Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 7

La belleza que soy capaz de percibir en este momento, en su completo ser, no creí que si quiera existiera.

Me encara y puedo sentir su aliento en el centro de mi frente. Estoy asustada, pero la adrenalina corre mucho más rápido por mis venas. No puedo creer que me esté dejando intimidar por alguien. Pero cómo no caer cuando lo tengo al frente.

Su mirada busca la mía de forma interrogativa y nuevamente me pierdo en su oscuridad. Por un momento no pienso nada, solo siento que me fusiono con su ser. Siento que me dejo envolver por ese oscuro laberinto.

—¡Te hice una pregunta! —grita sin tacto alguno, sacándome de mi alucinación, mientras entierra la pistola con más fuerza en mi costado. La agresividad es palpable.

Me remuevo tratando de que me suelte, pero no consigo mi cometido. No sé cómo estoy tan segura de que no accionara el arma. Pero me estoy arriesgando en demasía.

Nunca he pensado especialmente en la muerte, porque no quiero morir. Aun así, aquí estoy yo, tentando a mi posible asesino con mis bruscos movimientos.

Me siento como una estúpida. ¿Cuánto tiempo llevaba mirándolo como una idiota?, tiempo que pude utilizar para inventar alguna excusa. Ahora no tengo otra opción. Tengo que hacerlo ahora, a pesar de las advertencias de mi padre. Si se entera de que estoy tratando de robarle el dispositivo, todos mis intentos por conseguir algo se desmantelaran.

Hago acopio de toda mi fuerza mental y me concentro en un solo cometido. Tengo que ver qué hay en realidad en su mente, tengo que implantar algo allí.

Desvío mi mirada hacia el piso mientras Blake repite un sin fin de incoherencias. No escucho nada, estoy muy concentrada en mi próximo movimiento. Siento el color llegar a mis ojos y trato de buscar conexión con su mente, que por suerte es la única cercana, por lo que no tendré ninguna distracción.

Blake se remueve incomodo y se separa apuntándome a la cabeza. Siento cómo la primera barrera cae y me da entrada a su mente. Tal vez por estar desprevenido no se percató de mi intrusión.

Me sorprendo cuando veo lo difícil que es derrumbar la siguiente. Cuando lo hago en mentes humanas es solo una puerta sin pestillo, a veces incluso entreabierta. Pero esto es definitivamente un nivel de difícil desbordante.

Siento cómo mi cuerpo comienza a debilitarse al tiempo que mi mente. No estoy acostumbrada a tanto esfuerzo. La configuración de la mente Psyque tiene miles de paredes, paredes sin puertas o ventanas.

Decido entonces que tengo que levantar mi mirada y conectar con sus ojos para tener una mejor posibilidad de traspasar las enormes barreras que se ciñen, protegiendo su alma. Conecto con sus orbes y mi poder esta activado casi al máximo, ya que mis manos se envuelven en tiras violetas sin dirección. Veo la resolución y el horror en su mirada.

Ya no hay vuelta atrás.

El dolor hace presencia en la parte trasera de mi cabeza y en mi cien. Tengo que llevarme al límite o todo esto habrá sido para nada.

Presencio cómo lucha en contra de mi control, pero finalmente derribo la segunda pared. La tercera. La cuarta. Sigo derrumbando paredes, cada vez es más fácil, y finalmente estoy dentro. Su mirada llena de pánico es reemplazada por el vacío cuando inmovilizo su cuerpo con ayuda de mi poder. Todo sucedió relativamente rápido y me sorprende que no me dispara. Supongo que estaba muy ocupado tratando de bloquearme el paso.

Me encuentro en el vació de su mente, es como una habitación desierta. Reúno la fuerza que me queda y comienzo a hablar dentro de su mente con la intención de convencer, no de comunicar. Para esto activo la función receptora de información en su cerebro, con bastante dificultad. Siento que me toma años.

Solo debo llegar a su consciente ya que allí se recibe toda la información y se procesa. No necesito modificar ningún recuerdo por lo que no llego al subconsciente. Solo necesito hacerle creer algo que está pasando justo ahora.

«—Todo está bien. No tienes que usar tu arma, no soy un peligro

Digo dentro de su cabeza mientras me retuerzo, tratando de no perder la concentración, estoy haciendo uso de mucho poder y no creo aguantar por mucho más tiempo.

«—Estamos en tu habitación, porque acabamos de llegar de la entrega y estábamos buscando a Miles; escuchamos un ruido aquí dentro y nos alarmamos. No era nada. Estamos hablando sobre el éxito de la entrega y...»

Me detengo, o... mejor dicho, él me detiene. Su mente está volviendo a tomar autonomía así que rápidamente termino la oración.

«—Mis ojos están violetas porque la luz de la luna entro por la ventana e hizo ese efecto por mi color natural.»

Caigo al piso de rodillas al tiempo que Blake sale de mi transe.

Mi poder se volvió a enfundar en mi piel, más rápido de lo que un rayo hace presencia con su luz. Al estar tan agotada no me quedan fuerzas para mantenerlo a flote. No imagino lo que tendría que pasar si estuviera luchando contra miles de Psyques. Aunque para la lucha he implementado un método de engaño superficial, son como alucinaciones, pero no alteran ningún recuerdo o ninguna acción en los individuos, simplemente altero lo que ven y para eso no necesito mucho de mi poder.

Blake me mira desorientado y corre a mi lado para ayudarme.

—¿Qué pasó? —pregunta en un hilo de voz—. Estábamos hablando de la misión y de repen-de repente te veo en el piso y estoy empuñando un arma.

Me ofrece la mano y la tomo. Ya parada uso lo que me queda de fuerzas para sentarme en su cama y retomar el aire.

—Escuchamos algo aquí dentro y desenfundaste tu arma, pero cuando entramos me desmaye enseguida —miento con la esperanza de me crea lo del desmayo—. De todas formas, no hay nadie.

—¿Pero, estás bien? ¿Estás herida? —lanza sus preguntas al aire rápidamente y con mucha preocupación.

—No —niego—. Estoy bien, es solo que no comí lo suficiente hoy, estuve dormida toda la tarde y luego partimos hacia el campamento.

Asiente no muy convencido.

—Será mejor que bajemos, a Mike no le gustará ver que dejamos el perímetro descuidado cuando vuelva —dice. Lo veo tan vulnerable; es extraño después de verlo destilando poder.

Dejo que salga primero para que no vea lo aturdida y débil que me encuentro.

Bajamos y veo que hay dos sillas pegadas a la fachada de la casa. Se sienta y veo que recuesta la cabeza en la pared mientras cierra los ojos. Me recuerda que hace unos momentos hizo lo mismo, pero con una actitud totalmente diferente. Mientras ahora parece derrotado, antes parecía un diablo con toda la intención de maldecirme, con arrogancia y como un vencedor. Es abrumador ver las facetas que tienen las personas, cómo pueden tener los mismos gestos en situaciones tan distintas.

Tomo asiento en la silla adyacente a la suya.

—¿Nunca has sentido que una parte de algo está perdida? —pregunta aún en la misma posición, con los ojos cerrados, y me detengo a contemplar su rostro. Sus facciones son muy peculiares, es una combinación entre lo angelical y lo demoniaco, no es común, es ensordecedoramente frío y al mismo tiempo extravagantemente expresivo. No tengo más explicación.

—¿Por qué lo dices? —pregunto, aunque sé perfectamente a lo que se refiere. Mi ansiedad crece un poco más.

—Es extraño, sé lo que paso hace un momento y a-un —titubea—. Aun así, no me siento familiarizado con ello, es como si me hubieran borrado la memoria, como si no hubiera estado presente. —Abre los ojos y me mira fijamente—. Y tus ojos —hace una pausa—, podría jurar que eran violeta —termina mientras sus ojos adoptan un deje de algo que no puedo terminar de comprender. ¿Entendimiento? ¿Precaución? ¿Empatía?

—Supongo que la luz que entra por la ventana los hicieron resplandecer —respondo refiriéndome a mis ojos—. Y bueno, supongo que todos olvidamos pequeños detalles del día a día sin querer —aseguro tratando de apaciguar su duda.

—Supongo, aunque jamás me había pasado —responde bajando la cabeza.

El silencio se hace presente por un par de minutos. No hay nada más que decir.

Respecto a su pregunta, sé que se refiere a lo que acaba de pasar, pero no puedo evitar sentir que esa incógnita trasciende a algo mucho más grande en su vida. Tal vez sea porque la misma incógnita se instala en mi respecto al principio de mi vida.

Hago un repaso superficial de la zona con solo una pequeña porción de mi poder, para que mis ojos no se enciendan, y asegurarme de que no hay ningún intruso.

Recuerdo que tengo el dispositivo aún en la chaqueta, entonces me excuso y subo a mi habitación. Estando allí, lo escondo en la funda de uno de mis cuchillos gruesos y lo dejo ahí para luego bajar lo más rápido posible.

Vuelvo a sentarme en la silla y, al cabo de quince minutos de silencio, llegan todos en caravana y comienzan a entrar a la casa.

—¿Por qué salieron antes? —pregunta Mike con cierta molestia en su voz.

Levanto los hombros mostrándole que no hay ninguna explicación. Él rueda los ojos para luego entrar a la casa.

—Sabía que no había ningún permiso para retíranos —confiesa Blake.

—¿Entonces, por qué me hiciste caso?

—Porque me deje llevar por tu belleza y la persuasión que emanas, preciosa —dice con una sonrisa arrogante en su rostro.

—Seré tu perdición —digo enigmática y suelto una risa acompañada de un guiño.

Estoy muy cansada como para ponerme a pensar en que no debería hacerlo, ya lo hice.

Cierro los ojos un momento.

—¿Qué has olvidado tú?

—¿Hmmm? —gesticulo con los ojos aún cerrados.

—Si, ¿qué has olvidado? Dijiste que todos olvidamos pequeños detalles del día a día, pero sonó a que aquel detalle es más trascendental de lo que quieres admitir.

Lo miro sorprendida y lo encaro sin abandonar la tarea de revolcar sus ojos con los míos.

—Mi infancia, la mayoría de ella, en realidad —digo—. Pero a todos nos pasa, no hay ningún misterio en eso.

—Tu infancia suena especialmente enigmática —indica—. Deberías dormir, aunque sea unas cuantas horas, te ves exhausta, yo puedo hacer la guardia hasta que despiertes.

Me veo tentada a negarle el ofrecimiento, pero mis ojos están pesados como un par de piedras y mi mente aclama un poco de descanso, así que finalmente le sonrío a modo de agradecimiento mientras cierro mis ojos y acomodo mi cabeza. No es precisamente una posición cómoda y mucho menos adecuada para dormir, pero no puedo subir ya que se supone que estoy de guardia.

Al cabo de unos poco minutos escucho que alguien sale y comienza una conversación Blake.

—¿Está dormida? —pregunta Kaeil.

No escucho respuesta por parte de Blake.

—Bien.

—¿Cómo fue el viaje con Lily? —pregunta Blake interesado.

—Habla demasiado y es bastante divertida y expresiva, al igual que Rosaura —dice con tristeza en su tono de voz —. Pero no es lo que importa —aclara recomponiendo su voz—. No se inmuto cuando me ausenté.

La risa de Blake se hace presente con suavidad.

—No te rías —reprocha Kaeil con la risa entre su voz también—. En fin, escuche que Amara estuvo en el mismo lugar que yo, ¿algo que decir?

—No sé, dijo que estaba siguiendo a Mike y a la doctora, pero no me convence.

—Tal vez solo tenía curiosidad.

—Tal vez...

—No encontré muchas cosas, pero si una lista de los próximos Psyques a ser secuestrados y los que en este momento están vivos siendo torturados.

—Perfecto, al menos ya no tenemos las manos vacías.

Escucho que Blake habla un poco más, pero sus palabras ya no son entendibles para mí. El sueño se apodera de mi cuerpo y lo eleva en una nube de descanso. En menos de lo que creo ya no tengo ningún pensamiento, solo el sentimiento de paz que la inconsciencia trae consigo.

El aire es liviano y puro, el olor a lluvia es absorbido por mis fosas nasales mientras la primera gota cae en el centro de mi frente. Mirando al cielo, solo soy capaz de encontrar hermosura a pesar de la oscuridad que este muestra. Me recuerda a la infinita caída en la que me veo envuelta cada que diviso la profundidad de sus ojos negros. Aun así, este cielo es desorbitante, no sé si me atrevería a compararlo con otro ser.

A mi alrededor todo comienza a oscurecerse, pues las obscuras y gigantes nubes le obstruyen la entrada a la poca luz que había. No hay nadie conmigo, estoy sola y, cuando me volteo, finalmente encuentro el gran lago tan familiar. Hay diminutas olas danzando al compás del viento justo en el centro de mi preciado lago, y me hacen querer ir a acompañarlas mientras coreografiamos el silencio.

Sigo mi instinto y comienzo a caminar hasta la orilla del lago, mientras el fuerte aguacero me deja totalmente mojada. Cuando mis pies tocan el agua, miro en dirección al bello cielo una vez más, solo para encontrarme con un rayo partiéndolo en dos con su bella luz, acto seguido, el estruendo se hace oír con fiereza queriendo demostrar su presencia. Miro al frente, hacia el lago, y comienzo a sumergirme. Cuando tengo el agua hasta el cuello, miro a mí alrededor, giro mi cabeza y voy captando las imágenes del bosque tupido que osa llamarme en medio de esta penumbra. Los árboles ya no muestran sus ramas, en cambio, se ven sombras y definiciones en negro, pues la oscuridad no les permite mostrar sus atributos. No hay un solo hueco en aquella barrera supuestamente verde. Cada árbol se toma del siguiente con ayuda de sus ramas, como si tuvieran miedo a ser desenterrados. Y alrededor de estos, más adelante, más cerca del lago, hay varios arbustos y la maleza está bastante crecida; tanto, que creo que si voy y me planto en medio del campo este me tragará y perderé la maravillosa vista.

Por todos los extremos del lago, el bosque se cierne como una muralla natural, protegiendo el agua sagrada que parece reposar aquí. Miro una vez más al cielo con una promesa silenciosa de volverlo a ver cuándo el infierno termine. Sumerjo mi cabeza bajo el agua y quedo sola con la negrura, con la oscuridad, sumida en un largo sueño del que desearía jamás despertar.

Pero canto victoria muy rápido.

De repente escucho gritos y siento que la lluvia y las negras nubes abandonan su lugar por miedo. Cuando vuelvo a emerger ya no llueve, en cambio, un potente sol, que amenaza con quemar a todo aquel que ose mirarlo, se yergue en el horizonte; los árboles recuperan su familiar tono verde y reviso la orilla del lago, topándome con la desgracia. Cuerpos, personas amontonadas, una sobre la otra, desde aquí parecen montañas. Unas personas más están corriendo, algunas con dirección al lago, otras al bosque, otras intentan trepar las casas que antes no estaban. Es como si de repente todas las estructuras decidieran levantarse trayendo consigo muerte y destrucción.

Veo a los hombres de negro una vez más, con sus armas y sus espadas aniquilando a todo aquel que cruce su camino. La rabia me invade. Esta vez no es el miedo quien reina, es el instinto de protección. Comienzo a correr como puedo hasta la orilla, pero cada que me acerco los hombres se alejan, no parecen verme ni mucho menos intentan huir, simplemente su trabajo está hecho.

Cuando llego a la orilla no hay nadie vivo a quien preguntarle qué fue lo que pasó. Solo veo cadáveres.

Cuando miro devuelta al cielo, cumpliendo mi promesa, veo mil y más colores flotando hacia arriba, son almas, almas recién inauguradas para una eternidad de muerte y de nostalgia. Es un espectáculo lúgubre y melancólico que hace que unas pequeñas lágrimas se derramen por mis mejillas. Tanto daño que hemos causado.

—¿Qué hemos hecho? — alcanzo a gesticular, pero nadie parece escucharme, nadie emite una respuesta.

A lo lejos escucho una detonación y en cámara lenta veo cómo una bala se aproxima a mi pecho. Intento moverme, pero mi cuerpo esta estático, como si supiera que esta es mi hora de partir y seguir a aquellas almas hasta el cielo, uniéndome con mi amado atardecer y sus colores. La bala penetra mi corazón más rápido de lo que preví, y entonces mi cuerpo cae encima de la montaña de cadáveres cuyos ojos abandonan cada vez más su color.

—Hey, Hey, despierta ya, bella durmiente.

Debo haber llegado al más allá o algo, aún siento el dolor de la bala en mi pecho y mi cuerpo inmóvil no me permite revisar.

—Tranquila, no pasa nada, estoy aquí.

—Y-yo... —Trato de abrir mis ojos sin éxito.

—Aquí estoy, shhh.

Intento nuevamente abrir mis ojos y cuando por fin tengo éxito me topo con la negrura que hace un momento veneraba.

Arrugo el entrecejo.

—¿Dónde estoy? —pregunto con exagerada confusión.

—Estas a salvo.

Me levanto y reconozco las facciones de Blake, quien mantiene su mano en mi abdomen, asegurándose de que estoy bien. Ya no siento el dolor punzante en el pecho, pero si siento una presión constante, cargada de agonía. Entonces realizo que fue solo un sueño, un infame sueño.

Lo miro con interrogación, incitándolo a que me cuente qué hice mientras soñaba.

—Tuve que despertarte, porque estabas hiperventilando, no fue bonito verte retorcerte en esa silla —confiesa con preocupación—. Como un gusano —termina y suelta una risa suave para aminorar la tensión.

Me rio y le pego con el puño de forma suave y sutil en el pecho.

—Estaba muriendo y solo te fijaste en que me movía como gusano —digo con indignación—. Ya sé que no puedo contar con que me salves si me matarán realmente.

—No me juzgues tan rápido, soy muy útil cuando me lo propongo.

Ruedo los ojos quitándole credibilidad a lo que acaba de enunciar. Su expresión cambia de la diversión a la preocupación nuevamente.

—Dijiste: «¿qué hemos hecho?» —relata —. ¿A qué te referías con eso?, ¿con qué estabas soñando?

Verdaderamente no sé a qué me refería, tal vez al hecho de que soy una Psyque y pertenezco a la especie de asesinos que masacró a ese montón de personas en mi sueño. Soy una Psyque, pero no debería sentirme culpable, yo no soy como ellos.

—No lo recuerdo —respondo con una sonrisa en mi cara, quitándole importancia—. Solo recuerdo que me dispararon justo aquí. —Señalo el lado de mi corazón—. Y que desperté al lado de alguien que me llama gusano acabando de morir ficticiamente.

Suelta una sonora carcajada y me deleito con el melodioso sonido.

—Bien, solo diré que parecías una maniática, por poco y te sales de la silla.

Me rio ante su comentario y pasamos el resto de la guardia hablando y bromeando sobre mi comportamiento durante el sueño. Él trata de inquirir sobre la trama de mi sueño varias veces más, pero, ante mis afirmaciones de no recordar, termina dejando a un lado el tema.

En la mañana, Mike llega para informarnos que nuestra guardia acabo y me dirijo a mi habitación directo a la cama, pues en la silla solo dormí dos horas.

Decido que será mañana cuando repare el teléfono e indague por algún tipo de información.

Me recuesto sobre mi cama y comienzo a pensar.

Cuando hablo con Blake siento que todas mis barreras se caen, que mi entrenamiento para mantener toda emoción a raya es en vano, y eso me asusta en cierta medida. No debería fraternizar con el enemigo de esta forma y espero que cuando las cosas exploten y yo pueda ver la realidad de lo que siempre ha sido, no me tiemble la mano para hacer lo que deba hacer.

Debo recordar que esta noche tuve que usar mi poder, porque de lo contrario ya podría estar muerta. Tal vez esta noche no se hubiera desarrollado en carcajadas y pequeñas significativas miradas si no hubiera sido lo suficientemente fuerte. Quedé bastante sorprendida cuando comprobé que soy capaz de eso y mucho más, con práctica. Una vez vuelva al campamento le diré a mi padre que entrenare con otros Psyques e, incluso, los tratare de convencer de unirse a nuestra causa. No puede ser que yo sea la única capaz de reconocer le horror que la Academia nos trae.

Respecto a mi sueño, llevaba varios días sin tener ninguno relacionado con el lago. Sin embargo, últimamente son más frecuentes. El primer sueño de ese tipo llego a los quince, pero se repetía tal vez dos veces al año. Ahora, a mis diecinueve, he tenido el mismo sueño unas tres o cuatro veces en un lapso de dos semanas. Es inquietante, pero prefiero no buscar significados trascendentales, no vale la pena ya que lo que veo son incoherencias producto de mi subconsciente y sus miedos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro