Prólogo
LUGAR DESCONOCIDO
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Sentía sus ojos pesados y el cuerpo entumecido, el suelo debajo de él era rocoso y deformado, en su pecho, el peso de un objeto desconocido lo incomodaba demasiado.
Y, a pesar de tan molesta posición, no quería abrir los ojos.
Estaba tan cansado, algo no se sentía bien, la sensación de su cuerpo era... diferente.
Pero su fatiga no solo era física, su mente era cubierta por una neblina extraña y él no tenía ganas de despejarla. El mundo de los vivos lo llamaba y lo sabía, pero continuar en la inconsciencia era tentador.
El sonido de las aves cantando una suave melodía, el agua corriendo entre las rocas y el susurro de las hojas chocando entre sí a causa del viento, le daban tanta calma y paz, así como los pasos descuidados de una persona caminando hacia él.
Sí, con esta tranquilidad podría volver a dormir.
Esperen, ¿pasos?
Las alarmas se encendieron y una voz en su cabeza gritó: ¡Levántate!
Y eso fue exactamente lo que hizo, se sentó de golpe aún con el extraño objeto encima, y al segundo de hacerlo se arrepintió, pues el dolor de cabeza que vino después fue terrible. Intentó enfocar la mirada, sin embargo, fue en vano, todo a su alrededor daba vueltas en un torbellino verde y marrón.
Levantarse no era una opción, seguramente no podría ni mantenerse en pie, así que lo único que podía hacer era esperar a que no lo atacaran mientras estaba tan indefenso.
-¡Oh! ¡Tanjiro, despertaste! -una voz excesivamente aguda provocó que su dolor de cabeza aumentara. Cerrando los ojos con fuerza, trató de que su mente y sentidos volvieran a la normalidad.
Estaba en un bosque, eso podía decirlo con certeza.
Las manchas verdes que vio antes eran árboles y su nariz captaba a la perfección la tierra fresca mezclada con el característico aroma del humo y madera que indicaban los restos de una fogata.
-Nos tenías tan preocupados -informó la voz mientras arrastraba las palabras-. Inosuke estaba más salvaje de lo normal, no paraba de decir que el aura del bosque cambió cuando caiste desmayado. Creemos que el demonio al que vinimos a derrotar tiene algo que ver, pero Inosuke no puede sentirlo y yo no puedo oírlo y... ¿Me estás escuchando, Tanjiro? ¿Te sientes mal?
¿Inosuke? ¿Demonio? ¿Tanjiro? Izuku no estaba entendiendo nada, esa neblina en su mente no se iba, pero al menos ya no estaba tan mareado, así que, tentando su suerte, abrió los ojos.
Fue una agradable sorpresa descubrir que las cosas se mantenían en su sitio.
Lo primero que notó fueron las zapatillas y piernas del sujeto desconocido, arriesgándose más, levantó la mirada encontrándose con los ojos preocupados de un chico de aproximadamente su edad. Su cabello rubio tenía toques anaranjados en las puntas, traía un atuendo completo de color negro y encima de este llevaba un haori amarillo con pequeños triángulos. Sin embargo, lo que lo desconcertó fue el hecho de que tenía una katana en la cintura.
Esa katana era preocupante, no obstante, el instinto de Izuku no reaccionó ante eso. De hecho, su cuerpo no reaccionaba en absoluto ante la posible amenaza frente a él. No le recorrió el típico escalofrío nervioso que siempre sentía al conocer a alguien nuevo, ni tampoco la sensación de su piel erizándose al percibir alguna mala intención.
Izuku trató de descifrar porqué se sentía tan tranquilo y seguro con este chico. No tenía sentido, ni siquiera lo conocía, y aún así, se sentía como si lo hiciera.
-Eh... Tanjiro, te pregunté si estabas bien -volvió a decir el rubio con cierto nerviosismo.
Oh, de nuevo se dejó llevar.
¿Habló en voz alta? Esperaba que no, hace tiempo no le pasaba. Sin embargo, el chico volvió a llamarlo Tanjiro y ese no era su nombre, tal vez estaba confundido.
-Sí, estoy bien -La expresión del chico con katana no mostró nada más que alivio, así que, aprovechando la oportunidad, preguntó-. Disculpa, pero, ¿dónde estoy?
El rubio lo observó desconcertado, como si fuera algún bicho raro.
-Estamos en el bosque Daburu, ¿no recuerdas? Estábamos conversando del demonio que está aterrorizando a los aldeanos y de repente te desmayaste.
-¿Demonio...? -acaso era alguna forma de expresarse, Deku esperaba que sí, no estaba preparado para lo que esa palabra conllevaba.
Esta vez, el chico rubio se acercó rápidamente, para luego poner una mano en su frente. Izuku contuvo el aliento mientras contaba los segundo en los que el otro mantenía la mano allí.
Cuando finalmente lo dejó, soltó el aire que retenía en sus pulmones. Dios, ¿qué le pasaba a ese chico? Ni siquiera se conocían como para que se mostrara tan preocupado por él .
Ok, tal vez Izuku estaba siendo exagerado, (e hipócrita), pero se encontraba en un lugar desconocido, por alguna razón no lograba recordar qué hacía antes de llegar aquí y probablemente no lo recordaría pronto si esa neblina es su mente tenía algo que decir al respecto. Eran razones suficientes para exagerar hasta la menor acción del contrario.
-No pareces tener fiebre, pero... -Ahí estaba de nuevo, la mirada en el rostro del rubio comenzaba a ponerlo nervioso. No es que fuera raro, si Izuku se encontrará con una persona herida en el suelo sin duda se acercaría a ayudarlo. No obstante, la preocupación del rubio era idéntica a la que mostraban sus compañeros cuando alguien de la clase 1-A resultaba herido.
Y ese era el problema.
Para mostrar ese grado de preocupación debían conocerse al menos un poco, pero Izuku jamás lo había visto en su vida.
Sin embargo, ¿en serio nunca lo había visto? De alguna manera, se sentía familiar...
-Tanjiro, me estás asustando -acusó el chico-. Me miras de manera extraña y actúas raro... ¿D-debería llamar a Inosuke?
Bien, era hora de aclarar las cosas.
-Yo... -Deku trató de encontrar las palabras correctas para lo que diría a continuación, tambien intentó mover las piernas y lo frustró un poco descubrir que solo podía mover una-. Yo no soy Tanjiro.
Decidió que era mejor dar una respuesta más al estilo de Kacchan.
Directa y sin trabas.
El rubio parpadeó dos veces y luego inclinó la cabeza.
-¿Qué dijiste?
-Yo no soy Tanjiro.
De nuevo parpadeó y está vez lo miró con un leve ceño fruncido. Estuvieron en silencio por casi tres minutos e Izuku quería salir huyendo de ahí. El desconocido no apartó la mirada de él ni un segundo y se sentía como si le estuvieran escaneando el alma.
-No estás... No estás bromeando -eso no era una pregunta-. ¿Qué...? ¿Por qué tú...?
Izuku empezaba a sentirse culpable, el rubio se veía tan desconcertado y confundido, pero él estaba igual. ¿Cómo podía aceptar con tanta facilidad sus palabras? ¿Acaso su peculiaridad tenía algo que ver? ¿Tal vez algo como un detector de mentiras? ¿Cómo funcionaba?
-T-tal vez tienes amnesia -dijo el rubio comenzando a lagrimear-. ¡Si! Eso es, por eso no recuerdas tu nombre, n-ni a nosotros. ¡Espera aquí, voy a llamar a Inosuke!
Dio media vuelta y desapareció entre los árboles, a pesar de eso, Izuku todavía escuchaba sus pasos ruidosos quebrando ramas y hojas y su olor flotaba en el aire como si fuera algún incienso.
Cuando ya no pudo escucharlo más, Izuku intentó levantarse, sin embargo, algo lo detuvo.
Al parecer, el peso que le incomodaba hace rato era una pequeña caja de madera; sus ojos se abrieron cuando notó que sostenía al objeto con uno de sus brazos como si su vida dependiera de ello.
Izuku soltó la caja sin bajarla de su regazo, las puntas de sus dedos estaban blancas por la presión que había estado ejerciendo y hasta sentía la mano dormida.
Pero, ¿por qué?
¿Qué pasó antes de aparecer aquí? ¿Por qué cargaba una caja? ¿Cómo llegó a este lugar? ¿Por qué no lograba recordar?
Rayos, su cabeza comenzaba a doler, tendría que dejar las incógnitas por ahora.
Cuando trató de detallar la caja, notó algo muy importante, algo que debió haber notado desde hace mucho, francamente no sabía cómo dejó pasar ese detalle tan esencial.
Su ropa y la katana amarrada en su cintura.
-¿Ah? -Traía ropa similar a la del chico, era como... ¿un uniforme? ¿De qué?-. Acaso... -frunció el ceño y su rostro se puso blanco-. ¡¿Me desnudaron y me pusieron esto?!
Al gritar se dio cuenta de otra cosa que puso sus nervios de punta. Su voz, su voz era... esa no era su voz.
Izuku comenzaba a entrar en pánico.
Se toqueteó el rostro y se alarmó más al sentir sus facciones extrañas, ajenas, como si no fueran...
Se levantó tambaleante, sujetando la caja con uno de sus brazos, algo le decía que no se separará del objeto. Si despertó abrazándolo era por una razón, ¿no?
Dio unos cuantos pasos tratando de no caer y cuando estuvo seguro de que no lo haría, corrió hacia el río o riachuelo que había escuchado antes.
Cuando por fin logró ver el agua cristalina a unos metros de distancia aumentó el paso. Estuvo a punto de caer de cara cuando se agachó pero mantuvo el equilibrio a tiempo, dejó la caja a un lado y jadeando con anticipación se dispuso a ver su reflejo.
No era su reflejo.
Por supuesto que no lo era. Esos no eran sus ojos, ni su nariz, ni su cabello, no era... su rostro.
Izuku observó horrorizado al pelirrojo en el agua, el cual le miraba con la misma expresión: las cejas alzadaz, los ojos bien abiertos y la boca hasta el suelo.
-¿Qué es...? -Izuku no logró terminar su oración porque la caja a su lado se movió. Y se movió, y volvió a hacerlo, una y otra vez, hasta que se detuvo. No logró ni siquiera procesar lo que sucedía porque, al segundo, algo comenzó a golpear al objeto desde adentro, como si estuviera tratando de salir. Y luego lo escuchó, lo que hizo que todo en él se sintiera enfermo.
Los quejidos de una persona.
Había una persona en la caja, ¿un niño acaso? La voz amortiguada era aguda y la caja era demasiado pequeña para una persona común.
Actuando por instinto, Izuku se lanzó hacia la caja.
-¡Está bien, te voy a sacar de ahí! -trató de sonar lo más confiable posible, pero estaba seguro de que su rostro (que no era su rostro) había perdido el color y que sus manos temblaban por todo lo que sucedía en tan poco tiempo. Y a pesar de todo eso, Izuku intentó abrirla.
Intentó, porque un fuerte agarre en sus muñecas lo impidió.
Alzó la vista y la cabeza de un jabalí echando humo por los orificios de la nariz lo recibió. Izuku contuvo el impulso de gritar, en cambio, trató de zafarse del agarre que extrañamente no era tan restrictivo.
-¡¿Qué te pasa, Monjiro?! ¿Te has vuelto loco? ¡¡Es de día!! -si no fuera por la máscara, el desconocido sin duda le hubiera llenado la cara de saliva.
-¡Suéltame! -gritó Izuku histérico. No sabía dónde estaba, quienes eran estas personas o porqué había alguien encerrado en una caja, pero lo descubriría pronto.
Se levantó con el chico aún sujetando sus muñecas y se dispuso a usar el One for All para despacharlo, solo para darse cuenta de que no podía usarlo.
Bien, todo está bien. Lo volvió a intentar.
No funcionó.
Completamente confundido y aterrado trató de llevar toda la energía a un brazo, si se lo rompía lidiaría con eso más tarde.
Tampoco funcionó.
Izuku quería llorar y gritar de frustración, pero se aguantó y siguió forcejeando con el chico que gritaba improperios a diestra y siniestra. Inconscientemente le recordó mucho a alguien.
-¡¿Qué haces, Inosuke?!
-¡El Rey de la Montaña está tratando de impedir que Yangoku haga una estupidez! ¡No interrumpas!
-¡El único estúpido eres tú! ¡Suéltalo!
El adolescente rubio de antes se interpuso entre él y el tipo con máscara de jabalí. Izuku aprovechó el pequeño momento de vacilación del contrario y se soltó, tomó la caja y corrió en dirección a los árboles, tratando de escapar o refugiarse.
-Espera. ¡Tanjiro! -Era la voz de rubio, pero Izuku no volteó. Tenía que correr, encontrar un lugar seguro y liberar a quien estuviera allí dentro. Pensar eso le hizo notar que ya no escuchaba ningún sonido salir del objeto, ni siquiera un quejido. Su preocupación aumentó ante eso.
Necesitaba pensar tranquilamente, en serio lo necesitaba. También recordar lo que había sucedido porque esa era la clave para entender que rayos estaba pasando.
No podía usar el One for All y eso definitivamente era lo que más le aterraba. De alguna forma tenía sentido, ya que este no era su cuerpo, pero eso no quitaba el hecho de que después de tanto tiempo se sentía... indefenso.
Un peso en la espalda casi lo hizo caer y luego unos brazos lo apretaron con fuerza.
-¡No se que te pasa, pero nadie escapa del gran Inosuke!
Izuku gritó de miedo y rabia.
De miedo porque no sabía que estaba sucediendo. Y de rabia porque tampoco sabía estaba sucediendo.
Luchó contra el agarre del chico y en unos segundos la situación se puso intensa. Izuku mantenía una de sus manos en el rostro (máscara) del contrario tratando de poner distancia y la otra estaba estirada hacia arriba alejando la caja mientras que el jabalí tiraba de sus cabellos y sujetaba su ropa para que no se escapara.
Era la pelea más extraña que había tenido en su vida, ¿siquiera se consideraba pelea?
Luego de unos segundos más de forcejeo, Deku se hartó. Dejó de moverse y justo cuando el otro pensó que había ganado, movió la cabeza hacia atrás y chocó su frente con la contraria.
No dolió y eso lo confundió, el cabezazo era lo suficientemente fuerte como para dejarlo con dolor por unas horas. No pudo cuestionarse nada más, porque el sujeto lo soltó y cayó al suelo de espaldas.
No se movió más.
Antes de que la culpa comenzara a hacer de las suyas, se giró para seguir su huída. No logró dar ni cinco pasos antes de que el rubio lo interceptara con los brazos abiertos.
Izuku no era alguien que maldiciera, pero esta situación lo estaba tentando.
-¡Tanji- digo... ¡Como te llames, solo cálmate y escucha por un segundo! ¿Está bien?
Abrió la boca para soltar un rotundo no, pero si era sincero, no tenía la energía para seguir luchando. Estaba jadeando demasiado y sentía sus piernas temblar; en cualquier momento caería y era preferible caer mientras estaba en buenos términos con el enemigo.
Sí es que era el enemigo.
El chico seguía mirándolo con preocupación e Izuku todavía no sabía cómo sentirse al respecto.
Lentamente, asintió.
El rubio suspiró aliviado e intentó acercarse, pero al ver que Izuku tropezaba hacia atrás se detuvo resignado.
-Bien, yo... No se muy bien que está pasando, pero comencemos desde el principio. Mi nombre es Zenitsu Agatsuma y el tuyo es Tanjiro Kamado, nosotros...
-Ese no es mi nombre -interrumpió sujetando con más fuerza la caja, extrañamente eso lo reconfortó-. Me llamó Izuku Midoriya.
Hubo silencio por unos segundos en los que el ambiente se volvió incómodo. Izuku sabía que fue muy grosero de su parte interrumpirlo pero estaba cansado y estresado, solo quería encontrar las respuestas a sus preguntas y tirarse a dormir en cuanto tuviera la oportunidad.
-Izuku Midoriya... -pronunció el rubio con lentitud, como si tratara de memorizar el nombre-. B-bien, Izuku-kun. No soy tu enemigo, es todo lo contrario, soy tu amigo y no planeo ni quiero hacerte daño. Es más, estoy seguro de que podrías vencerme con facilidad -Deku agradecía su manía de hablar y murmurar rápido, sino, no lo hubiera entendido- Sea lo que sea que este pasando podemos solucionarlo juntos, por favor, Tan... Izuku, confía en mí.
Un minuto, los ojos de Deku no abandonaron los del contrario por todo un minuto, sopesando sus opciones, los pros y los contras de creerle al otro, antes de tomar una decisión.
-Está bien -dijo con toda la firmeza que pudo reunir-. Voy a confiar en ti, pero antes tienes que explicarme algo -Zenitsu, como se presentó, asintió varias veces con una sonrisa de alivio-. ¿Por qué hay una persona en la caja?
La sonrisa desapareció tan rápido como llegó, el rostro del rubio solo mostraba nerviosismo y eso se ganó el recelo de Izuku.
-¿Por qué hay una persona en la caja? -repitió con los dientes apretados, deteniéndose más de lo debido en cada palabra.
Zenitsu chilló y retrocedió tres pasos estirando sus brazos al frente, como si tuviera miedo de que Izuku se lanzara a morderlo.
Frunció el ceño confundido cuando el rubio, después de recomponerse, lo miró con reproche y molestia.
-¡No pongas esa expresión! ¡No vez que tu cara da miedo! Pensé que ibas a sacar tu katana y me ibas a cortar el cuello.
¿Que su cara da miedo? En realidad, esta no era su cara, pero igual se sintió un poco ofendido. Además, ni siquiera sabía usar el arma que traía en la cintura, pero el otro no necesitaba saber eso.
El silencio regresó y antes de que las cosas se pusieran incómodas de nuevo, Zenitsu suspiró.
-Es complicado -dijo sin mirarlo a los ojos-. Esta en la caja para que no salga herida, si el sol la toca entonces... -Zenitsu dudó, pero luego le dio una mirada divida entre la lástima y preocupación-. Morirá.
El pecho de Izuku se encogió y sintió que el estómago se le revolvía como si hubieran animales salvajes tratando de salir de allí.
Y le creyó, por supuesto que le creyó. Que su cuerpo reaccionará de esa manera era indicador suficiente.
Algo en él sabía que era cierto e Izuku no iba a dudar de sí mismo, por mucho que este no fuera su cuerpo.
Asintió con un sabor amargo en la boca y apretó con más fuerza el objeto. La caja se sentía extrañamente pesada ahora, o tal vez era solo su imaginación.
-¿Ella...? -dejó la pregunta en el aire.
-Si, es un ella. Y su nombre es Nezuko -informó Zenitsu con mucha delicadeza. El rubio tenía una extraña mueca ahora, como si lo hubieran golpeado en el estómago- Ella es... ella...
No terminó de decir qué era ella, porque se quedó mirando un punto en específico detrás de Izuku con confusión, luego con sorpresa y por último lástima.
-Por favor, Izuku-kun, dime que no le diste un cabezazo a Inosuke.
Deku siguió la mirada del rubio y vio con claridad al chico con cabeza de jabalí desplomado en el suelo con las extremidades extendidas.
Se sonrojó furiosamente y miró con arrepentimiento a Zenitsu.
-Y-yo.. yo no... -bueno, de nada servía mentir cuando la prueba del crimen estaba a unos cuantos metros-... Yo... ¿Si?
Su sonrojo aumentó más al ver como el rubio se reía.
-Ay, no puede ser. Ese jabalí idiota tiene una suerte de mierda -dijo como pudo sin parar de reír-. Uno de tus cabezazos es suficiente para toda una vida, dos ya son avaricia.
Izuku no estaba entendiendo del todo, pero había una inexplicable vergüenza dentro de él, mucha más de la que en realidad debería sentir.
-E-está bien, ya para -pidió Izuku, apenado al ver que la risa del otro no se detenía- Lo hice porque en ese momento era mi enemigo y no quería soltarme, cualquiera hubiera hecho lo mismo. A-aunque, tal vez otra persona hubiera intentado dialogar, pero estaba confundido y no sabía que estaba pasando y...
-Oye, está bien. Comprendo -se alarmó Zenitsu-. No te estoy culpando, es una reacción natural. Yo probablemente hubiera llorado en tu lugar. Además, el jabalí es resistente, tu tranquilo.
Izuku asintió, todavía avergonzado, para luego caer al suelo de rodillas.
Parpadeó aturdido, ni siquiera sintió sus piernas flaquear, eso no estaba bien. Antes de que cualquiera pudiera decir algo, una de sus manos soltó la caja y cayó como peso muerto a un lado.
Izuku intentó moverla, asustándose cuando descubrió que no podía, y ahora que se fijaba tampoco sentía las piernas.
Antes de pensar o hacer cualquier cosa, Deku dejó con suavidad la caja de madera a un lado. Si sus extremidades estaban dejando de funcionar, no podía arriesgarse a que la caja recibiera algún golpe si su otra mano fallaba.
Y efectivamente, segundos después de soltarla, su mano izquierda resbaló hasta su regazo y no la sintió más. Zenitsu estaba a su lado, haciendo preguntas que no entendía del todo, pero sus pensamientos ya se encontraban en otra parte.
Su estado de semi-consciencia no era algo con lo que estaba familiarizado, sin embargo, le permitió recordar algunas cosas.
El festival.
La soga que fue a comprar.
A Eri y Mirio acompañándolo a la tienda.
Y...
Los villanos.
Se toparon con villanos antes de regresar a la UA ¿Cómo había olvidado eso? Fueron tres, una mujer y dos hombres. El más bajo, con ojos de diferente color, intentó llegar a Eri, Izuku recordó interponerse entre ambos, el hombre lo tocó y luego...
Todo era negro.
Solo un poso de oscuridad denso y profundo que lo arrastró y lo sofocó como si estuviera ahogándose en medio del mar. Negro. Todo a su alrededor era negro como una noche sin estrellas.
El recuerdo era claro y lo abrumó, porque de hecho estaba sintiéndose igual en ese momento, solo que menos enfermo y angustiado. No se estaba ahogando, claro, pero la pesadez en su cuerpo era suficiente para entender que no le quedaba mucho tiempo antes de que cayera.
Sus ojos estaban a punto de cerrarse, pesaban como si fueran plomo, un destello amarillo entró en su campo de visión, e Izuku supuso que era Zenitsu, sin embargo, en ese momento no estaba seguro de nada.
La angustia se juntó en su pecho y luego apretó con crueldad en su corazón sin intenciones de soltarlo. El frío que lo envolvió poco a poco no era ajeno, lo conocía, era un viejo amigo, aún así, seguía siendo desagradable tenerlo cerca.
Era miedo.
Un crudo y absoluto miedo.
Sentía miedo por Eri.
Por Mirio.
Y por él.
Porque Izuku sabía... No, sentía que esto estaba mal. Todas esas sensaciones y sentimientos que había experimentado desde que despertó, no se sentían como él.
No se sentían de él.
Y así, mientras el miedo y terror a lo desconocido lo consumían, cerró los ojos.
Era casi un alivio, pensó dejando que la inconsciencia lo arrastrara, nunca creyó que sus pensamientos fueran algo de lo que quisiera descansar.
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Hola~
He aquí otra historia de la que probablemente me arrepentiré más tarde.
Ok no. XD
Pero, en serio, esta historia va para largo (como las otras) y no estoy familiarizada con ninguno de los dos animes. Me he leído muchos fics de BNHA y eso ayuda, pero en cuanto a KNY... Si.. sólo ver las dos temporadas y la película no basta.
No estoy al día con ninguno y tengo que leerme los mangas de ambos si quiero escribir una historia bonita y completa.
Fue medio complicado escribir esto porque no me acuerdo mucho de las personalidades de cada quién. Con Izuku también fue difícil, ni siquiera estoy segura de si logre que se mantuviera ese toque Midoriya que todos amamos. Porque, si estuviera usando al Deku de antes de entrar a UA, sería muy sencillo. Pero no es el caso, estoy usando al Deku de después del arco de la Yazuka, pero antes de que comenzara el Festival Cultural.
Es muy posible que vaya a cambiar algunas cosas después de que me lea los mangas, porque no estoy 100% segura de que logré manejar a los personajes como se debe.
Por ejemplo, en el anime, Zenitsu dice que si se concentra lo suficiente puede escuchar los pensamientos de las personas. Considerando que no lo he visto escuchar dichos pensamientos y que no me he leído el manga para comprobarlo, esto bien podría ser falso.
La razón por la que Zenitsu le creyó a Izuku fue porque (no se si se notó) estuvieron en silencio por varios minutos en los que Zenitsu se enfrascó en escuchar el torbellino de pensamientos de Izuku y tambien para comprobar su "sonido". Ustedes entienden, Zenitsu tiene un oído tan bueno que para él las personas tienen sonidos diferentes, entonces, obviamente Izuku y Tanjiro deberían tener distintos sonidos.
Necesitaba que le creyeran rápido para no extender tanto todo esto, pero si resulta que lo de escuchar los pensamientos no es canon pues lo quitaré.
Bueno, otra cosa que tengo que decir es que, esta historia no será actualizada seguido. Tengo otras historias de One Piece que tengo que actualizar y esta solo lo publique por diversión propia. Además de que quiero ver que tanto apoyo recibe, si les gusta, la continuó.. sino... Igual la continuó pero cuando quiera XD
Otros detalles del prólogo son:
Haori es la prenda que algunos cazadores llevan encima del uniforme, siempre con diferentes estilos y colores.
No se ustedes, pero para mi la voz de Tanjiro y la de Izuku tienen un timbre muy similar, es por eso que escribí a Izuku actuando normal ante su voz, hasta que gritó y se dio cuenta de que no se escuchaba igual.
Para que se entienda mejor toda la situación y comportamiento de Izuku, solo dire dos palabras: Memoria muscular.
El título lo dice: Almas. Izuku tiene su alma en el cuerpo de Tanjiro, por lo que no importa si él ve a los compañeros de nuestro cazador como desconocidos, su cuerpo y su mente no lo harán. Se podría decir que, a parte del alma, la consciencia de Izuku también está en ese cuerpo (obviamente, porque sino no tendría mucho sentido que recordará toda su vida)
Ahora, si la consciencia y el alma están luchando contra el cuerpo y la mente... ¿qué creen que sucederá? O mejor dicho, ¿qué creen que pasará a parte de lo que ya está sucediendo?
Pista: Izuku no recuerda algunas cosas con claridad, ¿por qué será eso?
Ay, es divertido dejarles incógnitas, ahora entiendo porque a los demás escritores les gusta tanto.
Creo que se dieron cuenta, pero me extiendo demasiado y si no paro ahora seguiré escribiendo, así que...
¡Me despido! Espero que les haya gustado, denle amor a esto, el mismo amor que le dan a mis otras historias.
-Vicky fuera
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