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Capitulo 4 .. Duele

Alma Velasco

Me encuentro acostada sobre mi cama con los ojos abiertos. Veo como los rayos del sol entran a través de mi ventana de la habitación. Reparo el reloj que está al lado de la cama sobre la pequeña mesa y son las 7:00 de la mañana. No pude dormir nada en toda la noche porque me perturban los pensamientos de todo lo que me pasó en el día de ayer.

El día que pensaba que sería el mejor día de mi vida fue todo lo contrario.

Caminé un montón de camino a la universidad como si fuera una pordiosera. Gracias al Sr. Nelson que el destino lo puso en mi camino y me ayudó, si no estoy segura que hubiera perdido las piernas.

Después pase la vergüenza del siglo en el momento que alguien tuvo que pagar por mí en la cafetería. Ese chico Samuel es tan lindo, tiene unos ojos hermosos, me lleve una hermosa impresión de él, pero yo sé que de mi piensa todo lo contrario al ver que no puedo pagar una sencilla botella de agua.

Pero lo que más me está taladrando mis pensamientos es esa chica Mia Arango, es que todo es muy confuso. Está más que claro que la intentaron quemar viva ¿pero por qué? ¿Qué hizo ella para merecer algo tan horrible?

Si yo no hubiera llegado a tiempo la historia fuera otra. Yo le salve la vida gracias a lo aprendido en las clases de primeros auxilios. Debería sentirme orgullosa de mí, pero en realidad siento miedo, se que algo se avecina y no es bueno. Mi instinto me dice que salvarle la vida a esa chica me dará problemas por eso he tomado la decisión de "no regresar a la universidad".

-¿Ya me puedes contar que te sucede? -la voz de Ana me hace salir de mis pensamientos, está acostada sobre su cama que queda al lado de la mía.

Cuando llegue ayer a casa, me sentía peor que ahora, estaba en llanto y no quería hablar con nadie. Por eso me encerré aquí en la habitación ahogarme sola en mis problemas. Mamá y Ana intentaron muchas veces hablar conmigo sobre que me pasaba, pero al final se dieron por vencidas dejándome tranquila. Se que hoy no podré poner excusas tendré que decir toda la verdad de lo sucedido.

-Alma te hice una pregunta -mi hermana insiste sentándose sobre la cama arregostándose del espaldar.

-Ahora que recuerdo quiero pedirte disculpas por lo de ayer -intento evadir el tema.

-No quiero hablar de eso.

-Pero yo si y tenemos que hacerlo. Siento mucho que mamá se haya gastado todos los ahorros comprando ropa para mí y te haya dejado a la espera de tu uniforme. Créeme que me dejó sorprendida igual o más que ati.

-La que tiene que pedirme disculpas es ella, no tú.

-Me culpaste ayer de lo sucedido. Y tu sabes que no tengo la culpa de eso. Si por mí fuera devolvería toda la ropa para reembolsar el dinero y comprar lo que si es necesario: tu uniforme.

El lugar queda en silencio por varios segundos. La conozco y se que no responde para no ofenderme.

-Que bueno que ya estas despiertas -Nos interrumpe mamá atravesando la puerta de nuestra habitación y sentándose en el borde de mi cama- ¿Quiero que me digas porque ayer llegaste llorando de la universidad?

-Mamá yo....

-Ayer te deje tranquila pero hoy no voy a pasarlo por alto así que habla -entra la mano en el bolsillo de su delantal, saca el periódico y se lo pasa a mi hermana. A ella siempre le ha gustado leer el periódico de cada día por la mañana- Habla rápido que se hace tarde y tienes que alistarte para irte a la universidad.

No puedo seguir callando lo sucedido. Tengo que contarle todo incluyendo la decisión que acabo de tomar. Mi madre tienes sus ojos puesto en mi esperando una respuesta y Ana tiene los suyos en el periódico pero se que también esta a la espera de una respuesta. Así que no lo pienso más y lo suelto..

-He tomado la decisión de no regresar más a la universidad -me duele decirlo porque mamá tenía todas sus esperanzas puestas en mí. La expresión que tiene en su rostro es de sorpresa y decepción.

-¿Qué cosas dices? -Ana aparta sus ojos del periódico por un momento y los pone en mi. Está sorprendida también.

-¿Qué pasó ayer? -la pregunta de mamá es fría y cortante. Su voz muestra que quiere decirme mil cosas y a la vez nada.

-Mi día fue horrible mamá -rompo en llanto, todo esto me duele.

-¿Te hicieron daño? -Ana pregunta.

-No, nadie me hizo nada.

-Mi niña tienes que decirme ¿Qué te pasa? -mamá sostiene mis manos y siento su apoyo. No vale la pena que le esconda las cosas.

-Lo primero es que tuve que caminar un montón porque el bus me dejó. Gracias al cielo que me encontré con el Sr. Nelson y me dio un aventón.

-¿No me digas que te fuiste caminando hasta la ciudad? -presunta mamá y asiento con lágrimas en mis mejillas- ¿Qué más sucedió?

-Me perdí en la universidad. Es enorme y yo soy una tonta. Mamá no quiero regresar, no pertenezco ahí. Pedí una botella de agua en la cafetería y casi me iban arrestar porque no me alcanzaba el dinero para pagarla.

-¿Cómo que la policía? -me pregunta Ana con los ojos en el periódico.

-Si y un chico sintió lástima por mí y la pago.

-Hay algo más -dice mamá- Tuvo que suceder algo más no solo por eso ibas a querer abandonar la universidad.

Es que no encuentro la manera de cómo decirle. Pero no puedo callar, es un asunto delicado. Algo me dice que estoy en problemas y es mejor que ellas lo sepan por si nos tenemos que ir a mudar de una vez por todas a Inglaterra.

-Si mamá hay algo más -respiro profundo antes de soltarlo- Cuando me perdí en la universidad llegue a un pasillo solitario, escuché una chica pidiendo ayuda y pues la ayude.

-Tienes que ser más específica. ¿La ayudaste a que? -mamá está perdiendo la paciencia.

-La intentaron quemar viva mamá -continuo en llanto- Para entrar al lugar tuve que romper la manilla de la puerta y cuando lo logré estaba postrada en el suelo, tenía atadas las manos y los pies. Mamá lo más horrible es que el lugar estaba en llamas.

-Tranquila mi amor -mamá se acerca y envuelve sus brazos dándome un abrazo.

-Cuando la sostenía para llevarla hacia afuera -me duele tanto recordarlo- Se me zafo y cuando la mire tenía el brazo....

-Mi amor ya no me digas más -mamá trata de calmarme en sus brazos- ¿Quién es esa chica? ¿Porqué le hicieron algo tan horrible?

-Mia Arango -la voz de mi hermana me deja pasmada, me aparto de los brazos de mamá y noto que Ana está muy calmada con el periódico en manos.

-¿Cómo sabes eso? -le preguntó.

-Estoy leyendo la noticia en el periódico -lo agita en sus manos.

¡Jodeeeer! ¿En el periódico? ¿Quién es Mía Arango? Debe ser una persona de prestigio que sale en el periódico.

-Déjame ver -mamá se va sobre ella intentado quitarle el periódico, pero ella no se lo permite.

-¡No me gusta que me arrebaten las cosas! -Ana le grita a mamá molesta.

-No estamos para gustos así que dámelo -mamá estira la mano para que ella se lo entregue, pero se queda en espera. Entonces mamá se va encima de Ana sobre la cama y empiezan a pelear una lo jala para acá y la otra para haya.

-¡Basta! -les grito molesta, secando mis lágrimas- no es momento para pelear. Mamá deja que Ana lea lo que dice el periódico.

Mamá obedece y se aparta dejándole el periódico a mi hermana.

-Te escucho -me pongo en espera de que Ana empiece a leer.

-En realidad no dice nada -Ana también se pone de pie mientras lee el periódico- Solo dice que intentaron contra la vida de Mia Arango pero que todavía no está claro lo que pasó porque las cámaras de seguridad estaban desactivadas.

-¿Hija porque no te mencionan en el periódico si tú le salvaste la vida a esa chica?

-Me sentí asustada mamá. Empezaron a llegar un montón de personas entre ellos estudiantes, los bomberos, paramédicos y la prensa. Entonces yo decidí huir.

-Hija, no tenías que irte porque no hiciste nada malo, al contrario, le salvaste la vida a esa chica -se concentra en mi hermana- Ana continua ¿Qué más dice el periódico?

-Mia Arango está hospitalizada con estado delicado de salud -Ana continua- Su familia mando abrir una investigación para encontrar al agresor.

-¿Quién es Mía? ¿Porque sale en el periódico? -me vuelvo a preguntar es que cada momento que pasa estoy más asustada.

-Hija recuerda que todo paso en una universidad de prestigio es obvio que la noticia debe salir en el periódico.

-Alma por el amor de Dios. ¿Eres estúpida o te haces? -Ana comienza a burlarse en mis narices.

-Ana mide tus palabras -mamá la regaña, pero ella continúa riendo a carcajadas.

-¿Cuál es el chiste? -le pregunto porque me está incomodando.

-¿Alma en realidad no sabes quién es Mía Arango? -me pregunta mientras registra en una gaveta de nuestro armario, tarda unos segundos en encontrar lo que busca y saca unas de las tantas revistas viejas que tiene guardadas- Mía Arango es hija de Octavio Arango el dueño de la Inmobiliaria Los Arango, una de las empresas más poderosas de la industria.

Como pude olvidarlo. Claro que he escuchado de los Arango. Mi sueño siempre es poder llegar a trabajar en esa empresa pero ahora todo esto se torna aún más complicado.

Son una familia poderosa, las cámaras de seguridad fueron desactivadas y las únicas que sabemos lo sucedido somos ella y yo.

-Recuerdas que en la navidad pasada salieron en esta revista -me la entrega en mis manos, la observó y en la portada esta Mía con sus padres y hermanos- Esa revista los catálogo como la familia más unida de la industria.

-Si sabía que había escuchado ese apellido antes pero no recordaba donde.

-También se te olvidó que dijiste que estabas locamente enamorada de Miguel Arango y que tus sueños eran conocerlo, casarte con el y tener muchos hijos -Ana me lo dice en tono de burla y empieza a molestarme.

-Eso lo dije de broma.

-Si claro y fantaseabas con sus fotos cuando salió en la revista como uno de los rostros más jóvenes en el mundo de la ingeniería.

-Cállate -si es cierto. Miguel Arango es un hombre muy guapo e inteligente, cualquier mujer sería afortunada de tenerlo a su lado. No me gusta leer periódicos ni revistas como a mi hermana, pero cuando él está en la portada siempre cambio de opinión.

-Dejen su discusión para después
-mamá interviene- Alma vete a preparar que llegarás tarde a la universidad.

-Mamá ya tomé una decisión no voy a regresar -me acuesto en la cama, no quiero volver y no lo haré.

-Si vas a regresar. Tu no has hecho nada malo para salir huyendo y dejar todo tirado. Abre los ojos, este es tu sueño. Tienes una beca completa en la universidad más prestigiosa de España y quieres dejarla porque en tu primer día las cosas no marcharon bien. Nadie dijo que sería fácil, pero para poder alcanzar la meta hay que trompear caer y volver a levantarse.

-Mamá, pero y......

-No te estoy preguntando, es una orden.

-no me puedes obligar.

-¡Está es mi casa y aquí se hace lo que yo diga! -truena mamá- te levantas de esa cama, te preparas y te largas para la universidad.

-Me voy a bañar primero -Ana toma la toalla para irse al techo a bañarse, pero antes de salir de la habitación mamá la detiene sosteniendo su brazo.

Nuestra casa no tiene baño, por eso nos bañamos en el techo donde mamá tiene la llave para lavar la ropa.

-¿Vas a volver a la escuela con el uniforme viejo? -mamá le pregunta.

-¿Ya me compraste el nuevo?

-Te dije ayer que me dieras una semana.

-Entonces para que me preguntas lo que ya sabes -se suelta de la mano de mamá y sale de la habitación.

Ana y yo somos muy distintas, ella siempre hace lo que quiere aunque a mamá no le guste.

-Alma -mamá enfoca sus ojos en mi- Párate de la cama no te lo volveré a repetir.

Mamá sale de la habitación y no me queda más que hacer lo que ella dice. Tengo mucho miedo de regresar, pero mi madre tiene todas sus esperanzas puestas en mí y no la quiero decepcionar. Ella tiene razón no he hecho nada malo y pues lo que tenga que pasar que pase.

Voy a regresar, lucharé por mis sueños, no me dejaré humillar y trataré de que cada día sea mejor que el anterior.

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Lucia Ferrel

Nos estacionamos en el porche de mi novio frente al edificio donde vivo. Se acerca a mi, me toma del cuello y pega sus labios con los míos en un beso ardiente y desesperado. Miguel no es de esos que dan besos suaves al contrario siempre están llenos de morbo y eso es algo que me encanta.

Enredo mis dedos en su pelo mientras el baja por mi cuello con furia repartiendo besos mojados y mordiendo a la vez. Me gusta estar con él y me vuelve loca cada vez que lo tengo cerca dejando besos por todo mi cuerpo.

Anoche después de salir del hospital me invitó a la mansión para que durmiera con él y no tuve duda en hacerlo. He pasado todas estas noches sola en mi apartamento porque Juan se fue a un viaje de negocios hace una semana y pues Andrea no tengo ni porque pensar en ella porque siempre está viaje.

Andrea y Juan son los encargados de traerme al mundo, pero los odio tanto a los dos que nunca he sido capaz de llamarlos como mis padres.

Con Miguel me siento segura. Él y Mia han sido mi verdadera familia desde que era pequeña. Junto a ellos he vivido las mejores experiencias. Mia me ha aceptado como su mejor amiga casi hermana y Miguel como su novia y se que en un futuro me convertiré en su esposa.

Él es el hombre que toda mujer desea tener a su lado. Es guapísimo, alto, musculoso y su impresionante mirada de ojos azules me tienen loca. El y yo somos la pareja perfecta, nos entendemos a la perfección y ardemos en fuego cuando estamos en la cama.

Las caricias son desesperadas y en menos de nada estoy en su asiento. Sentada sobre él con las piernas abiertas. Él estriba su asiento hacia atrás para que estemos más cómodos y es un jadeo tras otro mientras él baja a mi cuello lo besa, lo muerde y sube a mi boca repartiendo besos salvajes a la vez.

Aún llevo puesto el mismo vestido azul de ayer porque con todo el caos que pasó ayer no tuve tiempo de venir a cambiarme.

Siento su dura erección en mi entre pierna y muerdo sus labios porque me encanta ponerlo así.

-Cógeme -le susurró al odio. Estoy empapada y no aguanto un segundo más.

Desabrochó la correa de su pantalón para liberar la erección que está detrás y....

Timbra el celular dos veces. Antes de tomarlo puedo ver la iluminación de la pantalla que es su padre. Toma la llamada y lo pone en alta voz.

-Papá. ¿Qué sucede? Estoy ocupado -me sigue besando mientras aprieta mis tetas con fuerza.

-Te recuerdo que a las 9:00 de la mañana tenemos la reunión con los nuevos inversionistas y son las 8:40 y aún no te veo aquí.

-¡Joder! Lo estaba olvidando -me hace una señal que me regresé al haciendo del copiloto. Me muevo de mala gana, no me gusta que me dejen a medias y anoche no tuvimos sexo porque se la paso hablando de la situación de Mia- Llegaré puntual papá -cuelga antes de que le responda.

-Odio cuando cosas como estas pasan -me encanta estar con él y me cabrea que solo estamos juntos cuando el dice y quiere.

-Baja -me dice sin mirarme- Tengo que estar puntual y llegar a la empresa.

-¿Escuchaste lo que dije?

-¡Lucia no tengo tiempo para tus quejas ahora! -me grita y luego toma una bocanada de aire- Bájate.

Sin decir nada abro la puerta del Porche y al salir la estrello cerrandola pero lo que más me cabrea es que no dice nada solo veo como emprende la huida y yo me quedo como estúpida hay parada observando como su carro se pierde.

Siempre ha sido así, tenemos ya 3 años que formalizamos nuestro noviazgo. Su manera de querer es extraña solo es pasional cuando estamos follando pero después en los otros momentos se mantiene alejado. En realidad no me importa lo amo y no pierdo el tiempo con reclamaciones absurdas porque sé que el me ama como yo a él.

Entro a edificio, tomo el ascensor que me deja en el piso 8 que es donde está mi apartamento. Salgo de él y me dirijo a la tercera puerta de la derecha, pongo el código en la puerta para quitar el seguro, la abro y entro.

Este apartamento es de alta tecnología y todo lo que tiene es lujoso y muy costoso.

Me encamino a mi habitación a prepararme para irme al hospital a visitar a Mia. Hoy no iré a la universidad, mi amiga es más importante y los estudios pueden esperar. Entro al baño, tomo una ducha rápida de pies a cabeza y salgo envuelta en el overol con el pelo estilando agua.

Entro al clóset que es más grande que mi baño a buscar la ropa que me pondré. Voy para un hospital, pero siempre debo verme fabulosa así que elegiré algo sencillo pero que enfoque todas las miradas. Saco 4 vestidos de diferentes colores para medírmelos y poder decidirme por el mejor.

Me paro frente al espejo del tocador y empiezo con el primero. Es un vestido de color verde con escote V y ajustado al cuerpo. Lo descartó porque no está adecuado paga la coacción.

Sigo con el segundo, me lo pongo, pero este es todo lo contrario al otro. Tiene el cuello tortuga, mangas largas y es en color gris. También queda descartado porque no me gusta verme tan cubierta.

Me mido el tercero y creo que este es el elegido. Es en color morado, tiene mangas pequeñas por los hombros y es pegado al cuerpo con un lazo en la cintura que hace destacar mis atributos.

-Ese te queda genial -me inmoviliza la voz que acabo de escuchar y es Juan la escoria que se hace llamar mi padre que está parado bajo el umbral observándome.

-¿Qué tiempo llevas hay? ¿Cuándo llegaste de tu viaje de trabajo? -le pregunto porque se supone que estaba a kilómetros lejos de mi.

Juan Ferrel es propietario de la empresa Los Ferrel es una inmobiliaria al igual que los Arango, la diferencia es que es Online y por eso tiene que viajar de vez en cuando a firmar los contratos con clientes de diferentes partes del mundo.

-Llegue anoche -empieza a caminar despacio en dirección hacia mi- Me quedé esperando tu llegada.

-No quiero hablar contigo así que por favor sal para terminar de prepararme -le señaló la puerta.

-Pero acabas de llegar y ya te vas.

-Tengo que ir al hospital ayer intentaron matar a Mia y tengo que estar con mi amiga.

-Si lo sé, la noticia está en el periódico. Lo leí está mañana -acorta el espacio que nos separa- Quédate varios minutos más y desayunemos juntos como padre e hija que somos.

-No me interesa.

Me encamino hacia afuera para terminarme de arreglar, pero me detiene antes de cruzar la puerta cuando sostiene uno de mis brazos.

-¡Suéltame!.

Intentó zafarme de su agarre, pero no puedo. Siento dolor en mi brazo porque me sostiene con fuerza. Intento de defenderme y con mi mano libre le pegó mis uñas del brazo para que me suelte, pero es en vano porque solo hace que se enfurezca más.

-¡Quédate quieta! -me propina una cachetada que caigo encima del tocador que es donde tengo todo lo necesario para peinarme y maquillarme- ¡No me obligues a usar la violencia!

Se acerca hacia a mi, volteandome con fuerza de espaldas hacia él y quedando de frente con la cabeza encima del tocador. Alcanza una de las tijeras que tengo junto a mis cosas y sucede lo que siempre pasa.

Corta el vestido que llevo puesto en una línea recta de abajo hacia arriba dejándome descubierta toda la parte trasera. Arranca mis bragas con fuerza y siento como su asquerosa erección que está detrás de su pantalón rosa mis nalgas.

-Me hacia falta esto -me lo dice mientras me da una nalgada. Se aparta de mi y escucho como se saca la polla, quitándose el pantalón y quedando desnudo de la cintura para abajo, rasga la envoltura de un preservativo y se lo pone.

Restriega su polla en mi coño antes de entrarla y lo que siento es un escalofrío por todo mi cuerpo que me provoca nauseas. Aprieta mis caderas con fuerzas y entra su verga de una sola estocada pelando mi interior porque no estoy húmeda. Él solo me provoca causa asco.

Empieza a embestir con todas sus fuerzas mientras que con ambas manos me sostiene las caderas y siento que me va a partir en dos porque cada estocada es más fuerte que la anterior.

No soy capaz de gritar ni de poner resistencia, solo siento como corren lágrimas por mis mejillas. No es la primera vez que lo hace por eso estoy acostumbrada a que abuse de mi cada vez que se le pegue la gana.

La primera vez que lo hizo yo tenía apenas 6 años. Recuerdo aquella noche lluviosa que había una tormenta en la ciudad y se fue la luz en toda la región. Nunca olvidaré las palabras que ese maldito me dijo:

-Vamos a jugar al papá y la mamá.

-Papá yo no sé jugar ese juego -era tan solo una niña.

-Solo debes dejarte guiar.

El maldito hijo de puta me puso de rodillas, se sacó su asquerosa verga y me puso a que se la chupara.

Yo no sabía lo que pasaba, no tenía idea de si estaba bien o no, solo hacia lo que él me decía. Pero el juego me empezó asustar cuando me puso de espaldas contra él y empezó a embestirme justo como lo está haciendo ahora.

Yo solo gritaba del dolor, pero a él no le importaba mi sufrimiento seguía en lo suyo y de desde ese día abusa de mi casi todos los días.

Por esa razón odio con todas mis fuerzas a la mujer que me trajo al mundo. Andrea Jones que después que se casó con Juan la apodan la Sra. Ferrel.

Nunca estuvo cuando la necesité. Siempre se la pasa de viaje de cruceros por el mundo con sus amigas y siéndole infiel a su esposo. Crecí sin el amor de una madre, se que si ella estuviera haciendo el rol que le pertenece nada de esto me estuviera pasando.

He caído en depresión varias veces y es horrible. Tuve que buscar ayuda con una psicóloga porque estaba apunto de volverme loca. La única razón por la que no me doy por vencida y acabo con todo esto pegándome un tiro en la cien es por mi novio y mejor amiga que me han demostrado que son mi verdadera familia.

Se escucha por todo el lugar las estocadas y los jadeos del imbécil que odio con todas mis fuerzas. El maldito sostiene de mi pelo jalándolo mientras su penetración entra y sale de mi canal.

-Quiero que cuentes -me susurra pegado a mi oído, es tan hijo de puta que quiere que le hable.

Quedó en silencio y eso lo enfurece más. Pega mi espalda contra su pecho de un jalón por el pelo y envuelve sus manos por mi cuello apretándolo con resistencia lo que hace que casi pare mi respiración.

-¡Te dije que cuentes! -me grita- Quiero escucharte contar cada penetración ¡ahora! -suelta mi cuello regresándome el aire y vuelve a jalar de mi pelo.

Siempre es así y para que termine con esta amargura obedezco y empiezo a contar.

-1, 2, 3, 4, 5, 6 -cuento detrás de cada estocada y siento que está partiéndome de tanta fuerza que ejerce- 7, 8, 9.

El Maldito eyacula dentro de mí y para él es una gran satisfacción pero para mí es una tortura que me provoca un alivio cuando termina.

-Ya se me fueron las ganas de desayunar como padre e hija -se quita el condón y lo tira en el suelo lleno de ese asqueroso liquido blanco que sale de él- Voy a desayunar fuera.

Recoge su pantalón y se larga después de vestirse. Escucho cuando la puerta principal se cierra eso significa que salió del apartamento.

Yo quedo como siempre, destruida por fuera de la fuerza que ejerció en mi y por dentro porque me duele que mi propio padre abuse de mí. Me empiezan a temblar las piernas, las manos y los labios. Siento como corre el sudor por todo mi cuerpo y pruebo el sabor salado de mis lágrimas.

Estoy teniendo un estado de ansiedad como siempre me pasa después que la escoria termina de abusar de mí. Tenso la mandíbula, me dejo caer en el suelo y me abrazo a mi misma porque todo el proceso de dolor tengo que pasarlo sola.

Comienzo a gritar pero de rabia. Porque nadie se merece algo como lo que he vivido desde que tengo 6 años. Porque tengo que fingir una sonrisa delante de todos cuando por dentro estoy podrida de dolor y sufrimiento.

Me doy asco a mi misma, me levanto y entro al baño pegando mi cabeza del retrete y vomitando todo el dolor que siento por dentro. Solo me gustaría tener a alguien a mi lado y que me diga "Todo estará bien, la tormenta pasará" pero reparo mi alrededor y estoy sola como siempre.

No me atrevo a confesarle la verdad a Mía ni a Miguel porque no sé cuál será su reacción. Ellos tienen la vida perfecta, son la familia perfecta. No han vivido lo que es el dolor, no conocen el sufrimiento por eso no me entenderían jamás.

Me levantó y me encamino al área de la licorería que tiene el apartamento. Tomo una botella de Vino Pingus es uno de los más costosos de aquí en España. Su sabor es exquisito y me ayuda a sentirme mejor cuando tengo los ataques de ansiedad.

La psicóloga me lo prohibió. Me dijo que se puede volver adictivo y convertirme en alcohólica. En realidad tenía semanas que no lo tomaba, pero ya nada importa peor de lo que estoy no puedo estar.

Tomo una copa vierto el vino dentro de ella. Porque pueda ser que esté destruida por dentro pero por fuera soy una mujer muy fina y costosa para pegarme de la botella.

Comienzo a tomar el vino y llorar como siempre lo he hecho. Estoy sola y siempre estaré sola. Este es el destino que me tocó, sufrir y cargar con una cruz que me obligaron a llevarla.

Se termina la botella, estoy mareada y mis pupilas se sienten pesadas así que destapó otra botella para seguir ahogando mis penas.

Sin darme cuenta el tiempo pasa, reparo el reloj que está en la pared y ya es medio día. Observó a mi lado y ya me he tomado 4 botellas de vino y 5 con la que sostengo en mi mano que está a la mitad. La copa no tengo idea de donde quedó.

-¡Princesa llegó tu madre! -es la voz de Andrea que después de un mes de sus tantas vacaciones se indignó aparecer.

La veo parada bajo el umbral y no me molestó en decir ni una palabra. Espero que me no me venga a tocar los ovarios porque estoy cabreada y no me interesa hablar con ella.

Repara a mi lado todas las botellas vacias y observa mi aspecto. Estoy sin peinar, envuelta en el overol que me lo puse cuando terminé de vomitar y borracha. Me imagino lo horrible que debe verse mi rostro después de tanto llorar.

-¿Te tomaste todas esas botellas sola? -se acerca a mi, toma mi barbilla con una mano y la aparto- ¿Qué te sucede?

Continuó en silencio. No quiero que venga hacer el teatro de que le importó.

-Estoy hablando contigo -intenta quitarme la botella que tengo en la mano, pero no sé lo permito- Responde dime qué....

-¡Cállate! -le gritó para que haga silencio- No quiero escucharte así que cállate.

-Me puedes contar que te sucede. Soy tu madre y....

-¿Mi madre? -No la dejo terminar de hablar. Es que molesta escuchar sus mentiras- Tu no sabes cuál es el significado de una madre.

-Ten cuidado como me hablas ¡Soy tu madre y a mi me respectas!

-El respecto se gana.

Levanta la mano para darme una cachetada y..

-¡Pégame! -le grito- ¡Hazlo!

-¡¿Qué demonios pasa contigo?!

-¿Quieres saber que me sucede? -no quiero discutir con ella, pero ya que insiste- Lo que pasa es que me molesta escucharte, tu voz es un taladro para mis odios. Te largas de vacaciones con las zorras de tus amigas cada equis tiempo. Vives una vida de libertinaje como una cabra loca y te acuestas con chicos que pueden ser tus hijos.

Intenta hablar, pero no sé lo permito.

-¡Te odio con todas mis fuerzas! porque nunca has estado para cumplir tu rol de madre ni como esposa y vienes ahora a preguntarme que me pasa. No te importa lo que me suceda. He estado sola desde pequeña. Cuando me enfermaba yo llamaba la ambulancia, cuando quería llorar lo hacía sola bajo mis sábanas y tu ¿dónde estaba?

Permanece en silencio y veo que se le empiezan a salir unas lágrimas de cocodrilo.

-Estabas regalando las nalgas como la maldita perra que eres.

El sonido de la cachetada que me pega se escucha por toda el lugar, pero no duele, solo hace que la aborrezca más.

-¡Te odio! -le grito con las pocas fuerzas que me quedan- ¡Te odio! Y nunca lo olvides.

Me encamino a mi habitación con el poco de vino que queda en la botella, la puerta la cierro con seguro y la escucho a través de ella llamarme y tocarme para que salga. Pero me quedo hay porque no me interesa escucharla.

La odio con todo mi ser y gritarle lo que siento no me hace sentir mejor pero es bueno que tenga presente que el día de su muerte brindaré con bombas y platillos.


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