Busca infundir temor
Su mayor arma es su propio dolor;
A veces intenta parecer inofensivo
Para conquistar su retorcido objetivo.

En su mirada no transmite bondad
Se corroe lentamente en su propia maldad;
Su manera engañosa e impredesible de ser
Puede sin esfuerzo a tu mente envolver.

Calcula cada uno de sus pasos
Pensando en cómo puede un corazón hacer pedazos;
No es sensible al tormento ajeno
Su boca destila un ruín veneno.

Es casi inmune a toda sensación
Lo guía el odio, la ira y la aflicción;
Proyecta el miedo que abunda en su interior
Dejando en los recuerdos toda pizca de amor.

Vaga por los senderos que el mismo ha trazado
Desbordando tanto enojo acumulado;
A su vil enfermedad no le encuentra cura
Y sufre en su agonizante alma oscura.