Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. Incomprensible 👽

Tu mentalidad era fresca, tocó mi alma
Vigorizante, interesante, se sentía bien
Mi corazón se estaba hundiendo en estrés
Pero tú me trajiste lo mejor de mí
Y el modo en que me haces sentir, me pregunto si estará bien.

Mi amor y láser regenerarán tu corazón
No necesitas anestésicos, yo revisaré tu historial
Te reformaré desde el molde
Un completo nuevo ser que florecerá desde la vejez.

Oh, eres un hombre de milagros
Eres un cirujano del amor
Tienes una condición médica
No puedo esperar a que me arregles
Prometo que regresaré
Si trabajas tus milagros en mi.

Miracle Worker, SuperHeavy




🌌






No quería aceptarlo; pero sí, estaba contando los días, y ese ya era el sexto de la presencia en su casa. Era la quinta mañana del cuerpo gélido en su cama si descontaba la mañana anterior. Volvía a tenerlo a su lado. KyungSoo estaba despierto, y para su buen descanso, escuchando música con audífonos; no con los ojos abiertos y el cuerpo rígido, “durmiendo” como había resultado el fin de semana.

JongIn sabía de sobra que menos de seis o siete horas de descanso, eran malas para la salud, pero tampoco quería medicar un cuerpo con algo que no sabía cómo le afectaría al estar bajo la influencia de un alienígena. Al notar la tranquilidad que KyungSoo irradiaba, se quedó observándole en silencio y respirando relajado.

Almien parecía no haberse dado cuenta de que él ya había despertado, por lo que se atrevió a sacarle el celular de encima del pecho y ver qué estaba escuchando. No era algo de su lista de reproducción, era YouTube, y el título de la canción decía «science».

—¿El amor es una ciencia?

La voz suave y bajita pero curiosa como siempre, le hizo alzar la vista; KyungSoo también le observaba atento con sus ojos estáticos y luminosos como ese nuevo despertar.

—Ojalá...

—¿Por qué?

—Porque así tendría una explicación —desvió su mirada hacia el techo.

—Cosas bonitas no merecen explicación. Humanos sólo viven para sentir. Por eso no piensan mucho —le continuaba observando—. Por eso no tiene respuesta.

—¿Para Almien la tiene?

—No existe. Por eso viene a Tierra, a experimentar y sentir amor humano.

—¿Y luego?

—No sé. No estaré en Tierra cuando descubra respuesta.

—Qué pena... —susurró desviando sus ojos hacia éste.

—No, humano no debe saber respuesta. Sino dejaría de sentir.

—Puede ser... —tiró con suavidad del cable para sacarle los audífonos—. Voy a bañarme, haz el desayuno otra vez, por favor —pidió con amabilidad al sentarse—. Y báñate cuando me vaya, siempre tengo que estar diciéndote que lo hagas, tienes que acordarte tú solo.

—Almien no está sucio, no sale a calle. Está en casa encerrado.

—Buena excusa. Pero no estás encerrado, si quieres irte eres libre de hacerlo cuando quieras. Así que hazlo igual, no le haces mal a la sociedad dándote un baño.

—JongIn, da amor. No hace mal a la sociedad dar amor —imitó con tono sarcástico y moviendo de modo burlesco su cabeza.

—Eso suena tan patético como lo que pides.

—Entonces JongIn suena patético.

—Bien, entonces esta noche traeré comida sólo para mí.

—¿Qué? ¡No, Almien también quiere cena!

—Ah, lo lamento. Pero tengo poco dinero. Quizá tengas que buscar trabajo... Lástima que Almien sea tan torpe y no pueda darse cuenta cuando está comportándose fuera de lugar —sopesó para acabar exclamando también en burla—. ¡Nadie querrá contratarte!

—¡No haré desayuno a JongIn!

Oyó el grito molesto mientras se alejaba hacia el baño. KyungSoo le había hecho reír apenas despertar, le había hecho olvidar que esa madrugada, había soñado, y ya no se trataba de algo triste.

Si Almien y todos esos días era un frío sueño, entonces lo de aquella noche ya no era una pesadilla como las pasadas, había sido un cálido sueño dentro de un sueño.

Uno donde él y Almien habían dormido abrazados.

🌌

Al final KyungSoo sí había hecho el desayuno para ambos, pero él se había retrasado más de lo esperado en la ducha atendiendo sus asuntos hormonales, por lo que no hizo a tiempo a sentarse a comerse ni siquiera una tostada. Sintió hasta culpa de habérselo pedido, cuando se apresuró a la puerta y éste le gritó recordándoselo.

—¡Almien hizo desayuno, lleva a trabajo!

—¡No voy a llevarme el desayuno al trabajo! —respondió cerrando de un portazo.

Tenía que llegar rápido a la parada o se le iría el bus que lo dejaba en horario, por lo que prácticamente caminó tan apresurado las calles, que no fue hasta que llegó a la esquina y se relajó porque aún faltaban dos minutos como tenía calculado; que notó la presencia tras él, tan cercana como una sombra.

—¿¡Qué estás haciendo aquí!?

—JongIn lleva Almien a trabajo, no desayuno.

—¡Vete a casa, no puedo llevarte al trabajo!

—No puedo volver a casa solo. Almien no recuerda camino.

—¿Es una broma?

—No. Almien no molestará, lleva a trabajo.

—¡Vete como viniste, no es lejos, sólo dos cuadras derecho y doblas a la izquierda y camina derecho otra vez hasta que llegas!

—Almien no entiende.

—Sí, cómo no, ¿ahora no entiendes? Ahí viene el bus, vete a casa y llámame desde allí cuando llegues —soltó apresurado cuando el transporte se detuvo sobre la acera. Definitivamente no se esperaba estar siendo seguido y antes de subir el escalón, aún presintiéndolo, se giró incrédulo—. ¿Qué crees que haces?

—Trabajo. Vamos a trabajo —le empujó por la espalda, haciéndole tropezar.

—Arriba por favor —pidió el chófer mirándoles en reproche.

JongIn se puso de pie y conteniendo el aturdimiento que gritaba en su cabeza de que lanzara a aquél Almien por la ventana, pagó con su tarjeta el boleto de ambos. Sí, la gente sentada les miró con perplejidad, subir al bus entre reclamos y empujones, había llamado la atención. Se sentó al fondo evitando quedar a la vista del resto, y KyungSoo le siguió sentándose a su lado también.

—¿¡Por qué gente mira a JongIn y a Almien!? —preguntó demasiado alto, haciendo que algunos se volteen.

—¡Ya cállate! —espetó molesto.

—JongIn malo...

—Almien tonto —se cruzó de brazos mirando por las ventanas—. Ahora tendré que pensar que haré contigo.

—Almien se quedará quieto y no molestará.

—Eso ni tú te lo crees.

—Almien cree que puede. Pero curiosidad gana.

—La curiosidad mató al gato.

—Pero soy Almien, no gato.

—Pero sí morirás si no te encargas de cumplir tu misión.

—Por eso voy a trabajo de JongIn.

—¿Buscarás a otra persona? —sorprendido, regresó la vista.

—Sí.

—Oh... —titubeó y volvió a mirar por la ventanilla, fijando la vista en una manchita para no marearse entre sus pensamientos y lo rápido que iba ese chófer probablemente atrasado—. Bueno, eso está bien. Pero no puedes volver a tratar conmigo. Una vez que entres al supermercado, ya no existes para mí. No me busques, o fingiré que no te conozco.

—Almien entiende. No puede tener amor con dos humanos.

—No es eso lo que dije. KyungSoo —llamó su atención con seriedad—. Una vez que bajes del bus, tú ya no volverás a mi casa, ¿comprendes? —le observó detenidamente—. Será tu responsabilidad con quién te vayas. Si llegas a hacer algo que perjudique mi trabajo...

—¿Qué JongIn? ¿Echará a Almien? Si Almien ya no puede regresar. Ya está echando... —desvió la mirada hacia el frente.

—Llamaré a la policía. No creo que quieras ir con ellos.

—Almien se irá con persona buena y que también ame a Almien —declaró firme, sin volverse más a él.

—Eso espero.

🌌

Después de bajar del bus, supo que KyungSoo lo estaba siguiendo, pero no pudo deducir en qué momento había perdido su rastro o presencia por completo. JongIn había avanzado rápidamente por las dos calles, entrado y caminado toda la playa descubierta del estacionamiento del supermercado; pero no fue hasta que alcanzó la puerta de ingreso para empleados que notó al girarse, que efectivamente KyungSoo ya no lo seguía.

Muy para el contrario y lejos de su alivio, aunque eso fuese lo que habían acordado, el hecho de que éste ya no estuviese tras él, claramente le había generado un inminente pánico que se juró, pronto se iría.

Decirse a sí mismo que estaba bien y de acuerdo con lo pactado, sólo era un engaño, porque no podría estar tranquilo en tanto KyungSoo estuviese merodeando por las inmediaciones del supermercado. Además ¿cómo haría éste para que otra persona se lo llevase así sin más? No era como si alguien lo fuese a descubrir por segunda vez desmayado y desnudo en medio de la calle.

Primero porque ya no estaban en la calle, ni KyungSoo tampoco estaba desnudo como para llamar la atención de ese modo. Y segundo, porque nadie se lo iba a llevar tampoco a su casa con tal naturalidad como él lo había hecho. No todo el mundo era tan solidario, y JongIn al decir verdad, se sentía lejos de haberlo sido durante esos días.

Por el contrario, sabía que estaba siendo egoísta al no llamar a un médico que corroborase que su cuerpo estuviese realmente bien. Creyéndole tan ciegamente a Almien, quien decía ser un extraterrestre. Creyendo él también en que esa era la única verdad.

Una verdad que cuanto más tiempo pasaba junto a éste, más comprobaba.

Pensaba sin descanso en si debería pedirse ese día aunque le descontasen el sueldo; así al menos regresaría con KyungSoo, y le evitaría posibles problemas, pero el hecho de llevárselo, tampoco era correcto, ¿quién era él para prohibirle irse o salir?

Ahora que KyungSoo lo hacía, estaba lejos de su casa y no tenía cómo volver, no era más su responsabilidad. Era el momento perfecto para desprenderse de alguien que no era nada suyo. Para cortar con aquella torpe relación de humano y alien, donde él no era más que un protector que nadie había pedido.

Y Almien no era más que un desconocido, recibiendo sus cuidados y aprendiendo de lo que él no quería ni podía enseñarle.

En cuanto comenzó su jornada laboral, saliendo de la bodega y con el carro lleno de cajas de galletas a reponer en las góndolas; contuvo la respiración unos segundos, sin saber el porqué, quizá porque su miedo más grande era encontrarse con KyungSoo apenas salir a los pasillos, y que éste pudiese comenzar a hacer alguna clase de desastre.

Le atormentaba haberle perdido el rastro en un lugar tan grande y lleno de más personas que no conocían lo que realmente éste era. El sólo imaginar en todo lo que podría sucederle si alguien lo descubría, era inquietante; pero la curiosidad por descubrir cómo haría para irse con alguien más que no fuese él, podía más que sus miedos. Porque claro que si KyungSoo lo lograba, lo dejaría ir.

Tal vez era cuestión de ver cómo hechizaba a cualquier otro estúpido humano como él mismo, y así comprendería lo que le había hecho durante esos días. Aunque si KyungSoo no lo lograba, si sólo era un capricho de un ser extraterrestre y que no comprendía aún del todo el accionar humano, entonces JongIn sabía que no podía dejarlo solo.

Su egoísmo por no dejarle independizarse y cuidarle, era más grande que su deseo por dejarlo libre y con la posibilidad de encontrar a alguien que verdaderamente lo amase; con la posibilidad de que acabase muerto o dentro de un cuarto en un psiquiátrico, o peor quizá, en una sala de experimentos si comprobaban que poseía cualidades fuera de lo común en cualquier otro ser humano.

No era justo dejarlo a la deriva previendo las consecuencias.

El cuerpo de KyungSoo ya lo había estado una vez, no sabía el porqué, pero sí sabía absolutamente, que no podía volver a dejarle pasar por lo mismo nuevamente.

Si existía el alma de KyungSoo, y de en serio estaba dentro de aquel árbol de cerezo, no podía alejarlo; no podía permitirle permanecer tan lejos. En algún momento, su alma y cuerpo tendrían que reencontrarse, y era un deber el que Almien cuidase bien de sí mismo.

🌌

Entre idas y venidas por el supermercado; entre pensamientos que intentaba distraer con la lectura de etiquetas de productos y códigos de barras, acomodando cajas y haciendo limpieza en la bodega; se le fue la mañana y gran parte del mediodía.

Por lo que ya hambriento, subió a al primer piso donde tenían el salón comedor y tuvo sus retrasados quince minutos de almuerzo; aunque antes obviamente, y sin éxito en su búsqueda, había ido a investigar si KyungSoo estaría de casualidad por allí dando vueltas en los pasillos.

Pero no, otra vez no lo encontraba y ya tenía la certeza de que probablemente, nunca había puesto siquiera un pie en la tienda.

¿Habría encontrado a alguien en la calle?

¿O ya alguien lo habría encontrado y hecho algo de él?

—¿Alguien sabe quién es el chico del estacionamiento? —curioseó YiXing, su compañero extranjero con quien compartía el turno y mayor confianza tenía. Éste comía un sándwich mientras miraba con una expresión serena a través de la ventana que daba hacia el lugar.

—¿¡Qué!? —JongIn se levantó de su asiento para abalanzarse contra el enorme vidrio, aplastando su nariz, labios y frente contra el mismo. Si alguien lo veía desde afuera, sólo iba a notar su rostro deformado—. ¿Qué rayos... está haciendo?

—¿Lo conoces?

—Desearía que no... —suspiró resignado y viendo como KyungSoo corría hacia los autos cada vez que se estacionaban.

—Cuando llegué, lo oí preguntarle a la gente que entraba si podían enseñarle amor. Admito que no sé tanto de idioma aún, pero preguntar cosas así, suena raro, ¿no?

—No para él... —murmuró sin dejar de observar el cuerpo pequeño yendo de un extremo a otro por el playón.

—Suena como si estuviese buscando que alguien se lo lleve a hacer otra cosa... Deberías decirle que se vaya a su casa antes de que seguridad lo vea por camaritas —formó un círculo con el dedo índice y pulgar llevándolo a su ojo.

¿Ese era el método del alien para hacer que alguien lo amase? Tenía que estar completamente loco, parecía no haber aprendido nada del sentido común, y no comprendía ni siquiera él mismo porque creía que Almien podría haberlo hecho.

—Tal vez seguridad debería llevárselo. ¿No quieres llevártelo tú a la salida? Te haría compañía en tu departamento, ya que estás solo —se volvió hacia YiXing consultando con completa locuacidad.

—¿Qué?

—Sí, ¿qué? —rió nervioso sin saber qué más responder.

—¿Quién es él?

—Un extraterrestre.

—Ah, sí, también tengo un primo que parece uno, Tao. Él siempre se viste muy estrafalario con ropas caras. Pero bueno, familia es familia.

—No, no... YiXing —cabeceó en negación y con calma para luego lanzar un vómito verbal que ya no soportaba—. ¡Es un extraterrestre de verdad, es un Almien! ¡Lo encontré tirado en medio de la calle, desnudo y lastimado, se recuperó increíblemente rápido! ¡Se mueve veloz de a ratos que parece haberse bebido diez latas de Red Bull, pero habla como un niño de tres años! Bueno eso ya no tanto... Aunque igual, ¡no recuerda nada de su vida, no sabe ni de quién es el cuerpo que ha poseído! Bueno sí, sabe sólo su nombre que es Do KyungSoo... ¡Pero encima dice que vino a la tierra a aprender sobre el amor!

YiXing se había detenido con su sándwich a medio comer, estaba de piedra, sin haber dado más mordiscos desde que él había empezado a hablar, tenía el rostro completamente incrédulo y un pedacito de lechuga colgando por un costado de su boca; y JongIn no pudo más que lanzarse a su silla, también incrédulo, pero de sí mismo y de haber lanzado todo aquello como si fuese una loca pero común pesadilla.

—Hablaste tan rápido que apenas te entendí.

—Ah, nada. No tiene sentido nada de lo que dije.

—Oí extraterrestre KyungSoo que toma Red Bull en busca de amor.

—Ya pareces él también cuando hablas.

—Si busca amor, y tú lo conoces. ¿Por qué no le das amor? —se encogió de hombros y rió mientras continuaba comiendo—. Dale lo que desea. Seguro sólo quiere sexo.

—Ah, no, haz de cuenta que nunca te dije nada —alzó las manos negando y suspiró—. No es esa la situación...

—Bueno, si tú no le quieres dar amor. Yo puedo dárselo —se levantó al acabar con su almuerzo—. Si no quieres a KyungSoo en tu casa, puede venir a la mía. Yo le daré lo que busca.

¿Debería dejarle ir? ¿Debería decirle a KyungSoo que le encontró al compañero ideal? Quizá eso era lo que realmente buscaba el Almien, y éste creía que era llamado amor cuando sólo era simple sexo para reproducir su especie.

Vaya que le sonaba horriblemente desagradable, pero KyungSoo seguía siendo un completo cuerpo humano, por lo que ¿cambiaría algo el sexo con otro humano? ¿Congelaría hasta el corazón de YiXing al entrar en contacto con su piel tan fría? ¿Lo mataría y se regresaría a su planeta sólo para acabar con su misión?

No. No podía ser así. No era eso lo que Almien le había demostrado en esos pocos días. No parecía esa clase de contacto la que buscaba el alien. ¿O eso era lo que él quería creer? Sólo lo que él quería imaginar.

Tal vez era más fácil y digerible para sí mismo, creer que un extraterrestre estaba en busca de un sentimiento tan desorbitante puro y loco como el amor, que un sencillo y placentero método de reproducción. Quizá debería dejarle probar al Almien si eso era lo que deseaba; después de todo con él nunca lo obtendría, porque para empezar ni siquiera había sido capaz de comprender sus verdaderas intenciones hasta el momento.

Recién ahora que YiXing las ponía de un modo tan específico y evidente, de un modo que quizá debería haber entendido el día anterior, cuando KyungSoo habló de las revistas de su padre; o desde mucho antes, desde el primer día en que dijo que quería estar desnudo; era recién ahora, que lo comprendía.

Probablemente todas habían sido señales de lo que realmente estaba buscando Almien en la Tierra.

—Te lo presentaré cuando salgamos.

—¡Por fin tendré acción!

—Suenas desesperado.

—Pues KyungSoo allí afuera también.

Quizá era una decisión algo precipitada y que no le competía en lo absoluto, pero JongIn giró su rostro un instante, corroborando que KyungSoo seguía acercándose a cada auto que entraba al estacionamiento; como si fuese alguna clase de prostituta en medio de la zona roja...

Y bueno, vaya que por esos breves minutos, YiXing parecía tener razón.

🌌










Besituuuus, muchas gracias por leer <3 ❤ mucho amorrrr, como el que Almien desea 👽👀

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro