Minutos antes de la llegada de los paramédicos y el comisario Rex a la mansión.

Verónica Brown. Sra. Arango.

A medida que los segundos pasan las lluvias se acrecientan, los invitados al igual que la prensa permanecen sacando fotos y videos de toda la situación como si esto no fuera una desgracia, mientras el cuerpo de mi pequeña continúa allí, totalmente inconsciente y postrado en ese suelo rústico.

¿Cómo pudo terminar esta increíble noche de esta manera?.

Mis planes fueron perfectos, me demoré largas semanas ideando está fiesta de cumpleaños para que fuera la mejor de todas, pero fue en vano, porque esta noche ha sido del asco.

Tantos arreglos y preparativos tirados por la borda, todo la pasta que me gaste en esta celebración para que terminara en unas de las noches más desagradable de mi puta vida.

Estoy bastante molesta, de haberme sospechado de cómo acabaría esta noche no hubiera realizado ninguna fiesta. ¿Qué más da?. Mis cuatro hijos son unos malos agradecidos, ellos tienen gran parte de la culpa de que esta celebración haya resultado una mierda.

Para empezar, el bastardo de mi segundo hijo, no comprendo por qué siempre se empeña en amargarme la existencia. ¿Cómo se le ocurre interrumpir la velada de esa manera?. Traer esos desconocidos con su música fuera de lugar y convertir la fiesta sofisticada en una callejera, fue lo peor que pudo hacer, toda la prensa estará hablando de nosotros en el día de mañana por su teatro de niño malcriado.

Puedo ver lo hebreo que está mi otro hijo, mi primogénito, se supone que es el más inteligente de todos, el orgullo de la familia y mi favorito de los cuatro, pero esta noche, está noche cometió el peor de sus errores. ¿Por qué mierdas tomó tanto?. ¿Y qué son esas formas de pedirle matrimonio a Lucia?. La humilló delante de todos, en el día de mañana tendré al imbécil de su padre respirándome en la nuca y chantajeándome a cada segundo como lo ha hecho hasta ahora. Miguel me ha dejado en una terrible posición con su maldito comportamiento. Ahora lo veo delante del cuerpo de Mia gritando un montón de incoherencias, solo dándole un buen material a la maldita prensa.

¿Para qué demonios la invite?. Ah sí ya lo recuerdo, para qué publicará el éxito de la gran fiesta que yo había preparado.

Pongo mi atención sobre Michelle, se encuentra con su espalda pegada del pecho de Milan, mientras él rodea sus brazos en su cintura y ambos lloran de manera desconsolada delante el cuerpo de Mia.

¿Por qué tanto llanto si continúa con vida?.

Michelle no hizo nada en esta noche para molestarme, pero en realidad es mi principal dolor de cabeza las veinticuatro horas del día, por ella, por su maldita culpa estoy aquí en estos momentos y no al lado de mi princesa Mia.

Aparto la mirada de mi tercera hija y la posiciono sobre una persona que en poco tiempo se ha convertido en un obstáculo, esa estúpida, pobretona, muerta de hambre es la única responsable de todo lo que le está pasando a mi pequeña. Ella está confabulada con el enmascarado, desde que llegó a la vida de Mia finalizó la paz en esta familia. Alma Velasco está haciendo todo esto por dinero, yo conozco las alimañas como ella…

¡Está buscando nuestro punto débil para sacarnos muchos euros!.

Cuánto disfrute golpearla, me hubiera gustado continuar hasta partirle el rostro y sacarle una buena porción de sangre, pero no podía permanecer allí, de seguro el imbécil de mi esposo piensa que me fui del jardín porque me lo ordeno, obvio que no, nunca he acatado una orden suya y tampoco está en mis planes hacerlo, tenía que huir por mi propio bien, por eso me encuentro en el sótano de la mansión justo ahora, donde se encuentran las pantallas que transmiten todo el contenido de las cámaras de seguridad.

Las cámaras fueron instaladas en todas las áreas de la mansión, menos en los dormitorios y los baños. Fue pocos días después de que el enmascarado violara nuestra privacidad e intentara secuestrar a Mia. Justo ahora estoy mirando la transmisión desde el jardín, viendo cómo mi hija continúa postrada en el suelo y todo el caos de personas a su alrededor. Los paramédicos y la policía están en camino, debo apresurarme en lo que vine hacer antes de su llegada.

Tengo que borrar los vídeos de las cámaras del jardín.

Esto no es lo correcto, pero es mi obligación hacerlo. Desde un principio he dado todo por esta familia, ahora es el momento de que piense en mi situación y salve mi pellejo porque si esto se descubre estaré perdida.

Con el mouse en mis manos salgo de la transmisión en vivo de las cámaras y busco los vídeos guardados, en específico el de cuatro horas antes, lo encuentro con facilidad y antes de darle clic para reproducirlo hago una respiración profunda, intentando relajarme en medio de toda esta mierda y sin perder más tiempo, reproduzco el vídeo.

El vídeo se empieza a reproducir y los pensamientos me comienzan abrumar. ¿Cómo fui tan débil?. Yo misma siento vergüenza por mí, tengo un mundo maravilloso a mis pies y me subo sobre una maldita cuerda floja estando cociente de que en cualquier momento puede romperse.

Las imágenes que mis ojos están visualizando me producen asco... dos personas teniendo sexo dentro de una piscina, sin importarles que alguien pueda verlos.

—¡Estoy loca, joder!. —exclamo presa de la ira.

Jure que no volvería estar con él, después de lo acontecido aquella noche en el baño de ese bar me maldecía por caer tan bajo, todo sucedió porque estaba pasada de copas, si esa noche no hubiera tomado tanto como lo hice, nada hubiera pasado entre nosotros. Soy una mujer nueva y no quiero levantar sombras del pasado.

Para mi mala suerte el desconocido de esa noche, con el que tuve sexo en un baño porque estaba borracha, resultó ser uno de los asociados de la empresa, en su caso proveniente de Italia.

Desde ese día David Giordano no me ha dejado tranquila, se la pasa invadiendo mi espacio personal y cada vez que encuentra la manera se adentra a mi oficina y termina besándome a la fuerza, eso tendría que molestarme, pero en realidad me fascinan sus labios junto a los míos. Octavio, mi esposo nunca me ha besado de esa manera tan posesiva en estos treinta años de matrimonio.

De verdad hago el intento de evitar los labios del italiano sobre los míos, pero es inevitable porque el maldito se pasa de bueno, aunque todo esto es una locura porque él tiene la misma edad de mi hijo Milan, es imposible lo nuestro por donde quiera que se le mire.

David, era un invitado más de la fiesta en esta noche al igual que todos los demás, pero se ha tomado la tarea de acosarme. Mientras terminaba de alistarme me tomó por sorpresa en el momento que se adentró en mi dormitorio, sí así es, se escabulló en la habitación de mi esposo y mía.

Sin darme tiempo a refutar oh poner resistencia me besó y como soy débil a sus besos termine cediendo. Después de largos segundos logré apartarme de él y salí del lugar antes de que alguien pudiera vernos, como era de esperarse y es un acosador me siguió, por mi parte caminé hasta el jardín trasero porque era el único lugar de la mansión que se encontraba sin invitados. Una vez allí empecé a gritarle las mismas palabras de siempre, que me deje vivir en paz, pero fue inútil, porque no me pude resistir y terminé follando con él en el jardín.

Veo las imágenes que se transmiten en la pantalla plasma... Como estaban nuestros cuerpos desnudos, mientras yo me sostenía del borde de la piscina y él me follaba de espaldas.

Tuve el segundo mejor orgasmo de mi vida, porque el primero fue aquella noche en aquel bar.

Pongo esos pensamientos de lado, al mismo tiempo que hago un clic deteniendo la preproducción del vídeo. Tengo que concentrarme y borrar los vídeos de las cámaras del jardín de una vez por todas, debe ser ya. El comisario Rex está por llegar y estoy más que segura de que su primera intuición será revisar los vídeos de las cámaras, no puedo permitir que esto se descubra, porque despertaría la posibilidad de que mi más grande secreto del pasado salga a la luz.

Una cierta curiosidad se genera dentro de mí, esa que desea mirar esa parte del vídeo en que el enmascarado intenta matar a mi hija por segunda vez. Quiero ver cómo la estúpida de Alma Velasco ayuda a ese psicópata en su jugada.

No lo pienso más y con el mouse en mis manos doy un clic en el vídeo de hace minutos atrás.

El vídeo empieza a reproducirse y puedo ver cómo mi flor más joven aparece en el jardín, viste una de las adquisiciones que mande a diseñar para ella. Ese vestido negro de brillantes la hizo relucir como la joya preciosa que es. Sostiene el móvil en sus manos y tiene sus ojos puestos en él, pero cada cierto tiempo levanta la mirada y observa todo su alrededor.

Es como si estuviera esperando a alguien.

¿Por qué dejo la fiesta para venir al jardín sola?.

Hasta que de repente, lo veo hacer su aparición desde entre los escombros del jardín justo a las 11:30 PM. Llevaba puestos zapatos, pantalones, una sudadera y un pasamontañas, todo en color negro, mostrando una imagen bastante tenebrosa.

¡Maldito infeliz!.

Lo veo caminar a pasos lentos en dirección hacia mi hija, al mismo tiempo que ella retrocede las mismas cantidades de pasos hacia atrás.

—¡¿Qué quieres de mí?!. ¡¿Por qué no me dejas en paz?!.

Grita mi hija, en un hilo de voz que muestra pánico.

—¡Exijo saber la razón de tu obsesión conmigo!. ¡Llevas varias semanas escribiéndome mensajes perturbadores al móvil!.

¿Qué acabo de escuchar?.

Ese maldito tiene semanas molestándola al móvil y no ha sido capaz de comentarnos nada.

Él continúa caminando hacia ella como si fuese su presa, mientras ella sigue retrocediendo.

—¡Con... Contesta mis malditas preguntas!.

Puedo escuchar su vos, estaba bastante asustada.

Veo como Mia se detiene en el momento que no puede avanzar más, porque se encuentra justo en el borde de la piscina. Él hace lo mismo, se para frente a ella acorralándola en un camino sin salida.

—¡No... No me hagas daño, te lo suplico!.

Es un hijo de puta...

Esas palabras son una fuerte puñalada a mi corazón, es mi hija y me duele verla sufrir.

Sigo con mis ojos sobre la pantalla intentando que no se me escape un solo detalle, de pronto, el pecho se me contrae, en el momento que miro como ese maldito toma a mi hija del cuello con ambas manos, lo veo ejerciendo todas sus fuerzas en el agarre, logrando que mi hija intenté poner resistencia y comience a pedir clemencia.

—¡Déjame ir, por favor!. ¡Te prometo que te daré lo que me pidas si me sueltas!.

Me duele verla así, tanto que las lágrimas empiezan a salir de mis ojos y no puedo evitarlas.

—¡¿Quieres dinero?!. ¡Yo te doy lo que me pidas, en cambio, de que me permitas ser feliz!. ¡Por fa...

Sus súplicas quedan a medias, en el instante que el enmascarado empieza a impactar sus puños sobre el rostro de mi hija con brusquedad muchas veces.

Siento que el alma se me ha roto en pedazos...

Cada golpe sobre el rostro de mi hija es un dolor fuerte que siento en el centro de mi pecho. Continúa golpeándola durante largos segundos hasta dejarla inconsciente y no lo piensa dos veces al lanzar su cuerpo a la piscina sin compasión alguna.

—Maldito, hijo de puta. —mis palabras salen en susurros y las lágrimas no se detienen, sigo llorando sin poder evitarlo.

Juro que no descansaré hasta encontrarlo y cuando eso suceda, yo misma acabaré con él. También terminaré con Alma Velasco, ella es la única culpable de todo esto.

—Lo juró. —declaro—. Juro que terminaré con...

Mis palabras se detienen, en el instante que veo un suceso inesperado en el vídeo, para comprobarlo, tomó el mouse y devuelvo la reproducción unos segundos atrás, entonces ahora sí presto atención.

Yina, mi sobrina, aparece de repente y lo golpea por la espalda, justo en la cabeza con una mandarria, logrando debilitarlo por largos segundos.

—¡A mi prima no la vuelves a tocar, sobre mi cadáver!.

Mi sobrina le grita con rabia, mientras camina hacia él por segunda vez, pero cuando intenta golpearlo de nuevo este la detiene al sostenerle el hierro.

—¡Quita tus manos de mi mazo!. ¡Maldito, imbécil!.

Ella continúa gritándole, al mismo tiempo que ambos hacen una pequeña guerra para ver cuál se quedará con la mandarria, ella lo sostiene con todas sus fuerzas y él también. Hasta qué...

No lo puedo creer...

—Tiene que ser una broma. —hablo para mi sola y detengo la preproducción del vídeo, mientras hago un Zoom sobre el rostro del personaje para analizarlo mejor.

Una sonrisa aparece en mi rostro.

—¡Maldito, hijo de puta!. —grito con todas mis fuerzas—. ¡Mil veces hijo de puta!.

Yina aprovechó su oportunidad y le logro quitar el pasamontañas del rostro.

¿En serio es él?.

—No, es difícil de creer que sea él. —no logro asimilarlo.

Observó la imagen de su rostro con atención. ¡Claro que es él!. Ese rostro lo conozco como la palma de mi mano, hasta lo podría dejar de ver durante muchos años en persona y aun así no lo olvidaría.

¡Ese maldito capullo!.

¿Quién lo diría?. Nunca sospeche de él, en realidad es la persona de quién menos dudaría, porque el maldito sabe fingir, se exhibe como un santo delante de todos.

Eso significa, que Alma Velasco no tiene nada que en los intensos de asesinatos hacia mi hija. No existe la manera de que ellos se conocieran antes de ella iniciar la universidad.

¡Ese maldito está solo en esto!.

Muchas dudas se acumulan dentro de mis pensamientos. ¿Por qué?. ¿Por qué demonios le hace daño a mi hija?. ¿Qué gana con esto?. ¿Por qué finge delante de todos donde es nuestro peor enemigo?.

Es un maldito infeliz.

Vuelvo a reproducir el video y puedo ver cómo ese desgraciado se llena de ira después de mi sobrina descubrir su rostro. Él logra quitarle la mandarria y desata toda su ira contra ella golpeándola con el hierro en el rostro hasta dejarla inconsciente al igual que a mi hija, pero en vez de lanzar su cuerpo a la piscina, la cuelga sobre su hombro y se marcha del sitio con ella por donde mismo llegó, por el área del jardín que sale a la carretera.

¡Se la llevó!.

¡Ese maldito desgraciado secuestro a mi sobrina!.

¡Tengo que hacer algo!.

Si le muestro este video al comisario Rex, encontrarían a Yina antes de que suceda una tragedia y apresarían a ese psicópata de mierda, jamás le volvería hacer daño a mi hija.

—No puedo hacer eso. —confieso para mí.

El enmascarado ha intentado asesinar a mi hija dos veces, está totalmente loco. Ahora tiene mi sobrina, ella es el único recuerdo que tengo de mi hermana y la única familia que me queda de parte de los Brown, porque mis padres, abuelos y tíos murieron hace muchísimos años, debería proteger a Yina, ese psicópata podría torturarla y lo peor de todo, matarla, pero aunque me duela... no puedo hacer nada por ella.

Lágrimas corren por mi rostro.

Estas grabaciones de las cámaras del jardín nadie puede verlas, porque si eso sucede mi secreto saldría a la luz y lo peor de todo, correría el riesgo de que mi pasado sea expuesto. ¡Estaría perdida!.

No puedo permitir que descubran que soy una esposa infiel y que lo fui en el pasado también.

Mi pasado debe seguir como está, sin descubrirse. Nadie puede saber mi secreto.

Para mi mala suerte el Sr. Juan Ferrel, padre de Lucia, sabe todo, se la pasa molestándome con el tema cada vez que tiene la oportunidad. ¡Me tiene cansada con sus chantajes!.

El idiota me ha quitado bastante dinero en estos últimos años, hasta se cree que soy su banco, cada vez que necesita unos euros me llama con máxima urgencia.

En estas últimas semanas tuvo la brillante idea de casar a nuestros hijos y ese plan no me gusta para nada, su hija, Lucia, me cae bastante mal desde el primer día en que la conocí, es una mojigata, solapada, no es digna de llevar el apellido Arango, pero no me queda de otra que apoyar la idea. No me conviene que su padre termine soltando la lengua.

Hasta ahora he podido manejar esa situación con el Sr. Juan sin problemas, solo no debo poner resistencia cuando me extorsiona. Esta situación también puedo manejarla, solo tengo que borrar los vídeos de las cámaras y debe ser justo ahora.

Me duele tanto el daño que ese maldito enmascarado le hizo a mi hija, pero no voy a permitir que continúe destruyéndola...

Le pondré guardaespaldas a mi hija para que la resguarden día y noche, también le mandaré a confiscar el móvil para estar al tanto de quién le escribe todo el tiempo y sobre Yina...

—Lo siento mucho, Yina. —hablo, al mismo tiempo que presionó un clic, subiéndome en un viaje sin retorno.

Mis ojos están fijos en la pantalla y veo como se empieza a llenar una barra transparente, convirtiéndose en verde a medida que avanzan los números.

0%. 10%. 30%. 55%. 75%. 83%. 99%...

Video eliminado.

Esta ha sido la mejor decisión que he podido tomar en toda mi vida.

Paso ambas manos por mis mejillas limpiando las lágrimas, en realidad esto me duele bastante, pero no puedo permitir que mi secreto corra el riesgo de descubrirse.

Haré todo lo posible, me llevaré a cualquiera por delante sin importarme causar un daño inmenso, lucharé contra el mismísimo demonio si es necesario. Todo para que el secreto de mi pasado no se descubra, porque...

Nadie.

Nadie en esta puta vida.

Absolutamente, nadie, puede descubrir que Michelle no lleva el apellido Arango en su sangre.

Michelle tiene en su sangre el apellido Ferrel, es hija del hermano menor del Sr. Juan Ferrel, el padre de Lucia.

Todo sucedió en el pasado, veintiséis años atrás, cuando viaje a Brasil junto a mi hermana por motivos de su cumpleaños.

Mi hermana estaba enamorada en esa temporada, era un amor no correspondido, porque aquel hombre siempre estuvo casado, solo jugaba con ella mientras continuaba su matrimonio perfecto. En aquel viaje ella lo invito a celebrar con nosotras, él aceptó la invitación y se apreció en Brasil con su hermano menor, entonces esa noche tuve frente a mis ojos a Juan Ferrel por primera vez.

Juan en esa época tenía apenas veintiocho años y su hermano menor dieciséis, mientras yo estaba por cumplir en pocos meses mis veintitrés.

Esa noche me pasé de copas y terminé realizando el peor error de mi vida, tuve sexo con un adolescente de apenas dieciséis años, el alcohol me obligó a olvidar que tenía un esposo y dos hijos, Miguel y Milan esperando por mí en España. Tuve sexo con ese chico sin importarme la diferencia de casi siete años de edad.

En la mañana siguiente me arrepentía de todo, hasta termine marchándome molesta con mi hermana por permitir que cediera en algo así. Semanas después descubrí que estaba embarazada y por mis cálculos deducí que no era de Octavio. Luego de varios meses nació Michelle, entonces para corroborar mi suposición les realice una prueba de ADN, la cual como era de esperarse salió negativa.

No me quedo de otra que romper aquella evidencia, quemar los restos de ese papel para que nada compruebe mi traición.

Con Octavio lo he tenido todo desde un principio, solo debo chasquear los dedos y puedo conseguir hasta lo imposible ante mis pies, no podía permitir perderlo todo por un insignificante error. Ese mocoso de dieciséis años, el hermano de Juan, no podía darme la vida que me merezco.

Su nombre es Alonso Ferrel, hoy en día está casado, tiene dos hijos y vive en Australia, para mi suerte bastante lejos mi familia.

Juan Ferrel, sabe la verdad de todo porque mi propia hermana termino contándole todo, en realidad era algo que esperaba de su parte, ella estaba bastante obsesionada con él, por un lado, agradezco que ya no siga con vida, le miró el lado positivo con ella muerta menos personas saben mi secreto.

Hasta el momento solo sabemos este maldito secreto Juan y yo, de mi parte jamás confesaría, pero en él no confío, no le deseo ningún mal, pero me encantaría que se muriera al igual que mi hermana.

En fin, este secreto lo enterré en el pasado y así debe permanecer.

Lo siento mucho por Yina, pero si no regresa con vida en pocas horas, es porque la mandaron hacerle compañía a su querida madre al otro mundo, lo más probable en lo más profundo del infierno.

Serán largos días de duelo en la familia Arango... mandaré a confeccionar con mi estilista los mejores vestidos en negro para su funeral.

Nota de la autora

¡Hello mis amados lectores!.

La cosa está cada vez más tenaz en esta historia. ¿Qué les ha parecido este capítulo?.

Levanten su mano los que odian a la Sra. Verónica.

Oremos por Yina...

DCLEBRON