Los primeros
AMELIE
Me sentía tan absolutamente maravillosa, energizada, con tanta paz a mi alrededor que era difícil de creer. Me percibía a mí misma en una frecuenta distinta, como si fuera una nueva persona.
Besar su piel era extraordinario, pero nada se comparaba con sus labios, eran un paraíso divino en el que quería sumergirme para siempre. Mi corazón estaba renovado, latiendo como si Karan fuera la fuerza que ayudaba a aquel órgano a funcionar.
Cuando regresamos ambos completamente sonrientes, brillando en aquel resplandor dorado, todos los presentes nos observaban con sumo interés. La fuente a nuestro alrededor había cambiado también, volviéndose mucho más poderosa.
—¿Qué hicieron? —preguntó Leah observándonos con curiosidad.
Yun se nos quedó viendo, parecía herido, pero al mismo tiempo había alivio en su rostro.
La peli-negra enarcó una ceja.
—No se trata de eso, Leah... —respondí de inmediato intuyendo lo que estaba pensando.
—Hijos... —El señor Dowan se acercó a nosotros —. Creemos que el pergamino puede encontrarse en Corea, específicamente en Daegu¹.
—Decidí cancelar mi horario, quiero cerciorarme de que estés bien e iré contigo, Amelie —Determinó Yun con admirable tranquilidad.
Antes de que pudiera contestar, la madre de Karan me tomó de la mano y me llevó a la habitación de su hijo, cerró la puerta tras de sí y en su rostro pude ver seriedad. No sabía qué ocurría o como nos comunicaríamos, pero daría todo de mí para intentar entenderla. Ella tomó la palma de mi mano y la puso hacia arriba, luego dejó la suya a unos centímetros sobre la mía.
—¿Mi hijo está bien?
No sabía qué estaba ocurriendo, pero estaba entendiendo cada una de sus palabras. Asentí sin saber si debía hablar o no.
—Puedes hablar, preciosa, nuestra conexión va más allá del lenguaje. Así es como puedes comunicarte en caso de que una Llama Gemela no hable tu idioma.
—¿Por qué no lo hizo antes? —cuestioné, arrepintiéndome de inmediato, no quería parecer grosera. La diferencia cultural no me permitía expresarme tan bien como siempre, no sabía qué consideraban ellos como una falta de respeto y claramente no deseaba llevar una mala relación con los padres de Karan.
—Toma energía hacerlo, así que esperé el momento correcto para usarlo. Karan estaba muy enojado, ¿ocurrió algo entre ustedes?
—Nos... besamos —Confesé, era un poco incómodo hablarle sobre esto a la madre de tu pareja.
—Comprendo, ahora me resulta clara la energía que fluye a su alrededor.
—¿Ocurre algo? —No lograba entender la razón por la que ella me había arrastrado con tanta vehemencia hasta aquí.
—Amelie... Debemos ir a Corea, Dowan ya lo mencionó y sabemos muy bien que tanto Karan como tú tienen trabajo aquí, tienes a tu familia incluso, pero debes entender que la mejor forma de romper la maldición es viajando allí —Su voz la escuchaba claramente en coreano, pero entendía perfectamente, como si en mi cabeza hubiera un traductor que estuviera trabajando simultáneamente entre las dos.
—Antes de partir, debo hablar con mis padres. Necesito saber qué clase de conexión tienen ellos y la razón de por qué son diferentes a usted y al señor Kim.
—¿Cuándo vendrán? —consultó, la energía entre nuestras manos pareció perder intensidad.
—Mañana, es lo que papá y yo acordamos.
—Tendrá que ser mañana temprano, intentaremos conseguir vuelos para mañana en la tarde. Si no resulta, nos iremos en el primer vuelo que encontremos —Cerré los ojos, no había terminado de recuperarme de las emociones revoloteantes que Karan me produjo y ahora tendría que viajar a Asia a destruir una maldición. Todo era demasiado surrealista —. ¿Te encuentras bien?
—Sí... perfectamente.
—Entiendo por lo que estás pasando, pero tienes que saber que las energías femenina y masculina pueden cambiar en cualquier momento, ahora mismo tú tienes el rol femenino, eres quien está a la cabeza de los dos —Nuestras extremidades se unieron al fin, esta vez sentí la energía directamente sobre mi palma —. Sé que es difícil al principio, sé que te resistes a creer, también yo era así, pero no cometas los mismos errores que yo... Entre más rápido aceptes la conexión, más consciente de ella serás y no habrá bloqueo alguno que se interponga en su despertar. Cree, y ten paciencia con mi hijo, la energía masculina siempre tendrá más ego. Y, Amelie, no dudes ni por un momento en lo mucho que Karan te ama, lo hace y mucho, pero al igual que tú, él también está lidiando con todo esto.
Asentí y la señora Hana retiró su mano con suavidad, me dedicó una sonrisa, tocó mi mejilla y salió de la habitación.
Mis padres llegaron a la mañana siguiente, lo primero que quisieron saber fue de quién era el departamento al que se dirigían, tenían ese aire de sorpresa y picardía muy propio de cuando deseas saber algo que te produce muchísima curiosidad.
Los vi tomados de la mano, estaba bastante al tanto de sus miradas, de sus toques, de cada uno de sus gestos. Necesitaba percibir algo, notar alguna clase de magia en ellos, pero hasta el momento todo parecía normal.
—¿Hija qué ocurre? —preguntó mi padre.
—Nada, sólo... van a conocer a alguien importante y quiero que sean amables con él.
—¿Estás nerviosa, cariño? —Mi madre detuvo su camino hacia el departamento de Karan y me observó —. Siento que estás distinta.... —Tomó mi cabello y me estudió con detenimiento —. Pareces radiante, tienes una energía diferente.
Papá se posicionó justo al lado de mi madre y ambos me escrutaron con la mirada.
—Tu madre tiene razón, te ves diferente...
—Dejen de observarme de ese modo, es muy incómodo —Me reí y los tomé de las manos —. Vamos, quiero que lo conozcan.
Eran pocos pasos los que quedaban para presentar a Karan, lo que ellos ignoraban era todo el cúmulo de sentimiento que él me producía: la alegría, la paz, la tranquilidad, la plenitud. Desde que estábamos juntos mi energía era mucho mayor, el vacío con el que había vivido desde que era una niña había desaparecido, ya no quedaban rastros de aquel sentimiento y... paradójicamente, ahora que ya no habitaba aquella tristeza dentro de mí, que me sentía tan absolutamente invencible, -esto último producto de aquel beso-, teníamos que luchar por nuestras vidas o por nuestro despertar espiritual.
No quería ser un héroe, no buscaba destruir la maldición para todos y ser reconocida por tal acto, sólo quería ser feliz, vivir tranquilamente junto al amor de mi vida. Leah lo había dicho días atrás; yo no tenía que adivinar si éramos el uno para el otro, esto era real, una conexión tan fuerte que trascendía el tiempo y el espacio. Por esa razón estaba empeñada en protegerlo, porque no dejaría que nada me lo arrebatara, nada, ni siquiera la maldición de ese estúpido ángel caído.
Abrí la puerta y Karan y sus padres estaban reunidos en la sala. El departamento era pequeño, así que podía ver todo desde la entrada. Me encantaba el aire tan artístico que tenía su espacio, hablaba mucho sobre su personalidad.
Karan se puso de pie, se veía serio, había pasado el suficiente tiempo con él para saber que estaba nervioso. No necesité de la fuente para darme cuenta.
Cerré la puerta tras mis padres y entré con ellos.
—Tú... ¿En verdad eres tú? —inquirió mi madre observando a Karan. Mi padre puso las manos sobre sus hombros. Su expresión era tensa.
—Soy yo —afirmó Karan con seriedad, sabía que él podía sentir la desconfianza que tenía hacia mi madre a través de la conexión —. Mi nombre es Kim Karan, es un placer.
—¿Y tú qué eres de mi hija? —Mi padre lo estudió con la mirada, no de mala manera, simplemente con curiosidad. Papá jamás fue una amenaza para nada, siempre fue más tranquilo. Mi madre era complicada en varios sentidos, supongo que por eso se complementaron tan bien.
Observé a Karan entonces, la pregunta de mi padre era interesante. Ninguno de los dos había dicho nada respecto a un término oficial para la relación, pero ambos sabíamos que lo que teníamos era profundo y especial. Mucho más después de la regresión, y sobre todo después de que nos besáramos. Me estremecí; recordar sus labios era como invocar al ángel de todo lo que es divino, a la máxima expresión de lo majestuoso. Si el roce de mis labios sobre su piel resultaba increíble, esto superaba con creces aquella sensación.
—Mi novio —respondí con certeza. Karan pareció meditar la pregunta, recordando exactamente lo que mi mente rememoró. Cuando escuchó la respuesta simplemente sonrió tan cálidamente que quise besarlo de nuevo. Lamentablemente mamá me estaba causando incomodidad y eso no me permitía disfrutar del gesto.
Papá le ofreció su mano. Sabía que él era el menor de mis problemas.
—Un placer muchacho. ¿De dónde eres?
Observe a mis suegros mientras papá y Karan socializaban. Fue entonces cuando noté que se encontraban algo inquietos. Seguro mi madre les estaba causando aquella reacción.
—Corea del sur —respondió Karan con amabilidad y acto seguido los invitó a acercarse a sus padres.
Mamá entonces hizo contacto visual con los padres de mi novio y fue entonces cuando sentí el cambio repentino en la energía. Papá pareció sentirlo también y logró sujetar a mamá en el aire antes de que ella cayera al suelo. Me apresuré a ver qué le pasaba con Karan a mi lado.
—El encuentro de tres divinas femeninas y tres divinos masculinos —La voz del señor Dowan nos alertó de pronto. Sus ojos estaban cerrados mientras pronunciaba aquellas palabras —. Reconocimiento del poder divino.
Papá sostenía a mamá, su rostro completamente compungido en una mueca de preocupación como si estuviera perdiendo su propia vida, su luz, su alma. Comprendí el sentimiento tan profundamente que me aterró.
—¿Mamá? —Di dos pequeños toques a su rostro, quería que abriera sus ojos...—. Mami por favor...
Karan estaba justo tras de mí, su energía era tranquila, lo que lograba estabilizarme. Entendí entonces que sólo se trataba de un estado de trance.
La madre de Karan se acercó entonces y cuando puso su palma en la frente de mi progenitora ella abrió sus ojos.
—Clarisse... —Papá la abrazó haciendo que la señora Hana retirara su extremidad.
—¿Qué acaba de ocurrir? —Mamá dejó descansar su mano justo donde había recibido el toque de Hana.
—¿Estas bien? —La tomé de la mano observándola con atención.
—Sí, amor... —Parpadeó un momento y luego observó a la señora Kim—. Disculpe, tuve una visión con usted y Amelie.
Mi suegra puso su extremidad sobre la de mi madre. Imaginé que se estaban comunicando.
—Buenas tardes —El padre de Karan se acercó al mío, se presentaron y ambos cerraron sus ojos. "Reconocimiento" había dicho el señor Dowan —. Necesitamos hablar con ustedes.
—No me digan que Amelie y su novio planean casarse y por esa razón nos llamaron... —Mi madre se llevó las manos al rostro en señal de asombro, luego sus pupilas verdes se dirigieron con rapidez hacia mí —. La señora aquí presente no sé cómo logró hablarme vía mental, pero me explicó algo relacionado con una conexión.
Su expresión me hizo reír.
—Creo que nuestros hijos tienen conexiones mucho más profundas que un simple matrimonio en esta dimensión —Dowan sonrió con ternura mientras papá llevaba a mamá a uno de los sofás más cercanos. Todos, nos dirigimos a la sala del pequeño departamento donde finalmente descubriría la verdad.
—Por favor explíquense, necesito saber qué ocurre con mi esposa, conmigo y mi hija —Mi padre habló entonces con seriedad y un dejo de impaciencia.
—Mamá, papá... —Suspiré preparándome para explicarles todo lo que conllevaba esta conexión; sin embargo, unos golpes en la puerta interrumpieron el inicio de mi diatriba. Cuando Karan se acercó a abrir vi que se estaba disculpando, estaba segura de que se trataba del guardia que nos encontró en el parqueadero y venían a reclamarnos por los daños que causamos —. Demonios...
—¿Qué ocurre? —cuestionó mi madre.
—Nada importante —repliqué con solemnidad —. Quiero que me expliquen... ¿por qué me ocultaron que yo era fruto de una pareja de Llamas Gemelas? Estoy segura de que ustedes sabían todo esto.
Papá se echó hacia atrás.
—¿Cómo te enteraste? —Mi padre me dedicó una mirada sorprendida mientras movía los dedos de sus manos denotando el nerviosismo que sentía. Mi madre simplemente me observó con seriedad.
—¿Era algo que debían ocultarme? —Mi tono de voz fue mucho más serio, herido y resentido. No podía creer que me estuvieran tan sorprendidos, ¡Mi vida estaba en peligro y a ellos jamás les importó! —. Porque no puedo creer que ustedes, mis padres, quienes se supone que quieren lo mejor para mí, me estuvieran ocultando información tan importante como esta.
—Hija... —El matiz conciliador de mi padre acrecentó mi ira —. Tienes que entender...
—¿Entender? —Me levanté de pronto —, ¿Entender qué? ¿Que nos les importa mi vida en absoluto? ¿Qué me mintieron? ¿Es eso lo que tengo que entender? Porque no lo entiendo.
No me importaba en aquel momento los modales, esto era simplemente demasiado.
—Amelie, nosotros creímos que habíamos roto la maldición.
Karan giró rápidamente desde la puerta, el señor Kim adoptó una expresión sorprendida en cuanto escuchó aquellas palabras.
—¿Ustedes tenían conocimiento de la maldición? —vociferé, casi sintiendo como si me hubieran abofeteado.
—¿Cómo es posible? —inquirió Dowan —. ¿Cómo es que ustedes intentaron romper la maldición? ¿Cómo lo hicieron? Se supone que el pergamino...
—Siéntate, Amelie, les explicaremos todo —Sugirió mi padre. Karan se acercó entonces y se acomodó junto a mí, tomó mi mano y dibujó pequeños círculos sobre el dorso, intentando calmarme.
Noté a través de la fuente la tensión que sentíamos.
—Cuando tu padre y yo nos enteramos que nuestra conexión se debía a una especie de leyenda, ambos estuvimos en desacuerdo inmediatamente. La intensidad de nuestros sentimientos estaba allí, pero siempre experimentamos una intromisión respecto a la fuente —Explicó mi madre —. No queríamos, ni nos parecía cómodo besarnos o tomarnos de la mano y que millones de juegos artificiales se encendieran de repente. Así que buscamos a alguien experto en espiritualidad quien nos realizó una especie de regresión, en donde descubrimos que un ángel maldijo el vínculo sagrado de donde proveníamos; incluso amenazó de muerte a mí yo del pasado por "desobedecerlo" —Sus dedos hicieron el movimiento de las comillas —. Christopher fue la persona a la que el demonio le entregó el pergamino y a través de regresiones logramos seguirle el paso hasta hace alrededor de veinte años. Antes, mucho antes de dar a luz a Amelie, viajamos hasta Egipto y logramos llegar al pergamino, se encontraba en posesión de un viejo monje budista. A aquel manuscrito se le adjudicó una maldición relacionada con un Faraón, ya que quien lo tocara moría, pero sólo nosotros sabemos la verdad de por qué aquellas muertes ocurrían.
—¿Cómo lograron apoderarse de él entonces? —Inquirió Karan.
—Muchacho, sabes que el dinero te facilita todo en la vida, ¿verdad? —Mi padre se sentó en el borde del sofá —. Era un objeto que el monje no había podido estudiar en toda su vida debido a la maldición. Cuando nos sometimos a varios rituales se dio cuenta de que en efecto éramos la reencarnación de una de las primeras parejas de Llamas Gemelas que existieron, así que se interesó bastante. Básicamente fuimos su objeto de estudio, pero aquello nos permitió llegar al pergamino. Los rituales no fueron nada económicos, gastamos mucho dinero, pero valió la pena porque a cambio obtendríamos el manuscrito. Cuando el monje finalmente nos dio el pergamino, sus manos no tocaron el objeto y al estar en nuestra presencia este se iluminó confirmando que nosotros éramos el alma reencarnada de Dalila y Namid. Al observar la reacción del objeto, Clarisse tuvo una visión: vio al ahora ángel caído Chamuel quemándose, destruyéndose, así que tomamos eso como una señal e incineramos el papel.
La cabeza me daba vueltas, mis padres eran la pareja que observé hace unas horas en la regresión... no tenía sentido... ¿Cómo fue que terminé naciendo a través de ellos? Era muy extraño pensarlo de ese modo. En aquella vida eran mis amigos, en esta se habían convertido en mis padres.
—Nuestra fuente desapareció entonces —Mi madre prosiguió el relato con tanta tranquilidad que me produjo escalofríos —. Desde que quemamos aquel pedazo de papel, no volvimos a experimentar brillos en nuestro departamento. Creímos que había desaparecido la maldición y que se mantenía únicamente el vínculo divino del Arcángel Chamuel, ya que aún puedo sentir a Christopher, siento lo que él siente, de manera diferente, pero funciona exactamente igual a la fuente. Tampoco sufrimos en absoluto por el tiempo del despertar... Se nos dio naturalmente. A partir de allí vivimos como una pareja completamente normal. Cuando sentimos que era tiempo, que estarías a salvo y fuera de todo este asunto, decidimos tenerte, Amelie...
—Pero ahora, viendo a tu novio frente a nosotros... Podemos afirmar que son ustedes la pareja que observamos con el ángel en aquel tiempo, tu madre y yo supimos que eras tú la reencarnación de aquella chica cuando te tuvimos. La energía era demasiado conocida, innegable, pero pensamos que no tendrías problemas, que estarías libre de esto —La mirada de mi padre cargada de súplica casi me convencía. Él jamás me reprendía, jamás fue duro conmigo, pero ahora intentaba llegar a mí, como si deseara que comprendiera —. No te mentimos, hijita, queríamos traerte a un mejor lugar, por eso jamás te lo mencionamos, simplemente no lo creímos necesario.
Resoplé, eso explicaba por qué jamás vi su fuente, pero no esclarecía el por qué los padres de Karan y nosotros aún la experimentábamos de manera física.
Dowan negaba con la cabeza, había frustración en su expresión. Karan se encontraba demasiado serio. Sabía lo enojado que había estado hacía un rato, ahora habíamos tenido una revelación que ninguno de nosotros esperaba.
—Creo que... —El padre de Karan habló —. Ustedes detuvieron de alguna forma la maldición en su conexión, pero no en todas, y ahora que quemaron el pergamino, jamás podremos liberarnos los demás.
—Pero... querido —La señora Hana habló en coreano, se dirigía específicamente a su esposo, no sabía qué decía, pero Karan fue traduciéndome —. El monje en Daegu nos aseguró que lo tenía, ¿podría ser una mentira?
Mis padres se observaron, ignoraban qué había dicho la señora Kim.
—Y si... —Karan interrumpió la conversación de sus progenitores —. ¿El pergamino no se quemó del todo? —Observó a mis padres con detenimiento —. ¿Ustedes estuvieron allí cuando todo el pergamino fue incinerado?
—Así es —Afirmó mi madre —. Hasta que cada trozo quedó reducido a cenizas.
—Es una magia demoniaca y celestial, no sería tan fácil de destruir —Habló Karan entonces, parecía estar pensando, como si estuviera conectando las piezas de este enorme rompecabezas —. Ustedes perdieron el rastro del pergamino porque al ser destruido no volvieron a buscarlo, creyeron que habían terminado con él, pero he leído que el poder de un Arcángel es enorme, mucho mayor a un simple acto mortal. Ese pergamino debe seguir existiendo porque sólo ustedes perdieron la fuente de forma física. El quemarlo les dio tiempo para terminar de despertar y por eso no murieron... Quizás varias Llamas tuvieron ese espacio para completarse, despertar y evitar la muerte. Pero sigue en algún lugar, la cura se encuentra dentro, es imposible que sólo por quemarlo hubiera desaparecido.
—Tiene mucho sentido lo que dices —Le sonreí recordando como el ángel caído había dicho que la cura y la maldición estaban dentro —. La maldición no se romperá simplemente por un acto tan vano, se debe usar las reglas que propuso Chamuel, claramente, ¿Por qué se les ocurrió quemarlo? ¿La visión?
—La visión que tuve, sí... Sentí que era una forma de manifestar que el demonio había perdido, que habíamos tenido éxito —Explicó mi madre.
—Mamá, estamos lidiando con energías negativas, seguramente fue un engaño —Aseveré.
—Puede que lo sea —Acotó Dowan —. O simplemente que dentro de la cura diga algo relacionado al fuego, quemarlo, la primera pareja de Llamas, algo como eso...
—Quizás, y por esa razón se debilitó el poder del pergamino... —Karan movía su pierna de forma frenética mientras pensaba.
—Estamos haciendo conjeturas nada más —Mi padre se levantó y caminó alrededor de la sala —. Si la maldición no está rota la vida de mi hija está en peligro, así que empecemos con la búsqueda del pergamino de nuevo, no tenemos tiempo que perder, después podremos crear cuantas teorías deseen, y tú... —Se acercó a Karan —. No te perdonaré si dejas morir a mi hija, ¿te queda claro?
—Papá... —dije sin energías de soportar más enfrentamientos —. Sabes perfectamente que estamos conectados, ambos debemos despertar, no voy a permitir que Karan muera, y no voy a dejarme morir sin luchar. Esta responsabilidad es de ambos, no lo presiones.
Papá pareció sorprendido por mi respuesta, pero logró entenderlo, siempre fue más comprensivo que mi madre.
—Esa es mi pequeña —me besó en la frente y volvió a su lugar —. Bien, es momento de terminar de una vez por todas con esta maldición, así que a trabajar.
Mamá resopló.
—Así que, al final, esta magia vuelve a nuestras vidas una vez más...
***
Daegu¹ Es una de las ciudades más pobladas de Corea del Sur, es reconocida por ser una región mayormente agrícola. Es un lugar que combina la vida actual con la naturaleza ya que se encuentra ubicada en una zona geográfica montañosa. Varios templos pueden localizarse alrededor de los bosques.
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