ALMA VELASCO

—¡Suéltenme! ¡Quítenme sus manos de encima!. —son mis gritos mientras dos oficiales de policía arrastran mi cuerpo por los pasillos de la prisión.

Ejerzo toda mi fuerza intentando poder liberarme de sus agarres, pero es imposible, ellos continúan con mayor agresividad sin importarles el daño que me puedan causar.

Se detienen en una de las celdas. Uno de ellos procede a soltarme y se concentra en abrir las rejas, en tanto el otro oficial aumenta la fuerza de su agarre en uno de mis brazos y yo sigo gritando a todo pulmón: —¡Le ordenó que me suelte!.

Soy ignorada por completo.

El oficial termina de abrir las rejas y no pierden tiempo para tirar de mi cuerpo con brusquedad hacia dentro de la celda, como si fuese un saco de papas estrellándose mi cuerpo contra el suelo. Con agilidad ellos cierran el portón con seguridad y puedo ver cómo se desplazan de regreso por el mismo camino que vinimos, dejándome encerrada tras las rejas.

—¡Soy inocente! ¡Joder soy inocente!.
—exclamo, pero nadie me puede escuchar, porque los imbéciles que me trajeron aquí acaban de irse, además todas las demás celdas están vacías.

Mis ojos se llenan de lágrimas y no demoran en salir. Ellos me encerraron aquí de eso no tengo la menor duda, pero Él. ¿Cómo pudo permitirlo?.

Todas esas veces que me juro su amor bajo la luz de la luna y las estrellas fueron solo mentiras. En este momento no ha creído en mis palabras, nunca confío en mí como yo en él, que le entregué todo en cuerpo y alma.

¡Por él, lo he perdido todo!

2 años antes...

Mi nombre es Alma Velasco, hace pocos meses cumplí mis veintidós años de edad. Desde pequeña tengo pasión por la arquitectura, amo crear todo tipo de diseños con mi gran imaginación. Podemos decir que tengo arte en mis maravillosas manos. Mis sueños son poder llegar a triunfar como una arquitecta profesional, pero para ser sincera con ustedes, es algo imposible porque en esta sociedad solo están en la cima los que tienen el poder.

Nací y vivo en España con mi madre y hermana menor en uno de los barrios con mayor porcentaje de pobreza, donde abunda la delincuencia y conseguir el pan de cada día es muy difícil. Las mayorías de mi edad en vez de estudiar buscan el camino más fácil para poder sobrevivir, se dedican a robar, vender sustancias prohibidas y hasta prestar sus servicios como asesino a sueldo por dinero.

La casa donde vivimos es pequeña, pero es nuestra mi padre se la regaló a mamá antes de morir. Si así es, mi papá murió cuando yo estaba pequeña y mi madre estaba embarazada de mi hermana con apenas cinco meses. Un ataque fulminante al corazón termino con su vida, no recuerdo nada de él y nunca he visto una foto de él. Mi madre la Sra. Rosa no le gusta hablar de él, su muerte le pego muy fuerte y recordarlo le remueve muchos recuerdos, por eso mi hermana y yo respetamos su opinión y nunca tocamos el tema.

Ella para mí es la mejor madre del mundo, nos ha sacado adelante sola, ha dedicado toda su vida a nosotras. Su trabajo siempre ha sido lavar la ropa de todo el barrio por paga, se esfuerza un montón todos los días, hasta se ha vuelto famosa por sus excelentes servicios, pero para ser sincera lo que gana no alcanza para poder sobrevivir, con decirles que tiene años lavando con las manos porque no ha conseguido para comprar unos de esos aparatos para que le resulte todo más cómodo y fácil.

Sobre mi hermana menor Ana. Ella tiene 19 años de edad y es muy rebelde, desde pequeña siempre hace lo que quiere aunque mi madre le ponga los peores castigos. Les cuento que a los 14 llego a casa de la escuela con su primer piercing en los labios, mama la quería asesinar, la castigo obligándola hacer todos los deberes de la casa por una semana, pero no valió de nada porque hoy en día tiene tatuajes por todas partes aunque la mayoría de ellos son muy pequeños. La relación entre ellas no es muy buena que digamos por qué siempre se la pasan peleando y nuestra madre por la más mínima cosa la castiga de una manera severa.

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¡Llego el gran día!

Hoy es uno de los días más esperados. Es mi graduación de fin de año en la escuela. Estoy muy nerviosa y a la vez emocionada porque hoy se cierra un ciclo e inicia uno nuevo para mí. No estoy segura de que pueda ir a la universidad por mi condición social, pero la esperanza es lo último que se pierde y no voy a abandonar mis sueños de ser arquitecta. Todos estos años me he esforzado dando lo mejor de mí, obtenido excelentes calificaciones y siendo la mejor de la clase. Mi madre siempre dice: El que persevera triunfa y yo voy estoy segura de que en un futuro no muy lejano voy a triunfar.

                               ***

Una hora más tarde, nos encontramos en la cancha de mi escuela, en donde está por iniciar la graduación. La decoración esta hermosa tiene rosas en color blanco y rojas por todo el alrededor, al frente se puede apreciar una tarima, en la cual están los maestros, el director y la secretaria de educación. Por cierto, no tengo la menor idea de que hace la gente del gobierno aquí, en esta escuela de bajo nivel social y sin ningún tipo de prestigio. Ahora que lo pienso vinieron para hacerles pensar a la ciudad que tienen humanidad, porque hasta la prensa está aquí.

En el centro nos encontramos todos los estudiantes, llevamos puesto la toga y el birrete en color azul marino, la esclavina junto a la borla en blanco. Todo esto luce tan bien y perfecto, es todo un sueño hecho realidad.

Llevo el cabello tejido en una sola trenza desde el inicio de la cabeza, hasta la punta, porque nunca me ha gustado usar el pelo suelto. El rostro sin maquillaje, eso nunca me ha llamado la atención.

Estoy sentada en la tercera fila, junto a mi madre quien se encuentra a la derecha y mi hermana Ana a la izquierda. Todos los demás también están acompañados de sus respectivas familias.

Minutos más tarde empieza la ceremonia, todo el lugar está cargado de emoción. El director es quién hace el llamado por el micrófono a medido que les toque a los graduados. Muchos premios y reconocimientos son otorgados a los mejores alumnos, los aplausos del público no paran. Algunos se toman unos segundos para decir palabras de agradecimiento, mientras tanto la prensa no para de tomar fotografías y grabar toda la ceremonia.

—Ahora es el turno de la siguiente estudiante. —continúa el director con los llamados—. Ella es una de las mejores de esta institución, por sus excelentes calificaciones y un comportamiento intachable durante estos años. La Secretaría de Estado de Educación le otorga una beca completa para estudiar en la universidad Europa de Madrid a ¡Alma Velasco!.

Procedo a quedar en un estado de inmovilidad desde mi asiento, mi cuerpo se siente frío, el corazón empieza me empieza a latir tan rápido como una locomotora y mi piel se eriza, todo por las palabras que mis oídos acaban de escuchar.

¿Estaré dentro de un sueño? O de seguro es una broma para un programa de TV y por eso la prensa está aquí.

La universidad Europea de Madrid es una de la más costosa de España. Está ubicada en el centro de la ciudad y por su prestigio no todos pueden entrar allí, porque por su costo es solo para millonarios.

—Alma... ¡Alma!. —son las palabras de mi madre mientras agita mi cuerpo regresando mis pensamientos a la realidad.

—¡Hermana felicidades!. —exclama Ana, con el rostro lleno de emoción.

Reparó mi alrededor y todos me aplauden por esta gran noticia.

—¡Alma Velasco esperamos por usted!.
—el director tiene en manos un reconocimiento.

Camino hacia la tarima, todavía sin poder entender como nadie me avisó antes, para tomarme un calmante antes de salir de casa, porque estoy por morir de la emoción.

Subo las cortas escaleras con los nervios apoderados de mí, mientras siento las lágrimas correr por mis mejillas. Llegó y me posicionó al lado del director quién me dice algunas palabras las cuales no puedo escuchar, solo veo su boca moverse, pero no logró leer sus labios. Él estira sus manos con el reconocimiento para que lo tome, pero yo solamente observó hacia delante donde están todos los estudiantes con rostro de emoción y empiezo a sentirme mareada, mis ojos se sienten pesa...

                                ***

Me encuentro en casa acostada en mi cama mirando hacia el techo, recordando lo maravillosa y emocionante que fue mi graduación, hasta el momento que perdí el conocimiento y terminé desmallándome en la tarima delante de todos, ni siquiera pude dar las gracias porque de mi boca nunca salió una palabra. Pero aun así fue el mejor día de mi vida, mi corazón está lleno de felicidad. Mi vida está a punto de cambiar porque seré la mejor arquitecta de esta ciudad.