Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Almas y estrellas

Esperaba la ambulancia con la angustia invadiendo cada fibra de mi cuerpo. No había querido romper el contacto físico con él, ya que mantenía la esperanza de que en algún momento Karan respondiera a nuestra conexión. La fuente la percibía con debilidad, no había brillos a nuestro alrededor esta vez, simplemente se sentía una soledad exorbitante...

Bonnie parecía inquieto, caminaba de un lado a otro como si estuviera nervioso. Rogué a los dioses que Karan estuviera bien, ya que no lograba sentirlo y aquello intensificaba mi zozobra de manera inconcebible.

Recién me enteraba de este mundo, no sabía a quién debía acudir en caso de que los síntomas no fueran físicos. Estaba perdida, solo Leah estaba enterada de todo esto, pero ni siquiera ella sabría qué hacer en este caso.

Me devané los sesos pensando en qué podía hacer para que reaccionara y entonces recordé lo que Karan hacía con nuestras manos. Estaba abrazando su torso desde atrás, pero, aunque él era un hombre delgado, su peso era mucho mayor que el mío, así que decidí poner su cabeza sobre mis piernas. Abrí su palma y lo intenté, la fuente entonces pareció activarse.

La calidez y la vibración volvió a rodearnos, y nuevamente sentí calor en cada parte donde nuestros cuerpos se rozaban. Fueron casi tres minutos, pero Karan abrió con lentitud sus ojos. Cuando me observó sentí que el alma había regresado a mi cuerpo.

—No te muevas, estás débil —Le pedí. Sus labios estaban secos, estaba pálido —. Estoy alimentándote de la fuente, parece que funciona.

Él sonrió y mi corazón volvió a latir en ese momento.

—Siento como si tuviéramos poco tiempo... —Fue lo único que dijo.

Los paramédicos golpearon a la puerta, supe que eran ellos por la insistencia con la que se hicieron notar. Ayudé a levantar a Karan para que se tumbara sobre el sofá y corrí a abrir. Bonnie estaba demasiado asustado, así que ladró por un momento.

—¿Señorita Park? Recibimos una llamada de emergencia de su parte — Uno de los médicos se acercó a mí y tan rápido como pude los guíe hacia Karan. No me importaba si lo nuestro era producto de una magia desconocida, necesitaba que un médico lo viera para poder estar tranquila.

—Perdió el conocimiento hace poco tiempo —Expliqué.

Karan observaba como toda la escena se llevaba a cabo, pero sus ojos jamás me dejaron. Luego de la revisión de signos vitales, entre otras cosas, se dieron cuenta de que su cuerpo estaba débil producto del largo viaje y el cambio de zona horaria. No encontraron algún motivo más profundo que pudiera haber causado su desmayo, todo parecía estar completamente normal.

Me pidieron que estuviera pendiente de que comiera de manera correcta y le recomendaron reposo absoluto. Exactamente igual que a mí algunos días atrás...

Cuando se fueron los médicos, Karan simplemente se sentó, su celular emitió un pequeño sonido y él lo tomó para responder.

—¿Crees que pueda quedarme aquí mientras mis padres llegan y nos ayudan con todo esto? —preguntó aun observando la pantalla de su teléfono.

—No hay problema, siempre y cuando no te moleste dormir aquí —Señalé el sofá, el cual era bastante amplio y cómodo para que él pudiera descansar bien—. Te traeré mantas al anochecer.

Sus labios esbozaron una pequeña sonrisa en confirmación.

—¿Cuándo llegarán tus padres? —cuestioné un momento después.

—Pasado mañana. El tiempo en los viajes puede ser muy confuso, pero papá logró encontrar un vuelo y si no me equivoco estarían llegando en día y medio.

—Entiendo —La fuente se sentía extraña, algo más baja, lejana, como si él estuviera a millones de kilómetros. —Karan... ¿te encuentras bien?

Su mirada era hipnotizante, una vez te observaba, no podías escapar de ella.

—Lo sientes, ¿no es así? El cambio en la fuente... —suspiró con resignación—. Estoy debilitándome, Amelie...

—Pero... mis visiones quieren decir que estoy despertando, ¿no? ¿No es eso una buena señal?

—Sí y no, estás viendo tus vidas pasadas, pero si no logras comprenderlas, si no logras saber mi nombre en cada visión y saber mi historia, es como si no estuviéramos avanzando —Explicó—. Dependemos el uno del otro, y no quiero presionarte de ninguna manera...

—Haré lo que sea necesario —Aseguré con vehemencia, necesitaba hacerlo por él, no dejaría que muriera, no en esta vida —. ¿Hay algo que pueda acelerar el proceso?

Karan suspiró y simplemente asintió.

Quise preguntarle de qué se trataba, pero en ese momento el timbre de mi departamento resonó. Karan intentó levantarse, pero lo detuve. Cubrí el cuadro que él había retratado nuevamente con la sábana y lo llevé rápidamente a mi habitación. Volví corriendo a abrir, y observé a Bonnie mover su colita, sabía que era Leah.

Mi mejor amiga estaba frente a mí una vez la puerta fue abierta, y no sólo ella: Yun y Liam Tanner estaban aquí también.

Yun me abrazó con afecto saludándome, y cuando se separó me miró a los ojos.

—Te ves mucho mejor... —Observó el rubio, sus ojos miel mostraban alivio. Tomó mi rostro y depositó un beso en mi frente—. ¿Estás bien ahora?

Sentí en aquel preciso instante un cambio en la energía, volviéndose un toque más agresiva. Era Karan sin duda.

—Por supuesto que lo está, me tiene a mí, eso es una enorme garantía —Leah me despeinó, mientras dejaba varias bolsas sobre el mesón de la cocina—. Bueno, vamos a comer. Amorcito, acércate.

Liam Tanner me dio un beso en la mejilla como saludo, apresurándose para reunirse con su novia.

—Hola, Karan, ¿les sirvió el tiempo a solas? Te veo mucho mejor —Observó Leah.

—No exactamente para lo que crees que hicimos, pero... en efecto, nos sentimos mucho mejor —replicó él. En ese instante Liam se acercó a Leah y la abrazó por la cintura.

—Vaya, no pensé que hoy termináramos teniendo una reunión con tantas personas —El rubio dirigió su mirada esmeralda a las pupilas ónix de Karan —. Tú eres...

—Kim Karan —Se levantó lentamente ofreciendo su mano de manera cortés—. Conozco tus trabajos, Señor Tanner. Es un placer.

Yun quien estaba recibiendo el infinito amor de mi mascota, observó la escena. Se acercó a los dos chicos y saludó a Karan quien le devolvió el gesto, aunque pude denotar un dejo de frialdad.

Me senté en el sofá y le pedí a Karan hacer lo mismo. Él me imitó un segundo después.

—Así que ustedes chicos, se llevan bien desde que se conocieron —Indicó Yun con su tan conocido semblante afable. Se sentó con nosotros mientras dejaba ir a mi pequeño.

—Amelie es una gran mujer, sería difícil no hacerlo. —respondió Karan.

—En eso estoy de acuerdo —Liam estaba observando mis pertenencias con sumo interés —. Si me lo preguntan, y quizás sea indiscreto de mi parte decirlo, se ven muy bien juntos.

Leah regresó con una botella de champaña.

—¡Es cierto, ya deberían oficializarlo! No sé qué tanto espera Karan... —Dejó la botella sobre la mesa y fue por las copas—. Celebraremos el día de hoy la recuperación de Amelie y Karan.

Karan sonreía. Parecía animado por el comentario de Liam y Leah.

—En verdad chicos, no sabía que estaban saliendo, esto sí que ha sido una gran sorpresa —Yun lucía genuinamente asombrado.

—Bueno, no es que estemos saliendo realmente... —comenté con honestidad, después de todo aún no nos conocíamos y no había nada oficial entre nosotros.

—Es cierto, aún no estamos saliendo —Karan secundo mi comentario—. Pero espero hacerlo pronto...

La fuente pareció acrecentarse con sus palabras, igual que mi corazón.

—¡Así me gusta, un chico que sabe lo que quiere! —exclamó mi amiga mientras Liam retiraba el corcho de la botella y vertía el líquido en la copa de cada uno.

—¿Qué los detiene? —Inquirió Liam tomando la copa entre sus dedos —. Se ven muy compenetrados, salta a la vista que se gustan.

La energía a nuestro alrededor parecía pulsar de manera extraña. Había nerviosismo de mi parte y orgullo del lado de Karan.

—Creo que tiempo, queremos conocernos más —replicó mi chico con tranquilidad.

—Es sensato —Yun tomó su copa estudiando el líquido.

—¡Es estúpido! —profirió mi mejor amiga—. Solo háganlo, lo que les falte de conocerse lo harán dentro de la relación, están hechos el uno para el otro, no tienen que adivinarlo, ustedes tienen esa certeza—. Levantó su copa—. Ahora vamos a brindar por ustedes.

Me reí, no solía ser tímida, simplemente pensaba demasiado las cosas. Era sencillo imaginarme como la pareja de Karan, de algún modo parecía natural.

Levanté mi copa, sonriendo mientras agradecía por todo lo bueno que tenía a mi alrededor: Estaba bien de salud ahora, tenía a mis amigos conmigo y a Karan vivo y a mi lado. Sabía que tendríamos pruebas que enfrentar, caminos desconocidos que recorrer y un destino completamente ajeno a nosotros. Pero conseguiríamos vencer, de una manera u otra.

Ambos nos miramos, él sintiendo mis pensamientos a través de nuestra conexión. Levantó su copa y sonrió, se veía aún algo pálido, pero en sus ojos se reflejaba la misma determinación que en los míos:

Lograríamos que en esta vida fuera diferente.

KARAN

Llegar a Nueva York fue como ganar la lotería. Enfrentar mis temores fue la mejor decisión que pude haber tomado.

No estaba arrepentido en absoluto de tenerla a mi lado, la elegiría a ella en cada vida, mundo y universo que existiera, porque no había nadie más que pudiera vibrar en la misma sintonía. Amelie era mi espejo... tan similares y al mismo tiempo tan diferentes. Podía verme reflejado en ella de un modo muy sencillo. Amelie era calmada y cautelosa, introspectiva y honesta. Era como yo...

El miedo que había experimentado en Seúl no estaba del todo sepultado en el pasado, pero gran parte de él se había extinto. Junto a ella me sentía renovado, fuerte y motivado. Estaba seguro que Amelie me daría el coraje necesario para enfrentar esta leyenda; después de todo, lo que más anhelaba era la tranquilidad y felicidad con la que vivían mis padres.

Sabía que teníamos una carrera contra el tiempo... las condiciones físicas entre nosotros en este punto podrían pasar de bien a mal en un segundo. Esperaba que ella pudiera ir adaptándose a mí y así ayudarla a despertar.

Estaba en el sofá cubierto por algunas mantas. Observaba el techo mientras la oscuridad a mi alrededor parecía envolverlo todo. Mis ojos se adaptaron rápidamente a la penumbra... sabía que debía descansar después de que mi cuerpo se debilitara, pero simplemente ahora no me apetecía hacerlo. Las inmensas dudas en mi mente, las sensaciones y sentimientos que experimentaba con Amelie eran tan intensas, sublimes y enormes, que sentía que explotaría en algún momento.

Fuera de todo eso... me sentía tranquilo. Una plenitud se instaló sobre mi pecho ayudándome a disipar aquellas sombras que el miedo había creado en mi interior.

Cerré los ojos y suspiré, Leah me había creído e incluso parecía que nuestra relación iba bien. Yun me causaba algo de conflicto, aunque no sabía muy bien por qué... Amelie era la mitad de mi propia alma y tenía la certeza de que nadie podría interponerse entre nosotros, simplemente cualquier otra relación terminaría sucumbiendo.

Tenía tantas cosas en las que pensar... no sabía por dónde iniciar o qué hacer exactamente para ayudarla con su despertar. Papá había sido entrenado por el monje que intervendría como última instancia, y confiaba en que esta pequeña ceremonia pudiera ayudarnos a recordar partes de nosotros mismos que desconocíamos...

Pero tenía un mal presentimiento al respecto...

Después de un rato de dejar correr con libertad mis inseguridades, decidí que era momento de dormir. Me acomodé dispuesto a silenciar todos aquellos pensamientos que me embargaban y fue entonces cuando divisé una silueta en el pasillo. Entorné mis ojos, la energía se intensificó y supe que se trataba de Amelie. Ella se acercó con lentitud, intentando no hacer demasiado ruido.

—¿Estás cómodo allí? —preguntó en tono amable.

—Perfectamente —Era cierto; su sofá era cómodo y tenía espacio suficiente. Inmediatamente sentí como la fuente cambiaba y pude percibir un dejo de inseguridad. Incluso cuando la energía parecía lejana, podía percibir las sensaciones.

—¿Te molestaría... si duermo aquí contigo?

Su pregunta me tomó por sorpresa, pero acepté gustoso. Me encantaba estar cerca de ella, su energía era mágica, única y maravillosa. Siempre vi esta conexión como dos cuerpos celestes: Si yo era la tierra, ella era la luna que gravitaba cerca de mí; mi satélite, mi guía...

Amelie se acercó y se recostó a mi lado. Su cuerpo perfectamente amoldado al mío, como dos piezas de un rompecabezas uniéndose en perfecta sincronía. Dejé que mi brazo se acomodara en su cintura, por lo que terminamos abrazados. Podía sentir la suavidad y el aroma de su cabello.

La fuente se concentró en nosotros, nuevamente las pequeñas estrellas aparecieron a nuestro alrededor y una burbuja sutil pareció rodearnos. Mi corazón se aceleró cuando ella tomó mi mano y la entrelazó. Pude ver entonces los pequeños brillos cambiar de color en un despliegue maravilloso de luz. Eran nuestras almas finalmente encontrándose, conociéndose, fundiéndose.

Almas y estrellas juntas en un espectáculo que sin duda retrataría.

Dormí aquella noche recordando las palabras que papá me dijo aquella vez:

"Es como tocar el cielo con tu corazón y desear que nunca te sea devuelto"

Abrir mis ojos fue como despertar en la vía láctea: los pequeños brillos de colores, eran ahora blancos, casi transparentes, pero resplandecían con tanta fuerza que era como si diez mil estrellas se hubieran instalado en el apartamento. Eran mucho más brillantes que la misma luz del día.

—Buenos días —Liam Tanner me saludaba desde la cocina observando el espectáculo con fascinación —. Veo que ustedes realmente hacen magia juntos.

—Tuve que contarle... —Leah se encogió de hombros mientras preparaba el desayuno, lo comentó con tanta naturalidad que me sorprendió—. Tienes un semblante tan diferente al de ayer, que la verdad si no supiera todo lo que sé, no podría creer que te recuperaras tan pronto.

—De hecho... —Me moví despacio para no despertar a Amelie —. Fue una noche idílica, la mejor que he tenido en toda mi vida.

—Tu voz es mucho más grave cuando despiertas, me fascina —Amelie se movió un poco, quedando boca arriba. Había un brillo especial en su piel marmórea y su rostro se veía placido, tranquilo.

—Vaya, vaya, vaya... —Liam se sentó en la pequeña barra de la cocina —. Jamás había escuchado a la señorita Park tan cariñosa. Debo decir que, siento un poco de envidia.

Leah sonrió.

—Liam está casi seguro de que Amelie lo detesta debido al tono profesional que ella usa al dirigirse a él —Explicó la peli-negra con tranquilidad—. Por favor ya quiten todos esos brillos de nuestra vista, nos van a producir migraña.

—Eso significaría tener que levantarme ¿y honestamente? No quiero hacerlo —Amelie escondió su cabeza en mi pecho aún sin abrir sus ojos. Acaricie su cabello con expresión divertida.

Leah enarcó una ceja.

—¿Quién eres tú y qué hiciste con mi mejor amiga? —cuestionó con asombro —. Regrésame a la Amelie que no confiaba tan rápidamente en las personas.

—Creo que conmigo no han cambiado mucho las cosas —Puntualizó el rubio—. Pero también les agradecería que dejaran de hacer eso, de hecho, me interesa bastante el cómo harán que desaparezcan.

—Me asombra la tranquilidad con la que acepta los hechos insólitos, señor Tanner —dije con sinceridad, mientras mis dedos jugueteaban con el cabello castaño de Amelie, que al parecer había vuelto a quedarse dormida.

—Me encantaría retratar esto ahora mismo, porque les sorprendería escuchar que además de artista... soy un psíquico.

Leah se detuvo por un momento y en su mirada claramente pude ver asombro.

—¿Qué clase de cosas puedes hacer? —Desde luego que había un interés profundo en mi cuestionamiento. Si era verdad lo que decía entonces aprovecharía su don. Conseguiría que me ayudara con esto.

—¡Oh maravilloso! estoy rodeada de personas con dones mágicos, soy la única aburrida entre todos ustedes, mi única especialidad es que soy bastante flexible —La peli-negra sacudió la cabeza como si todo este tema le diera gracia.

—En eso puedo dar fe.... —Liam le sonrió y en sus miradas pude percibir una silenciosa conversación de la que honestamente no quería ser espectador.

Observé a Amelie, estaba completamente dormida, aunque fruncía el ceño como si algo estuviera molestándola.

—Eres tú, tú, tú... —Le escuché murmurar. Su rostro compungido en una mueca de dolor. La fuente se hizo intensa, tanto que Leah y Liam se acercaron a ver qué estaba sucediendo. Tenía a Amelie entre mis brazos, tan cerca de mí como me era posible, pero ella no estaba aquí, estaba en un lugar remoto, su mente y su alma estaban lejos de mí.

Acaricié su frente midiendo su temperatura corporal, no había nada extraño.

—¡No! —Gritó, sus párpados cerrados con fuerza. Su cuerpo se movía con brusquedad apartándose de mí, fue tanta la fuerza que usó que cayó del sofá al suelo. La sujeté de inmediato, sabía que estaba viendo algo relacionado a nuestras vidas pasadas.

Leah se arrodilló en el suelo junto a mí, observando la escena con el terror vivo en sus pupilas. No dijo nada, sólo tomó a Amelie del brazo mientras gritaba y se sacudía con fuerza.

Liam estaba completamente quieto, de pie observándola, mientras yo la sujetaba y alejaba las cosas para que no se lastimara con nada. Leah estaba imitándome.

—¿Quién es Adael? —preguntó Liam con sus ojos cerrados —. Está golpeando a alguien... Karan... ¿por qué están tratando de asesinarte?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro