Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18

Escribo lo último en el papel que está sobre la la madera.

Rafael ha pensado que estoy haciéndola de escritor y he comenzado a crear un libro.

Como no le he querido decir sobre qué escribo ha dicho que estoy plasmando todos mis conocimientos para los futuros ángeles.

Qué equivocado está.

Esto bien podría ser un libro en algunos cientos de años, y, tal vez, quien le lea en ese momento entienda mi postura actual, y peor aún, reconozca la razón que tenía sobre las ideas que me pasaban por la mente.

He escrito hojas y más hojas a lo largo de todo este tiempo. Y no es una historia, son miles de teorías.

Teorías sobre Lilith.

Sobre Samael.

Sobre Uriel.

Y sobre mí también.

Lilith se ha convertido en algo diferente a como fue creada; Samael posiblemente mantiene algún tipo de relación con ella. Asimismo, es muy posible que sean los más grandes conspiradores en contra de mi padre y todos nosotros.

De eso no me quedan demasiadas dudas, aunque sigo sin poder comprobarlo por completo.

Uriel es mi tema más desconocido. Lo único que he podido escribir de él son observaciones.

Observaciones de todo tipo. Físicas, de comportamiento, actitud, todo, cualquier cosa por mínima que sea está escrita aquí.

Y aunque a cualquiera podría sonarle enfermo, yo sé que no lo es.

Rafael me ha dicho que he creado una obsesión contra él. Otros han dicho que incluso le tengo envidia.

Pero yo no envidio algo tan impuro como a él, eso puedo juntarlo frente a papá.

—¿Sigues con eso? — Rafael está frente a mí, y lo peor del caso es que no he notado su presencia.

—Hey, no andes de entrometido — me quejo cubriendo el papel con uno en blanco.

—No he leído nada, acabo de llegar y sólo te he observado a ti.

—Se entra por ahí — digo señalando la puerta.

—Lo sé, sólo venía a ver que estuvieras bien.

—¿Y eso? — inquiero acomodando todo lo que tengo enfrente.

—Ah, pues... — comienza suspirando.

—¿Pues...?

—Estás muy raro últimamente, Luzbel.

—Ahí vamos de nuevo.

—Es real, ¿no crees que es extraño que todos te lo estemos diciendo? Si ya hemos sido varios no estamos mal nosotros.

—No estoy raro, estoy ocupado, pensativo, y haciendo mis deberes. Es todo.

—¿Pensativo en qué?

—Viene el increíble arcángel Rafael a aclarar dudas y darme luz para comprender mis teorías.

—¿Darle luz a Luzbel? Eso suena imposible.

Esbozo una sonrisa y me volteo a mirarlo.

—Estoy bien — aseguro.

—Entonces vamos. Salgamos un rato, hace tiempo que te veo encerrado aquí, ya ni siquiera has ocupado tu lugar en el palacio, y mi padre comienza a preocuparse por ello.

—Estoy haciendo algo importante — explico sin darle detalles —, para mí es importante, no es que esté mal ni nada, sólo estoy ocupado.

—Un rato no hace daño, arriba que vamos a salir.

Le miro pensativo un momento.

Qué más da, tengo la mente en blanco, y salir me ayudará a despejarme de una vez.

Guardo deprisa las hojas escritas y salgo junto a mi hermano.

—¿No te gustaría contarme que tanto escribes?

—¿Te gustaría no criticarme si te lo cuento?

—Yo jamás te he criticado.

—Bien. Estoy escribiendo algunas cosas... acerca de algunas personas. De algunos caídos, de algunos ángeles...

—¿Y eso?

—Tengo teorías — explico recordando varias.

—¿Cómo cuál?

—Sobre Lilith, por ejemplo.

—Ajá... — dice para que continúe.

—Bueno, ella... se ha convertido en algo diferente a lo que era principalmente, ¿no?

—Prácticamente sí.

—Y estoy seguro de que Samael la apoya, y asimismo estoy seguro de que ellos han causado varías cosas aquí arriba. Cuando Samael le prometió que el castigo que se le impuso no quedaría así, hablaba sobre una venganza hacia nosotros, hacia papá. Y creo, estoy casi seguro, de que la caída de Adán y Eva fue planeada por ellos.

—Por eso has estado tan rato últimamente — contesta mirándome —. Por intentar buscar respuestas a todo esto.

—Escucha, Rafael. Nadie se ha puesto a pensar en ello. Todos han dejado a un lado esto, creen que las cosas simplemente pasan y punto, como si... la guerra terminase y no hubiese probabilidades de venganzas ni nada parecido. Se lo toman a la ligera porque todos ustedes creen que tienen el control sobre todo, sobre absolutamente todo lo que existe en el universo, pero... no todo le rinde fe a papá. Yahvé tiene no un contrincante, sino cientos, cientos de contrincantes que no se doblegarán ante él.

—¿Qué quieres decir con todo eso?

—Quiero decir que nos estamos echando muchos enemigos encima y en vez de mantenerlos vigilados les damos la espalda y nos olvidamos de que alguna vez existieron, como si dejasen de existir. Pero eso no sucede, ellos siguen ahí, y a diferencia de nosotros, ellos sí nos miran, y mientras lo hacen planean.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro