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XXXIX ━━ DEAMON ISN'T THAT FIT

¿Le aterraba la idea de que, a causa de su poca sobriedad e inestabilidad, algunos de sus exámenes se hayan visto afectados? Sí, demasiado. Aunque había intentado mantenerse a raya las semanas en que comenzaron con los TIMO's, no estaba seguro de si lo había logrado y no quería decepcionar más a Alina. Deamon sabía que había tenido muchos obstáculos durante ese año; desde el nacimiento de sus hermanas, el escape de los prisioneros de Azkaban, evitar a toda costa a Kang Hajoon y evadir sus propios sentimientos. Además, algo dentro suyo no le permitía sentir que las cosas podrían llegar a mejorar una vez que su sexto año en Hogwarts comenzara. ¿Estaba padeciendo ansiedad o era otro resultado dañino de su consumo poco sano y nada regularizado de drogas? Quizás era eso, por esa razón no sentía alivio ahora que Dolores Umbridge había abandonado Hogwarts después de convertirlo en un campo de batalla de los 40's en plena Segunda Guerra Mundial. La misma violencia y repulsión. El mismo odio y discriminación. Ese pensamiento le recordó a lo que Hajoon le había contado sobre los decretos. Uno de ellos condenaba la homosexualidad y a todo lo considerado "anormal", por lo que Deamon y Hajoon no podían estar cerca durante el mandato de esa bruja malvada y homófoba.

── ¿Te comiste mi desayuno? ── Christopher se había preparado unos huevos revueltos, pero se detuvo un instante para ir al baño y cuando regresó, encontró a su hermano sentado en la mesa con migajas de pan y nada en su plato ──. Me viste preparar esto para mí, pudiste pedirme en lugar de comerlo sin preguntar ¿Alguna vez piensas en alguien que no seas tú, Deamon?

El mayor lo miró con una sonrisa inocente, estaba cansado debido a que no durmió lo suficiente, además de que hace no mucho había cumplido dos días de sobriedad. Reparó en la pregunta de su hermano, la respuesta era obvia, pero le costaba aceptarlo.

── Sí, suelo pensar en alguien más, pero preferiría no hacerlo ── contestó mientras miraba a Catelyn y a Tywin que dormían en la cuna ──. Ya, voy a cocinarte otros huevos.

Christopher se alarmó al oír eso, por lo que lo detuvo antes de que encendiera la cocina con un fósforo.

── No, déjalo así.

── ¿Por qué? Yo me comí tu desayuno, debo hacerme responsable o me darás un estúpido sermón de por qué soy un pésimo hermano mayor.

── Bueno, es que lo eres, pero también eres un adolescente de casi dieciséis años que no sabe ni siquiera hervir agua en la tetera ── de hecho, había un trauma que explicaba el por qué.

Cuando era pequeño, Deamon quería hacer un acto noble para ayudar a su madre y en lugar de eso, terminó quemándose con un fósforo y derramando el agua de la tetera, la cual gracias a lo que sea, estaba fría. Nunca aprendió a cocinar, ni a hervir el agua desde ese incidente.

En ese instante, entró Devon a la cocina y miró de reojo el dorso de la mano de su hijo mayor. No lucía para nada bien, aunque la herida no estaba infectada.

── Todavía está allí la marca que te hizo esa vieja ── observó Devon, agarrando la mano de Deamon mientras se sentaba en una de las sillas vacías a su lado. Christopher comenzó a prepararse otros huevos revueltos en silencio, pero atento a la conversación.

Y era verdad, aun estaba ahí esa frase. "No debo entrometerme en asuntos ajenos". Si se trataba de Kang Hajoon, por supuesto que interferiría. Nadie dañaría a Hajoon estando Deamon con vida, pero era un poco irónico cuando él era quien le hacía daño al asiático.

── Sí, solo espero que la marca de Kang haya desaparecido ── murmuró casi inconsciente de sus palabras.

── ¿Ahora lo llamas Kang? ── inquirió su padre ── ¿Cuándo dejó de ser Hajoon?

── Eso da igual ── sentenció Deamon queriendo cambiar el rumbo de la conversación.

── Quizás te estás forzando a llamarlo así porque quieres reprimir tu enamoramiento ── sugirió el hombre, viéndolo como la razón más lógica y acertada. Porque conocía a su hijo.

── ¡No estoy enamorado de Kang Hajoon! Eso es ridículo, de seguro Acacia te está metiendo ideas en la cabeza.

── No estás enamorado, pero ya se han besado dos veces ── le recordó Christopher recibiendo una miga de pan en la cabeza como respuesta.

── Los besos no significan nada, al menos no para mí.

── Pues creo que Hajoon no piensa igual que tú.

Y Deamon lo sabía, estaba consciente de que para él era muy distinto. Kang Hajoon era diferente a él porque por lo menos, él sí sabía identificar sus sentimientos y veía el significado de las cosas que sí eran importantes. Pero Deamon no, porque para él otras cosas eran primordiales a diferencia de las que Hajoon consideraba relevantes y significativas.

── Eso ya lo sé, así que solo voy a lastimarlo si sigue insistiendo en tener algo conmigo. No puedo darle lo que me pide.

── ¿Lo amas? ── soltó de pronto Devon. Christopher apagó la llama de la cocina en ese momento para colocar sus huevos revueltos en un plato y así no quemarse. Seguía atento a lo que su hermano hablaba con su padre.

── ¿Eso importa? ── cuestionó Deamon, incapaz de mirar a su padre a los ojos. Incapaz de mostrar la verdad oculta bajo esa máscara que llevaba desde que era pequeño.

── Responde la pregunta, deja de evadirla ── pidió Devon antes de volver a repetirla ──. ¿Lo amas?

Deamon permaneció en silencio durante un buen rato, por lo que Devon continuó hablando.

── Yo tampoco estaba seguro de si amaba a tu madre. Era demasiado pesada, no podía verme drogado y odiaba que tuviera malas influencias, y eso que todavía no éramos amigos.

── No es lo mismo, a ella le preocupabas porque era la chica ejemplar. Si te rescataba, se vería bien en su expediente ── Devon lo irrumpió, un poco irritado.

── Y nunca pudo rescatarme del todo, en su lugar, se enamoró de mí y yo de ella.

── Sí, su historia de amor es un poco linda, pero recuerda que el amor no puede curar una enfermedad mental o una adicción.

Devon sonrió ante sus palabras.
── Por supuesto que no, las personas no somos centros de rehabilitación. No vas a salvar a nadie con tu amor, no si esa persona no se deja ayudar. ¿Crees qué porque fui a rehabilitación después de que Christopher naciera, he estado limpio desde que salí? Decepcioné a Alina, los decepcioné a todos.

── A mí nunca me has decepcionado, papá ── ambos seguían hablando, ignorando la presencia de Chris. Estaba acostumbrado, era mejor siempre mantenerse al margen ──. No pude elegirte, pero si pudiera, serías siempre tú con todo y defectos. Y creo que mi mamá piensa igual que yo.

── Deamon, tu mamá sí me eligió, ¿qué te hace pensar que Kang Hajoon no?

── Pues él debería elegir a alguien mejor.

── Entonces conviértete en alguien mejor, por ustedes, por ti.

Deamon alzó su cuello, mirando hacia la sala de estar conde estaban las cunas de Catelyn y Tywin.

── Tal vez todavía tenga una razón para cambiar ── el rubio miró a su padre a los ojos y sonrió, una sonrisa genuina ──. Y tú igual.












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Alina había regresado de una reunión con la orden del fénix directo a ver a sus dos hijas menores. Se veía agotada, eso no le gustaba a Deamon ya que la última vez que la vio así fue el día en que se enteraron de su embarazo. Alina no podía volver a embarazarse, su cuerpo ya no lo resistiría, además era suficiente tener cuatro hijos y a un esposo drogadicto sacando el hecho de que Deamon era un adicto.

── ¿Cómo te fue, mamá? ── quiso saber el chico, pro Alina solo negó con un ligero movimiento de cabeza.

── Vamos, no puede ser tan confidencial.

── Pero lo es ── sentenció la mujer, sentándose en el sofá con Catelyn en brazos.

── Es injusto, nosotros te contamos todo.

── Eso no es cierto, te recuerdo que si no fura por Hannah y tu padre, no habría sabido lo de tus adicciones.

Aquello removió algo en su estómago o en su cabeza, como si eso pudiera provocarle una especie de aneurisma, un desorden. ¿De verdad su madre no se había dado cuenta hasta que Hannah lo delató hace dos años? Lo entendía de su padre, hasta podía pasárselo por alto a Acacia y a Christopher, pero que Alina tampoco lo sospechara dolía.

── ¿Nunca lo notaste? ── preguntó el chico.

── ¿Qué cosa, Deamon?

── Ya sabes, que había comenzado a drogarme.

── No, ── dolió ── no me di cuenta. Te veía normal, nada parecía haber cambiado en ti, además tú tenías trece años. ¿Cómo iba a sospechar siquiera?

── Siempre pensé que serías la primera en saberlo, no la última, se supone que las madres lo saben todo.

De pronto, Christopher gritó desde la cocina.

── ¡Los resultados de los timos de Deamon acaban de llegar!

Los TIMO's solo le habían tocado a Deamon ya que Chris iba todavía en cuarto, lo que significaba que lo que saliera en esa hoja, definiría su futuro, pero no solo esos exámenes lo harían, sino que los futuros E.X.T.A.S.I.S también podían abrirle las puertas al mundo laboral. Si es que Deamon llegaba vivo a los dieciocho.
A veces creía que no lo lograría. Él no tenía a una Alina como su papá y su madre no podía velar para siempre por los dos.

── Dame la carta ── pidió cuando su hermano llegó a la sala de estar.

── Claro, supongo que estás nervioso.

No, estaba aterrado.
── Un poco, pero tengo algo de fe ── su fe estaba perdida.

Abrió el sobre, llevándose la sorpresa de que había pasado casi todas las clases con un supera las expectativas, porque realmente no era muy bueno en esas materias; sin embargo, había obtenido tres extraordinarios. Uno en herbología, el otro en cuidado de criaturas mágicas y, por último, en pociones.

── ¿Y bien? ¿Cómo te fue?

── No creo que tan mal, aprobé nueve materias con S.

── ¿Nueve? Pero si son doce ── dijo su madre, preocupada.

── Ah sí, tres fueron con E.

── ¿Extraordinario? ── el chico asintió, desinteresado ── ¡Qué bien! Eso significa que eres inteligente a pesar de...

── ¿A pesar de ser un adicto?

── No iba a decir eso.

── Igual no era necesario que lo dijeras, sé que lo pensaste, puedo notarlo.

── Deamon... ── dijo Alina como una súplica.

── Creo que debería ir a mi habitación. Canopus debe estar esperándome.

Y con eso, subió las escaleras dejando a Alina con las palabras atoradas en la garganta.
Las cosas siempre serían así. Deamon no era capaz de hacer nada por sus problemas con los estupefacientes, hasta que demostraba lo contrario, y entonces sí lo era.

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