XII.
Siento sus besos en mis mejillas, en mi frente, en mi mentón, sobre mis ojos. Los besos más largos me los da en el cuello y en mis hombros, poco a poco va bajando más y más.
Sus manos recorren mi cintura con cuidado, acariciándome; sus manos son tan cuidadosas, me tratan como si yo estuviese hecha de algún cristal valioso y pudiera romperme; sus manos dejan mi piel quemando, pidiendo más, pero él se detiene y abro mi boca para pedir más, quiero más. ¡Fenix, más!
Abro mis ojos para encontrar su mirada, sin embargo, estoy sola en mi habitación, rodeada de oscuridad. El reloj al lado de mi cama marca las 4:12 am., suspiro y me destapo, me siento caliente y tengo mi frente con un poco de sudor.
Recuerdo mi sueño y siento que la vergüenza se apodera de mí. Acabo de despertar de un sueño con Fenix, un sueño que está mal por muchas razones, podría escribir un libro sobre esas razones, el primer capítulo podría llamarse: "Tengo novio".
No necesito verme en un espejo para saber que estoy roja como un tomate. Ahora entiendo por qué los hombres necesitan ducharse cuando se sienten así.
Me levanto de la cama y salgo caminando de mi habitación en dirección al baño. El departamento está a oscuras y Fenix no está en ningún lado. La oscuridad me sigue intimidando, así que prendo la luz y miro a mi alrededor, encuentro unos pies sobresaliendo del sillón, son los de Fenix.
Miro fijo sus pies mientras mi mente empieza a recordar el sueño que tuve hace apenas unos minutos... Quiero olvidarlo. Sus besos y sus caricias se sintieron tan reales, si cerraba mis ojos, incluso podía volver a sentirlos.
Era una vergüenza cerrar los ojos como lo hice, rápidamente los abrí cuando me di cuenta de eso. Justo a tiempo para ver como uno de sus pies se movía. Mi corazón empezó a golpear fuertemente contra mi pecho y más rápido de lo que alguna vez caminé, fui a encerrarme al baño.
Mientras me bañaba, empecé a recordar cada pequeño momento que Fenix y yo tuvimos, desde las cortas caminatas luego del trabajo hasta esta noche. Sus sonrisas, sus miradas serias, sus miradas divertidas, sus distintos tonos de voz, su manera de caminar y de hablar, su cabello, los dedos de sus manos, sus orejas, su frente, su nariz, sus cachetes, todo.
Y todo me hacía sentir culpable. Culpable por pedirle que me acompañe a un lugar tan importante para mí, por dejarme consolar por él, por permitirme soñar con él y por hacerme de pronto recordar cada pequeña cosa suya.
¿Cuando fue la última vez que pensar en Chris me hizo sentir esa pequeña adrenalina en mi panza? ¡Chris! Sin dudas era lo que más culpable me hacía sentir. Ya tengo un novio, uno que me ama y daría todo por mí. Chris, primero fue mi amigo y me da mi espacio cada vez que lo necesito sin dudar, confía en mí; y de alguna manera, siento que estoy fallándole el respeto al pensar en otro.
Para cuando estoy de nuevo en mi cama, parece que un tornado se metió en mí y desordenó todo lo que yo tenía en orden. De pronto las cosas ya no son lo que parece ante mis ojos.
Más que nunca quiero olvidar ese raro sueño que me está haciendo pensar que puedo querer a Fenix como algo más que amigos... ¿O ese sueño me sirvió para darme cuenta que estos sentimientos ya estaban creciendo desde antes?
~~~
No soñé más con Fenix, lo que es un alivio. En realidad, no recuerdo qué fue lo que soñé. Me levanté de golpe cuando sentí que mi celular sonaba, indicándome una llamada entrante, el nombre de Chris estaba en grande ocupando toda la pantalla. Cerré mis ojos y de memoria atendí.
Hola, cariño.
Hola...
¿Cómo estas? ¿Qué hacías? ¿Qué vas a hacer? Espero que nada, te tengo una sorpresa.
¡Genial! No tengo planeado hacer nada más que dormir todo el día, creo. Y acabas de despertarme. ¿No puedo seguir durmiendo un poco más?
No, cariño. Levántate y prepárate, pasaré por ti en una hora. ¿Por qué estás tan cansada? ¿Qué hicieron hasta tarde Beth y tú?
Nosotras... Nosotras...
No importa, estoy yendo así que espérame despierta.
No pude negarme a nada ya que Chris terminó con la llamada. Una parte de mí me grita que me levante y me organice, que pronto él vendrá a buscarme. Sin embargo, poseo un cansancio que jamás creí poder tener, apenas puedo mantener mis ojos abiertos. Dormiré sólo unos minutos más, sólo un poco.
No sé cuánto tiempo pasó, pero sé que alguien me está sacudiendo fuerte. Me siento de golpe en mi cama y miro a dicha persona, un hombre. Está parado a mi lado, sus brazos se cruzan sobre su pecho y su expresión facial es de puro enojo, es Chris.
—¿Qué hacía Fenix aquí? —pregunta. El odio acaricia el nombre de Fenix lentamente.
—¿Fenix ? —pregunto confundida. Aún estoy media dormida y los recuerdos comienzan a llegar lentamente... ¡Oh!
¡No pasó nada! Fenix es un amigo, no debo sentirme nerviosa de responderle a Chris sobre Fenix, es un amigo, nada más que un amigo.
Creo que estoy tratando de convencerme a mí de eso y me estoy dando cuenta de que mi silencio hace que Chris invente raras historias de por qué Fenix está aquí. Mientras más silencio hay, más rara será su historia. Debo hablar, debo decir algo, pero no lo hago. Y no sé por qué me cuesta tanto.
—Ayer...
—¿Ustedes pasaron la noche juntos? ¿Por qué salía de aquí? —Comienza a pasearse por la habitación, parece un león enjaulado.
—No, Chris…
—¡Estás engañándome!
—¡No!
—¡Sí, lo estás! —me grita. Beth entra inmediatamente a la habitación con una mirada de seriedad en su rostro dirigida a Chris, sólo a él. Jamás lo vi mirarlo así.
—Creí haberte dicho que yo invité a Fenix ayer, cenamos y no iba a dejar que se fuera tan tarde, podría ser peligroso. Hice eso muchas veces contigo, permití que te quedaras, ¿Qué diferencia tiene Fenix de ti ahora? —dice seria. Beth está mintiendo para ayudarme.
—Sí, bueno, yo soy su novio, esa es la diferencia. A June no le gustaría nada ir a verme y encontrar a una mujer que sale de mi casa.
—June no es tan desconfiada.
—¡Soy su novio!
—¡Basta Chris! —le grité. No soportando más estar en un segundo plano y ver cómo ellos discuten frente a mí como si no estuviera aquí. Me levanto y me pongo en el medio de ambos.
—Fenix durmió en el sillón. Yo no te estoy engañando, somos amigos. Amigos...
—Nosotros también fuimos amigos, June —De pronto es como si pudiera ver cada inseguridad en el rostro de Chris y me odio. Me odio por ser la culpable de sus inseguridades.
—Ya tengo un novio, ¡Tú! No quiero a otro —susurro. Me olvido de que Beth está en la habitación y me acerco a besar a Chris; quiero transmitirle mi cariño, mi amor, que sienta que no debe temer que lo engañe, que con él tengo todo y más.
—Lo siento —susurra entre besos—. Yo... No sé qué me pasó.
—No importa.
—Ya no quiero salir.
—No salgamos —Chris sonríe un poco, es una sonrisa dedicada a tranquilizarme, sin embargo, interiormente no puedo. La culpa de saber que él se siente inseguro gracias a mí, es enorme.
Pasamos el resto del día acostados, mirando televisión, hablamos —Evitando el tema de Fenix—. Me cuenta cosas de su vida que ha estado ocultándome los últimos días, le cuento detalles de mis últimos días. Como una pareja completamente normal.
Chris se va tarde en la noche y siento como si todo lo ocurrido del día no fuese más que un sueño. Me despido de él mientras lo veo desaparecer al doblar la esquina. Suspiro y vuelvo a entrar al departamento, Beth está sentada en el sillón.
—No sabía que Chris era del tipo celoso —Me aclaro la garganta y me siento a su lado.
—Yo tampoco... Hasta que apareció Fenix.
—No me gustó la manera en que te trató hoy, estaba fuera de sí. —Ella se rasca la nuca—. Tienes que tener cuidado June, no dejes que eso vaya más lejos.
—Beth, no creo que vaya más lejos.
—No quiero que esto termine mal.
—Yo tampoco —susurro. Ella se levanta y me dice antes de ir a su habitación.
—Uno nunca termina de conocer a las personas.
~~~
Lunes.
De vuelta a la rutina.
Fenix ya no trabaja aquí, lo cual es un alivio. Con lo ocurrido ayer con Chris, quiero evitar verlo. Al principio se me hacía raro no cruzármelo en el pasillo o en nuestros pequeños descansos, me tuve que recordar varias veces que era mejor así. Sólo iba a ser cuestión de tiempo antes de que mis problemas con Chris empeoren por pequeños malentendidos.
El día fue muy tranquilo a comparación de otros. Ya en la noche, vi a Fenix esperándome afuera del trabajo, como siempre.
Tenía el corazón latiendo fuertemente mientras me acercaba a él. Fenix me miro y sonrió caminando hacia mí; no le sonreí de vuelta, no pude. Mi mente se centró más en buscar una excusa para volver sola a casa y evitarlo sin que se diera cuenta.
—Hola —Me da un beso en la mejilla. Y yo no encontré la excusa. Él me acompañó al departamento como todas las noches; el silencio nos envolvía, antes no me molestaba, el silencio parecía ser normal entre nosotros, pero esta noche lo sentí muy incómodo. Casi grito de felicidad cuando llegamos al departamento.
Me despedí de Fenix con la mano, rápidamente y entré.
Al día siguiente, directamente le mande un mensaje diciéndole que Chris pasaría a buscarme y que no se moleste en esperarme. Esa noche volví a casa sola.
Hice lo mismo toda la semana, Fenix en ningún momento dijo algo, sólo respondió los dos primeros mensajes con un "ok" y luego directamente ya no respondió más. Me sentí un poco aliviada al saber que no iba a verlo, se limpiaba un poco mi conciencia. Pero a la vez sentía como si estuviera cometiendo un error.
El domingo, Chris me llevó a comer y pasar el día con su familia. Como siempre fui recibida bien, el día fue hermoso. Chris era simplemente él, nada de celos ni de peleas, sólo nosotros dos siendo esa pareja que fuimos antes de las inseguridades. Y me parecía perfecto.
El lunes todo cambió.
Para empezar el día estuvo agotador, hubo un accidente muy fuerte, una cadena de choques, murieron 21 personas y otras 12 resultaron heridas, todas fueron atendidas en nuestro hospital, justo en un momento donde el personal tomaba su descanso y tuvimos que actuar rápidamente, no sólo atendiendo a las personas, sino también a sus familiares que se acercaban desesperados para saber sobre sus seres queridos.
Terminamos muy tarde, tuve que quedarme luego de mi horario. Ya le había avisado a Beth que llegaría tarde a casa, ella se había pasado en la tarde para dar una mano, vio el accidente en las noticias, sin embargo, se fue temprano cuando más personal médico llegó.
Salí del hospital más cansada que nunca. Sólo deseaba llegar al departamento, darme un buen baño y dormir; aunque sea un poco antes de ir a la universidad.
Sentí sus ojos en mí apenas salí. Fenix estaba en la vereda de enfrente mirándome, esperándome. Miré rápidamente y comencé a caminar, fingiendo no haberlo visto. Ignorando como mi corazón golpeaba en mi pecho mientras me alejaba de él, pero no fui lo suficientemente rápida.
—¿Ahora me ignoras? —preguntó apareciendo a mi lado.
—No... No te estoy ignorando.
—Lo estás —afirma.
—Te dije que no —Escucho cómo deja escapar una pequeña risa, no me responde.
Caminamos las siguientes cuadras en silencio, este era el peor silencio. Una vez que nos detuvimos frente a mi departamento, iba a saludarlo, pero él me detiene.
—Sé que me mentiste toda la semana, nadie fue a esperarte. ¿Por qué me mentiste? —Abrí mis ojos ante la sorpresa, él lo sabía. Tuve que aclarar mi garganta antes de responder.
—Chris fue a buscarme toda la semana.
—June, no me mientas. Cada noche vine a verte y te vi irte sola.
—¿Estás acosándome?
—No, sólo comprobaba lo que me dijiste. Ahora dime, ¿Por qué me estás evitando? —Cambio el peso de mi pie a otro, sintiéndome incómoda.
—¿Podemos hablarlo maña...?
—¡No! —Me interrumpe cruzando sus brazos sobre su pecho—. ¿Ahora tu novio te prohibió verme?
—No. Chris no tiene nada que ver —miento descaradamente.
—Bien, dime la verdad.
—Yo, simplemente... —No pude terminar de hablar. Sus manos tomaron mi rostro suavemente y me guiaron hacia sus labios. No me negué, caí en la tentación, dejé que me besara y le correspondí al beso.
Estaba perdida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro