CAPÍTULO 7
Laura:
Cuando bajo del auto, observo toda el área quedando muy sorprendida al ver el entorno del lugar. Aunque ya tenía una idea de cómo eran las carreras clandestinas gracias a películas y series, pero nada se compara al verlo en persona. Observo atentamente todo a mi alrededor, encontrándome inmersa en un ambiente cargado de emoción y adrenalina. Las brillantes luces iluminaban el lugar, resaltando en la atmósfera nocturna. Varios vehículos se encuentran dispersos en el área mientras camino. Puedo ver a personas fumando o bebiendo alcohol. La música retumba en sintonía con el estruendo de las motocicletas. Visualizo a una multitud de personas reunidas alrededor de la pista, ansiosas por presenciar la carrera.
— Bienvenida a tu primera carrera, Laura — habla Ángela a mi lado.
— Chicas, voy a buscar a los demás y verificar cómo está Kohen para la carrera — informa Erick para después perderse entre las personas.
Me alegra que hayamos arreglado las cosas y que podamos volver a la normalidad. Mientras tanto, noto que Cameron y Samuel se acercan hacia nosotros con algunos vasos en las manos.
—Un trago para empezar la noche—propone Samuel.
—Si quieres, hasta dos—Ángela suavemente toma una de las bebidas en sus manos y de manera seductora se la lleva hasta sus labios sin desviar la mirada de los ojos de su hermanastro. Luego se acerca lentamente y le da un apasionado beso.
Todos nos quedamos un poco en shock, pues sabíamos que estaban en una relación, pero nunca presenciamos sus besos en directo.
—Ok, ok—menciona Cameron separándolos—Las hormonas son para después, tortolitos.
—Creo que deberíamos ir con los demás, ¿no?—habla por primera vez Tamara.
—Sí, creo lo mismo—sostiene la propuesta Samuel.
En el preciso momento en el que me disponía a avanzar, percibo que Cameron me sujeta del brazo mientras que los chicos comienzan a caminar.
— ¿Podemos hablar? — pregunta él con una ligera expresión de preocupación en su cara.
— Sí, claro.
— ¿Hey chicos, no van a venir? ¿O qué? — nos llama Tamara.
— Los alcanzamos en un momento — respondo alzando mi tono de voz para que me escuchen.
Una vez que veo que los demás siguen su camino, poso la mirada en Cameron esperando a que hable.
— Estoy contento de que Erick y tú se hayan arreglado.
— Sí, la verdad es que reaccioné como una tonta. Perdóname tú también, Cameron — le digo totalmente sincera.
— No tengo nada que perdonarte, Laura — habla asomando una leve sonrisa en su rostro.
— Erick me estuvo contando lo que sucedió entre ustedes — menciono y él voltea a verme rápidamente— Está un poco confundido, Cameron. Todo esto es nuevo para él y es normal que se sienta así.
—Laura...—él intenta hablar pero lo interrumpo con mi repentina pregunta.
—¿Qué sientes por él?—observo como su cuerpo se contrae y desvía la mirada al piso tragando con dificultad.
—Erick... me gusta muchísimo, Laura. Desde que nos conocimos, nos hemos convertido en buenos amigos, pero mi interés fue creciendo más allá de eso. No puedo hacerme ilusiones sobre algo que no va a suceder. Erick está en una fase de descubrimiento en su vida, mientras que yo he dejado mi vida como un libro abierto para todos.
—Comprendo tu situación pero...
—Cuando descubrí mi bisexualidad y empecé a sentir atracción por personas de mi mismo sexo fue una de las etapas más desafiantes en mi vida, Laura. Me encanta, Erick, no puedo expresar cuanto, pero no estoy dispuesto a ser utilizado como juguete, ya que este suceso no solo le afecta a él.
—Sé lo difícil que debe resultar pasar por esa situación y la verdad no voy a meterme mucho en sus problemas, creo que ya aprendí la lección—digo y ambos reímos un poco ante mi reacción.
—Laura, no quisiera que este incidente afectara la buena relación que hemos tenido desde que nos conocimos.
—Claro que no, me has caído muy bien, Cameron—digo devolviéndole la sonrisa.
—Me alegra escucharlo—habla de manera amable con cierta calidez en su voz—Bueno, creo que deberíamos ir con los demás.
—Concuerdo contigo.—empezamos a caminar entre las personas hasta que llegamos donde se encuentran los chicos.
—Hey, Laura—Mailon me saluda con dos besos en la mejilla.
—Al parecer estaban muy ocupados ¿no?—habla Elián dándole un doble sentido a su suposición que todos logramos entender.
—Elián, no malinterpretes cosas que no son—menciona Cameron
En ese instante nuestra conversación se ve interrumpida por un estruendoso grito prominente de las personas que rodean la pista. Todos enloquecen al presenciar cuando una de las motocicletas cruza la línea de meta en primer lugar, con el chico a bordo celebrando su victoria dando vueltas en círculo. La multitud se dirige hacia él. Lo observo detenidamente cuando se quita el casco. El joven es sumamente agradecido, posee una apariencia bastante atractiva y tiene una cierta actitud arrogante mientras sonríe y desciende de la moto.
—Oye, ¿quién es ese chico? El que se llevó la victoria en la carrera—le pregunto a Ángela señalándolo con los ojos.
—Él es Gregory, uno de los mejores pilotos. ¿Es guapo, no?—menciona Ángela dándome una sonrisa maliciosa—Pero te aconsejo que no pongas tus bellos ojos en él, es el mayor contrincante de Kohen y se rumorea que está involucrado en negocios sucios.
Cuando termino de escuchar a Ángela, el recuerdo del día que conocí a Kohen surge en mi mente cuestionándome si él también podrá estar metido en algunos de esos negocios.
Inmediatamente, Kohen aparece de la nada y se dirige a Gregory abriéndose paso entre la gente. Ambos contrincantes se encuentran cara a cara mientras el recién victorioso se burla de Kohen dándole una pequeña sonrisa.
Sigo a Ángela, ya que observo cómo todos se acercan a donde están los chicos para averiguar qué está pasando.
—Al próximo que voy a vencer va a ser a ti, Walker —escucho a Gregory hablarle.
—Quiero ver que lo intentes y que pierdas como siempre—esta vez habla Kohen en el mismo tono.
—Siempre tuviste ventaja por tu motocicleta, pero ahora que la vendiste ¿Con que cacharro viejo vas a correr?—cuestiono nuevamente Gregory.
——No te preocupes, Gregory, no necesito una motocicleta para vencerte. Mi habilidad en la pista es lo que me hace superior a ti, siempre lo ha sido —responde Kohen con confianza y superioridad.
Observo detenidamente los puños del otro chico, los cuales lucen tensos y mi corazón comienza a latir más rápido, temiendo que pueda desatarse a una pelea, Ya que en este tipo de lugares suele ser muy común.
—Ya veremos quién es superior cuando nos enfrentemos, Kohen. No subestimes mi determinación —replica el chico con una mirada desafiante.
—Nos vemos en la pista, Gregory—menciona y un alivio recorrió mi cuerpo, mientras todos observan a Kohen retirarse para que luego cada persona se dispersa volviendo a su propios asuntos. Me sorprendió que Gregory permaneciera allí inmóvil, mirando la espalda de Kohen como si fuera un asesino en serie, hasta que otro chico va por él.
Después de eso, experimento una sensación de vibración en uno de mis bolsillos, lo cual me lleva a sacar mi teléfono para averiguar qué le sucede. En ese momento, percibo que Chyntia está intentando comunicarse conmigo. Me alejo un poco del bullicio del lugar para poder contestar la llamada, ya que la música me dificulta escuchar a mi amiga.
—Laura, ¿Cómo estás?—pregunta Chyntia al otro lado de la línea
—Estoy bien. —menciono—¿Cómo está todo por allá?.
Escucho un suspiro por su parte al escuchar mi preguntas.
—Terminé con Alex—
—¿En serio? ¿Cómo estás?—cuestiono, con la amarga sensación de no poder apoyarla en estos momentos como se debe.
—Me siento bien, de todas formas
lo que teníamos no era nada formal, simplemente follabamos y ya.
—¿Estás segura?—pregunta nuevamente.
—Claro, no te preocupes. Por ciento, ¿en dónde te encuentras? Puedo escuchar algunos sonidos en el fondo.
—No podrás creerlo, pero estoy en una carrera de motos—hablo, esperando su reacción.
—¡No me jodas! ¿De verdad? ¿Qué haces allí? ¿No me habías dicho que no te gustaban ese tipo de lugares?
—No me agradan, solo que los chicos me embullaron para que viniera.
—Entonces cuídate que esos lugares son peligrosos—dice un poco preocupada.
—Estoy con los demás. No te preocupes, estaré bien.
—Me alegra que estés rodeada de buenas amistades. Cuídate mucho y diviértete.
—Gracias, lo tendré en cuenta. Además de tu ruptura con David ¿Cómo te a ido? ¿No tienes nada nuevo que contarme?
—Estoy bien. He estado trabajando mucho y tratando de mantenerme ocupada. Te extraño un montón.
—Yo igual, amiga. Extraño mucho verte y pasar tiempo juntas. Espero que podamos vernos pronto.
—Sí, definitivamente. Mientras tanto, cuídate mucho y estamos en contacto. Aunque, espero que no me reemplaces por una de tus amiquitas nuevas.
—Tú eres reemplazable en mi vida tonta.—afirmo entre risas.
—Eso espero Ortega. Bueno, ahora te dejo para que puedas concentrarte en la carrera de motos. Cuidate. ¡Te quiero mucho!
—Tú también cuídate ¡Te quiero!
Una vez doy por concluida la llamada con mi amiga comienzo a avanzar entre las personas buscando con la mirada a los chicos hasta que finalmente los encuentro. Acelero mi paso para llegar sin llamar mucho la atención entre la multitud. Pero justo cuando estoy a punto de alcanzarlos, me cruzo desafortunadamente con alguien y termino derramando toda la bebida que tenía en mi vaso sobre esa persona.
— Oye, ¿eres tonta? ¿O qué te pasa? — oigo el chillido de una chica a mi lado y aunque fui yo la que causó el incidente, no me agradó que me hablara de esa manera.
— Disculpa, no fue mi intención — la chica voltea a verme enojada mientras que yo la reparo.
— ¿Disculpa? ¿Crees que eso soluciona lo que hiciste? — habla en muy mala manera mientras que las dos chicas que están acompañándola a sus costados me miran de la misma forma en la que me observa ella.
— No sé si mis disculpas sirvan o no de algo, pero no tienes que hablarme de esa manera — menciono un poco irritada.
— ¿Qué has dicho? ——dice observando mi atuendo de los pies a la cabeza—Se ve que no eres de aquí.
—¿Perdón?—cuestiono sin comprender.
—¿Quién eres? No te he visto en las carreras antes.
—No te interesa saber quien soy—la chica se ríe para luego volver a mirarme como mala cara.
—Bueno, sí me interesa, cariño ya que has arruinado completamente mi chaqueta favorita al derramar tu bebida sobre ella por eso debes compensarme.
—Sí es dinero lo que quieres, puedo pagártelo— digo sin más, ya que quiero acabar esta conversación.
— Oh, cariño, se nota que eres novata por aquí — dice con una voz divertida mientras yo la observo sin comprender — No quiero que me des dinero, quiero que corras conmigo.
Me quedo boquiabierta al escuchar lo que acabo de decir. Definitivamente no correré con ella, ya que no tengo experiencia y podría poner en riesgo mi vida.
— Claro que no haré eso ¿Estás loca? — hablo confrontándola.
— Esas son las normas de este lugar. Si tienes un conflicto con alguien, debes resolverlo a través de una carrera y luego el ganador se queda con lo que ambos apostaron — escucho totalmente incrédula a lo que acabo de decir.
— Yo no voy a apostar nada, ni mucho menos voy a correr contigo — digo totalmente firme.
— Pues me vas a tener que pagar de otra forma — esta vez habla ella dando un paso hacia mí mientras que mi cuerpo se pone a la defensiva.
De repente, me percato de cómo alguien se interpone entre la chica y yo, dándome la espalda y no tengo que ser adivina para saber de quién se trata.
— ¿Qué mierda haces, Natasha? — escucho cómo Kohen habla entre dientes.
La chica se nota un poco sorprendida con la presencia del individuo, al igual que yo.
— Al fin decidiste hablarme y dejar aún lado el miedo que sientes por Gregory — alzo las cejas al escuchar lo que ha dicho la chica, que al parecer se llama Natasha.
— Tú y Gregory me valen tres kilos de mierda, Natasha. La razón por la que me he dirigido a ti es porque estás importunando a mi... — sus ojos voltean a verme por un segundo para luego continuar la frase — amiga.
¡Qué! ¿En serio ha dicho que soy su amiga? ¡Si apenas nos conocemos por Dios!
La chica pierde por completo la sonrisa mientras se dirige a mí mirándome con desprecio e irritación.
—¿Amiga? —cuestiona ella totalmente incrédula— ¿No será más bien una de tus putas?
Quedo totalmente indignada al escucharla. ¿Cómo se atreve a dirigirse hacia mí de esa manera? Que resuelva sus problemas con Kohen, pero que me deje fuera de todo esto.
—¡Yo no soy puta de nadie! —le gruño mientras Kohen coloca su mano cerca de mi estómago, sin llegar a tocarlo indicándome que me detenga.
Natasha me echa un vistazo de reojo sin prestarme atención, volviendo rápidamente al chico que tiene delante.
—Creí que te liabas con cosas mejores. Kohen. Que bajo has caído.—
—Estoy cayendo bajo desde que me lié contigo —la sonrisa en el rostro de Natasha se desvaneció al instante— Considera el momento que follamos como una muestra de caridad hacia Gregory. Es un imbécil, pero sinceramente, no se merecía estar con una zorra como tú.
—Eres un idiota arrogante, Kohen. Vete a la mierda.—dice la chica soltando veneno antes de darse la vuelta y perderse entre las personas.
Veo cómo Kohen gira su cuerpo hasta que nos encontramos cara a cara. Mientras él me mira con cierta indiferencia y por mi mente pasa la última conversación que tuvimos en el café.
—Te pedí que no vinieras —habla un poco enfadado.
—Nunca te dije que no vendría —digo sin más.
—Voy a llamar a un amigo para que te lleve a tu casa —menciona mientras comienza a caminar y yo rápidamente lo detengo.
—Estás loco si crees que voy a irme, Kohen —menciono totalmente firme.
Él voltea a verme mientras se acerca un poco, haciendo que mi cuerpo se tense totalmente.
—No tengo ni una pizca de cordura en mi ser, Laura —murmuró tan cerca de mi rostro que no pude evitar llevar mis ojos a sus sexys labios por un instante, a medida que borro las ideas que pasan por mi cabeza rápidamente.
—Olvida eso, Kohen. No tengo intención de marcharme. Además, ¿quién eres tú para decirme lo que debo o no hacer? —menciono totalmente firme.
— Soy una persona que sabe que no encajas aquí.
— ¡Pues, ese no es tu problema! ¿¡O sí!? — digo un poco enfadada.
— Tienes razón. No me interesa. Pero te doy un consejo. Si vas a quedarte, no te despegues del culo de los demás. Si te has dado cuenta, no es un ambiente recomendable para andar solo — dice marchándose sin darme tiempo de reaccionar.
***
El tiempo ha transcurrido rápidamente desde que llegamos. Con todas las carreras, la música y la presencia de alcohol. En este momento, todos estamos alrededor de la pista esperando la señal de la chica para que los motociclistas comiencen a correr.
Los fanáticos están a la espera de la tan esperada carrera entre Kohen y Gregory. Observo al piloto de la derecha. Aunque su rostro esté oculto detrás de un casco protector, sé que es Kohen.
El aire está cargado de emoción y anticipación. El lugar de la carrera está plagado de callejones estrechos y las luces brillantes de los focos iluminan el camino. La señal suena y la multitud enloquece a medida de que los motociclistas aceleran sus motores hasta el límite. El olor a gasolina llena el aire mientras las motos se deslizan por las calles a alta velocidad. Las personas a mi alrededor no dejan de gritar con cada giro audaz que dan los competidores, aplaudiendo y animando a sus corredores favoritos.
Por otro lado, le presto atención a la carrera. De vez en cuando las emociones me ganan y termino gritando al igual que el resto.
-¡Mierda! -dice Mailon sin despegar la mirada de la carrera al ver cómo Gregory toma la delantera.
Kohen acelera al pasar una de las curvas y logra igualar la velocidad de Gregory. La competencia está muy reñida y siento una profunda punzada de preocupación en mi estómago, la cual se mezcla con la adrenalina.
Después de unos minutos, el lugar es invadido por el sonido de las sirenas de las patrullas, anunciando la llegada de los policías y sembrando el pánico entre la multitud. Dejé de prestar atención a la carrera al igual que todos cuando las personas empiezan a correr de un lado a otro. Siento cómo la desesperación se apodera de mí cuando trato de buscar con la mirada a alguno de mis amigos, pero hay tanto barullo que no logro identificar a nadie. Intento abrirme paso entre las personas que me empujan a medida que avanzo. Veo cómo algunas personas son arrestadas y el miedo de ser encarcelada me invade por completo, mezclándose con el pánico de no saber qué hacer o a dónde ir.
— ¡Laura! — Me doy la vuelta al escuchar cómo me llaman a mi espalda, encontrándome con el chico que lleva puesto el casco negro de piloto montado en la motocicleta que anteriormente estaba deslizándose por la pista — ¡Sube!
Me lo pienso dos veces antes de ir hacia él, ya que no sé si es muy conveniente que me suba en la moto.
– ¡Maldita sea! ¿Quieres quedarte aquí? No tengo toda la noche – maldice al ver que dudo de si montarme o no.
En ese momento, mis pies reaccionan y comienzo a caminar hacia la moto. Paso uno de mis pies por encima de ella hasta terminar sentada como se debe. En ese instante, me entra la duda de cómo se supone que debería sostenerme, ya que no quiero tener ningún contacto físico más allá con él. Pero no me da tiempo de reaccionar, cuando de una forma veloz hace que la motocicleta arranque, provocando que en un intento de mantenerme con vida, rodee su cuerpo con mis brazos, aferrándome a él.
El aire fresco golpea mi rostro, mientras escucho las sirenas policiales detrás de nosotros. Maldigo internamente al verme una vez más en esta situación. Entramos en un túnel donde la oscuridad nos envuelve. Las luces rojas y azules destellan a nuestro alrededor, junto con las linternas del túnel que proporcionan algo de iluminación para poder ver el camino.
—¡Agárrate fuerte! —grita mientras aumenta la velocidad del vehículo.
—¡Nos vas a matar! —me desespero a medida que avanzamos entre los autos que tenemos de por medio, mientras me aferro aún más a él, sintiendo cómo el pánico me oprime el pecho.
Una vez que salimos del túnel, nos adentramos en las vías automovilísticas, permitiéndome ver cómo el cielo lleno de estrellas se expande sobre nosotros. Giro la cabeza hacia atrás y un gran alivio recorre mi cuerpo al ver que hemos dejado bastante atrás a las patrullas, pero aún así no debemos confiarnos.
Luego de unos minutos, nos adentramos en un callejón mientras Kohen reduce la velocidad.
—No entiendo por qué razón cada vez que me junto contigo termino huyendo de la policía —murmuro mientras él vigila la carretera.
—Si te callaras, te lo agradecería —ruedo los ojos al ver cómo se dirige a mí.
En el preciso momento en el que voy a responderle, oigo las sirenas de las patrullas. Por lo que decido guardar lo que iba a decir. Observo cómo los vehículos de la policía se dirigen en sentido opuesto al nuestro, y siento un enorme alivio al darme cuenta de que los hemos desviado.
***
Experimento cómo el rugido del motor de la motocicleta se desvanece mientras estacionamos. Contemplo el entorno, siendo consciente de que no nos encontramos en la residencia. Me maravillo ante la belleza que irradia la ciudad desde nuestro actual punto de vista.
— ¿Podrías bajar, no? — Escucho la voz de Kohen a lo lejos pero no le presto mucha atención. Solo bajo de la moto y doy unos cuantos pasos para seguir viendo la hermosa imagen que tengo frente a mí.
Sigo observando el espectáculo cautivador de luces y sombras. Los edificios altos crean una silueta grandiosa contra el oscuro cielo estrellado mientras se crea una armonía maravillosa.
— ¿En dónde estamos? — Volteo a ver a Kohen mientras él se saca el casco que lleva en la cabeza.
Una vez que se lo quita, se arregla un poco el cabello y me presta atención, posando sus ojos sobre mí.
— Estamos afuera de la ciudad — Mis ojos se abren al escucharlo.
— ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre salir de la ciudad? Nos va a tomar más de una hora volver.
<Por eso el viaje se me había hecho tan largo>
— ¿Podrías relajarte un poco? — Menciona bajándose del vehículo.
— ¿Relajarme? — Río irónicamente— Acabo de ser perseguida por una patrulla de policías. No sé si mis compañeros están a salvo o si lograron escapar. Ahora que nos hemos alejado de la ciudad, no llegaré a tiempo para mis primeras clases y tú quieres que me relaje.
Gira hasta quedar en frente de mí y detesto que mis ojos observen cada detalle de su rostro, el cual está muy calmado y sin preocupación alguna.
— Si me hubieras hecho caso desde un inicio, no habrías pasado por todas esas situaciones — cuestiona y la verdad no sé cómo debatir lo que ha dicho, ya que tiene razón. Si le hubiera hecho caso desde un principio, nada de esto estaría pasando.
— Tienes toda la razón, pero eso no me quita el derecho de estar enojada. Nunca imaginé que se podría armar todo este alboroto — digo sin dejar de prestarle atención.
— El claro ejemplo de que ese lugar no es para ti — volteo a verlo fijamente a los ojos tratando de descifrar algo en él. Pero es inútil — Cuando vas a ese tipo de lugares estás expuesta a todo.
Inhálo profundamente y volteo quedando con la maravillosa vista de la ciudad en frente. Apoyo mis glúteos en el asiento de la motocicleta y me quedo inmersa en mis pensamientos, sintiendo a Kohen que hace lo mismo a mi lado.
— Solo espero que los demás hayan podido escapar — menciono, rompiendo el silencio luego de unos segundos.
— Ellos están bien — menciona sin más.
— ¿Cómo lo sabes? — pregunto observándolo de reojo mientras saca una caja de cigarrillos de su chaqueta y toma uno llevándoselo a los labios.
— La madre de Cameron es delegada — asiento con la cabeza, entendiendo ahora por qué tenía tan poca preocupación. Sin duda, la madre de Cameron los rescata de todos los líos en que se involucran.
Un silencio se instala en el ambiente y solo observo cómo el chico a mi lado enciende su cigarrillo, inhalándolo para luego expulsar el humo blanco que entra en mis vías respiratorias, provocando que perciba la peste a cigarro.
Analizo cada detalle de la figura de Kohen, tratando de descifrar qué es lo que me genera tanta intriga hacia este chico. Por más que intento completar su enigma, no lo comprendo, no logro entender su comportamiento ni nada referente a él.
—¿Qué?—menciona cuando se da cuenta de que no le he quitado los ojos de encima—Tengo un payaso pintado en la cara.
—No necesitas tener la cara pintada para parecer payaso —digo burlándome de él.
—¿Quieres uno? —me extiende su mano ofreciéndome un cigarro.
—No, gracias, no fumo —digo rechazándolo.
Escucho un sonido ronco que viene de él y mis ojos se posan en su rostro, dándome cuenta de que se está riendo.
—¿De qué te ríes? —pregunto un poco incrédula y sin entender.
—Estaba seguro de que me lo ibas a rechazar —habla soltando otra bocanada de humo blanco por la boca.
—¿Por qué creías eso? —menciono esperando que me dé una respuesta.
—Eres muy predecible, Laura —menciona mirándome directamente a los ojos.
—¿Eso es lo que piensas de mí? —cuestiono un poco desafiante.
Él no responde, dándome a entender claramente que es lo que él piensa, y me hierve la sangre ser tan predecible, sobre todo ante una persona tan arrogante como él.
Después de unos minutos, nos pusimos en marcha. El trayecto resultó ser bastante extenso, de hecho, me quedé dormida en el regazo de Kohen, probablemente porque no estoy acostumbrada a quedarme despierta hasta tan tarde.
Al llegar a casa, me encontré con Tamara, quien ya estaba allí. Charlamos sobre lo sucedido y, afortunadamente, lograron salir del lugar antes de que los policías los detuvieran. Después de eso, me di un baño, pero lamentablemente no pude descansar ni un minuto, ya que tuve que asistir a clases.
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