy bonita y por eso se la compró. Se colocó un pantalón marrón corto y se quedó con unas pantunflas rosa pasteles. Su cabello se lo recogió en una coleta alta, dándole una imagen juvenil, a pesar de una vestimenta simple, ella lucía hermosa.

Salió de su habitación y volvió a entrar a la de Sonic, cerrando su puerta detrás de sí y viéndolo en la misma posición donde lo dejó. Se acercó y se sentó en la silla del escritorio de Sonic, miró sus manos y respiró profundo, buscando valentía.

—Perdón.—se disculpó. Sonic cerró su libro y la miró—Sé que no fue mi mejor comportamiento, es solo que yo...aun vivo con el temor de estar sola.

—¿Sola?—preguntó el erizo confundido—.

Sally sonrió leve.

—¿Te acuerdas cuando nos peleamos y dejaste de hablarme por tres meses?—Sonic asintió—Nadie me hablaba, tú no me hablabas. Eso hizo que odiara la soledad a tal grado de que no podía sentirla.

—¿P-Porque no me dijiste nada?

—No quería hacerlo. Te sentirías culpable, tenías todo el derecho de molestarte pues te había dejado en vergüenza. Supongo que merecía tu silencio.

El erizo negó rápidamente.

—No Sally, debiste decirme cómo te sentías. Lo que sientes no es un juego, si tan solo me hubieras dicho yo...

—Basta Sonic.—interrumpió la chica mirando al suelo—No ibas a hacer nada. Tarde o temprano te irías, no podías quedarte conmigo para toda la vida. Es por eso que decidí enfrentar mis miedos pero por motivos personales. No tiene nada que ver contigo.—elevó su mirada para conectarla con la de su mejor amigo y sonrió—Estoy feliz por ti, de verdad.

Sonic se levantó y se acercó a ella, tomó su mano y la hizo levantarse para después abrazarla. Sally se sintió protegida y de sus ojos amenazó con soltar lágrimas. Estaba avanzando, había dado el primer paso: disculparse con Sonic.

Ahora se enfrentaría a la superación de su miedo a la soledad.

Horas más tarde, Sally se encontraba en la cocina mientras que Sonic en la sala de estar. Ambos habían arreglado sus problemas pero él decidió quedarse todo el día en la casa para estar con ella. Sally le dijo que no era necesario pero insistió tanto que no pudo negarse.

Ahora ella se encontraba cocinando algo hasta que el timbre sonó. Supo que Sonic abriría así que no se preocupó por ir a recibir al visitante. Solo se dedicó a cortar la carne que preparaba, mientras hacía eso, a su mente llegaron escenas de la noche anterior y un leve sonrojo apareció en su rostro a la vez que se le formaba una sonrisa boba. Admitía extrañar a Shadow, había hablado con él por texto indicando que estaba todo bien con Sonic.

Pero eso no era suficiente, quería verlo personalmente.

—Sally.—llamó Sonic entrando a la cocina, la chica lo miró con curiosidad—Tenemos un 3312, Shadow está aquí.

El rostro de Sally, para sorpresa de Sonic, fue de emoción. Ella dejó de hacer lo que estaba haciendo y lavó sus manos muy bien para quitarse el olor a carne. Pasó por su lado corriendo, ok, sabía que algo se había perdido.

Sally en cambio salió corriendo de la cocina y se dirigió a la sala de estar donde se encontró a Shadow parado frente al televisor mirando con el ceño fruncido lo que Sonic estaba viendo anteriormente.

—Shadow.—llamó—.

Shadow la miró y sonrió, para la chica eso fue un golpe de belleza. Todo en él la cautivaba y la hacía sentir como una adolescente que por fin recibió la mirada de su crush. Se acercó a él y, sin previo aviso, besó sus labios cortamente. Tuvo que levantarse un poco de puntillas porque Shadow no es precisamente el chico más bajo del mundo y ella no era un edificio algo.

Notó cómo Shadow se sonrojaba y desviaba la mirada. La chica rió un poco pero toda risa se fue al sentir los labios del chico sobre los suyos. Se sorprendió pero decidió corresponderle, fue corto pero suficiente para que sus corazones latieran rápidamente.

—¿Sally? ¿Shadow?

Ambos se separaron y miraron al chico que los había nombrado. Sonic estaba mirándolos con una expresión sorprendida, su boca y sus ojos bien abiertos. Sally sonrió nerviosa mientras que Shadow miró hacia otro lado sonrojado.

—Sonic jeje...h-hola.—saludó la chica con nervios, queriendo que la tierra se la tragase—.

—¿Dicen que lo van a intentar?—preguntó Sonic sorprendido—.

Cuando ambos asintieron, el azulado sonrió emocionado. Es que, siempre quiso que Sally y Shadow quedaran juntos. Sabía que se amaban porque a pesar de los años, esos sentimientos seguían en ellos y jamás habían olvidado al otro. Estaba feliz por ellos y más porque Sally quiere avanzar por él, ahora entendía porque había dicho que era algo personal.

Quería superar sus miedos por Shadow, porque quería estar con él y para eso debía superar la soledad. Ahora estaba tranquilo pues no la dejaría taaaan sola.

—Wow...bueno, me lo esperaba pero nunca pensé que sería así de rápido. Por cierto—miró a Shadow con los ojos entrecerrados—¿quien te dijo que Sally estaría en el orfanato ayer?

Shadow se puso nervioso ante ese cuestionamiento y más cuando sintió la mirada de su chica, ella mostraba una expresión de curiosidad.

—Eh...ejem pues...

—Dilo sin miedo Shadow.—tranquilizó Sonic, Sally asintió—.

—Fue Amy. Quien me dio la dirección fue Tails.

Sally se confundió y miró a Sonic buscando respuestas, después de todo, ella era la novia de Sonic. Pero no recordaba jamás haberle dicho a la eriza que siempre iba a orfanato, prefería mantenerlo en privado. Y con privado se refería a Sonic y Tails ya que este los había descubierto en una de sus idas.

El erizo miró con nervios a su mejor amiga, quizás y sólo quizás le había dicho a la eriza que ambos siempre iban a un orfanato en Navidad. Después de todo, era su novia y debía decirle a dónde iba ahora que estaba aquí, no podía ponerle una excusa barata porque Amy era demasiado inteligente como para detectar una mentira de su parte.

—En mi defensa...no podía mentirle...—comentó tratando de defenderse—.

—¿Hay algún problema?—preguntó Shadow ahora mirando a Sally—.

—Se suponía que nadie sabía de eso...solo Tails....y ahora Amy.

—Oh..

Sonic decidió salir de la casa para visitar a Amy, dejando a Shadow y a Sally solos. En realidad él pensaba que necesitaba darle espacio a sus amigos, creía que era mal tercio.

Al llegar a la casa de su novia, bajó del auto y se dirigió a la puerta. La abrió y entró en ella para después cerrarla a sus espaldas y caminar hacia la sala de estar donde creía que estaría, error, no estaba. Frunció el ceño y tuvo que entrar al pasillo en busca de la habitación de la eriza, al encontrarla abrió la puerta y buscó a la chica.

Al no encontrarla cerró la puerta y miró al suelo pensando en dónde podría estar Amy. No le había dicho que estaría fuera de casa y no es que ella le tenga que decir todo lo que hace, es que le había dicho que iría a su casa y ella aceptó. Al no verla como acordaron sintió preocupación.

Fue entonces que una de las puertas se abrió llamando la atención del erizo. Sus ojos se abrieron al observa la silueta de su novia cubierta por una toalla blanca, sus cabellos estaban mojadas y sus ojos estaba igual de sorprendidos al observarlo parado frente a la puerta de su habitación.

—¡Dios! ¿Cuando llegaste amor?—preguntó la eriza acercándose al chico, aunque algo nerviosa por que él la viera en esas circunstancias—.

Sonic carraspeó y desvió la mirada, prefirió mirar otra cosa antes de poner incómoda a Amy.

—Hace poco, tal vez llegué muy temprano pero necesitaba salir de esa casa...

—¿Y porque?

—Porque yo era mal tercio...mejor vístete y te cuento.

Amy asintió y entró a su habitación. Tiempo después, ella abrió la puerta y dejó pasar al erizo, cuando él entró y ella cerró la puerta, se acercó para unir sus labios en un beso un poco necesitado, ella rodeó el cuello del chico con sus brazos y él colocó sus manos en su cintura. Segundos después se separaron para recuperar el aire perdido en ese beso tan placentero y sonrieron.

Ella se sentó en la orilla de su cama y él en la silla del escritorio de la joven. Esa casa es una que el padre de ella le compró para cuando se quedara en la ciudad, tenía sus gustos plasmados en cada pared y en los adornos de la casa.

—Bien, cuéntame. ¿Por qué serias mal tercio?

—Primero que nada...¿Porque le dijiste a Shadow que en Navidad Sally iría al orfanato sabiendo que te dije que yo no iría?—preguntó cruzándose de brazos, Amy sonrió nerviosa—Amy...

—Bueno porque quería ayudarlos.—confesó rendida—Como sabía que había pasado algo entre ustedes dos, decidí que les daría un empujón y sabiendo que Shadow haría lo que fuera por estar cerca de Sally pues...hice eso...lo siento...

—N-No amor, descuida...igual si ayudaste. Ahora ambos dijeron que lo intentarían.—le confesó ocasionando que Amy sonriera—.

—¿¡Enserio?! ¡¡Que alegría!! Esto hay que celebrarlo.—exclamó levantándose, pero volvió a sentarse cuando Sonic la impulsó a hacerlo, él se arrodilló para quedar frente a frente con ella. Su mano se dirigió a la mejilla de ellal—¿Sonic...?

—Es mejor que no se lo digamos a nadie hasta que ellos digan, Amy.—aconsejó el erizo—.

—Bueno...por cierto ¿Ya supiste porque Sally actuó de esa manera por nuestros planes?

—Si...resulta que...

Sally se volvió a sentar junto a Shadow entregando un vaso con agua. El ambiente era tranquilo y ninguno decía nada debido a que el silencio era algo que a ambos les gustaba, apreciaban la tranquilidad con la que estaban.

Ella recargó su cabeza en el hombro del azabache mientras cerraba sus ojos. Este momento le recordaba al pasado, tres años atrás, cuando ellos se la pasaban en la casa de ella; antes de que se mudara junto a Sonic. Roa hacía lo mismo, recargaba su cabeza en el hombro de él, mientras que él la rodeaba con su brazo. Justo como hizo ahora ocasionando que sonriera y un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Se sentía tan protegida en sus brazos, se olvidó del frío que sentía.

—Shadow...—llamó la chica recibiendo un sonido por parte de Shadow indicando que siguiera—Yo...quiero preguntarte algo.

—¿Qué cosa...?

—No pienses que me molestaré o algo pero tengo curiosidad...—se calló por un momento para tomar valor—¿Tuviste una relación en estos años?

Shadow se sorprendió ante la interrogante de Sally. No esperaba que le preguntara tan pronto sobre eso, sin embargo, debía ser sincero con ella. La confianza es la base de una relación, además del amor, y no podía mentirle.

—Intenté salir con algunas mujeres..—Sally cerró sus ojos—Para olvidarte.

Los abrió nuevamente y se separó para observar su rostro. El chico miraba hacia otro lado, se notaba un pequeño sonrojo y eso lo hacía ver tierno a pesar de su seriedad común. Una pequeña sonrisa se le dibujó en ella al ver que su chico se encontraba nervioso, por lo tanto, decidió hacerle ver que no estaba enojada.

Se acercó a él sentándose en su regazo, sus manos se dirigieron al rostro del azabache, acarició para poder transmitirle serenidad, quería traspasar esa barrera de nervios para que él supiera que no se sentía mal por eso, al contrario, él estaba igual que ella. Queriendo olvidarlo porque tenía la idea de que no le correspondía.

Sonrió y se acercó a sus labios para besarlo, si con su toque no bastaba, se encargaría de que con un beso pudiera transmitirle lo que tanto quería. Cuando él le correspondió a los pocos segundos, supo que el mensaje fue transmitido con éxito. No obstante, se le salió de control aquel plan, cuando se intentó separar éste no la dejó ocasionando que un pequeño jadeo saliera de ella en medio del beso.

Sintió el agarre de Shadow en su cintura, el beso seguía subiendo de nivel y aunque ambos no tenían en mente pasar a algo más íntimo, anhelaban tener al menos este tipo de contacto, después del primer beso, no quería dejar pasar cada oportunidad que tenían.

Se separaron para conectar sus miradas, zafiro y rubí se miraron fijamente, sus respiraciones estaban entrecortadas, sus mejillas sonrojadas por la calle que habían provocado entre ellos. La chica sonrió y besó su mejilla con afecto.

—No estoy enojada...te lo intente transmitir...

—Si...me di cuenta.

Sally soltó una risa ante ese comentario y lo abrazó. Definitivamente quería estar con ese chico.