Me encontraba sentado en una silla, mientras el médico me examinaba la herida en el brazo. El dolor punzante y la presencia de Kleaven a mi lado no hacía más que aumentar la tensión en la habitación.

—¿Cuál es la excusa esta vez, John?

—Fue una emboscada bien planeada —respondí con una mezcla de soberbia y frustración—. El perpetrador era un profesional bien entrenado. Me tomó por sorpresa.

Frunció el ceño, claramente molesto por lo sucedido.

—¿Cómo es posible que alguien haya logrado infiltrarse sin ser detectado? —inquirió, mirándome con una mirada escéptica.

—Lo siento, mi señor. Mi prioridad era protegerlo a usted—respondí, justificando mi supuesta incompetencia—. No esperaba que alguien fuera capaz de burlar nuestra seguridad de esa manera.

—¿Viste su rostro?

—No. Llevaba un casco con lentes ahumados.

Asintió, aunque no parecía completamente convencido. Era evidente que estaba molesto por la vulnerabilidad de la situación, y no podía culparlo. Su seguridad era mi responsabilidad, y haber permitido que algo así ocurriera era una mancha en mi reputación.

—Quiero que des con esa persona y lo desaparezcas antes de que mi paciencia se agote. No aceptaré un tercer fracaso, John—me advirtió.

No podía decirle que el perpetrador era en realidad mi esposa. Sería demasiado peligroso revelar esa información, especialmente cuando no tenía pruebas concretas de que no fuera más que una mera coincidencia.

×××

Pasaron varias semanas de angustia. Establecí contacto con un investigador de confianza al cual le encomendé la tarea de investigar sobre el tatuaje de Daisy. Algo en eso me generaba cierta inquietud y familiaridad, como si lo hubiera visto en algún otro lugar antes.

Él me envió la información por medio de varios documentos, dejándolo en el lugar acordado y estratégicamente guardado. Tenía varias encomiendas de Kleaven, así que aproveché esa salida para ponerme al tanto de la información valiosa que había encontrado para mí.

En el sobre, ajeno a la variedad de documentos con información, también había adjuntado imágenes de diversos tatuajes, pero el más que llamó mi atención, fue ver entre ellos el de Daisy. No había duda, era el mismo.

Hace muchos años, oí rumores en el bajo mundo respecto a una organización criminal llamada “Saeva Vindicta”. Todo parecía ser parte de una vieja leyenda, nada en concreto con base o fundamentos, pero lo menos que esperaba ver era ese nombre en los papeles que debían estar relacionados a mi esposa.

La historia de Saeva Vindicta se remonta al siglo XII, cuando un disidente de la orden de asesinos conocida como los hashshashin, desencantado con los métodos de la organización, decidió separarse y fundar su propia orden, junto con otros miembros igualmente disconformes. A diferencia de su predecesora, Saeva Vindicta adoptó un enfoque más amplio en la gestión de sus asuntos, lo que le permitió perdurar a lo largo de los siglos.

En los registros históricos, la información sobre esta organización es escasa debido al estricto secretismo que impone a sus miembros. Sin embargo, se rumorea que Saeva Vindicta cuenta con presencia en numerosas organizaciones políticas y financieras a nivel mundial. Un ejemplo destacado de su influencia fue el asesinato del archiduque Franz Ferdinand en 1914. El perpetrador, Gavrilo Princip, fue entrenado por una organización serbia ya extinta llamada "la mano negra", que con el tiempo fue absorbida por Saeva Vindicta. Se especula que "la mano negra" fue creada específicamente para llevar a cabo el asesinato del archiduque, desencadenando así la Primera Guerra Mundial y asegurando la venta de armas, municiones y proyectos de construcción dirigidos por miembros de Saeva Vindicta, enriqueciendo así sus recursos financieros.

Saeva Vindicta, una organización criminal de alcance global, opera sin una sede oficial ni un lugar de reunión establecido, prefiriendo la discreción y la movilidad. Sin embargo, se sabe que sus miembros se congregan en ubicaciones aleatorias en determinadas ocasiones. Su estructura de operación se organiza en tres ramas distintivas:

1. Vigilante: Representada por el búho, esta rama se especializa en reconocimiento e inteligencia. Se encargan de recopilar información sobre individuos, agencias y finanzas relevantes, utilizando métodos como el chantaje y el soborno para obtener datos cruciales.

2. Imperious: Encarnada por el león, Imperious se dedica a la infiltración de agentes en gobiernos de todo el mundo. Además, son expertos en desestabilizar la situación geopolítica global, influyendo en el curso de las guerras y el terrorismo para manipular el panorama socioeconómico mundial según sus intereses.

3. Extremum Agmen: Representada por el dragón, esta es la rama más conocida de la organización debido a su función de otorgar contratos para la eliminación de individuos o familias. Conocidos como los asesinos a sueldo de Saeva Vindicta, se especializan en eliminar objetivos de manera sigilosa o disfrazando sus acciones como accidentes.

A pesar de las diferencias en sus enfoques, estas tres ramas trabajan en conjunto para alcanzar los objetivos de la organización, manteniendo un equilibrio delicado entre la discreción y la efectividad en sus operaciones.

Cada una de estas ramas opera de manera independiente, estableciendo sus propias reglas y protocolos. Sin embargo, bajo la sombrilla de la organización, los tres miembros más influyentes de cada rama conforman el Concilio de Sapientes, que funciona como una junta directiva dentro de la organización. A pesar de la necesidad de liderazgo en una organización de esta magnitud, el hermetismo de su estructura hace imposible probar la existencia de un individuo con control absoluto sobre la misma.

Algunas de las directrices conocidas para los miembros de Saeva Vindicta son las siguientes:

-Para unirse a la organización, un aspirante debe ser recomendado por un miembro elite o longevo. El precio de entrada se paga con un acto de prueba: el concilio de "sapientes" asigna al aspirante un trabajo complejo para evaluar sus habilidades y fortalezas, sirviendo como rito de iniciación.

-La entrada a la organización es opcional, pero la salida está sujeta a la decisión del concilio. El precio de salida se paga con un costo aún mayor que el de entrada, y también con sangre.

-La organización recibe una cuota del 20% por todos los trabajos realizados por sus miembros, sin excepción. La violación de esta regla resulta en la muerte del operativo y, si se oculta, la organización visitará a sus familiares para cobrar la pena, sin excepción.

-Parte de los fondos recibidos se destinan a servicios esenciales para los operativos, como atención médica, inteligencia y municiones.

-Los contratos negociados entre operativos y contratantes son exclusivos. Si el operario no puede completar el trabajo o el contratante no está satisfecho, existe la posibilidad de hacer el contrato público, pagando al ejecutor exitoso el total acordado.

-Todos los contratos son válidos, sin importar sexo, edad o posición social, incluso pueden ejecutarse contratos contra los propios operativos. Ninguna información sobre la organización puede ser divulgada, bajo pena de muerte para el operativo y sus familiares cercanos.

-Se convocan reuniones de la organización ocasionalmente, donde se juramentan nuevos operativos y se resuelven disputas entre miembros. La asistencia es obligatoria, y la falta resulta en la expulsión y muerte del infractor, ya que estar fuera de la organización implica estar en su contra.

No pude continuar leyendo por el nudo que se había creado en mi estómago. Era difícil de procesar. Mi esposa, de alguna manera, había caído en manos de una organización criminal tan peligrosa como esta. Pero lo más que me replanteaba internamente era el cómo había llegado ahí. ¿Cómo era posible que su desaparición hubiera tomado ese rumbo? ¿Quién la había llevado ahí? ¿Qué sucedió luego de su desaparición, como para que esté tan cambiada? ¿Qué la motivó a ejecutar al socio de Kleaven? ¿Por qué en ella no vi ningún tipo de emoción al reencontrarse conmigo? ¿Por qué fingió tan bien no reconocerme? ¿Realmente sabe siquiera quién soy?

Ajeno a todo eso, mi preocupación se había elevado por las nubes, con el hecho de sentirme inútil e impotente. Le había pedido a la vida que me permitiera encontrarla, saber de su paradero o tenerla de vuelta, pero ¿a qué costo? ¿De qué manera podría establecer contacto con Daisy? Si no me escuchó, tampoco dudó en darme la espalda luego de dispararme y dejarme allí tirado desangrándome, ¿qué me hace pensar que será tarea fácil encontrarla ahora?

Entre mis conflictos internos, redondee la posibilidad de unirme a la organización, incluso sabiendo que no iba a ser para nada sencillo, además de que estaría complicándome más la vida de lo que ya la tengo. Pero si había llegado a este nivel con la motivación de encontrarla, renunciar jamás será una opción. Estaba dispuesto a hundirme aún más profundo ahora sabiendo que está con vida y probablemente viviendo un infierno peor al que me he sometido por elección propia.