Hajoon se repetía una y quizás mil veces ──había que admitirlo, era exagerado── que realmente estaba condenado. Luego de aquel paseo donde Deamon compró los caramelos para Potter y recorrieron el pequeño pueblo juntos, lo supo. Le gustaba de verdad, no era una tontería que había creído sentir el curso anterior. Ahora era real, más de lo que quería creer.

── Se te notaba muchísimo igual ── dijo Acacia sonriente ── ¿A qué si, Theo?

── A mí no me metas ── replicó el castaño mientras leía un aburrido libro de historia de la magia, estaban en la biblioteca porque, aunque quisiera, Acacia no podía colarse a la sala común de Slytherin con Kang Hajoon y Theodore Nott.

── Y lo peor es que sabía que lo estaba demostrando, ir a su vagón cuando el dementor me correteó fue una prueba de ello. Lo estoy queriendo casi a gritos cuando yo por lo general, suelo amar en silencio, aunque nunca he amado a nadie.

── Hasta que llegó él ── agregó Acacia con una sonrisa característica suya, ya Hajoon ni se molestaba en preguntar cómo no tenía ganas de llorar con su miserable vida.

── ¿Quién llegó? ── preguntó Deamon apareciendo junto a Chris, quien traía consigo unos seis o siete libros en sus delgaduchos brazos y su hermano mayor ni siquiera se había molestado en ayudarlo con la carga.

Hajoon miró hacia otro lado al igual que Theodore, resultaba casi un chiste que, en cada momento incómodo, el pobre de Nott estuviese presente, siempre estaba allí, siendo más espectador que protagonista ¿Cuándo llegaría su momento?

── No es de tu incumbencia, Hills ── espetó el asiático fingiendo frialdad, no despegó sus ojos de la pequeña mesita, ni siquiera para darle una mirada de soslayo al Hufflepuff.

Chris, por su parte tenía algo para decir, porque carraspeó para llamar la atención de los chicos y con una voz suave comentó un dato que no tenía mucha relevancia.

── ¿Sabían que Hills en realidad significa colinas?

── ¿En serio? Creí que era algo relacionado con el infierno ── contestó Acacia con interés, miró al chico de Ravenclaw ──, eres interesante niño.

Las mejillas del chico se incendiaron, se habían tornado del mismo color que el cabello de su mamá.

── Acacia de mi ¿vida? No, espera, esa está muy mal como para que seas ella ── dijo Deamon haciendo que la chica Black soltara una risita ──. Da igual, en realidad Hell significa infierno ¡Hablamos inglés! ¿Cómo no vas a saberlo?

── ¿No tengo derecho a equivocarme acaso? ── Deamon suspiró, rendido, y sonrió.

── Por supuesto, pero creí que era bastante claro que eran dos palabras muy diferentes. Ahora debo asumir que me relacionas con el diablo ── un silencio incómodo envolvió al grupo de adolescentes ── ¿Es una broma? ¿De verdad piensan en mí de esa forma?

── Bueno... ── comenzó Hajoon,

── ¿Tú igual, Kang? Ni siquiera soy tan terrible, hay gente mucho peor que yo.

── ¿Y esa gente está por aquí? ── murmuró Theodore. En verdad esperaba no ser escuchado, pero no estaba tan lejos del rubio, quien lo miró fijamente. Su mirada si era un poquito espeluznante ──. Solo bromeaba.