Severus II
Hogwarts. Oficina del director.
Noche del diez de Septiembre de 1993.
Severus Snape estaba muriendo.
Lo sentía. Cada día el juramento inquebrantable tiraba más y más de su alma hacia el infierno, porque ¿donde más podría terminar un hombre como el? mortifago, responsable de la muerte del amor de su vida así como de tantos otros bajo la orden del señor oscuro.
Últimamente el sentimiento se manifestó como un dolor que iniciaba en el pecho y terminaba en las marcas mágicas que lo ataban a Albus Dumbledore. Cada día se fortalecia y lo debilita, lo odiaba.
Lo sabia, Harry Potter seguía vivo a pesar de lo que dijera Alastor Moody. Podía sentirlo, el chico agonizaba. Y desde el momento en el que la lechuza del chico cayó frente a el, todo comenzó a ir en declive.
Por eso miraba ansioso e irritado al director. Costaba creer la ligereza con la que trataba la situación y no solo la de su inminente muerte, si no todo lo que había pasado en los años anteriores. Severus creía que el director se encontraba en un estado de negación absoluta, no era posible que de los dos el fuera el más preocupado por la seguridad de Potter, de todas las personas. Aunque, claro, tenía un motivo tan banal como no querer morir, gracias.
-Esto es inaceptable, Dumbledore-. Rugió Rufus Scrimgeour. -La escuela no es tu maldita caja fuerte.
El director lo miraba apacible, pero Severus, tan experto como era en leer a las personas notó lo incómodo que se sentía al ser cuestionado y reprendido como un estudiante.
-Era la única forma...- intentó defenderse, pero Scrimgeour dio una fuerte palmada en la mesa, haciendo que los odiosos caramelos de limón volaran por toda la superficie.
-No. No lo era-. Interrumpió el hombre poniéndose de pie -¿Por qué no simplemente usar un Fidelio con uno de tus maestros como guardián secreto? Si sabías que alguien iba tras la piedra y que ni siquiera Gringotts pudo evitar una infiltración ¿Cómo siquiera consideraste que Hogwarts era una mejor opción?lamentablemente no puedo hacer que dejes el puesto, Dumbledore... al menos por ahora- Severus pudo ver en los ojos de director un atisbo de sorpresa. El jefe de Aurores tomó su capa y se acercó a la chimenea a arrojar polvos flu. Pero antes de poner un pie dentro se volteó a verlos una última vez -Si hago eso, posiblemente te sustituiría Dolores Umbrige y lamentablemente sigues siendo mejor opción que ella. Avisa a tu personal que la oficina de aurores va a abrir una investigación. No toleraré otro episodio donde los alumnos estén en riesgo... Madame Bones te envía sus saludos.
Dicho eso, el hombre desapareció en un fulgor verde.
Severus relajó un poco su postura, internamente aliviado de que el hombre se fuera.
Por tercera vez en la semana el jefe de aurores se presentaba en la escuela y de alguna u otra forma el director se las arregló para arrastrarlo a cada una de esas reuniones. Era tortuoso pero muy en el fondo admitia que había valido la pena; finalmente alguien cuestionaba la ineficiencia respecto a la seguridad de la escuela. Snape se preguntaba cómo demonios el Jefe de aurores sabía tantos detalles de todo eso, siendo que Dumbledore barrió todo el asunto debajo de la alfombra, sospechaba de dos leones idiotas.
Ahora Scrimgeour le respiraba en la nuca a todo el personal y con la nada velada amenaza de madame Bonnes, Severus se preguntó cuánto tiempo más el director podría resistir sin ceder a la presión.
-La situación es terrible, Severus-. El director miraba fijamente el fuego que era rojo y naranja de nuevo, parecía desear que esté le diera las soluciones que necesitaba-todo se ha salido de control.
-Has cometido errores, Albus, igual que yo, igual que cientos de hombres antes que nosotros. -Severus tomó otra copa de vino del escritorio -¿Pero eres capaz de aceptarlo?
Dumbledore alzó la mirada que Severus no entendió completamente. Quizás no esperaba esa respuesta.
-Yo... yo... - y por primera vez en todo el tiempo que lo conocía, el director parecía haberse quedado sin palabras. -Intento hacer lo correcto. No siempre es lo más fácil. O el camino que me gustaría tomar.
Lo más fácil ¿eh?
Los dos hombres se quedaron en silencio unos segundos. Curiosamente vio algo en sus ojos qué nunca pensó que vería; culpa. Y le pareció asqueroso.
Entonces la presa dentro del corazón medio muerto de severus se rompió.
-Oh ¡por favor, Albus!- ya no podía soportarlo. En cualquier momento moriría, estaba seguro, así que ¿Qué más daba?. -¡¿De verdad eres tan narcisista qué no puedes ver más allá de tu torcida nariz?! ¡Has jugado con la vida de muchas personas! ¡Durante años!- Severus había investigado, había muchas cosas que no tenían sentido. Y ahora Iba arrojarle toda su mierda en cima al director (y quizás la copa de vino) -Yo, los miembros de la orden del fénix... Lily, Potter ¡Pudiste ser el guardián secreto..! Y Harry... ¡¿En serio es hasta ahora que te arrepientes?! -. No podía creerlo. El no era un buen hombre, lo sabía, era mal maestro y fue cruel con el chico solo por el parecido con el cerdo de su padre, pero jamás fingió ser el bueno, Dumbledore si lo hizo.
-Severus, yo...
El pocionista arrojó su copa a los pies del director.
-¡NO!-. Gritó y de repente se sintió como una fiera enjaulada frente al maestro de seremonias -¡Se porque hice ese juramento! ¡Juré proteger a lo último que quedaba de Lily en este mundo! ¡Tu fallaste en mantenerla a salvo! ¡Y ahora solo mi vida corre peligro!
-Harry sigue con vida. -Escuchó al director murmurar. -Aún podemos salvarlo.
-¡EL CHICO MORIRÁ! ¡Y YO CON EL! ¡TU LO SABES, DUMBLEDORE!
De repente el aire en la habitación parecía muy pesado. Como si todo el oxígeno se hubiera ido con los gritos del maestro de pociones.
Ya no soportaba estar en esa oficina asfixiante.
Respiró un par de veces y caminó a la puerta, pero justo cuando abrió la puerta escuchó la voz de su verdugo
-Tu y el no son tan diferentes ¿No crees?
Severus se congeló, la marca del juramento inquebrantable y la culpa estrujarin su pecho, a pero ¿quién en el mundo mágico hubiera pensado que el chico de oro era abusado en casa? sabia que su orgullo y odio lo ha habían segado y desde la noche del banquete y la publicación de ese artículo esa terrible realización lo perseguía. Estaba seguro de que James Potter se revolcaba en su tumba. Y Lily probablemente lloraba de impotencia.
-Si, tienes razón, Albus. -Murmuró Severus- Sobre todo en que ambos confiamos en la persona equivocada.
Severus salió de la oficina dejando atrás el sonido de su capa.
¿¿Yoooooo subiendo dos capitulos en el mismo mes??
Sip jeje
Bueno, quería que fuera más largo, pero ¿es lo que hay?
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