Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Todo mi cuerpo está temblando de forma descomunal, mis músculos se contraen y me hacen moverme incontrolablemente.

Muchas voces se escuchan de fondo mientras siento que me cargan, sin embargo todo se combina y no logro identificar nada de lo que está pasando.

Pero muero.

Soy consciente únicamente de que me estoy muriendo.

Un dolor constante e intenso se expande de la herida al resto de mi cuerpo, haciéndome sentir como si ondas se movieran de ella al resto de mí.

Me siento delirante, el dolor cada vez aumenta por más imposible que parezca.

—Luzbel, quédate aquí — oigo una voz —, vas a estar bien.

Siento como comienzo a quejarme, el dolor sólo me permite eso.

—Ayúdame — gimo.

—Vas a estar bien, lo prometo, calma, intenta calmarte.

Ni siquiera he podido abrir los ojos, lo único que puedo hacer es quejarme y sentir dolor, no hay más, no puedo quedar inconsciente ni despertarme por completo, estoy en un sufrimiento interminable.

—Luzbel — oigo una nueva voz bastante desesperada —, Luzbel, abre los ojos, no te vayas, ábrelos.

Logro hacer lo que me piden y abro los ojos, la luz me deja cegado un momento hasta que me acostumbro a ella.

El cabello rubio de Kristen es lo que más llama mi atención, y una vez que mi vista se adapta me encuentro con sus ojos preocupados.

—Estoy bien — consigo decir aunque soy el que más sabe que no estoy para nada bien.

—Tranquilo, Luzbel, voy a ayudarte, todo estará bien.

El piso frío del castillo me hace estremecerme cuando me acuestan en el, miro a Rafael junto a Gabriel y Miguel, todos me están rodeando preocupados, seguramente me veo mucho peor de como me siento.

Voy a morir.

Lo sé, puedo sentirlo.

Dudo salir de esto, es algo imposible.

—Resiste, Luzbel, voy a salvarte — continua Kristen —, ¿me oíste? Voy a sacarte de esta, no pasa nada, estarás bien.

Intento hacerle caso y concentrarme en su voz, con la cual intentan distraerme y mantenerme aquí.

Pero no puedo.

Cada vez siento un poco menos de vida en mí, comienzo a desvanecerme nuevamente, y por más que lucho no consigo mantener los ojos abiertos como queremos.

—No cierres los ojos, Luzbel, mírame — repite ella intentando mantenerme despierto, pero yo simplemente no puedo —. Luzbel, no te atrevas a cerrar los malditos ojos. Luzbel. ¡Luzbel! — repite, pero su voz acaba por perderse en mi mente.

(...)

Todo vuelve estrepitosamente, las cosas regresan tan rápido que no logro asimilar nada y me altero.

El mundo parece ir a una velocidad estrepitosa y no puedo detenerle.

—Luzbel — Rafael envuelve mi brazo con la mano y me mira serio —. Tranquilo.

—¿Dónde estoy? — pregunto con la respiración agitada.

—En el sanatorio — contesta —. La libraste. En serio, no sabemos cómo lo hiciste, eres un héroe, todo edén sabe tu nombre, todos saben que Luzbel nos salvó, derrotaste a Satanás, derrotaste al contrincante. Tu nombre es el más dicho en la última semana.

—¿Semana? ¿Cuánto tiempo he estado aquí?

—Bueno... llevas seis días, pensamos que tardarías más en despertar...

—Quiero irme ya — digo poniéndome de pie, pero Rafael lo evita y mi espalda regresa a la cama.

—Te quedas donde estás, Luzbel. Es cierto que libraste esta y estás fuera de peligro, pero eso no significa que ya puedes marcharte y hacer todo normal, hay una herida en tu abdomen tan grande que casi te rompe una costilla.

—¿Qué? — pregunto alzando la tela que tengo encima.

Otra tela más suave está envolviéndome casi por completo en dorso, me llega a medio pecho y a la cadera.

Poso una mano sobre dónde recuerdo que me hirieron, hago un poco de presión y siento un ligero dolor.

—No has sanado, Luzbel. Casi nada, y va a tardar demasiado en sanar, así que te quedan unos días más aquí, y mucho reposo cuando te dejen ir.

—Quiero irme ahora, sabes que odio el reposo.

—Ni hablar, te quedas aquí, no importa si tenemos que ponerte guardias que vigilen que no intentes escapar, de aquí no te mueves.

Alguien más entra en el lugar, el cabello rubio de Kristen se mueve a la par con ella.

—Luzbel — nombra frenándose un poco y mirándome sorprendida —, despertaste... no puedo creerlo.

—Estoy bien — aseguro dedicándole una muy leve sonrisa.

—Tengo que cambiarte los vendajes...

—Claro — acepto sentándome lentamente para que me quite de encima los que tengo.

—En verdad me alegra muchísimo verte despierto... pensé que tardaría más tiempo, me tienes muy sorprendida con todo.

Vuelvo a acostarme para que la chica quite las curaciones de la herida. Éstas están adheridas por la sangre, provocándome dolor al momento de ser retiradas.

La herida es mucho peor de lo que pensé. Creí que Rafael exageraba al decirme lo de la costilla rota, pero es cierto, abarca del lugar donde mis costillas comienzan a poco antes del vientre.

—¿Por qué está así? — pregunto.

—Bueno, la espada de Satanás era demasiado... agresiva.

—Su espada es de fuego — explica Rafael acercándose para mirar también.

—¿De fuego?

—Se supone que las espadas tienen, por así decirlo, un elemento o algo que las caracteriza. La de Satanás era de fuego, esas son las más peligrosas y agresivas técnicamente.

—¿Y la mía de qué es?

—No tengo idea, según esto lo descubres cuando ellas hacen su revelación... así que sólo queda esperar.

—¿Y donde está? — pregunto mientras me da un vuelco el corazón.

—Se ha quedado en el mismo lugar donde caíste. Ya sabes, nadie puede moverla.

—Tengo que ir por ella.

—Estará bien, nadie va a robarla, ni siquiera pueden tocarla sin que responda de forma agresiva, ahí esperará hasta que vuelvas por ella.

—¿Cuánto más tardaré en sanar? — le pregunto a Kristen.

—No lo sé... por lo que veo estás respondiendo bien a los remedios, pero será tardado de igual forma.

—No puedo aguantar más tiempo así, quiero irme de una vez.

—Pues no — niega muy firme en sus palabras —, no te irás, Luzbel, aunque no estás grave aún no estás sano, y no puedo dejarte ir así. Por lo tanto, no, no te vas, aquí te quedas.

—Maravilloso — suelto fastidiado —, ¿y qué supones que haga aquí encerrado, acostado, y delicado.

—Pues... ya hallaremos que hacer contigo, pero mi respuesta a tu salida de aquí es y va a seguir siendo no.

—Entonces encuéntrame algo divertido que hacer porque soy más peligroso si no tengo en qué emplear mi tiempo.

—Bien, sin amenazas, buscaré algo para que hagas, ¿de acuerdo? De mientras quédate con tu hermano mientras vuelvo a salir.

—Está bien — acepto sin más remedio y la sigo con la mirada hasta que vuelve a desaparecer.

—En unos días te sacaré de aquí — dice Rafael —, por lo menos un rato.

—¿Ah si?

—Papá quiere hablar con todos, dice que ha creado algo maravilloso y quiere que lo veamos — la cara de mi hermano es bastante curiosa —. Y obviamente te quiere ahí, así que saldrás por un rato al menos.

—Bien... ¿crees que sea otro ángel? — sugiero echando a volar mi mente, y al instante me siento algo amenazado de que mi suposición resulte cierta. ¿Y si este ángel acaba por desplazarme?

—No lo creo, hablaba de una nueva creación, si fuera otro ángel... no le tomaría demasiada atención, ya sabes. Además dijo "creación perfecta", me suena algo muy nuevo.

—Con que creación perfecta...

—Así es.

—Y... ¿si decide ocupar las tierras inhabitadas con esa nueva creación?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro