Era verano cuando se conocieron.

Kim Taehyung era un chico de invierno.

Entonces, conocerla se sintió como un rayo de Sol acariciando su piel por primera vez.

Era verano cuando Kwon Minju invitó a Choi Hana a la fiesta de un compañero de universidad.

Hana decidió utilizar un vestido de tirantes lila y unas sandalias blancas con cordones que se amarran al rededor de sus tobillos. Ah, y sus pequeños aretes de cristal en forma de tulipanes. Sus favoritos.

Al llegar a la fiesta, se sintió fuera de lugar.

Es una oficina. Con un escritorio en forma de L, una gran ventana encima de este, dos puertas de madera, una computadora y un estante lleno de libros. Es color crema y parece recién equipada.

¿A qué clase de fiesta la ha traído? No siente que esta vestida acorde al lugar.

Sin embargo, hay un hombre en ese cuarto que se ha sentido deslumbrando desde el momento  en que sus ojos la captaron.

Brilla más que el Sol, espera que este consciente de eso.

El tiempo transcurrió al mismo tiempo que las botellas de champagne y vino se vacían en prontitud.
Kim Taehyung había invitado solo a personas cercanas para celebrar la inauguración de su pequeña e independiente editorial. Era su sueño, había trabajado incansablemente durante la universidad para poder lograrlo. Consiguió pasantías, estableció amistades y pudo conectarse hasta lo más recóndito para sentirse listo de decir: "voy hacerlo."

El lugar había sido donado por su tío paterno; el hombre es dueño de la mitad de el edificio en una zona no tan ostenta de la ciudad. Tiene cinco pisos, los primeros dos están ocupados con negocios de distintas índoles, en el cuarto vive el hombre en sus sesenta. Su esposa había muerto hace 20 años y desde entonces, el amor dejó de tener sentido para él. Tal vez no todos nacemos para volver a amar, le había dicho en alguna ocasión a su sobrino. No tuvieron hijos, por lo cual Taehyung es como un hijo para él.

Tal vez no es un gran lugar, piensa el hombre mayor, pero para apenas comenzar, tiene suerte de estar aquí. En algún momento este lugar le quedará pequeño, está seguro de eso.

El alcohol nubla la mente de los presentes, por eso, cuando Taehyung decidió acercase a la chica resplandeciente, nadie se interpuso en su camino para platicar sinsentido.

Su presencia quema. Es poderosa, incandescente.

Sus caderas se mueven al compás de la música; al principio sonaba por los parlantes algo de jazz y lo-fi, para después transformarse en música que puede bailarse tanto que los cuerpos pudieran fusionarse.

— Hola, ¿la estás pasando bien? — preguntó el castaño casualmente, después le dio un trago a su copa de vino tinto. Comúnmente se llena un tercio de la capacidad que tiene la copa, sin embargo, Taehyung es tan perezoso como para llenarla dos veces.

Hana lo miró curiosa, brindándole una ligera sonrisa amable. Lo había visto cuando llegaron, Minjae había mencionado que es el anfitrión. Había pensando en acercarse a saludar por amabilidad pero no encontró el momento exacto.

Hasta ahora.

— Lo suficiente como para llevar sólo tres copas de vino.

Taehyung sonrió, creyendo saber a qué se refiere.

— ¿Te emborrachas cuando no la estás pasando bien?

— ¿Sino como soportaría la abrasadora agonía que conlleva fingir que lo estás haciendo? — Hana lo miró, desafiándolo.

Taehyung no había quitado sus ojos de ella en ningún momento.
La risa salió desde el fondo de su pecho, sensual y pronfunda, Hana no lo dejo pasar.

— Tienes un punto, — aseguró, sonriendo al mismo tiempo que sus ojos se entrecerraban y su cabeza afirmaba. Esos gestos tampoco pasaron desapercibidos para Hana, él es realmente atractivo.

La noche era una falacia para esas dos almas que empezaban a conocerse, la noche no era suficiente.

¿Cuantas vidas serian suficientes para poder conocerse?

— Tae tae, ¿qué estás haciendo?

Hana lo sorprendió por detrás mientras colocaba sus brazos al rededor de su cuello, para luego dejar un efímero beso sobre su mejilla.
Es media noche, apenas había llegado del trabajo y no fue sorpresa encontrar a su novio despierto, él podría pasar la madrugada entera trabajando o platicando por horas con la mujer que lo había cautivado en cuerpo y alma.

Las noches aún se sentía como una falacia.

Taehyung colocó su mano sobre las manos cruzando sobre su pecho, amando la diferencia que existe entre ellas. Aquellas pequeñas manos tenían la capacidad de sostener su corazón, sin miedo a que en algún momento lo dejara caer.

— Escribiendo, no puedo sacar esta idea de mi cabeza,—dijo con voz rasposa, al parecer había pasado bastante tiempo en silencio.

Hana miró la pantalla, leyendo la historia que su novio estaba escribiendo antes de que llegara. Taehyung normalmente no escribe pero, cuando las ideas llegan su cabeza, sabe que será una historia digna de contar.

"Las noches se sienten abrasadoras a su lado y, en lo absoluto, tiene miedo a quemarse. No tiene miedo de la posibilidad que existe a que algún día pueda fundirse en las llamas y terminar hecho cenizas. ¿Qué importaba cuando había experimentado lo que se siente tocar el Sol con los dedos?"

—¿Sobre qué escribes?—preguntó, curiosa. Su barbilla roza el cuello de Taehyung, provocando que su voz choque contra su piel y su novio pierda la cordura.

Taehyung suspiró complacido, feliz, también. Si hace un año le hubieran dicho que en algún momento de su vida estaría así de enamorado, se habría reído. No lo buscaba, tampoco lo quería. Apenas estaba empezando a forjar el resto de su vida cuando la conoció. Nunca sintió que necesitaba una compañera para cruzar este camino.
Su viejo tío le contó como el amor  verdadero solo se encuentra una vez en la vida, por lo que nunca pensó que lo encontraría tan joven.

Si estar enamorado significa sentirse en paz en medio del abrazo de Hara, quiere estar así, siempre. Aunque, el por siempre aún no es suficiente.

Taehyung quitó los brazos de Hana de su al rededor y se levantó para abrazarla apropiadamente. Había salido de su hogar desde las ocho de la mañana, por lo que no la había visto en todo el día.
Colocó sus brazos al rededor de la cintura de su chica, para luego darle un suave beso en los labios, que la hizo sonreír.

—Sobre ti, quiero plasmar nuestra historia de amor, quiero que cuando nuestros nietos le pregunten a nuestros hijos sobre nosotros, puedan leerles este libro.

Los ojos de Hana se llenaron de estrellas, deslumbrado el rostro de su novio. No puede evitar sonreír y que, de paso, el labio inferior le temblara. Taehyung sabe como hacerla feliz, honestamente, nunca pensó que llegaría a sentir esta felicidad. Taehyung se siente como la decisión correcta. Taehyung es todos los sí. Es todas las oportunidades. Es todos los felices para siempre.
Sin pensarlo, atacó sus labios, tratando de transmitirle sin palabras la euforia que siente en este momento.

—¿Vas a escribir sobre las cosas que el abuelo le hacía a la abuela?—preguntó sin aliento. Un suave gemido, de esos que vuelven loco al hombre encima de ella, salió de sus labios.

Taehyung rió profundamente, atacando con besos mojados su cuello antes de separarse un momento.

—Esos detalles los guardaremos para nosotros.

Sonrieron cómplices antes de volver a provocarse gemidos de los cuales no puede tener suficiente.

¿Cuánto puedes aguantar antes de ser devorado por las llamas de un amor tan intenso?

okayyyy, quiero aclarar que cuando se refieren a que les noches son una falacia, es porque Taehyung no puede creer que realmente esté con Hana :(
Espero les guste esta pequeña historia de dos amantes que no creían en las casualidades.

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