Tuve que ponerle pausa o hubiera terminado cayendo; no me agrada la idea de que me haya dejado llevar por el momento. 

—Vístete y vete— me levanté de la cama, acercándome a la mesa de noche para ponerme el reloj.

—¿Estás seguro?

—Será un peligro para ti si te quedas. Sal ahora que puedes, no vaya a ser que cambie de opinión y te amarre otra vez a la cama— sonreí, y ella se levantó y se vistió—. No vuelvas por aquí, niña. Haz de cuenta que nada pasó. 

—De acuerdo— se dio la espalda y salió disparada. 

¿Realmente no dijo nada más? Definitivamente esa mujer es extraña. Otra mujer en su lugar, se hubiera sentido ofendida o herida.

¿Qué demonios fue lo que hice? Estoy perdiendo la cabeza. No puedo estar con estos juegos innecesarios. Esto no es para mí. Estoy arriesgando todo, solo por dejarme llevar por esos impulsos. He estado interfiriendo y metiéndome en cosas que no son mi maldito problema. No puedo estar llamando la atención de la policía y es lo primero que hago. ¿Desde cuándo me he vuelto tan descuidado? 

×××

Me desconecté de esa chiquilla inmadura y continué enderezando las vías de donde me había descarrilado. Los negocios son lo más importante, los culos pueden esperar. 

En el viaje de negocios pude encontrarme con un socio, al que no veía desde hace varios años, desde que mi padre era quien estaba al mando. 

—Me enteré que andabas viajando, John. 

—Sí, tenía otros asuntos que atender.  

—Siempre tan ocupado. ¿Cuándo haremos el envío? 

—Saldrá un pequeño encargo en dos semanas; dependiendo de cómo nos vaya por esa nueva ruta, decidimos el resto. Será solo una prueba; si nos va bien, podríamos generar el doble de dinero. 

—Me parece muy bien. Siempre tan eficiente.

—Por otra parte, voy a necesitar que me pongas en contacto con Kim. Necesito que nos reunamos lo más pronto posible. Tengo una propuesta que lo más probable haga que cambie de opinión y quiera hacer negocios conmigo. 

—Hablando de Kim, ¿es cierto eso que comentan?

—¿Qué cosa?

—Sobre la muerte de tu padre. Dicen que tú puedes ser el posible asesino. Hasta te pusieron un apodo: Alma negra. ¿Es eso cierto? — lo miré fijamente, y reí.

—Quisiera saber quiénes son esas personas, para ir a cortarles la lengua para que no sean tan venenosos. 

—No sé si sea cierto, o no; en realidad no me importa. Considero que estás mejor parado que tu difunto padre. En poco tiempo haz logrado más cosas, que las que él haya hecho en años. 

—Porque para mí lo más importante es el negocio y el dinero. 

—Eres muy ambicioso, muchacho. Eso es algo que te hará mantener bien parado en este negocio. 

—Así es. Salud por eso—nos dimos un trago, y reímos.

×××

En mi regreso al país, decidí probar suerte y enviarle unas flores a Juliana, pero estas las vi en el dron de la basura. No hay manera de ablandar ese caparazón, ¿eh? 

Los consejos de Keny no sirvieron de nada. Él mismo me dijo que conocía lo suficiente a las mujeres, como para saber que las flores conmoverían a cualquier mujer. 

Y hablando de Juliana, me pregunto cómo le seguirá yendo a la mocosa. ¿La seguirán arrastrando? 

Salí a dar una vuelta, inconscientemente terminé estacionado frente a la universidad a la que asiste. Esperaba solo cerciorarme de que por obras del destino hubiera reaccionado y se habría liberado de esa familia, pero no creo que ese haya sido el caso. No había señales de ella. Solamente sus hermanastras salieron de la universidad, tan rampantes y cariduras como siempre. 

La curiosidad me tuvo asistiendo varios días corridos a la casa y a la universidad, pero no había ningún rastro suyo por ninguna parte. El comportamiento de esa familia es verdaderamente raro. Ninguno de ellos parecía preocupado, lo que ciertamente lo hacía todo más confuso. Conociendo la actitud de ese imbécil y lo estricto que se comportaba con ella y con su asistencia a clases, no podía descartar la posibilidad de que algo le habría pasado. 

No es como que sea mi problema, pero ahí iba de metiche y acosador de nuevo, actuando de manera irracional por una mujer.

Entré sigilosamente al patio de su casa, esperando verla por alguna ventana. Sé que me estoy arriesgando mucho, pero dado el caso de que esa gente la trata tan mal y, de que no sé de ella desde hace varios días, no tuve de otra. 

Miré por una de las ventanas y vi al padrastro y a la mamá abrazados viendo la televisión. Me asomé por todas las ventanas de la casa, pero no la vi. 

Patrullé por los alrededores, hasta quedar por el lado izquierdo de la casa y vi una pequeña ventana; más bien parecida a la que dirige al sótano. Me incliné para mirar dentro y alcancé a ver a Daisy. Aunque no se podía ver claramente si estaba despierta o no, solo sé que estaba acostada sobre un pedazo de cartón en el suelo. La ventana era demasiado pequeña y no había forma de abrirla desde fuera. 

Toqué suavemente la ventana, esperando que se moviera, pero no hubo ningún movimiento de su parte. ¿Estará dormida, desmayada o muerta? Estaba acostada de espalda a la ventana, ¿cómo iba a saberlo? 

Estoy harto de estos imbéciles. La sangre caliente hervía como ácido por mis venas, como hace mucho tiempo no experimentaba. No traje el arma conmigo ahora mismo y haría mucho ruido con ella, pero no puedo irme y dejarla ahí. ¿Por qué mierda no puedo irme? Mis piernas no reaccionan.  

Me debatía entre la irritación y el enojo, claramente el enojo me cegó a un nivel caótico, ya cuando reaccioné, mis manos sostenían la cuchilla con fuerza, brotando y remarcando mis venas. 

Esto no se va a quedar así, los voy a hacer picadillos.