Tribu de los Concédants

Narra Elek

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Un lazo de luz se desprendió de mi mano y viajó hasta la cabeza de la coneja de pelaje gris que se encuentra frente a mí. De esta forma, pude comprender sus pensamientos, al parecer necesita alimento ya que sus crías se lo han acabado todo.

—Claro que les traeré comida, pequeña —le dije y sonreí. Su nariz se mueve de una forma demasiado tierna y no logro contener una sonrisa. Sin duda, lo que más aprecio de ser un Concédants es que puedo comunicarme con toda clase de animales.

Del hoyuelo de la madriguera, apareció una de sus crías comenzando a mover sus largas orejas, lo que es una clara señal de que quiere comunicarse conmigo. Asentí y extendí mi otro brazo hacia el pequeño conejo que es similar a su madre, la luz resplandeciente comenzó a brotar de mi propia extremidad y llegó hasta su pequeña cabeza. Comenzó a comunicarse conmigo, exigiéndome un poco de zanahorias.

No aguanté la risa y asentí ante sus pedidos, ambos se despidieron y entraron por el hoyuelo de la madriguera dando pequeños saltos

—Hijo mío ¿Qué estás haciendo? —la voz de mi padre me sorprende y me pongo de pie de inmediato. Sus ojos me miran fijamente y luego se centran en la madriguera de los conejos —. ¿Los animales están bien?

—Por supuesto que están bien, solo necesitan provisiones para estos últimos días de invierno —le respondo con una sonrisa. Él me observa con orgullo y asiente con la cabeza.

Trae consigo su habitual bastón mágico, que como líder guía debe portar. Este es largo y sacado del árbol de la vida, su enrollado tronco le permite sostener en la parte superior una pequeña esfera de luz brillante y dorada, que se caracteriza por mostrar imágenes futuras, algo así como mundos alternos acorde a las decisiones. Por eso es un líder guía, porque nos ayuda a escoger decisiones sabias para nuestro futuro.

—¿Sabes dónde está tu hermano Aleksei? No lo he visto desde la mañana, y estoy preocupado porque al parecer no está en la tribu —se rasca la barbilla con sus largos dedos y se queda un momento pensando.

—No tengo ni idea de donde está, salió en la mañana a toda prisa, pero no quiso decirme a donde iba ¿Crees que ha sucedido algo malo?

—No, Aleksei sabe cómo defenderse y cómo pasar desapercibido en el mundo de los humanos, solo que se está tardando más de lo habitual. Mejor no nos angustiemos demasiado, pero ahora que te tengo aquí, necesito que me ayudes con algo. Sígueme.

Comenzamos a caminar recorriendo nuestra enorme tribu de Concédants, algunos niños juegan arrojándose bolas de nieve o abalanzándose sobre enormes capas de esta mientras se ríen a carcajadas, también, hay varios grupos reunidos alrededor de fogatas mientras se comparten comida y charlan cómodamente.

—Pieles blancas como la nieve, cuerpos diversos y hermosos a su modo, bondadosos y armoniosos en todos los sentidos. Hay algo que nos caracteriza, y es que sabemos vivir la vida adecuadamente ¿Estás de acuerdo conmigo, Elek? —mi padre aprecia todo a su alrededor, parece orgulloso de todo lo que nuestra tribu ha logrado —. Cuando acabe el invierno, podemos realizar una fiesta de verano ¿Quieres ayudarme con eso?

—Sí, me encantaría padre. Por cierto ¿Cómo estás? ¿Has sentido dolor últimamente? —le pregunto un tanto preocupado. Mi padre está envejeciendo más rápido, y hace unos días tuvo que quedarse en cama reposando. Las arrugas se marcan en su piel blanca y su espalda parece encorvarse con el tiempo, además, cuando camina cojea y su cabello se ha caído por completo, dejándolo calvo... Realmente no quiero verlo adolorido.

Él suspira y se detiene por un momento quedando frente a mí, sus ojos grises iguales a los míos me analizan y apoya su mano en mi hombro mientras traga saliva antes de pronunciar cualquier palabra.

—Elek... El dolor es parte de la muerte, y todos aquí saben que mi cuerpo en algún momento se desvanecerá y mi alma viajará por el mundo, estoy y estaré bien cuando me vaya. Pero por favor hijo mío, no llores ni te desgastes como aquella vez que tú madre partió de este mundo —me dijo serenamente, contuve mis lágrimas y soporté enserio no mostrarme débil frente a él. Pero no lo logré y las lágrimas empezaron a desprenderse de mis ojos, estas brillan de un dorado sutil, lo que demuestra mi enorme afecto hacia él.

—La tribu estará perdida sin ti, eres nuestro líder guía. Pero lo que más duele es saber que voy a perderte, pero como padre no solo como líder —limpió mis lágrimas con delicadeza.

—Te equivocas, aunque yo me vaya seguiré en tu corazón, y la tribu no quedará sin guía porque tú y tu hermano van a tomar mi lugar, aunque... no te enojes si le toca a Aleksei portar mi bastón, sabes que solo puede entrelazarse con un solo hombre no con dos.

Extendió su bastón hacia mí, y en la esfera dorada pude ver a Aleksei portando la magia como líder guía, yo estaba a su lado con una sonrisa enorme dibujada en mi rostro. La imagen de la esfera dorada se desvaneció y un alivio se formó en mi interior.

—Por supuesto que no me enojaré, Aleksei merece este bastón mejor que nadie, y se ha esforzado como loco para ocupar tu lugar y servirle a la tribu como tú lo hiciste todos estos años. Yo por otro lado, quiero y deseo que se me permita salir de la tribu de vez en cuando y explorar el mundo huma... —me detuve dejando mi frase a medio camino, la expresión de mi padre ha cambiado al mencionar que quería salir de la tribu, me puse nervioso al instante —. A lo que me refiero, es que quiero conocer el mundo de los humanos, puedo convertirme en un ciervo blanco para pasar desapercibido ¿Me permites hacerlo? ¿Así sea por última vez?

—Elek, ya hemos hablado de esto. Salir de la tribu es peligroso, no todos los humanos son buenos, muchos acaban y matan cuando ven a criaturas mágicas.

—Pero, Aleksei sale de la tribu y tú se lo permites ¿Por qué no puedo? Además, los Concédants podemos salir en invierno, nuestra piel se camufla con la nieve y de esa forma podemos pasar desapercibidos.

—¡Basta ya de ese tema! Si sales te expones al peligro, y lo digo porque a diferencia de tu hermano, no sabes defenderte —sus palabras me impactaron, sin embargo, no me enojé ya que lo que él dice es cierto... La primera vez que salí de la tribu convertido en un ciervo blanco, los hombres del pueblo cercano quisieron cazarme para comerme. Recordar ese momento me da escalofríos, y por ello, yo y los niños somos los únicos que no podemos abandonar este lugar sin autorización.

—Lo comprendo, padre —agaché la mirada por un momento, me siento decepcionado, pero debo seguir sus órdenes.

De repente, observo perplejo como de entre los árboles aparece mi hermano Aleksei, y al parecer trae consigo a una chica, que reposa en sus brazos sin mostrar movimiento alguno.

—¡Padre, observa! —señalé rápidamente a Aleksei mientras el resto de la tribu comienza a rodearlos confundidos.

Mi padre se da la vuelta de inmediato y trata de analizar la situación. La chica que carga Aleksei está empapada y su túnica escurre agua, además se ve muy pálida, como si estuviese muerta...

Los dos nos apresuramos y corrimos lo más rápido que pudimos hacia él, quien de igual forma se encuentra empapado y refleja una enorme preocupación en su rostro, su cuerpo posee algunos rasguños, pero sanaran por sí solos.

El resto de Concédants amontonados nos dejaron pasar e invadieron a mi padre y hermano con preguntas.

—¿Quién es esa chica? ¿Qué pasa? —preguntaban algunos.

—¡¿Está muerta la muchacha?!

—No hay tiempo para explicaciones, está muy débil y necesita de nuestra ayuda o si no va a morir ¡Ayúdame padre, por favor! Debemos hacer algo rápido —dijo Aleksei exaltado.

La extraña posee cabello negro, y su rostro se me hace conocido, realmente se ve muy mal, pero puedo ver como su pecho sube y baja, lo que indica que está respirando.

—Señor Kadey, ¿Qué planea hacer? —preguntó una mujer a mi padre, esta revisaba a la chica para determinar su estado o si al menos tenía salvación. Mi padre estaba muy asustado, pero aun así tomó las riendas del asunto.

—Elek, hijo. Llama a la líder consejera y al brujo Bennett, pídeles que traigan pociones de curación ¡Y que sea rápido! —su respiración se volvió acelerada y continúo dándome indicaciones —. Aleksei y yo llevaremos a la muchacha a la cabaña de Scarlett, allí los estaremos esperando mientras la arropamos.

No respondí y solo corrí entre la nieve en búsqueda de la líder consejera y el brujo Bennett, quien es el que administra las pociones y las crea. Mi corazón se encuentra acelerado, como si en algún momento se fuese a salir de mi pecho y no sé si es por lo mucho que he corrido o por los nervios que me invaden.

Observé el alrededor en búsqueda de la líder, pero no la veo por ningún lado.

—Disculpa ¿Has visto a Lumiére? —le pregunté a un grupo de chicos que están sobre un árbol. Uno de ellos, señaló hacia el riachuelo que se forma en nuestra tribu y alcancé a verla a la lejanía. Ella está reposando sobre una piedra al lado del río congelado mientras adorna su abundante cabello crespo con flores de oro y tararea una canción armoniosa que se logra escuchar desde aquí.

Corrí hacia ella y al mismo tiempo, el brujo Bennett se acercaba.

—¡Joven Elek! ¡Muchacho! —se rió extendiendo los brazos para darme un abrazo, pero lo rechacé y solo me centré en Lumiére —. ¡Pequeño mocoso!

—¿Ocurre algo, joven? ¿y tu padre?

—Señora Lumiére, es urgente... —me detuve un momento para tomar aire —. Aleksei ha vuelto a la tribu con una mujer herida y requiere una poción de curación.

Ella se asombró al oír mis palabras y rápidamente se puso de pie ordenando al brujo Bennett que trajera la poción.

Los seguí totalmente asustado, mi corazón palpita con fuerza y la curiosidad me consume. Siento que he visto a esa mujer antes, pero ¿dónde? Cuando la vi sobre los brazos de mi hermano Aleksei sentí una profunda tristeza, como si su corazón estuviese devastado por algo o alguien. Estaba pálida y débil, la vida se está yendo de su lado y debemos impedirlo.

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El primer capítulo narrado por el querido y amigable Elek, quien también es protagonista de esta historia.

Espero les haya gustado.