Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 13 .. Dolorosa realidad

Ana Velasco

Puedo sentir en mi piel como corren gotas de sudor por todas las partes de mi cuerpo, incluso estoy sudando áreas que no tenía la menor idea de que podía sudar. Por cierto, odio estar así, me molesta tener la temperatura caliente en mi cuerpo y encontrarme ansiosa o estresada. Pero en estos momentos es algo normal estar sudada como si hubiera corrido en un maratón, después de lavar, plancha y doblar 80 juego de sábanas, 150 toallas, además de los uniformes del idiota de

-¡Gracias al cielo terminamos! -la voz de mi madre es victoriosa, después de que ella, mi hermana y yo finalizamos el trabajo en equipo

-No puedo creer que hayamos lavado tanto -dice mi hermana Alma, mientras terminamos de bajar las escaleras del techo, donde nuestra madre tiene el área de lavado.

Llegamos al centro de la sala. Alma no tarda en acomodarse recostando su cuerpo en el mueble. Sus ojos buscan el reloj que se halla en nuestra pared.

-¡Santo cielos! -exclama- Son las 3:00 am, por un poquito y nos sorprende la salida del sol. El tiempo se nos fue volando.

-Hermanita si lo que te preocupa es el sol, pues permíteme decirte -tomo asiento sobre uno de los brazos del sofá, quedando junto al lado de sus pies con toda su atención puesta en mí- Qué a mí me tiene cabreada el ¡Hijo de puta dolor que siento por todo mi cuerpo!

-¡Ana! -me grita mi madre en termino de regaño, además logrando que centre mi atención en ella- ¡Te he dicho un montón de veces que controles esa boca!

-No tienes idea de lo cansada que estoy mamá. No hay palabras para explicar cómo puta me siento. Ahora que recuerdo ¿Cuanta pasta le pedirás a las barbies mañana?

-¿Acabas de decir Barbies? -pregunta Alma con rostro de confusión.

-Hija, las tres estamos agotadas, no solo tú, así que bajale un poquito al drama -responde mi madre, mientras cruza los brazos y permanece de pie frente a nosotras- Y sobre el pago no es asunto tuyo.

Pero.... ¿Cómo se atreve?

-Oh pues ahora no es asunto mío ¿Verdad? después que me parti el culo hasta media noche en la maldito techo ayudando.

-¡Te dije que tengas cuidado con esa boca! ¿Oh quieres que te enseñe a respectar? -con su voz intimidante camina varios pasos, hasta quedar frente a mi, mientras yo permanezco sentada en el brazo del sofá.

-¿Me vas a pegar? -le pregunto, mientras me levantó, quedando de pie frente a ella- Hazlo, ya estoy acostumbrada.

-¡Ya, basta! -nos grita mi hermana, al mismo tiempo se levanta del mueble con rapidez y se ubica en el medio de las dos, logrando que mi madre no me parta todo lo que se llama cara- ¿Porqué siempre se están peleando todo el tiempo?. Mejor vamos a dormir mamá ¿Si? Debes estar agotada.

-Tienes razón mi amor, lo mejor será que nos vayamos a la cama.

Las palabras de mi madre hacia Alma son llenas de dulzura, cuando le habla a simple vista se puede notar que muere de amor por ella y como la mira es otro tema, sus ojos brillan de felicidad. En cambio conmigo....

Mejor dejo de pensar en esas cosas, además está claro que ella es su hija favorita.

-Si yo también estoy muy cansada, además no puedo esperar a ver el pago.

-Ana tranquila. No te puedo negar que yo también estoy emocionada por saber. Pero como dice nuestra hermosa madre, solo le aceptaremos lo justo.

-Hijas, ya déjense de palabreo y vayan a su habitación. Yo haré lo haré también.

-Como usted ordene mi jefa
-demando de forma sarcástica, mientras le dedicó un saludo militar.

-Muy gracioso -responde mi madre con un tono burlón.

Cuando ya estamos dispuestas las tres para irnos a dormir. Incluso nuestra madre nos ha dado la espalda para emprender su camino hacia la habitación y yo estaba apunto de hacer lo mismo.....

-Ahora que recuerdo..... -anuncia Alma, logrando que mi madre se regrese al centro de la sala.

-¿Qué sucede? -pregunta mi madre.

-¿Ana me regresas mi abrigo? Es que lo nesecito porque.......

Sus palabras quedan a medias, cuando ubica con sus ojos el abrigo sobre el sofá. Allí lo había dejado después de llegar está tarde, me escape sin permiso de mamá y por cierto cuando llegue encontré tremenda escena erótica en nuestra sala.

-¡Oh, aquí está! -exclama al mismo tiempo que toma el abrigo en sus manos.

-¡Alma Espera........!

Mis palabras se las llevo el viento, en el momento que mi hermana colgó el abrigo en su hombro y no demoró en caer de el, aquello que yo había guardado en unos de sus pequeños bolsillos.

¡Maldición!

¡Trágame tierra y escúpeme en otro planeta!

Mi madre y hermana tenían sus ojos fijos, en aquel pequeño sobre transparente lleno de metanfetamínas que estaba tendido en nuestro piso.

El rostro de la sra. Rosa es de terror, lleva una de sus manos hasta su pecho, intentando no perder la cordura por la impresión. La conozco a la perfección y estoy cien por ciento segura de que me asesinara hoy.

Reaccionó porque tengo resolver este maldito problema. Me agachó lo más rápido posible a recoger lo que es mío, pero es en vano. Mi madre es mucho más ágil que yo y logró tomarlo justo a tiempo.

-¿Qué es esto? -me pregunta, lo más tranquila y relajada que ha podido estar en años, mientras sostiene el pequeño sobre de pastilla con sus dedos.

No respondo, no me muevo, no respiro. No doy ninguna clase de señal de vida.

-Te hice una pregunta -ella continúa insistiendo- ¿Qué es esto?

No voy a responder esa pregunta, porque estoy segura de que mi respuesta no será de su agrado, además es obvio que ella sabe muy bien que es lo que contiene ese sobre.

-¡Responde! -su alto nivel de voz, me toma de sorpresa.

-Mamá cálmate, escucha..... -las palabras de Alma hacia nuestra madre, intentando acercarse a ella, pero ella no se lo permite.

-¡No voy a calmarme!

Continua nuestra madres con sus gritos, pero ya no está calmada, en poco segundos su rostro ha cambiado por completo. Está enfadada.

-Estas pastillas son idénticas a las que están vendiendo en la bodega del Sr. Nelson, no soy estúpida ¡Son drogas!

-Madre, por favor cálmate, para todo hay una explicación y mi hermana te la explicará.

Alma está haciendo el esfuerzo de tranquilizarla, aunque no le está poniendo atención en lo más mínimo. Ella y yo conocemos perfecto a nuestra madre, su temperamento es fuerte cuando de molestarse se trata. Sabemos que esto no terminará bien.

-¡Se me está agotando la paciencia!
-se acerca hasta mí, sin despegar su mirada llena de furia ni un segundo.
-¡¿Desde cuando consumes drogas?!

-¡No son drogas, son metanfetaminas! Son calmantes para.......

Un fuerte puñetazo en mi mejilla detuvo mis primeras explicaciones a todas las preguntas de mi madre. Una sensación de debilidad y pérdida de visión por unos segundos me perturbó, además ocasionando que casi me desmaye en el momento.

-¡No le pegues mamá! -mi hermana regaña a nuestra madre por su agresión, luego se acerca hacia mi rostro para revisar el golpe- ¿Estas bien?

-No me toques -la regaño, deteniendo su mano justo a tiempo antes de que me toque.

-¡Son drogas, no tienen otro nombre! -continua mi madre con sus regaños y preguntas.- ¿Dónde has estado consiguiendo dinero para comprar está porquería? No espera, la pregunta es ¿Quién te regalo está basura? ¡Responde maldita sea!

-¡Alguien que si me entiende y me hace feliz! -mis ojos proceden a llenarse de lágrimas y no demoran en salir- En esta casa sólo obtengo cada día que pasa tu desprecio, eres mi madre pero me tratas como tú peor enemiga.

-¿Te estás escuchando? Una persona que te enseña a usar drogas, no te quiere y de la forma en que te trato es porque te lo ganas.

-¿Qué tal si nos vamos a la dormir? Entonces, mañana cuando esten más calmadas hablan -las palabras de Alma intentando calmar la situación.

-Ana desde que te volviste una adolescente, he tenido que aceptar tus piercing y todos esos tontos dibujos que tienes en el cuerpo a los que le llamas tatuajes, pero no voy a soportar que te drogues.

-No son drogas mamá y no voy a dejar de usarlas, porque me hacen sentir bien.

-Mirate -sus ojos viajan por mi cuerpo, de pies a cabeza- Estas hablando como una adicta ¿Porqué no puedes tomar el ejemplo de tu hermana Alma?

Odio cuando hace esas cosas. Me molesta que me compare con ella.

-Mamá insisto vámonos a dormir
-dice Alma por milésima vez, tratando de terminar con la discusión.

-¿Enserio quieres que tome el ejemplo de mi hermana? Porque justo esta tarde cuando llegue a casa, tu hija perfecta estaba por follarse en nuestro sofá a Miguel Arango.

Los ojos de Alma proceden a verse como platos.

-Espera.... ¿Cómo que cuando llegaste a casa? ¿Te atreviste a salir de aquí estando castigada?.

-Si así es. Ignora lo que te acabo de decir, aquí los únicos errores que se cuestionan son los míos.

-No estoy para tus dramas. Así que desde ahora no volverás a beber esas porquerías, si no.......

-¿Si no que? -interrumpo sus palabras- Aqui el único problema es que, no te tengo miedo mamá.

El rostro de mi madre cambia de enojada a sorprendida. Se acerca mucho más a mi, acortando el pequeño espacio que nos separa. Mientras yo sigo con el mentón en alto, sin bajar la cabeza.

-¿Sabes algo? -me habla con tono de voz bajo- Cuando estabas en mi vientre, apenas con 12 semanas visite, una de esas clínicas en las cuales hacen abortos clandestinos. Pero justo cuando estaban apunto de empezar la operación, cambie de opinión.

Ups.... Golpe duro al corazón.

Lágrimas corren por mis mejillas, no porque me duelan sus palabras, estoy al tanto de que no me quiere. Si no porque tuvo el descaro de decirme eso a la cara.

-¿Ahora adivina qué? -continua- Me arrepiento cada segundo, minutos y días que pasan de no hacerlo.

No respondo nada, solo rompo en llanto y procedo a salir huyendo de la casa, sin mirar atrás ni un segundo y sin importarme que es media noche. Solo alcanzó a escuchar la voz de Alma perderse por la distancia: esperaaaa, no te vayas, es tarde.....

Corro y corro a toda velocidad, atravesando las calles de este peligroso barrio rompida en llantos, lamentando ser la oveja negra de mi hogar.

¿Pero qué culpa tengo yo? ¿Qué mal hice en esta vida? Para que mi madre se arrepienta de haberme traído a este mundo.

Por momentos también me gustaría no existir, pero soy tan cobarde que no tengo el valor de terminar con esta terrible vida.

***

Con el corazón a toda velocidad, después de correr como loca por más de veinte minutos. Llegó a la vecindad donde vive mi novio Jhony, me detengo en la puerta antes de tocar y procedo a calmar mi respiración, además de limpiar las lágrimas con las manos que bajaban por mis mejillas, para así intentar verme menos horrible.

Levantó una de mi manos con el puño cerrado para tocar la puerta, pero......

El sonido de una moto que se acerca me detiene justo a tiempo, aterrorizando mis sentidos en el momento con lo que estoy viendo. El conductor, trae el rostro cubierto con una capucha en color negro, que lleva aberturas en los ojos y boca. También su acompañante viene en combinación con él, porque lleva lo mismo, por su figura puedo deducir que es una chica. Pero, lo que más me causa pavor es cuando la moto se detiene a mi lado, en la entrada del apartamento de mi novio.

Cuando estoy a punto de emprender la huida, quedo paralizada cuando el conductor, quita la capucha de su rostro.

-¡Jhony! -exclamo al ver el rostro de mi novio.

-¿Ana que haces aquí? -la pregunta de mi novio que tiene rostro de sorprendido, mientras baja de la moto después de su acompañante. Por cierto, si es mujer y acaba de quitarse la capucha. Tiene una larga cabellera rubia, además de su cuerpo muy definido y un hermoso rostro.

Él se acerca hasta quedar frente ami y su tonta acompañada hace lo mismo, quedando a su lado.

-¿Quién es ella? -le pregunto porque en estos momentos es lo único que me interesa.

-Ana te hice una pregunta ¿Qué haces aquí? ¿Es que no te has dado cuenta la hora que es?

-Vine a verte ¿Oh es que debo tener una hora en específica para a visitar mi novio?

La rubia que permanece a su lado, pone rostro de impresión después de escuchar mis palabras. Al parecer el idiota no le comento que tiene novia.

-Jhony es mejor que los deje solos. Te esperaré adentro.

¡Descarada!

La estúpida le habla a mi novio con voz de dulzura y una sonrisa en sus labios, además de posar la mano en su hombro, mientras se acercaba hasta su oído con toda confianza, como si yo no estuviera parada frente a ellos. Él asiente como respuesta y por fin ella termina de largarse adentro del apartamento. Por cierto, uso llaves personalizadas que llevaba en el bolsillo de su chaqueta para abrir la puerta.

-¡¿Te estás follando esa puta?!
-le pregunto, mientras me consume la rabia por todo lo que me está pasando, para tener que ahora lidiar con esto también.

-No voy a responder a ninguna de tus preguntas, te recuerdo que no has respondido las mias.

Me dice su respuesta de lo más normal, tranquilo y relajado.

-Jhony yo vine hasta aquí porque la estoy pasando horrible, mi madre me confesó -mi tono de voz se quiebra, además de comenzar a llorar otra vez- Ella me confesó que se arrepiente de tenerme, no tienes idea de todas las cosas horribles que me dijo sin piedad alguna, yo.....

Mis palabras se detienen cuando estrecha su cuerpo contra el mio en un abrazo. Es un abrazo fuerte en el cual me siento segura, puedo sentir su corazón latir através de su pecho y rompo en llantos, sacando todo ese dolor que siento dentro.

-Shhhh..... Tienes que calmarte
-susurra

Siento como sus labios tocan mi mejilla en un pequeño beso, luego me aparta de su pecho y puedo ver cómo desliza su mano dentro del bolsillo de su pantalón, logrando sacar un pequeño sobre transparente lleno de pastillas, idéntico al causante de los problemas que tengo ahora.

-Con una de estas, te sentirás mejor
-me dice, mientras destapa el pequeño sobre para extraer las pastillas que están dentro.

-Jhony espera... No quiero ahora.

-Tienes que tomarla porque la necesitas -me responde, restándole importancia a lo que acabo de decir y extendiendo su mano para que acepte la pastilla.

-¡No quiero! -le grito, haciendo que su temperamento cambie por completo y tire la pastilla contra el suelo, junto con el sobre.

-¡¿Ana Qué está pasando contigo?!

-¡No me siento bien ahora para esas cosas! Mi madre encontró el sobre de las pastillas....

-¡¿Qué?! -la expresión en su rostro está llena de terror- ¿Le dijiste quién te las dio? ¿Acaso le hablaste de nosotros?

-¡No, no lo hice! Yo....

-Escucha con atención-detiene mis palabras- Por ningún motivo, puedes decirle a tu madre nada de lo que pasa entre nosotros ¿Está claro?

-¿Porque te enoja tanto ese tema? Además no he pensando en hablarle de nosotros, por ese lado puedes estar tranquilo.

Unos segundos de silencio reina entre nosotros, yo solo lo estrecho con un abrazo. Él me hace sentir en paz y feliz. Busco sus labios para pegarlos con los míos pero.....

-¿Qué te pasa? -le pregunto después de empujarme.

-Ana tomate la pastilla.

-Ya te dije que no lo haré, no insistas más.

-De acuerdo, vamos te llevaré a casa.
-me responde, mientras hace un movimiento con su cabeza, indicándome que me llevará en la moto.

Se muy bien porque está así.

-¿Jhony porque no puedes besarme si no me tomó las pastillas?

-No voy hablar contigo de ese tema ahora, ya lo hemos hecho varias veces.

-¡Si vamos hablar del tema! Yo quiero hacerlo. No me besas, tampoco tenemos sexo, si no me tomó las estúpidas pastillas.

Pellizca el puente de su nariz.

-Asi es que me gusta y lo sabes. Si no te gusta, pues no vengas.

¿Cómo se atreve?

-¿Es por ella verdad? La zorra que vino contigo. ¿Quieres llevarme a casa para venir a follarla?

-¡Eres una loca! Su nombre es jade y es mi nueva compañera del departamento.

-No te creo, estás muy raro ¿De dónde sacaste esa moto? Y ¿Dónde estabas a media noche?

-Estaba trabajando, la moto me la regaló el Sr. Dom, por mi buen desempeño en estos últimos días. También fue el quien me asignó una compañera, todos sus empleados tienen un acompañante, el único que faltaba era yo y lo sabes.

-Eres su esclavo, todos los que trabajan con él están obligados y eso lo sabes muy bien ¿Porque no te consigues un trabajo digno?

-Luzco muy feliz para ser un esclavo
-sonrie- pero dime ¿Un trabajo digno como cuál?

-No se, en uno que no tengas que hacerle daño a la gente de este barrio.

-¡Cállate! -me grita, mientras toma mi barbilla y la sostiene con fuerza.

-¡Suéltame! -exclamo y logró sacarme de su agarre.

-La única esclava aquí eres tú. Vives en casa de tu madre, la cual te trata como si fueras la chacha de la casa, te maltrata física y verbalmente. Mírate ¿Es que no te has visto en un espejo? Llegaste aquí vuelta mierda, no es la primera vez que pasa y ¿Adivina que? Así seguirá siendo.

Lágrimas corren por mis mejillas, está siendo cruel conmigo, pero él tiene toda la razón.

-Tienes toda la razón, mi vida es una porquería.

Se acerca hasta mí y pasa sus manos por mi rostro secando las lágrimas.

-Todo esto puede cambiar pero tienes que hacerle frente. Tu madre te maneja como una porquería y todo eso sigue pasando porque te lo permites.

-No hay nada que hacer, ella no me quiere y siempre seguirá siendo así.

-Tienes razón, pero debes limpiar tu honor, empezar a demostrar que si eres mejor de lo que ella piensa.

-¿Qué debo hacer?

-Espera un segundo.

Obedezco, mientras lo veo entrar a su apartamento. Me causa rabia saber que tiene una compañera en su departamento, que por cierto es muy linda. Solo espero poder lidiar con estos celos.

Segundos después mi novio sale de su apartamento, con un galón de color rojo en sus manos.

-¿Qué traes hay? -le preguntó.

-Es gasolina. Debes de quemar todas las sábanas y toallas que lavaron está noche, antes de que salga el sol.

-¡No voy hacer eso!

-Shhhh.... Habla más bajo -me regaña por la fuerte que acabo de gritar.

-¿Cómo se te ocurre que voy a quemarlas? Mi madre se metería en un grave problema y me mataría.

-Ese es el punto, sería una gran lesión para ella después de como se porta contigo, además no tiene que enterarse de que fuiste tú.

-Eso no suena bien. Necesitamos ese dinero para recuperar los papeles de nuestra casa, si no quedaremos en la calle.

-Por la pasta no te preocupes, te prometo que en una semana yo mismo te la entrego, para que paguen su deuda. Pero por ahora.....

-¡Para! -detengo sus palabras- No voy hacer eso, yo no soy así.

-Pues seguirás siendo una fracasada, esa que se la pasa todo el tiempo gritando como una nena, cada vez que su madre le agrede de mil maneras. Pero tranquila, eso solo sera hasta que ella se termine de cansar de ti y te tire a la puta calle -se acerca hasta mi oído y susurra- Después de todo recuerda que su hija favorita es Alma, no tú.

Tiene razón.

Ya me confesó hoy que se arrepiente de traerme al mundo, mañana todo será peor. Tengo que ponerle fin a sus agresiones, antes de que me termine de destruir, eso es por fuera. Porque por dentro mi corazón está en mil pedazos.

-Lo haré -respondo- Voy a quemar las sábanas y toallas.

-¡Perfecto! -exclama, con rostro de felicidad.

-Lo haré para que te sientas orgullosa de mí.

-Tienes que hacerlo justo ahora, tienes poco tiempo. Vamos te llevaré a casa.

Me subo en la moto después de él, además de ponernos los cascos protectores. Envuelvo mis brazos en su cintura, para sentirme mucho más protegida de lo que siento con él. Mientras enciende su moto y emprendemos el camino.

Vamos a toda velocidad y puedo sentir como el aire frío de la noche golpea en mi rostro. No apartó mis brazos de su cintura en ningún momento, al contrario ejerzo más fuerza en el agarre.

Minutos después se estaciona en la puerta de mi hogar, cuando bajo de su moto, me entrega el galón que venía atado de la parrilla y yo le entrego el casco.

-¿Estas seguro que no me estaré equivocando con esto? -le preguntó.

-Jamas permitiría que hicieras algo que no sea bueno para ti -acaricia mis mejillas con sus nudillos.

-Tengo que entrar a casa, debo hacerlo justo ahora que ellas deben están dormidas.

Entra su mano en el bolsillo del pantalón y saca un sobre idéntico al anterior.

-Toma -lo extiende hacia a mi para que lo reciba- Debes de tomarlas, necesitaras fuerzas para esto que harás, ellas te la darán.

-Tienes razón -las recibo- Gracias por siempre querer lo mejor para mí.

-Debo irme -deja un pequeño beso en mi mejilla, acelera su moto y puedo ver cómo desaparece en el camino.

Miro mi casa antes de entrar, las luces están pagadas eso significa que Alma y mamá están dormidas.

Aveces pienso, si papá estaría vivo todo sería diferente, pero me toca vivir pensando en la familia feliz que pudimos ser.

Reparó el galón que tengo en manos y es hora de hacer esto. Me tomaré el sobre completo de las pastillas si es necesario para sacar el valor que nunca he tenido, entonces respiro profundo y abro la puerta para entrar a casa.

Verónica Brown

Puedo sentir el tacto de unas manos sacudir mi cuerpo, una y otra vez, además de escuchar una voz masculina muy reconocida decir: Verónica...., Verónica.

La verdad es que me siento muy agotada, aparte de estar muy cómoda donde estoy, no quiero que nadie me moleste, así que no respondo ni hago el mínimo intento de abrir mis ojos. Pero la persona sigue insistiendo, mueve mi cuerpo de un lado a otro, mientras sigue mencionando mi nombre. Me quejo como respuesta para ver si por fin me deja tranquila, pero al contrario, empieza a palmear las mejillas de mi rostro y eleva su voz a un nivel más fuerte: ¡Verónica despierta!

Separó mis párpados despacio, por la sensibilidad a la luz y con ambas manos estrujó mis ojos para poder ver mejor.

-Hasta que por fin despiertas -dice mi esposo Octavio, al ver que he abierto mis ojos.

Levanto mi cabeza lo cual se me dificulta un poco, ya que estoy un poco mareada y Octavio me sostiene por la espalda, ayudándome a quedarme sentada. Entonces justo ahora comienzo a sentir un fuerte dolor de cabeza, me llevo mis manos hacia ella y la sostengo, porque siento que me puede explotar en cualquier momento, además de un fuerte perturbador deseo de vomitar.

-¿Verónica a donde fuiste anoche?
-me pregunta, mientras observa mi rostro con atención.

¿Salí anoche?

Esperen.... Si salí anoche, porque como me siento es por haberme todo un bar.

De pronto, llega una imagen a mi pensamiento. Yo montando a un desconocido, mientras él chupaba mis tetas dentro de un baño.

¡Mierda!

¡¿Qué demonios hice?!

Me reparo y tengo puesto aún el mismo vestido color rosa de anoche, miro a todos lados en busca de respuesta, estamos en nuestra habitación. Alcanzo a ver mi imagen en el espejo que está a nuestra derecha y justo abordan recuerdos a mi cabeza. Yo inclinada hacia delante en el lavamanos, mientras el desconocido me embiste sin contemplación alguna.

¿Pero qué demonios he hecho?

Tuve sexo con un completo desconocido, le fuy infiel a mi esposo. No valgo nada.

-Llegaste a las 5am, además no viniste en tu Mercedes, te trajo un taxi y cuando llegaste te quedaste dormida justo en el medio de las escaleras. Gracias al cielo que Lola te encontró y me avisó ¿Verónica que tanto tomaste para ponerte así?

Apenas puedo escuchar las palabras de mi esposo, porque estoy muy ocupada cargando con la culpa que siento por dentro. Otro pequeño recuerdo llega a mis pensamientos:

-¡Rubia trae otra botella de tequila!
-le grito a la chica, que está detrás de la barra.

-¿Segura que quieres seguir tomando? Está es la botella número 4 que nos bebemos de tequila puro, sin nada de hielo -me responde el desconocido, por cierto está sentado a mi lado y muy serca de mis labios.

En definitiva, soy una porquería.

Lágrimas empiezan a salir por mis ojos y correr por mis mejillas, lo que estoy sintiendo es inexplicable, yo misma me aborrezco.

-Veronica no llores -me dice mi esposo, mientras me mira a los ojos
- ¿Estas llorando por las cosas que te dije anoche? Incluso de eso quería hablarte, yo....

-Dejame sola -respondo por primera vez, deteniendo sus palabras.

-No escucha. Me arrepiento de todo lo que dije. Tenemos 26 años de casados y mi deseo es que cuando seamos ancianos, aún estemos juntos. Verónica yo te amo.

Se acerca hasta mis labios y justo antes de unirlo con los suyos, me aparto.

-No me siento bien ahora, quiero estar sola.

-Si te dejaré sola para que te alistes, recuerda hoy recibiremos los nuevos inversionistas.

-No iré -respondo con voz cortante, por las náuseas y el fuerte dolor de cabeza.

-Tienes que ir. Eres mi esposa y una de las cabecillas de la empresa, sin ti esa reunión no tendrá sentido. Toma una ducha, ponte más hermosa de lo que eres y te espero abajo para desayunar. No quiero un no como respuesta.

Asiento apenas en modo de respuesta. Octavio camina hacia la puerta para irse pero antes....

-Nunca olvides que te amo -me dice y termina de irse.

Una vez completamente sola, rompo en llanto, lo hago con mucha rabia, sacando el enojo que tengo desde muy adentro de mí. He tenido toda una vida dedica a mi familia y la empresa, además de todo el esfuerzo que hago por mantener el legado de los Arango y en una noche, solo en una noche, lo he estropeado todo.

Una nueva imagen de recuerdo, interviene en mis pensamientos: Él lamiendo mi coño, mientras me tiene sentada en el lavamanos, patas arriba.

-¡Mierdaaaaaaa! -grito fuerte, sin importarme que alguien me escuche me escuche- ¡Tengo que bañarme ya!

Corro hacia el baño, entre tanto me voy quitando el vestido. Al estar dentro, abro la ducha y comienzo a frotar mi cuerpo con una esponja muy fuerte. Por todas partes de mi piel, para borrar los rastros de ese maldito.

¿Porque me tiene que estar pasando esto a mí?

Siento que estoy devastada, me siento en la ducha con mis piernas pegadas a mi pecho, mientras me abrazó a mi misma. Siento como el agua caliente de la regadera recorre desde mi cabeza, a mis pies, mientras se mezcla con mis lágrimas.

Todavía no puedo creer, como pude follar con un desconocido.

Un momento.......

Es un desconocido, si un completo desconocido, nunca lo había visto en mi vida y no lo volveré a ver. Solo fue un error de una noche, solo tengo que olvidar todo lo sucedido, nadie sabrá lo que pasó, porque no se lo diré a nadie.

Soy Verónica Arango, el pilar de esta familia, no tengo porqué seguir sufriendo por algo que no se volverá a repetir. Lo hice porque estaba borracha, pero nunca en mis cinco sentidos haría algo así.

Paso las manos por mis mejillas para secar las lágrimas y cierro la regadera. Me envuelvo una toalla en el cuerpo y otra en el pelo porque está mojado, después me dirijo al clóset para vestirme, me pondré uno de mis mejores atuendos, tendré la mejor sonrisa que no he tenido en año, todo el día y seguiré brillando como la reina que soy.

Estoy totalmente arrepienta, pero de algo si que estoy muy segura: Jamás en mi vida lo volveré a ver.

***

Toda la atención de mis hijos y mi esposo está sobre mi, después de mi épica entrada al comedor. Todos me reparan por completa desde sus asientos, mientras yo me detuve por unos segundos al lado de la mesa, antes de tomar asiento.

Luzco divina hoy. Traigo puesto una falda ancha a la cintura y de largo hasta más abajo de las rodillas en color negro, combinada con una camisa de leopardo, además de tener en los pies tacones de 16 cm. Después de durar un montón secando mi pelo, opte por recogerlo en una cola y mucho maquillaje en el rostro, para que no se note la cruda que me traigo.

-Luces más hermosa que nunca, ven toma asiento a mi lado -me dice mi esposo, además de indicarme mi asiento- Te estábamos esperando para empezar a desayunar.

Aún con la mirada de todos puesta en mí, camino varios y tomo asiento en el lugar que me indico mi esposo.

-Hijos quiero comunicarles -dice Octavio mientras toma mi mano- Su madre y yo arreglamos las cosas. Ayer no pensé las cosas antes de decirlas, reconozco que me equivoque. Les pido perdón, en especial a ti mi amor.

Acerca su cuerpo hasta mi asiento, posa una de sus manos sobre mi mejilla y pega sus labios con los míos, en un beso corto, se aparta de ellos y susurra entre mis labios: te amo.

Se puede sentir el nivel de tensión en la mesa, el rostro de mis hijos es de mucho más que impresión.

-ok... Cada uno de ustedes me deben 100 euros -le habla Michelle a sus hermanos, luego extiende su mano abierta en el aire.

-¡Joder! -exclama Mia- Te haré una transferencia.

-¡Como no lo vi venir! Te los debo hermanita -dice Milán, mientras toma un sorbo de leche.

-¿Otra vez? Milán siempre que pierdes una puesta haces lo mismo, nunca me pagas. Quiero mi 100 euros ahora.

-¿Se puede saber que apostaron ahora? -pregunta Octavio además come un trozo de su desayuno.

-¿Porqué solo me haces exigencias a mi? No veo a Miguel, tampoco a Mia resolviendo con su pago.

-Porque no aposté con ustedes. Yo no hago apuestas sobre temas serios de la familia -responde Miguel por primera vez en la mañana.

Son mis hijos, los conozco a la perfección. Apostaron a que no íbamos a regresar.

-Si tienes razón, eres el perfecto de la familia.

-Milan te he dicho que no me llames así.

-¿Me van a pagar si o no? -pregunta Michelle.

-¿Cómo se atreven apostar sobre nuestra separación? ¿Qué pasa con ustedes?

-¿Mamá vas a empezar con los reclamos? -me cuestiona Michelle.

-Siempre tienes.....

-¡Basta! -Octavio detiene mis palabras- ¿Podemos hablar de otra? Por ejemplo, Su madre les va a pedir disculpas por todo lo de ayer.

¿Qué?

Tengo un fuerte dolor de cabeza, apenas estoy asimilando algunas palabras que escucho.

-Para empezar debe pedirle disculpas a Luis -contesta Mia, sin apartar la mirada de su desayuno.

-Si también lo hará, ella misma me lo dijo ¿Verdad amor?

No creo que pueda disculparme con Luis. Pero ahora no me siento bien para discutir.

-Si, así es -respondo- Mia siento mucho haberte pegado, también por lo de Alma, no debí mentirte.

-Con Permiso Sr. Octavio...

Son las palabras de Lola, acaba de llegar con una bandeja de frutas.

-Una joven llamo. Era la arquitecta, dijo que recibió un mensaje sobre la construcción del gobernador, deben empezarla esta misma tarde. Además me comentó que no le llegaron los apuntes y por eso no pudo hacer el plano.

-¡¿Qué cosas dices?! -exclama Octavio, al mismo tiempo que centa su atención en nuestro hijo- ¿Miguel porqué no le entregaste los apuntes?

-Padre, los olvide en casa de un amigo. Pero ya mismo salgo a buscarlos para llevárselos -responde mientras se pone de pie para marcharse.

-Un momento -lo detiene Octavio- Debemos ir a la reunión con los nuevos inversionistas, no puedes faltar. Luego de la reunión resuelves ese problema.

-Permiso para retirarme Sr. Octavio
-dice Lola, antes de marcharse.

-Si Lola, puedes retirarte. En cuanto a nosotros, nos vamos a la empresa ¿Michelle y Mia vienen con nosotros?
-habla Octavio, mientras se pone de pie para irnos.

-Yina pasará por mi en un rato, estamos resolviendo algunos problemitas que ocasionó el corto circuito en el club -responde Mia.

-Sobre mi no se preocupen, pasaré el día terminando mi nueva escultura.

-Michelle no pierdas tanto el tiempo en tus esculturas, recuerda que mañana tienes sección de fotos.

-Si mamá, para mi mala suerte -me responde, luego se levanta del comedor y se marcha.

¡Pero que niña más malcriada joder!

Terminamos de desayunar y nos ponemos en camino Miguel, Milán, Octavio y yo para la empresa.

***

Nos encontramos en la sala de reuniones en la empresa, estamos sentados cada uno en nuestros respectivos asientos, esperando los inversionistas. En el centro tenemos una mesa grande para toda nuestra guía de apoyo y una pantalla de TV de 75 pulgadas colgada a la pared.

-Ya están retrasados ¿Será que se arrepintieron? -dice Leonardo, quien se encuentra al lado de Miguel.

-Solo son 20 minutos de retraso, de seguro su vuelo se atrasó -le responde Milán.

-No lo creo. Lo más probable es que hayan llegado al país ayer -opina Pablo, nuestro contable.

Yo solo me siento de lo peor, tengo una fuerte cruda moral. Las náuseas y dolores de cabeza no paran.

-Tranquilos, deben estar por llegar
-dice Milán, mientras se sirve una copa del vino que tenemos en la mesa.

-¿Qué haces Millán? Eso es para brindar cuando hayamos cerrado el trato con nuestros invitados -regaña Octavio a nuestro hijo, además de no tener una buena cara.

-Todo este asunto de esperar, me tiene cabreado -opina Miguel, entre tanto afloja el nudo de su corbata.

-¿Entonces porque no te vas? -le pregunta Milán.

-Tal vez, porque tengo que estar cuidándote el culo, para que no la cagues.

-Yo los contacte, este es mi logro.

-¿Van a empezar a pelear como siempre? -cuestiona Leonardo.

-Yo no. Él que no sabe comportarse
-responde Miguel- Este proyecto es otro fracaso, llevamos demasiado esperándolo, acéptalo. No vendrá.

En ese momento entra a la sala nuestra secretaria, antes de que Milán pueda responder:

-El inversionista acaba de llegar -nos dice, nuestra secretaria.

-Por fin, hágalo pasar. Lo estamos esperando -responde Octavio y ella se retira.

-¿Cómo que el inversionista? ¿Es sólo uno? -pregunta Pablo.

-Buenos días familia. Mi nombre es David Giordano.

Justo en ese instante, mi corazón empezó a latir tan rápido, que al mismo tiempo pude sentir dolor y hasta casi se detiene. Gotas de sudor comenzaron a correr por todas las partes de mi cuerpo. Mis piernas, brazos y manos estaban débiles, además de sentirme mareada y que escuchará un fuerte zumbido en mis oídos.

Mis ojos repararon al hombre que acaba de entrar a la sala de pies a cabeza y me acabo de dar cuenta que mi vida completamente está arruinada.

Era él. Aquel desconocido.

El maldito hijo de puta con el que tuve sexo anoche, en el baño del bar.

¡Joder ¿Porque me tiene que estar pasando esto a mí?!

El infeliz toma asiento en la mesa y empieza a socializar con mi familia sobre su propuesta para la empresa. Pero no escucho nada, mis oídos están tapados. Solo puedo ver sus bocas moverse y sonreír también.

Miro a todos lados en busca del aire que me está empezando a faltar, me llevó ambas manos a la cabeza ¡Estoy apunto de volverme loca!

-¡Verónica! -me grita Octavio, logrando que reaccione y pueda volver a escuchar normal.

-¿Madre te veo pálida? ¿Qué te sucede? -me interroga Miguel.

¿Qué me sucede?

Soy una zorra, acabo de destruirlo todo.

Me levanto del asiento y sin pensarlo dos veces, salgo de allí. Corro por los pasillos de la empresa, mientras choco con los demás trabajadores en el transcurso.

Llegó al baño, cierro con seguro después de entrar. Me arrodilló en el primer escusado que pude entrar rápido y empiezo a vomitar, saco todo lo que tengo dentro con todas mis fuerzas por varios segundos.

Me levanto de allí, me miró en el espejo del lavamanos y rompo en llanto. Lloro con todas mis ansias porque mi matrimonio perfecto, acabo de destruirlo. Solo de imaginarme la expresión de mis hijos al enterarse, me parten el alma.

Varios minutos después de llorar, mirarme al espejo y odiarme por lo estúpida que soy. Alguien toca la puerta varias veces.

-Madre se que estás hay -es la voz de Miguel- si no sales ahora, mandaré a buscar la llave para abrir la puerta.

Limpio mis lágrimas, intento calmarme y abro la puerta.

-¿Madre qué sucede contigo? -me pregunta- Desde temprano estabas extraña en el desayuno y mirate ahora.

Hijo los defraude

-No me siento bien -respondo, mientras limpio mis lágrimas que no paran de salir.

-¿Estas segura? Está no es mi madre, no eres así. Te siento débil, me enseñaste que ante todo debo ser fuerte y valiente. Pero veo que no lo estás haciendo.

-Hijo yo.....

-Madre -no me deja terminar- Sea lo que te esté pasando, quiero que sepas te amo y quiero verte siempre sonreír a nuestro lado. Recuerda que eres el pilar de esta familia.

Tiene razón.

¡Basta de llorar! Voy hacerle frente a esto.

-Yo también te amo -le respondo- ¿Terminó la reunión?

-Si, ya firmamos el contrato. David era lo que estábamos buscando.

-¿Dónde está?

-En su nueva oficina madre ¿Porque?

-Ire a darle la bienvenida, hace un rato no pude hacerlo como se debe.

Terminó la conversación con mi hijo y me dirijo hacia la oficina de nuestro nuevo socio.

¡Me va a escuchar!

Al llegar abro la puerta sin tocar y la cierro con seguro después de entrar. Lo puedo ver muy tranquilo, sentado en el sillón y los pies sobre el escritorio.

-Escucha lo que vine a decirte. Tienes que irte de regreso a tu país, no te quiero aquí.

Tiene su mirada puesta en mí, se levanta del sillón, rodea el escritorio hasta quedar justo frente a mi, a menos de un metro de distancia.

-Preciosa, llegue a pensar que venías a continuar lo de anoche.

Una fuerte bofetada, retumba por toda la oficina y siento dolor en mis manos por el fuerte contacto.

-¡Eres un hijo de puta! ¿Como te atreves? Espera un momento. Siempre supiste quien era yo.

Otra bofetada, igual que la de hace varios segundos, con la misma fuerza pero del otro lado de su rostro y con la parte de atrás de mi mano. Suena por todo el lugar. Esta vez, casi perdiendo su equilibrio.

Cuando se estabiliza, dibuja una sonrisa en sus labios.

¿Acaso se está burlando de mi?

Levanto mi mano para soltarle otra cachetada, pero ahora con el puño cerrado. No logro hacerlo, ya que él sostiene mi brazo en el aire. Con fuerza bruta me paga a su cuerpo.

-¡Escúchame tu ami! No me vuelvas a poner un dedo encima, además yo no te obligué a nada y te prometo que se volverá a repetir.

-Ni en tus miserables sueños -me suelto de su agarre y me aparto de él- Yo te juro que no vas a durar más de un mes en esta empresa. Y si te atreves a comentarle a alguien lo que pasó entre nosotros, ¡Pueda ser que aparezcas con la bosca llena de moscas!.

Sin más, me encamino hacia la puerta y me retiro.

Alma Velasco

Es un nuevo día. Hoy estoy mucho más emocionada que nunca, me levanté con todas las energías. Aunque no me gustó la pelea de Ana y mi madre anoche, pero se que lo solucionaran como siempre.

La verdad no he dormido nada, porque me la pasé todo el resto de la noche, después de que mamá se fue a dormir. Preparando un plano, con los apuntes que se le quedaron a Miguel aquí.

Se qué soy una atrevida y quizás esté mal, pero la arquitectura es lo mío, se mucho de eso, aunque esté empezando la carrera ahora. Está es mi pasión desde pequeña y estoy segura que se pondrá muy feliz cuando se lo entregue.

Estoy segura que me interrogará que como aprendí hacer esas cosas, si para él yo trabajo en un hospital, además de no saber cuál es mi verdadero nombre. Pero hoy sí le diré la verdad.

No he podido dejar de pensar en sus besos, sus caricias, ni de que había podido pasar si mi hermana no llega. No se que signifique todo esto pero estoy segura de que Miguel está sintiendo cosas por mí.

También estoy muy feliz, porque hoy entregaremos el largo trabajo que hicimos ayer. Las tres trabajamos muy duro para que todo salga a la perfección, con el pago vamos a recuperar los papeles de la casa. No la quiero perder, es el único recuerdo que tengo de Papá.

Tum, Tum, Tum.

Escucho el sonido de la puerta, mi madre está su habitación aún, mientras yo estoy en la salsa, sobre el sofá, tomando una taza de café.

Tum, Tum, Tum.

Deben ser Yina y Mia que llegaron temprano.

Me acercó hasta la puerta, la abro con todos los ánimos y.......

Mis ojos se llenan aún más de felicidad con lo que están viendo.

-Buenos días -me dice Miguel Arango, con una sonrisa en sus labios.

En definitiva, hoy será mi mejor día.

Nota de la autora

Holis mi amores ¿Cómo va todo?
¿Les está gustando?

En el próximo capítulo es que se viene lo bueno....
¿Están preparad@s?

DCLEBRON

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro