Capítulo 12: "Los príncipes Reapher"
"Estoy pérdida, completamente perdida...ellos me encontraran, no aguantaré demasiado en este oscuro lugar... Una de esas bestias me ha mordido... Tengo frío... Mucho frio''
Anónimo
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Capítulo 12
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Frío...
Sentía mucho frío...
Caminaba en una oscuridad abundante, abrazándome a mí misma y sintiendo que me congelaba del frío. No sabía cómo había llegado ahí, pero tenía que ver con las mordidas de esa motricidad. Sentía rizas a mi alrededor y llantos de un bebe ¿Dónde estaba?
—Papá...
Susurré mientras un recuerdo golpeo mi cabeza.
—Pequeña estoy aquí —La voz de un hombre me respondió.
De repente la oscuridad se disolvió y me vi en los brazos de un hombre que lloraba mientras me miraba. Había sangre en mis manos.
— ¿Papi? —Una voz más infantil salió de mis labios.
El hombre no me contesto intente mirarlo pero tan solo podía ver la lágrimas resbalándose por su barba sin afeitar. De nuevo volví a la oscuridad y empecé a escuchar gritos y susurros que no entendía. El sonido de unos golpes se hizo presente, como piedras cayendo en un techo hecho tejas de aluminio y luego el llanto se intensificaba.
— ¡Ahaaa, Basta! —Solté mis brazos para tapar mis oidos.
No lo soportaba, quería que se callaran, que hicieran silencio, pero cuando esto paso sentí algunos pasos que vinieron hacia mí. Eran pasos pequeños que llamaron mi atención hasta ver a un pequeño niño de ojos dorados parados frente a mí. Sentí mi cuerpo palpitar y estremecerse en una extraña sensación de familiaridad ¿Por qué el me resultaba conocido?
—Alma tienes que salir de aquí —Dijo reflejándome en sus ojos mientras estiraba su mano hacia mí —Sígueme, prometo mostrarte el camino
Yo sujetaba mis oídos mientras lo veía fijamente como algo irreal.
—Dejame sola.
—No, tu nunca estarás sola Alma —su voz sonaba confiada, algo que me hizo sentirme segura.
Solté mi cabeza y mirando esos ojos dorados tome su mano. Él sonrió levemente y luego empezó a caminar mientras yo solo me dedique a seguirlo mientras lo miraba de espaldas.
Abrí mis ojos lentamente mientras recuperaba la visión y el enfoque de donde estaba, termine encontrándome con el rostro preocupado de Samael y los ojos de Abigor puestos sobre mí, mientras Jilaiya me sujetaba desde atrás. Todos arrodillados en el suelo rodeándome.
—Samael... Jilaiya... Abigor... vinieron... —Susurre, pero uno de los dedos de Samael se posó en mis labios ordenándome a callar.
—Cállate, guarda las fuerzas para más tarde.
Los mire a los tres muy confundida, no recordaba lo que había pasado hasta que vi el cuerpo muerto del caza almas. Todas las imágenes se acumularon de golpe mientras que con mi mano izquierda sujetaba mí frente sintiendo que mi cráneo explotaría. De repente recordé a Estefany.
—Joder la ni... —Quise volver a hablar, pero Samael me detuvo nuevamente con sus dedos.
—Está a salvo, ahora cállate y deja de hablar —Me dijo mirándome serio pero su mirada bajo a mis labios mientras los acaricio.
—Creo que ya entendió —Abigor quito su mano y yo lo mire a él.
— ¿Que me pasó? —susurre para que no me regañaran y no era que les tuviera miedo pero no tenía ánimos para discutir.
Mi brazo derecho dolía demasiado y es que aunque las heridas ya habían dejado de sangrar, tenía mordidas desde mi cuello hasta la palma de mi mano.
—Una de esas cosas te mordió... llenándote de un veneno que te quitaría la vida si lograbas escapar convirtiéndote así en una más de ellos —Me aclaro Jilaiya apoyando su cabeza en mi hombro sano.
—Tuvimos que morderte para absorber el veneno —Confeso Abigor a lo que yo mire mi brazo y suspiré —Tranquila no van a dejarte cicatrices.
—Eso no es lo que me interesa... —Dije volviendo a mirarlo —No soy fuerte, si no hubieran llegado a tiempo esa cosa me hubiera arrancado el cuello como a Susan...
Por un momento todos se quedaron callados, sabían que decía la verdad, por más que jugara a ser la heroína de esta historia el papel me quedaba chiquito.
—Sí eres fuerte, Alma —Dijo Samael tomando mi mano sana y besándola con sutileza a lo que el pelinegro lo miro descontento y agarro mi mano poniéndola nuevamente en el suelo.
—No, no eres fuerte —Lo contradijo y me miró —Pero es porque no sabes quién eres y mientras no lo averigües nunca lo vas a ser.
—Yo si se quién soy, soy Alma.
—No, no lo sabes —Se levantó a lo que tuve que alzar mi mirada para poder verlo —Sabes cuál es tu nombre, pero no sabes quién eres... ni de dónde vienes, dices ser una santa y aun no conoces lo que has hecho.
— ¿A qué te refieres con eso?
—Tú pasado... Alma —Dijo Jilaiya atrapando mi mirada —Se refiere a tu pasado.
— ¿Mi pasado? —Pregunte en busca de más respuestas, pero como era de esperarse no me darían más de las que ya me habían dado y no servían para nada.
—Ya debes descansar —Abigor me miró y el castaño se levantó cargándome en sus brazos, estaba demasiado débil para levantarme sola, así que no proteste.
— ¿Joder que tiene que ver mi pasado en todo esto? No pueden decirme eso y pretender que no quería saber —Les hice saber mientras lo miraba a cada uno.
Abigor solo me miro, pero no dijo nada más. Yo gruñí por un momento y luego me quedé callada, no me iban a decir más nada, si lo quería saber debía averiguarlo sola. Mire hacia otro lado y me recosté en el pecho de Jilaiya mientras los tres empezaron a caminar por el pasillo.
—Jilaiya...
— ¿Si?
—No me toques el trasero —Dije sintiendo su mano acariciando mis nalgas.
— ¿Acaso quieres que te mate? —Samael lo miro y el castaño solo se echó a reír quitando su mano de ahí.
—Ya, está bien.
—Dámela yo la cargo —Estiro sus manos hacia nosotros para cargarme.
— ¿Estás loco? Abigor me mata si te la doy —Dijo mirando al rubio burlón.
—Jilaiya respetarme, soy tu hermano mayor.
—Y el más pervertido de los tres —Soltó una risa escandalosa.
Los escuchaba discutir entre ellos, pero mí mirada solo estaba en la espalda de Abigor que caminaba tranquilamente con las manos llenas de sangre, mientras su mirada iba sin expresión. Me preguntaba por qué siempre tenía esa cara, tal vez había algún motivo o razón y eso me causaba curiosidad. Tal vez debería empezar a saber más sobre ellos, pues ellos sabían todo de mí, hasta lo que yo desconocía. Tal vez debería ir buscándole la respuesta a esta pregunta;
¿Quiénes eran ellos y quien era yo?
...
Horas después, en la habitación rodeada de paredes de piedras y una puerta de madera vieja con vidriera, me encontraba recostada sobre la cama sin poder pegar el ojo, mientras miraba a Estefany completamente dormida a mí lado. Abigor se había metido en la mente de la pequeña deshaciéndose de los recuerdos innecesarios para crear otros recuerdos más apropiados.
Su habilidad era esa... Controlar la mente y sus recuerdos.
Me voltee boca arriba y gruñí ligeramente por el dolor de mi brazo. Había perdido mi bolsa con el frasco y la daga, algo que me servía para defenderme o aliviar mi dolor, pero por tonta ahora ya no las tenía, tal vez Abigor o alguno de los chicos la había guardado por mí o eso quería pensar. Cerré mis ojos intentado dormirme, pero esas imágenes que había visto en aquella oscuridad llegaban a mi mente, quitándome el poco sueño acumulado.
¿Que significaban y porque lo había llamado Papá?
Cerré mis ojos nuevamente cubriéndome con la manta. No sé cuántas horas pasaron, pero cuando los volví a abrir la cama de Francella estaba completamente tendida y organizada, ni siquiera la niña estaba a mi lado. Me senté con cuidado en la cama y sentí que algo sonó debajo de la almohada así que decidí echar un vistazo descubriendo una pequeña nota.
''...Espero que te encuentres mejor, lo que paso anoche no es un juego Alma. Si llegas a sentir algo extraño dentro de ti o afuera no dudes llamarme por medio de un espejo... Te estaré vigilando, no cometas locuras... obedece aunque sea esta vez...''
No tenía firma, pero sabía quién era el propietario de esa nota. Mire nuevamente bajo la almohada, pero solo encontré el diario que ya estaba ahí. Me levante y deseche la nota. Luego de vestirme salí de mi habitación para caminar un poco y pensar a cerca de lo que había pasado la noche anterior. Todo había sido tan rápido y tan confuso. No entendía porque había tenido esos recuerdos repentinos y las voces en mi cabeza, cuales aún seguían mortificándome cada vez que pensaba en ellas. Mi mente estaba en otro lugar, mientras simplemente caminaba sin darme cuenta de algo muy extraño.
El convento está vacío.
Me detuve al sentir demasiado silencio y mire a mí alrededor ¿A dónde se habían ido todos? Camine por todos lados buscando a las hermanas o a las doncellas pero no había pista de absolutamente nadie.
— ¿Madre, hermanas, Francella? —Entre a todas las habitaciones pero todo se encontraba vacío.
Alma...
Un susurro me hizo voltearme pero no había nada ni nadie.
Alma...
Volvió a llamarme ese susurro mientras yo solo me confundía más y más. La voz venia del salón principal justo donde habían sido encontrados los cuerpos de Tamara y las otras dos chicas. Tal vez en ese momento debía detenerme, pero era simplemente imposible, mis pies caminaban por su propia cuenta.
—Ey Rubí, si me intentas hacer una broma pesada no te va a salir... —Dije intentando convencerme a mí misma de que solo era una broma.
Alma...
Ese susurro volvió a escucharse en mis oidos y trague algo de saliva mientras sentí demasiado frio y es que aunque fuera invierno el castillo nunca había sido así de friolento. Camine con precaución hasta llegar al lugar y vi a un hombre parado de espalda en el centro del lugar con una capucha negra, sosteniendo un cuchillo ensangrentado en sus manos mientras dos doncellas muertas estaban tiradas en el suelo sobre un charco de sangre.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo y la imagen de una mujer y un niño llenos de sangre llego a mi cabeza. El hombre se volteó hacia mí empezando a caminar con intenciones asesinas, algo que me hizo retroceder.
— ¿Alma? —Una mano me agarro del hombro haciéndome pestañar y saltar del susto.
— ¡NO! —Grite volteándome, pero solo vi a Francella mirándome con confusión.
—Alma ¿Estas bien? —pregunto y yo voltee a ver a donde el hombre, pero no había nadie.
—Había... —Quise decir algo pero no pude hacerlo, las palabras no salían de mi boca —No es nada...
La voltee a ver y vi a todas las doncellas y hermanas volver a caminar por los pasillos como si nunca se hubieran ido de ahí. Entonces... ¿Qué había sido eso? Parecía que por un momento hubiera estado en otra dimensión.
— ¿Ya estas mejor? —La pelirroja me pregunto tomándome de las mejillas y yo asentí levemente, a lo que ella suspiro aliviada —Bien... tengo algo que enseñarte.
— ¿Encontraste algo? —Pregunte y ella asintió.
—Hoy en la mañana estaba en la biblioteca cuando tuve un accidente con unos libros que se me cayeron por culpa de la insoportable de Rubí, parece zombi...
¿Y cómo no?
—Aja... —Me cruce de brazos mirándola.
—Resulta que encontré esto... —Saco dos hojas amarillentas de sus bolsillos a lo que como si se tratara de un rayo se las robe de las manos.
— ¿Es lo que creo que es? —pregunte aunque ya veía las firmas de la reina Elizabeth en cada esquina dela página.
—Estaban dentro de un libro lleno de polvo y mugre.
— ¿Ya las leíste? —Las miraba por encima sin leerlas como tal.
—Más o menos, igual creo que deberías leerlas tú...
Las guarde en los bolsillos de mi falda y asentí. Mire por última vez hacia atrás a donde había visto aquel hombre, pero de nuevo no había nada. Mire a Francella.
—Voy a la habitación a leerla.
—Voy contigo.
Asentí y le pase por un lado camino a la habitación mientras que Francella se dio la vuelta para seguirme. Todos desaparecieron nuevamente y los susurros llamándome volvieron, pero no quería volver a aquel lugar, cerré mis ojos y sacudí mi cabeza, al abrirlos todos ya estaban de nuevo. Mientras caminaba vi a Rubí parada frente a su puerta mirando hacia la antigua cama de Susan con una cara pálida, a pesar de todo me dolía verla así.
Entramos a la habitación y encontré a Estefany saliendo del baño secando su carita.
— ¡Alma! —Corrió hacia mí y me abrazo.
—Peque... ¿Qué ya no es tu clase? —Le pregunte y ella asintió
—Sí, ya me iba, solo lavaba mi carita —Sonrió y se separó agarrando su bolsita de tela con sus cuadernos.
—Suerte...
—GRACIAS —Rio y salió corriendo pasándole por al lado a Francella.
Cerré la puerta y fui a sentarme en la cama.
— ¿Por qué estaba aquí?
—Es una larga historia, mejor no quieras saber —La mire mientras sacaba las hojas para empezarlas a leer, ella me miro y fue a sentarse a mi lado.
''...El tiempo pasa demasiado rápido y mis bebes parecen ser los más hermosos e inocente que podrías ver algún día, tres hermosos príncipes que heredaran este castillo junto a sus primos... pero tiene características que nadie se imaginaria... Samael es el más apuesto, sus rasgos son como los de un demonio seductor, Tan solo tiene 5 años y las sirvientas solo hablan de quien podría ser su esposa cuando cumpla la edad suficiente, me da miedo que la lujuria de sus ojos rompa su inocencia... luego esta Jilaiya que parece un pequeño común y corriente, pero detrás de sus risas se esconde algo muy perverso, tan perverso que cuando lo miro a esos ojos rojos temo por mi vida...y luego el menor de los tres...Abigor, lo primero que hice cuando lo vi fue sentirme orgullosa de haber dado a luz a un hijo tan hermoso, pero no sabía que sería el más peligroso de los tres... no todo es lo que parece, el pueblo piensa que son la repetición de los tres reyes nobles, pero solo son la perdición de sus vidas...''
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Nota de la Autora:
Hiii mis demonios, cómo andan por ahí? Yo súper ocupada porque inicie mi negocio de bisutería entonces tengo demasiados pedidos y no había tenido tiempo de actualizar, veo que hay muchos lectores nuevos por lo cuales quiero darles la bienvenida a esta familia súper loca y decirle que no se van a arrepentir.
Recuerden que si se quieren unir al grupo de WhatsApp de este libro que me escriban al privado.
Tambien darles las súper gracias a mis tres líderes del club de fan de alma a Fabii, Karen y a Estefany que gracias a ellas el grupo no a muerto 😸💖 son unas diosas chicas. Las amo.
Y darles gracias Vsk_ss en Instagram por haber dibujado la obra de arte de arriba para nosotros. Me encantaría que la apoyaran siguiéndola y dejándole un comentario, es muy talentosa. Que conté que el que puse aquí lo recorte si lo quieres ver completo puedes ir a superficie Instagram.
Bueno ahora sí chao chaoooooo.😸💖
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