Dime lo que pasa
Sábado ya y mi corazón otra vez estaba a millón. Me desperté media hora antes de que sonara el despertador por lo intrigada que estaba. Me vestí entusiasmada, a pesar de que había pensado tantas cosas los días anteriores.
Salí con una animada sonrisa e hice todo el camino a paso rápido. ¿Por qué estaba tan alegre? Tendría la primera cita de mi vida.
Llegada al parque, vi a la gente caminar cerca de la fuente. Cada quien en sus cosas. Miré mi reloj, faltaba media hora. ¿Tan ansiosa estaba que había llegado tan temprano? Que impetuosa era, al menos lo estaba siendo en ese momento.
Me senté en un banco cercano a observar a la gente pasar. Sí, lo típico, pero era agradable y tranquilo, al menos por una parte. Sé que soy muy mala para reconocer las caras de las personas, pero… ese grupo de chicos a lo lejos, no sabía por qué, se me hacían conocidos. ¿Por qué? No creía haberlos visto antes. Tal vez eran de mi escuela o del barrio, pero me daban mala espina de alguna manera.
No les hice mucho caso a ellos puesto que del otro lado del parque noté la figura de Elios acercándose.
Sí era él, inconfundible, pero… algo no andaba bien. Él no andaba bien. Parecía distraído y me fijé en que golpeaba el suelo con más fuerza de la que acostumbraba a usar su bastón. Eso me desconcertó, por lo que me levanté y me acerqué a su encuentro.
-Elios, ¿estás bien?- estaba demasiado serio para haberme oído, ¿qué le ocurría?
-¿Quién eres? No te conozco.- me respondió haciendo que la sorpresa llegara a mi rostro.
-¿Qué dices? Elios, soy yo.- no pude seguir hablando.
Como temí, aquellos chicos se nos acercaron amenazantes. Esta vez los reconocí, eran los del callejón. ¡¿Eh?! Había un cuarto con ellos. ¿Dónde estaba?
-Elios, tenemos que irnos.- dije en susurro, pero él estaba como ido del mundo.- ¡Miera, Elios, reacciona!
Casi teniendo a los maleantes frente a nosotros, tomé la mano de Elios y eché a correr en sentido contrario y tan rápido como pude.
Salimos corriendo del parque y cruzamos la avenida hasta la otra acera. Comprobé que no nos seguían antes de detenernos.
-Elios, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal?- estaba aún serio, parecía confundido.- Elios, los maleantes del callejón estaban en el parque y nos iban a atacar de nuevo.
-Kayla…- al fin me reconocía y esta vez era asombro lo que expresaba.
-¿Qué te pasa, Elios? Me tienes muy preocupada, normalmente no eres así.
-Kayla, ¿a dónde me trajiste?- parecía… no, estaba desorientado, algo que nunca pensé que vería en Elios.
-Frente a la salida este del parque.- suficientes palabras para que él me tomara del brazo y dirigiera la marcha.- Elios, ¿por qué te comportas así? ¿Necesitas ayuda? ¿Es eso?
Su bastón sonaba con fuerza contra el suelo y de vez en cuando lo chocaba contra la pared a nuestro lado, supuse que para guiarse. Caminamos un par de cuadras así, pero no entendía aún lo que ocurría, por eso me paré en seco, obligándolo a él a hacer lo mismo.
-¿Qué?- fue él quien habló primero.
-Eso me pregunto yo, ¿qué? ¿Qué te sucede? Antes habías peleado con ellos, y ahora, estás así ¿Y qué es eso de decir que no me conoces? ¡No tiene ni puta gracia!
Dios, que alterada estaba. Mi corazón estaba muy acelerado y mi respiración agitada. Estaba terriblemente preocupada por Elios y él solo bajaba la cabeza con su seria expresión.
-Estaba distraído.- dijo por fin.
-¿Solo distraído? Elios, casi te atacan en pleno parque.- nada, no había reacción por su parte.- ¿Es que no me quieres decir qué te sucede? Bien, entonces puedes dar por terminada tu “cita de prueba”. Me voy.
Comencé a caminar alejándome de él con un gruñido de enfado. Con lo raro que se estaba comportando, hablar con él sería un desperdicio de tiempo, neuronas y saliva. Solo que tras dar unos pocos pasos, apreté los puños y miré hacia atrás.
No se había movido, en serio estaba diferente. Quise retomar mi camino, pero no me pude resistir, ni me pude mover.
-Kayla, espera.- se volteó hacia mí.- Lo siento, tengamos la cita.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro