Hajoon suspiró, no sabía desde cuándo suspiraba cada dos segundos, era algo que no podía evitar desde ¿Sus últimas semanas de segundo año, quizás? Lo único que tenía claro era quién era el responsable de sus cortos instantes de perder aliento y sentirse tan estúpidamente imbécil, aquel chico solitario que tenía un nombre muy bonito, bueno, él pensaba que era bonito.

── Buenas amigo hermoso ¿Qué tal tu día? ── saludó Acacia Black sonriente como siempre ¡Por Merlín! Él no sabía cómo esa chica podía vivir con una sonrisa en la cara, aunque la chica Black no era tan feliz del todo, pero aun así su brillo no moría.

── Del asco, aunque amé la clase de estudios muggles. No creí que sería mi favorita ── recalcó lo último ──, pero tú ni siquiera la tomas.

── Uy, no te esponjes. Bueno, tú amas esa clase porque Alina Hills es quien la imparte, o sea es tu casi suegra ── Acacia se río con burla causando un sonrojo en él, aunque quiso ocultarlo, Hajoon no lo consiguió ──. En fin, así que ahora eres bisexual ¿no? Primero saliste con Parkinson ahora el amargado de Deamon Hills ¡Oh dios! A la chica esa le dedicabas canciones.

El Slytherin se echó a reír, es que era todo falso, no pudo gustar de Pansy Parkinson y se sentía culpable por eso, porque fingió amarla y la ilusionó a tan corta edad. Siempre se odiaría por eso.

Y él pensó que, a otros amores les había dedicado canciones y poemas, pero a ninguno le había dedicado tantos minutos de su vida y tantos suspiros como a Deamon Hills.

── ¡Oh, mira! Mi Hills favorito ── exclamó la de hebras blancas ──. ¡Deamon! ¡Ven!

El rubio paró en seco, no le aterraba en lo absoluto la chica, Acacia era su mejor amiga, su hermana de corazón, su otra mitad. El problema era otro. Por alguna extraña razón, no tenía ganas de ver a Hajoon ni mucho menos de convivir con él desde lo que pasó en el tren. El chico solitario no se sentía cómodo con un poquito de atención por parte de Kang Hajoon.

── Hola ── murmuró ── ¿Necesitan algo? Porque estaba a punto de ir a Hogsmeade para traerle dulces a Harry.

La mandíbula de Hajoon se tensó, los celos estaban a flor de piel, pero no podía decir nada porque no tenía derecho alguno sobre las amistades del chico. Aunque él y Harry Potter no eran amigos, solo era un favor que le estaba haciendo porque era el mejor amigo de su primo.

── Yo nada por ahora, pero Hajoon se preguntaba si querías ir con él a Hogsmeade y dada la causalidad ¡Vayan! Yo los esperaré en el campo de Quidditch mientras los de Ravenclaw practican. Amo ver las prácticas de los equipos de Quidditch.

El muchacho negó con su cabeza, la incomodidad era casi palpable, pero Deamon no protestó, simplemente sonrió y lo miró como si quisiera decirle que podía ir con él solo para quitarse de encima a Acacia. Sabía que si se negaba, ella no lo dejaría en paz.

── Uh... Sí quieres podemos ir ahora, Filch ya está haciendo la fila para pasar al pueblo. Solo si quieres, igual yo no muerdo ── Deamon cogió la mano de Hajoon y lo llevó por los pasillos hasta llegar a su destino.

Y de lejos, Alina y Devon observaban todo con una mirada confusa, pero un poco sonrientes. No es que amaran ver aquella escena, solo era extraño, pero era un enorme progreso. Lástima que su hijo no fuese un pan de Dios ni mucho menos un bebé al que debiesen cuidar, porque Hajoon al lado de Deamon Hills era un ángel y el Hufflepuff era el mismísimo Lucifer en persona... Ahora la pregunta era si en verdad el ángel caído podía hacer tanto daño.