Capítulo 31
"Me había costado demasiado trabajo encontrarla, sin embargo luego de un poco de tiempo mi búsqueda había finalizado.
Sabía que no iba a encontrarla en las mejores condiciones, sin embargo ver la realidad era mucho peor.
—Alaia — le llamo inclinándome hacia ella y tomando su rostro entre mis manos —, escúchame, estoy aquí.
No hay respuesta. Está lo suficientemente perdida como para darse cuenta de que estoy frente ella.
Es como si no estuviera, como si fuera una simple ilusión.
Puedo ver que ha llorado, seguramente no se ha detenido desde que fue parcialmente consciente de que estaba aquí. Eso no hace más que partirme el alma.
Quiero ayudarla.
Estoy poniendo todo en riesgo estando aquí, pero qué cosa no haría por ella.
—Por favor escúchame — ruego —, Alaia, tienes que salir ahora, no puedes quedarte aquí para siempre. Levántate.
Sigo insistiendo pero no obtengo respuesta, ella simplemente está perdida.
—Te lo ruego, no hagas esto más difícil, sólo tiene que seguir a la luz. Por favor, Alaia, te lo ruego. Ponte de pie.
Sigue sin haber respuesta.
No puedo con esto, simplemente mirarla de esta forma, mirar a Alaia en condiciones tan deplorables me destruye.
No sé en qué momento acabó todo, las cosas iban bien y en segundos todo se vino abajo.
En segundos él tiro todo.
Todo lo que yo tenía, lo que amaba. Lo echó para abajo, tal y como quería comenzó a destruirme.
Ahora me siento atrapado, pues sé que este fue uno de los golpes más duros, el primero, pero no el último.
—Te amo — confieso resignado —, ¿me escuchas? — pregunto tomando su rostro y haciendo que me mire —, te amo, jamás voy a querer a nadie como te quiero a ti, y nunca nadie va a ocupar tu lugar, es solo tuyo, estés o no estés".
Abro los ojos y miro todo de nuevo. Las cosas no están más tranquilas, incluso creo que todo comienza a ponerse bastante tenso.
Esos recuerdos me persiguen desde el último momento que pude estar con ella, desde ese día no le he vuelto a ver, no he vuelto a saber de ella, sólo la he pensado, sólo he rogado porque haya logrado salir ya, pero no lo sé, simplemente es un fantasma en mi mente.
Soy el único que no ha entrado en debate, incluso soy el único que sigue sentado mientras los demás pelean a gritos sobre un tema que olvidé mientras recordaba.
En el lugar ya se formaron dos grupos, claramente uno está en contra de otro, y yo estoy en medio sin unirme a ninguno aún, pero no hace falta preguntar, del lado de Uriel jamás estaría.
Gabriel se voltea a mirarme, pues no he dicho nada e incluso eso me parece raro hasta a mí.
Pongo atención en lo que están diciendo para hacer algo ya.
—Tal vez lograste sacar a Alaia de aquí, pero yo sigo apoyando sus ideas — le echa en cara Miguel.
—No estamos contigo, Uriel, y deberías abrir más los ojos y darte cuenta que el que está mal aquí eres tú.
—¿Bromeas? — salta Sariel —, él tiene razón, ustedes están metidos en sus ideas erróneas y no logran salir de ellas.
—Los humanos deben morir — agrega Remiel con profundidad inclinándose demasiado sobre la mesa.
—Tienen que ser exterminados — continúa Sariel.
—Van, a ser exterminados — termina Uriel, aunque eso me suena más como amenaza.
—Todo está muy claro — hablo por fin y todos me miran —, en este lugar solo hay dos lados, los que sabemos que exterminar a una raza por sus errores sería una equivocación atroz. Y los que piensan con las alas y quieren matar a una raza porque simplemente no les gusta, y, porque claramente, su arcángel principal esconde algo y matar a los humanos es parte de un plan. Y creo que sabemos a qué arcángel me refiero, Uriel.
Éste me sonríe muy cínico y asiente pensando algo.
—Ay, Luzbel, ¿cuándo vas a dejar de tenerme tanto odio? Esa envidia tuya no te deja vivir.
—¿Envidia? Ángel, ya date cuenta que los puros no envidiamos la imperfección de los bastardos como tú.
—Pero te enamoraste de una.
Las palabras correctas para conseguir enojarme.
—Claro — acepto bastante tranquilo —, a la que decidiste echar, ¿no?
—Sí, exactamente.
Comienzo a concentrarme más en no atacar, que en el resto del problema.
—Da igual lo que digan, papá ya está considerando nuestra idea — continua Uriel y nos deja sin aliento a todos.
—De acuerdo — acepto tomando la decisión que he estado pensando desde hace meses —, ya vimos que este lugar está completamente dividido, y quiero agregar que antes de que tú llegaras nada de eso pasaba. Pero bien, aquí hay dos deseos, la vida y la muerte. Que gane la más poderosa.
(...)
Camino tranquilo hacia la salida, aunque aún no hablé con nadie ni dije planes, mis hermanos saben que tengo algo en mente y sólo falta esperar un poco para llevarlo a cabo.
—Luzbel — una voz me hace detenerme.
—Hmm, Ara, ¿cierto? — pregunto volteándome completamente a la potestad.
—Así es.
—¿Qué necesitas?
—Te tengo una noticia — informa bastante entusiasmada.
—Dime — acepto con bastante curiosidad.
—Es sobre Alaia.
Siento tantas cosas al oír su nombre que me quedo pasmado un momento.
—¿Qué pasa con ella?
—¿Quieres verla?
El corazón comienza a latirme con fuerza, y algo crece en mi pecho, no tengo idea de cómo explicar lo que siento, incluso ni siquiera sé qué es lo que siento realmente.
—Sí, quiero verla.
______________
Sólo para decirles que en la siguiente actualización llegaremos al final del libro. 😶❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro