Deamon estaba muy emocionado por ir a Hogsmeade, nunca nadie lo había visto así, porque era casi solitario de no ser por Acacia y Chris, quien rara vez era participe de las locuras de ella o de su hermano.

── No sé por qué nos miran como si fuésemos unos fenómenos ── comentó Deamon con una voz no muy adecuada para un muchacho de trece años. Era muchísimo más grave, aunque era más como si se estuviera ahogando ── ¿Qué importa qué sostenga tu mano? Las cosas cambian, esto no es la época de las colonias y mucho menos la edad media.

── Pero la gente sigue teniendo ese pensar, siguen juzgando ── respondió el chico luego de comerse un trozo de chocolate ──. Pero no te ilusiones, eh, no creas que por decir eso me referido a que tú y yo...

── Basta, que yo ya sé a lo que te refieres Kang ── interrumpió exasperado. El rubio soltó la mano del asiático y no la volvió a coger en todo su paseo por el pequeño pueblo. Deamon no era muy fanático de los dulces de Hogsmeade y de las cervezas de mantequilla, pero estaba allí por Potter, prefería un buen café amargo y sí, estaba consciente de que a su edad no era normal, pero al final del día ¿Prefería ser alguien común y fingir ser como los demás o mostrarse tal y como era sin la necesidad de presumirlo? Porque al restregar lo diferente que era, estaría haciendo justo lo que hacían todos los demás. Eso era patético.

── Deamon ¿Por qué pareciera que me odias un día y al otro me arrastras de la mano como si no sé, te cayera bien o algo así?

── ¿Y por qué asumes que te odio? O sea, podría estar muy enamorado de ti y tú creerías que te detesto ── contestó con sencillez mientras se iban acercando cada vez más al pequeño puente que los llevaba a los jardines del castillo ──. Aclaro que no es verdad, no lo estoy, es solo un ejemplo. Tú jamás podrías gustarme.

── Eso yo ya lo sé, no tienes que repetírtelo como una maldita grabadora, Deamon. Solo tenía curiosidad de tu tonto comportamiento porque a veces pienso que lo haces con toda la intención del mundo, pero me he dado cuenta de que siempre estás tan absorto en tu cabeza pensando en estupideces que ni siquiera te das cuenta a tu alrededor.

Deamon parpadeó más por sueño que por confusión. ¿Lo estaba insultado de alguna forma? Porque sonaba así, pero a la vez no, era raro, el rubio no estaba entendiendo a lo que se refería.

── ¿Qué es lo que hago según tú?

── ¿No te das cuenta? ── inquirió Hajoon ──. Me pones nervioso, dices cosas tontas y actúas como un idiota.

── ¿Nervioso? ── repitió, confundido ── ¿Cómo podría ponerte nervioso yo a ti? Ni siquiera pretendo hacerte sentir incómodo. Acacia me pidió que vinieras conmigo, solo por eso acepté, si hubiera sabido que te sentirías así, te habría dejado atrás hace mucho.

Hajoon se quedó en silencio, pero Deamon continuó hablando.

── ¿Por qué querríaincomodarte? Ni me importas, me das igual ── y eso se sintió como un golpe paraHajoon.