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XLII ━━ ENOUGH FOR YOU

Comenzaba a tener la sensación de que los días pasaban cada vez más lentos, el tiempo se ralentizaba con cada pequeño movimiento que Deamon daba. No sabía si era idea suya, o si era otro efecto secundario de las drogas, o la misma abstinencia. Llevaba un mes y una semana sin probar ni una sola sustancia, pero no lo estaba soportando muy bien. No estaba seguro de hacerle caso a los consejos de su madre, aunque en el fondo, sabía que Alina tenía razón. No podía continuar así, porque él no era capaz de notarlo aun viéndose al espejo, pero los demás sí que podían darse cuenta de su aspecto y los cambios físicos que había ido experimentando, como, por ejemplo, su cabello, el cual pese a ser de un rubio oscuro, de a poco estaba oscureciéndose más y más, había ido perdiendo su brillo y no era algo que el resto pudiera solo pasar desapercibido. Era esa una de las razones por las que Hannah sospechó de él hasta el punto de seguirlo con tal de averiguar qué era aquello que estaba apagando su brillo.

Se decía así mismo que eran las drogas, pero Deamon ya no lo tenía tan claro, comenzaba a dudar de eso. ¿Qué tan cierto era que las drogas habían matado su espíritu? Porque estaba muy convencido de que no podía tratarse de algo más, a menos que de alguna forma, su condición de adicto y los sentimientos reprimidos fueran la causa, como un tumulto acumulado derrumbándose de repente. Pero se repetía a diario que no podía ni debía tratarse de Kang Hajoon, y aun así él ya sabía que si lo era. Quizás esa era su gran tragedia. Condenado a permanecer en silencio ya que él no valía la pena ni era suficiente para alguien tan bueno como Kang Hajoon. Tampoco se consideraba apto para pertenecer a Hufflepuff, toda su vida la pasó creyendo que el sombrero seleccionador había cometido un error.

Nunca sería merecedor de algo ni de alguien.

── Fui a ver a Acacia ── Christopher apareció en la puerta de su habitación ──. Dijo que estaba feliz de que llevaras sobrio un mes y una semana.

── Siento que podría recaer en cualquier momento ── confesó, levantándose de la cama, acariciando a Canopus que estaba sobre su cama.

── No lo harás, vas muy bien.

── A menos que reciba un golpe lo bastante fuerte como para derribarme.

── Creo que ese es tu problema. Eres muy pesimista, no ves el lado bueno de las cosas.

── Moriré de una sobredosis, esa es una cosa muy buena si me lo preguntas ── bromeó, aunque esa era una de las posibilidades más acertadas.

── No digas tonterías Deamy, nadie morirá. Mamá no lo permitiría.

Deamon se echó a reír con burla, era lo único que podía hacer a esas alturas.

── ¿Entonces qué? ¿Cuándo venga la muerte le diré que no puedo irme con ella porque mi mamá no me dio permiso? ── se burló el rubio.

── Sí, algo así ── Christopher se había acercado para imitar a Deamon y acariciar al gato anaranjado. No se parecía en nada a los demás, ni siquiera a los de su raza, pues era un kneazle, pero distinto en muchos sentidos. Tal vez era cierto que los gatos se parecían a sus dueños.

Canopus también estaba perdiendo el brillo de su pelaje.

── ¿Has pensado en aclarar las cosas con Hajoon? No puedes huir siempre que te sientes asfixiado ── Deamon solo se fregó los ojos como si estuviera cansado ──. Te quedan pocos años para cumplir dieciocho, deberías madurar un poco, ¿no crees?

── Una cosa es madurar y otra muy diferente que todos me obliguen a hablar con Kang. Él es solo un chico... no tiene ninguna importancia en mi vida, Christopher.

── No te veo muy convencido de eso. Apuesto a que no estás así de ansioso por la abstinencia, soy tu hermano y puedo darme cuenta de que hay algo más en ti que te tiene inquieto y creo estar seguro de que eso tiene nombre y apellido.

A veces le sorprendía lo fácil que era su hermano menor para descubrir sus mentiras, como si Deamon fuera un libro abierto en sus manos que ya se sabía de memoria. Pero siempre había un giro inesperado, dramático y desolador en la trama que daba para una secuela. Y Deamon no era una excepción.

── ¿Por qué estaría tan afectado por él? Te recuerdo que hace no mucho murió el papá de tu novia, no todo en la vida se trata del romance, también hay quienes sufren y sufrimos pérdidas enormes. ¿No te has puesto a pensar que es eso lo que me ha tenido atado a la cama durante todos estos días?

── Ni siquiera eras cercano a Sirius...

── ¡Pero era el papá de mi amiga! Acacia es todo lo que he tenido y me la has quitado también.

── Eso no es cierto, yo jamás te quitaría a Acacia, siempre será tu mejor amiga, Deamon, entiende que son diferentes amores.

── Ya lo sé, no soy un ignorante ── escupió ──. Es solo que ahora estoy más solo que nunca, siempre lo he estado, ¿sabes? Pero nunca lo había sentido antes.

── También te equivocas en eso porque todavía nos tienes a nosotros que somos tu familia. Mamá nunca te ha dejado solo, siempre ha estado detrás de ti siguiendo tus pasos para protegerte y papá ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para ahorrarte un mal rato, y estoy yo que me prometí siempre velar por tu bienestar, da igual que seas mayor que yo.

── No, no da igual porque debería ser al revés. Yo soy el hermano mayor, soy yo quién te tenía que cuidar a ti, pero hasta en eso fallé ── Deamon lo miraba con sus párpados caídos, decepcionado de sí mismo. Al final no se trataba de defraudar a sus padres y a su hermano, sino que el miedo que tenía era uno que ya experimentaba.

Fallarse así mismo.

── No lo hiciste, en serio.

── Deja de mentir con eso, ambos sabemos que es cierto que jamás he hecho mi papel. Llevo años drogándome metido en mis propios asuntos, no he hecho otra cosa más que eso.

Ninguno de los dos podía negar la verdad, porque al final eso era lo que había estado haciendo Deamon desde que tenía trece años. Y sabía que, en parte, no era por influencia de Devon. Podía convivir a diario con él, pero jamás fue su motor para comenzar a drogarse a temprana edad, justo como su papá.

── Tal vez eso es verdad, pero no estoy decepcionado, al menos ya no. Sé que eso empeora un poco la situación, pero debes entenderme, era solo un niño viendo a su hermano mayor teniendo alucinaciones, pero ahora he visto todo el esfuerzo que estás haciendo por cambiar las cosas.

── Sí y te volveré a decepcionar una vez que recaiga y comience de nuevo con ese círculo vicioso en el que avanzo un paso y retrocedo diez.

── Si llegas a recaer, yo seguiré aquí ── y Deamon supo que no eran palabras vacías, porque Christopher siempre cumplía sus promesas.

Su hermano era un hombre de palabra, en cambio, de él no se podía decir lo mismo.









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Deamon dejó el plato con comida y agua para Canopus en el rincón de siempre y se dirigió a la habitación de sus dos hermanitas. Sus padres no se encontraban en casa y su hermano había salido a comprar pañales, se tardaría más de tres horas en llegar a un lugar más urbano en Dunkeld. Mirar a sus hermanas era verse así mismo y a Christopher reflejados en ellas, sobre todo cuando veía a Catelyn. Ella era más parecida a él, en especial por su cabello rubio, era como mirar las fotografías que Devon tenía de su abuela Aurelia, quien también poseía un cabello del mismo color que ellos dos.

Sus hermanas todavía no estaban familiarizadas con ellos, no con él por lo menos, pero creía que cuando lo miraban, lo reconocían de cierto modo. Sus grandes ojos siempre se posaban con curiosidad en él y eso a menudo lo hacía pensar que lo estaban juzgando en su mentecita de bebé. Y claro, si Deamon fuese una persona diferente, también se juzgaría.

── ¿Te gustaría alguna vez tener hijos? ── de pronto, una voz femenina lo sobresaltó con una pregunta que antes no se había planteado.

── ¡Acacia! ¿Por qué siempre apareces de la nada? ── Acacia Black lo miraba con ternura desde el umbral, con una sonrisa en sus labios rojos.

Estaba más recompuesta, hasta brillaban sus ojos y su cabello estaba perfectamente peinado con unas trenzas formando una corona alrededor, con flores. Cortesía de su tía Andrómeda.

── No creí que te asustaría.

── Bueno, no todos los días aparece tu mejor amiga en tu casa con todas las puertas cerradas ── era solo sentido común, así que era normal que se espantara.

── Es verdad, así que te concedo la razón ── Acacia caminó hasta las cunas, observando a las gemelas ──. Pero dime, ¿piensas alguna vez en tener hijos? Cuando te veo mirar a tus hermanas, es como si anhelaras tener una propia, aunque sea solo una.

── Para serte sincero, es la primera vez que pienso en eso, ni siquiera creía que iba a vivir bastante tiempo, así que todo podría pasar ── Acacia sonrió sin mostrar los dientes.

── Fui a visitar a Kang Hajoon durante estas vacaciones.

Otra vez ese nombre. Había resonado muchísimo en esas últimas semanas, comenzaba a aborrecerlo, pero nunca se cansaría de oírlo.

── ¿Por qué? ¿Sus padres no se alteraron o sí?

A veces olvidaba que los padres de Hajoon eran muggles, y aun así él había quedado en Slytherin siendo sangre sucia como lo había llamado una vez el primo de Acacia.

── No, se tomaron muy bien la visita. Cené con ellos y hasta me dieron el pésame por lo de mi padre, ¿sabes? Amarías a los señores Kang, son tan amorosos. Me recuerdan a tus padres.

── Todavía no me has dicho por qué fuiste ── Acacia borró su sonrisa.

── Tenía que ir a hablar con él, compartimos un par de cartas y ambos nos desahogamos un poco. Es bueno escuchando, me sirvió mucho.

En el rostro de Deamon se formó una mueca que ella no pudo descifrar. No entendía por qué se ponía de esa forma, Acacia no había hecho nada malo como para que estuviese enojado por eso. Kang Hajoon también era su amigo.

── ¿Por qué no acudiste a mí o a Christopher? Soy tu mejor amigo y él es tu novio.

── Porque no podía, solo él pudo comprenderme.

── No lo entiendo... Hajoon no te conoce, no como yo ── ¿estaba celoso o solo se sentía traicionado?

── Dime, ¿cómo te sentirías si te dijera que la razón por la que me abrí con él, eras tú? ── no estaba comprendiendo absolutamente nada ── ¿Ya ves? Solo Hajoon me entendería, porque ambos estamos angustiados por ti, y sé que no debería de estar pendiente de mi mejor amigo cuando hace un mes murió mi papá, pero no quiero perder a más personas en mi vida. Ya quedé huérfana y solo los tengo a ustedes. Kang quería saber cómo estabas, te envió cartas, pero nunca las respondiste.

── ¿Me envió cartas? ── desconcertado, comenzó a recordar todas las veces que no se levantó de la cama por estar sumergido en su propio mundo a causa de las alucinaciones, aunque llevaba un buen tiempo sin drogarse.

── ¿Qué? No me digas que nunca las recibiste.

── No, es que sí las recibí, pero las había olvidado. Están todas amontonadas en mi habitación, ni siquiera las he leído, no tuve las fuerzas para levantarme de la cama en un mes, hace poco volví a comer.

── ¿Me estás diciendo que te has estado pudriendo en tu cama durante todas estas vacaciones? Deamon, no puedo creer que Ron tuviera razón, me dijo que hace unos días vino con sus padres y que te veía mal, dijo que apestabas... ¡y apestas!

── Ron era mi primo favorito, ahora lo tendré que cambiar por Percy por chismoso, aunque no hay mucha diferencia entre los dos.

── ¡Deamon!

── No sé qué me pasaba, solo quería dormir y me levantaba de vez en cuando para atender a Canopus.

── Sí, lo vi tendido en el sofá cuando llegué, no se veía muy bien.

── ¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?

── Estaba respirando raro... como si estuviera ahogándose.

── No, no, no ── Deamon olvidó a sus hermanas y por supuesto que olvidó al idiota de Kang Hajoon que había estado rondando su mente.

Lo único que pudo hacer, fue correr hasta la sala de estar donde se hallaba Canopus respirando con dificultad.

── Deamon no...

── ¿Por qué no me lo dijiste apenas llegaste? ¿Qué mierda me importa a mí si fuiste a ver al imbécil de Hajoon o si pienso o no en tener hijos, Acacia?

── Lo siento... ── pero Deamon no estaba prestándole atención, solo acariciaba a su gato.

Hasta que maulló y con él, salió un gatito pequeño de su interior.

── ¿Qué?

── ¿Canopus es niña? ── se sorprendió Acacia, mirando con asombro al animal mientras salía otro gatito más.

── ¡Si tú me lo diste!

── ¿Y yo qué iba a saber?

Ese día, Canopus no murió, en su lugar, alumbró una camada de seis gatitos bebés.

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