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UN NUEVO DESTINO

                                                                                          ARIA

La vida es algo cruel que debemos afrontar, pero ¿seremos capaces?

DÍA 1

La cabeza empieza a darme vueltas tras escuchar la afirmación de Nerina, el aire parece ni poder entrar ni salir de mis pulmones por lo que me veo obligada a coger una bocanada de aire.

¿Cómo es posible que no pertenezca a este mundo?; es imposible, nada de esto real ,nada puede serlo.

Miro a Eiden fijamente en busca de apoyo pero lo único que encuentro es a alguien incluso más perdido que yo ante la noticia, el silencio y angustia nos rodea.

 Eiden y Xardon se miran entre si para luego mirar a Nerina, y esta mira a ambos como en una especie de conversación silenciosa en la cual parece que yo no estoy invitada.

Zack sin embargo parece no haberle afectado mucho la noticia, pues se mantiene estático y en silencio en una esquina.

- Nerina- susurra Eiden rompiendo la tensión.

- ¿Qué quieres decir con que no es de este mundo?- se acerca a la anciana con paso lento como si temiera la realidad que está ocurriendo

- Es imposible lo que acaba de afirmar- una vez que está a su lado apoya su mano izquierda en el hombro de la mujer .

- Míreme a los ojos y dígame que no es verdad- el chico de ojos azules levanta su otra mano para realizar el gesto de señalar sus ojos mientras su brazo se tensa.

-Majestad- interrumpe Xardon

- ¿Qué hacemos ahora?- me mira por el rabillo del ojo.

La tensión aumenta por momentos.

- La primera guerra de elementos...- percibo terror en la mirada de Nerina.

¿Una guerra? Ahora si que empiezo a notar la falta de oxígeno.

- Y como usted sabe- mira al príncipe.

-Actualmente estamos en una tregua- sonríe en modo de advertencia.

Eiden suelta a la vieja y se sienta pensativo en la silla de antes, mientras decide que hacer o decir centra su mirada en mí y no es una mirada normal, es una mirada que podría penetrar hasta tu médula y descubrir cada oscuro secreto que guardas.

 Mi cuerpo se tensa, provocándome un poco de dolor debajo de la costilla por las heridas que se encuentran cicatrizando.

- Salid todos de la habitación- ordena finalmente.

- Necesito hablar a solas con ella- Nerina y Xardon afirman con la cabeza antes de salir de aquella inmensa habitación.

Alargo mi mano silenciosamente en un intento de mantenerlos conmigo, para no estar sola en este momento.

Sin embargo podría suplicar hasta morirme que nadie me escucharía, así que incluso antes de que pudiera percatarme ambos ya habían abandonado la sala.

  -Aria- su tono ahora es frío y seco.

- Dime la verdad, ¿de dónde vienes?- no encuentro respuesta a la pregunta.

Mi silencio parece molestarle más de lo que podría haberme pensado por lo que termina por gritarme.

- ¡Te ordeno que me respondas!- mi pulso empieza a acelerarse, da igual la respuesta que le de, sé que no le va a satisfacer y terminará cabreándose mucho más.

-Ey hermanito...- nos percatamos ambos de la presencia de Zack.

-Deberías relajarte- le mira desafiante - al fin y al cabo si no quiere no te responderá- me mira ahora a mí como si un lobo mirase a su presa antes de cazarla.

-¿¡Qué se supone que haces aquí maldito bastardo!?- le grita bastante cabreado.

-¿Enserio creías que iba a dejarte a solas con ella?- levanta ambas cejas de forma arrogante.

-He ordenado que os vayáis- dice entre dientes apretando cada vez más su mandíbula.

La tensión generada ahora parece incomodarme más que la creada anteriormente ante el descubrimiento de mi verdadero yo.

- Nerina ha dicho que no eres de aquí, que eres mortal, ¿es eso verdad?- se acerca lentamente Zack hacia a mí haciendo caso omiso a las amenazas de su hermano.

- Claro que soy mortal-reúno valentía para responderle, ante mi respuesta abre los ojos divertido mientras pasa su lengua por sus labios carnosos

-Interesante- me echa un vistazo rápido y vuelve a mirar a su hermano.

-Eiden- llama a su hermano

- Es una maldita mortal - se acerca hacia él con paso rápido y fuerte.

-Es una maldita mortal- se sienta angustiado en una silla pasando desesperadamente sus manos por el pelo.

- Zack - responde ante el repentino cambio de comportamiento de su hermano menor.

- He escuchado perfectamente vuestra conversación maldito inútil- le da una colleja.

Mis miedos se intensifican tras los cambios de humor tan bruscos y espontáneos de ambos, comienzo a sentir lo que es estar viendo a la muerte a la cara y saber que ella también te está observando a ti también.

-¿Dónde... dónde estoy?- miro aturdida a todos los lados con la esperanza de poder encontrarle alguna solución a esto.

- En tu peor pesadilla- espeta con rabia el pelinegro. 

Justo termina de sentenciarme  un gran grupo de guardias reales aparecen en la habitación rodeándonos y apuntándome con flechas y espadas.

-Su alteza- dice uno.

-Tenemos órdenes de Nerina de venir a por...- traga saliva con dificultad- a por el arma final- 

-"La historia está hecha para ser repetida..."- Me susurra aquella melosa mujer que aparece en mi mente.

-"Pero tu debes cambiarla Aria"-  Me impacta la afirmación de aquella misteriosa voz.

Les oigo gritarse los unos a los otros, pero honestamente no consigo entender ninguna palabra más.

Estoy tan asustada que  siento que hasta mis propios sentidos han dejado de funcionar, da igual donde mire realmente no estoy viendo y da igual lo que escuche tampoco estoy oyendo; el miedo se está apoderando de cada célula que tengo.

 Con las pocas fuerzas que mi cuerpo es capaz de sacar me levanto de la cama intentado sortearles y echo a correr todo lo rápido que puedo, pero es todo en vano, antes de que pudiera pasar la puerta me agarran entre varios de ellos y me tiran al suelo como si sus vidas dependieran de si me tienen o no.

-¡Llevadla a las mazmorras!- grita uno de fondo. 

Dada la orden entre dos me levantan bruscamente del suelo y me atan las manos impidiendo cualquier movimiento, del mismo modo otros dos me sujetan de ambos brazos, ya no solo impidiéndome el movimiento si no que me es casi imposible el andar ya que me encuentro con dos hombres bastante grandes pegados a mi cuerpo.

-¡No!- forcejeo tratando de zafarme de su agarre.

-¡Soltadme!- el pánico me consume y mis pensamientos se nublan más por momentos.

Mientras aquellos bárbaros tratan de sacarme consigo atisbar fugazmente  la expresión de Eiden, la cual me congela hasta los huesos, en su rostro se podía ver reflejada una emoción parecida al desprecio, como si ahora mismo le asqueara el simple hecho de mi existencia.

Con fuerza me sacan de aquella habitación de cuentos de hadas para arrojarme hacia un gran pasillo  oscuro y sin final.

-¡Pequeña rata inmunda!- me agarra del pelo con furia uno de los muchos guardias que ahora me rodean.

Mis gritos inundan cada rincón de aquel siniestro lugar mientras el agarre ejercido por él aumenta, notando incluso que me arrancaba el pelo.

-¿Sabes cuántas personas murieron por tu culpa la última vez?- escucho entre el barullo.

Instantáneamente un golpe seco choca contra mi estómago dejándome sin aire, antes de que incluso reaccionara otro me azota la cara dejando a su paso una leve quemadura en mi rostro, si continúan así no llegaré a salir viva de aquí.

Los golpes incrementan y mis esperanzas de salir viva disminuyen con cada uno que recibo.

"¿Tan miserable es el vivir?"  Me pregunto internamente  mientras noto como mi cuerpo es incapaz ya de soportar más.

Tumbada en aquel frío suelo mi vista comienza a nublarse haciendo cada vez más borrosas sus caras, y en el fondo una joven sin rostro parece querer ofrecerme algo, una especie de esfera negra sin vida, mi mente ya comienza a alucinar.

-¿Qué se supone que hacéis?-  los golpes paran es seco.

Siento la sangre de mi nariz recorrer mi mejilla para luego caer gota a gota al suelo.

-Príncipe Zack- el miedo es más que notable en sus voces.

-Perdona nuestro comportamiento...- comienzo a notar un calor infernal a nuestro alrededor.

-Teníais una orden, llevarla- su voz se hace más gruesa y profunda -no matarla.-

-Tiene razón- vuelven a cogerme apresuradamente.

-Si esto vuelve a ocurrir no quedará otra que enviaros al mismísimo infierno.- Los guardias no dudan en mantenerse quietos por lo que aceleran todo lo que les es posible el paso.

Mis pies arrastran mientras nos vamos y me es incapaz mantener la cabeza erguida más de cinco segundos.

Atravesamos dicho pasillo, el cual estaba repleto de estatuas de guerreros luchando, pinturas de hombres y mujeres vistiendo ropas demasiadas elegantes ,antorchas que producen escasa luz, y aún así siento que nunca llegaremos a un lugar concreto.

-¿Dónde me lleváis?- finalmente consigo decir en un hilo casi inaudible de voz.

-A tu nuevo hogar- me empuja para que ande más rápido. - El lugar donde irás a  expiar tus pecados- 

 "¿Qué pecados debo expiar?" Miro el suelo por donde caminamos como si fuera mi vida yéndose entre mis dedos.

- Eres mortal- espeta receloso.

- Si no hacemos esto volverás a atormentarnos- me quedo callada sin saber que será de mí en las próximas horas.

Terminando el pasillo se puede apreciar una escalera de piedra bastante abandonada, con escalones irregulares y una pared casi derrumbada; me obligan a subirla . 

Cuando llegamos a la cima estoy más que exhausta, entre la escalera y que mis heridas no están totalmente curadas creo que me voy a morir de dolor, sin embargo ,el camino no parece terminar aquí, delante mía hay tres pasillos diferentes, giramos por el de la izquierda y luego  a la derecha para  ir hacia  la derecha nuevamente, se podría decir que esto es un laberinto.

 Finalmente ante nosotros hay tres escalones pequeños que llevan ante una gran puerta de una hoja de lo que parece ser roble, se abre desde dentro como por arte de magia y los guardias sin pensárselo dos veces me empujan hacia la oscuridad de la habitación que hay tras la puerta.

-¡No!- caigo al suelo dándome en partes que no sabía que me dolían hasta ahora - ¡Esperad!- intento arrastrarme para acercarme a la puerta pero ya la han cerrado.

-Por favor- suplico entre sollozos - no quiero estar aquí, ¡no me dejéis aquí sola! - miro a mi alrededor y por la escasa luz que entra por un hueco puedo ver que es una habitación totalmente vacía y abandonada en la que solo reina el silencio y la angustia.

Me acerco a la puerta y la golpeo varias veces esperando que alguien me respondiera, pero nada, en esta habitación estoy yo y mis miedos.

-No estás sola- escucho al fondo de la habitación provocando que grite y me pegue más a la puerta por miedo a quien pueda encontrarme aquí.

-Y por lo que veo yo ya tampoco- la voz ,que al parecer es femenina, se va acercando mientras más habla hacia donde yo me encuentro.

- Pobre muchacha que acto habrás cometido para haber acabado en la sala del olvido- su voz denota compasión.

- ¿Sala del olvido?- me atrevo a preguntar.

Ante un pequeño rayo de luz que entra por un hueco de la pared consigo ver quien hay detrás de aquella voz, una chica de mi edad.

- Llámala como quieras, el caso es que una vez que entras aquí se olvidarán de ti y jamás volverás a apreciar las cosas insignificantes de la vida- noto tristeza en su tono de voz, tanta que siento que su tristeza podría romperme a mi tan solo con decir una palabra.

 - Lo peor de todo- se acerca más a mí - es que debido a la eternidad es un castigo que jamás tendrá fin-

¿Ha dicho eternidad?

- No soy eterna-  mi desespero hace eco en las paredes de esta sala.

- Oh - una destello se refleja en sus ojos- simple mortal ya sé porque estás aquí - dice sonriendo

-¿Por qué ? - pregunto tumbada en el suelo incapaz de dar un paso más.

-Porque tú serás la que inicie la próxima guerra de elementos - yo no pienso iniciar ninguna guerra, yo quiero salir de aquí y volver a mi hogar .

- Eres la primera mortal que es capaz de acceder a nuestro mundo en doscientos cincuenta años- me agarra las manos - posees demasiado poder en tu interior.- 


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ACTUALIZADO.

Espero que os guste ;)

Nos vemos en el siguiente capítulo...

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