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IV.

Sus ojos son los más claros que alguna vez había visto, son de color miel. Claros, incluso más que los de Chris. La sonrisa en su rostro es simpática y cálida, pero su mirada es todo lo contrario, como si sólo deseara irse de este lugar.

─¡Mucho gusto! Soy Fenix Evans ─Me tiende su mano, la tomo y nos damos un suave apretón que no dura más de dos segundos.

─¡Bienvenido! Soy June. ─Me aclaro la garganta─. Bueno, creo que sería mejor si te muestro el lugar.

─Sí, guíame.

─Por aquí.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar, Fenix pronto está caminando a mi lado. A lo largo del pasillo, le voy explicando a quién pertenece cada consultorio y qué se atiende en ellos. Llegamos a la guardia, donde hay enfermeras atendiendo a varios niños, sólo los saludamos y seguimos nuestro camino.

Fenix no habla mucho cuando le muestro el sector donde descansamos y demás, ve todo sin mucho interés y luego mira al otro lado del pasillo, donde están las escaleras y el ascensor. Sí, debo mostrarles las habitaciones. Salgo del sector y él me sigue, le voy explicando los tiempos de descanso que deben cumplirse en el sector o fuera del mismo. Comienzo a subir las escaleras y me detengo a la mitad cuando no escucho los pasos de Fenix detrás de mí, me giro y lo veo, está sonriendo y me señala el ascensor.

─Usemos el ascensor ─dice─. No nos cansaremos.

─Yo... no lo uso, es decir, no mucho, prefiero subir por las escaleras ─Sonrío con nervios. Todos están acostumbrados a verme usar las escaleras, por lo que nadie me dice nada; pero debo recordar que Fenix es nuevo.

─¡Bien! Subiré por el ascensor, tú sube por las escaleras ─declara secamente. No espera mi respuesta y entra en el ascensor.

Cuando llego al primer piso, Fenix esta esperándome con las manos en sus bolsillos. Recién ahora, noto que no está usando el uniforme.

─Este es el piso 1, hay aproximadamente 40 habitaciones aquí, la mayoría están ocupadas. Me imagino que sabes tu posición en este lugar y sabes... —No puedo terminar porque él me interrumpe.

─Sé qué hacer, sólo necesito que me guíes, nada más.

No le respondo, pero no puedo evitar enojarme. Después de todo, trato de ser amable con él y resulta ser un completo maleducado.

─Lo siento, mal día ─dice.

─Bueno, los problemas de casa deben quedarse en casa ─hablo con seriedad─. No importa, estoy segura de que sabes qué hacer, simplemente trataba de ser amable. ─señalo a mi derecha─. Este pasillo te lleva a las habitaciones, de la 1 a la 26. ─Luego señalo a mi izquierda─, y por este lado, del 26 en adelante; además, están los baños de este piso. ─Me aclaro la garganta─. En los demás pisos, es la misma estructura, así que no te perderás, además de que hay indicaciones. Si necesitas algo, puedes pedírmelo o a alguien del personal. ¿Quieres que te enseñe algo más? ─pregunto.

Puedo notar que Fenix se siente un poco culpable y a la vez enojado con mi actitud. Bien, puedo convivir con ello.

─No.

─¿Cuándo empiezas a trabajar? —pregunto.

─Mañana.

─¡Bien! ─Miro la hora en mi celular y noto que tengo un mensaje, de Chris. Quiere reunirse conmigo para comer algo en diez minutos. ─En diez minutos es la hora de descanso, no sé a que hora vendrá el doctor Foster, puedes esperarlo si deseas hablar con él o hablarle mañana.

─De verdad me siento mal por hablarte así.

─Olvídalo ─le respondo, restándole importancia.

─Como quieras. Hasta mañana June —Fenix vuelve a entrar en el ascensor.

Varias enfermas aparecen corriendo por las escaleras segundos después, llevan con ellas algunos instrumentos de trabajo, uno de los doctores va con ellas, siguen subiendo rápidamente. Y lo sé, el abuelo de la habitación 782 está muriendo… y nadie podrá salvarlo.

~~~

Chris me está esperando en la puerta del hospital, me acerco a él y lo beso. Como siempre, él toma mi mano y caminamos una cuadra hasta un pequeño y cálido bar al que solemos ir de vez en cuando.

Al ser mi novio, él sabe lo que me pasa de vez en cuando. No dude en contarle eso cuando comenzamos a salir, después de todo tiene que haber confianza en nuestra relación —en cualquier relación, mejor dicho—; Chris no me tomó por loca ni nada parecido, simplemente me dijo que iba a estar a mi lado para cuidarme. Ese gesto y sus palabras, me llegaron al corazón con mucho cariño, siempre las recuerdo.

Más ahora, cuando he sentido el escalofrío tantas veces seguidas después de tres años. No sé cómo contarle; después de todo, cuando a mí me pasaba esto, yo no salía con él, ni siquiera nos conocíamos, yo era una niña. Supongo que es por eso, que no encuentro las palabras necesarias para sacar el tema, sólo espero que él termine de contarme qué tal estuvo su día.

─¿Y cómo estuvo el tuyo? ─pregunta, tomando un poco del Fanta que pidió con su comida.

─Raro. Tengo un nuevo compañero, comienza mañana ─digo.

─Siempre es bueno tener una enfermera más.

─¡Enfermero! ─le corrijo─. Su nombre es Fenix —Chris me mira, Aúnque no logro descifrar su mirada.

─¿Ya lo conociste? —Mastico mi hamburguesa y trago, para responder:

─Esta tarde antes de que viera tu mensaje, le estaba enseñando el hospital.

─¿Y es bueno? ─Lo miro al escuchar el tono de su voz, curiosidad y quizás un poco de preocupación─; quiero decir, ¿Te cayó bien?

─Es bueno… y tiene carácter. ─Suspiro, sabiendo que debo contarle─. En estos últimos días, tuve esos escalofríos de los que una vez te hablé.

─Lo recuerdo... ¿Pasó algo grave?

─El hijo de Luke, junto con su primo y su amigo sufrieron un accidente; y hoy, cuando de nuevo tuve ese maldito escalofrío, estaba en la habitación de uno de los pacientes, mirando a un abuelo... murió hace veinte minutos, una de las chicas me lo confirmó cuando estaba por salir.

─No sé qué decir. ─Chris extiende su mano y toma la mía, dándome un suave apretón, y quedando así por un largo rato. Luego mira su reloj─. ¿Te falta mucho? —Terminé de masticar lo que quedaba de mi hamburguesa y asentí─; bien, te acompaño de vuelta.

Chris no dijo nada de regreso al hospital, tomó mi mano y me dejó hablar de algunas cosas. Él me sonreía y se reía de vez en cuando, pero nada más.

Nos despedimos con un beso y un abrazo, y volví a entrar al hospital para cumplir las horas que me faltan.

~~~

Cuando entré a nuestro nuevo departamento, quedé sorprendida de lo ordenado y limpio que estaba todo. ¡Increíble!

─¿June? ─La voz de Beth llega de la cocina, al igual que un rico olor a carne guisada.

─¡Quedó hermoso! ─digo sorprendida. Beth se ríe.

─¡Que bueno que te guste! Me tomó casi toda la tarde, pero lo terminé. Falta acomodar tus cosas, no lo hice ya que no sé cómo te gustaría.

─Luego lo haré. ─Vuelvo a oler el rico olor a comida─. ¿Qué cocinaste?

─Nada, lo pedí.

Me fui a bañar y cuando salí ya relajada y fresca, me senté en la mesa con Beth, en la cocina. Evité contarle sobre mis escalofríos y la muerte del abuelo del 782, ella se toma esto más en serio que Chris y no quiero preocuparla, además, tengo la fe de que estos escalofríos se vayan. No quiero acostumbrarme a ellos, no quiero vivir con la muerte, las enfermedades o los accidentes constantes. ¡No quiero!

Por eso evito hablar con ella sobre eso; le cuento sobre el nuevo enfermero y el descanso con Chris, nada más.

─¿Le dijiste a Chris sobre la pintura? —Abro mis ojos y me golpeo mentalmente. Me había olvidado completamente de la pintura.

─Lo siento, lo siento, me olvidé.

─No pasa nada. Si quieres puedo comprarla mañana.

─¡No! —digo inmediatamente, sonriéndole─; voy a hablar con Chris. —Y antes de olvidarme, le mando un mensaje en el cual le pido, que si puede, vaya mañana a comprar una pintura clara, la que más le guste. Su respuesta es inmediata, y en ella me dice que no tiene problema, además de que ama.

Chris es muy tierno. Sí, tengo mucha suerte en tenerlo.

~~~

Odio las pesadillas, las odio, y ahora más que nunca.

No pude dormir bien en toda la noche, cada vez que me dormía, soñaba cosas que ya no recuerdo, pero sé que eran horribles ya que al despertarme, el miedo estaba presente en mi pecho. Dormí a pedazos, me despertaba cada una hora o media hora. Y así hasta que me levanté y preparé para ir a la universidad.

Lo cual —debo decir—, fue todo un reto; mi ropa aún estaba en las cajas y tuve que revisarlas todas para encontrar la indicada.

Al final, llegué cinco minutos tarde, la clase ya había empezado y el profesor me miró muy mal cuando interrumpí su explicación, la cuál me costó seguir ya que no lograba entender nada.

Mi cuerpo me pedía a gritos una siesta y a mi cerebro le costaba centrarse en la charla. Así que para evitar dormirme, empecé a escribir apuntes de las cosas que yo consideraba importante.

¿Qué demonios está pasando?

De nuevo siento ese frío respirar en mi nuca que hace que tenga piel de gallina; miro a todos en el salón, cada uno está concentrado en las palabras que salen de la boca del profesor, nadie está distraído, ni cansado, sólo yo estoy así, y me siento incómoda estando así.

Me pasé el resto de la mañana con esa incomodidad, deseando volver al departamento para poder dormir un poco antes de ir al hospital. Pensar en mi cómoda cama esperándome era como pensar en Trent Maddox en bóxer. Si, así de tentador...

─La clase ya terminó, June. ─Veo a mi compañera Lucia juntando sus cosas. Compruebo al resto de la clase y sí, es verdad, yodos ya se están preparando para irse. ¿En qué momento pasó la hora?─. ¿En qué pensabas?

─En que mi cama es Trent Maddox —respondo mientras me levanto y comienzo a guardar mis cosas.

─¿Quién? —Ella me mira confundida, obviamente, sin entender mi referencia.

─Nada ─le sonrío─. Sólo que mi cama era tentadora.

~~~

Llegué antes que Beth a casa, es casi medio día, sus turnos a veces varían.

Camino derecho a mi habitación, dejo mis cuadernos y carpetas en el vacío escritorio que está al lado de la puerta, y me tiro en mi Trent —bueno, en la cama— sin siquiera sacarme las zapatillas. Cierro mis ojos y no tardo mucho en quedarme dormida. Sólo que no me dura mucho.

Minutos después, escucho la voz de Beth y la de un hombre, están hablando y reconozco la voz del masculino. ¡Es Fenix!

Pero puede que esté equivocada, después de todo, no tiene lógica. Fenix no puede conocer a Beth, ni viceversa. No es Fenix, ¡Pero su voz es igual!

Para sacarme la duda, me levanto y salgo de mi habitación. Fenix salía sonriendo de la cocina y detrás salía Beth. Al verme, él me saluda con la mano.

─Hola June.

─Hola Fenix.

─¡June! ─Beth me saluda─. Me encontré con Fenix esta mañana en el hospital, esta haciendo doble turno y me acompañó al supermercado a hacer las compras, es adorable. ¡Gracias de nuevo!

─No es nada, de verdad. ─Él me mira y dice—: Nos vemos en un rato.

─Sí, adiós —Me giro para enfrentar a Beth, apenas Fenix sale del departamento.

─¡Beth! ¿Cómo pudiste?

─Ya te dije, él se ofreció y necesitaba la ayuda, planeaba traer muchas cosas. Realmente es adorable.

─De igual manera, es un desconocido —Justo ahí, Beth me mira y alza una ceja.

─No seas paranoica, June —Termino por asentir.

Sí, no debo ser paranoica. Debo relajarme y no dejar que lo que sea que esté ocurriendo, me afecte. No debo asustarme ni preocuparme, no debo hacerlo.

~~~

Beth no habló más de Fenix, lo cual agradecí. Pude dormir un poco antes de levantarme para ir al hospital, me puse mi uniforme deprisa, tomé mis llaves y mi celular rápidamente, y salí del departamento gritando un saludo para Beth.

Cuando llego a la entrada del hospital, veo a Fenix apoyado cómodamente en la pared, mirando su celular; cuando nota mi presencia, levanta su vista hacia mí y me mira fijamente, del modo en que un león podría mirar a su presa, con paciencia y esperando el momento justo para atacar.

Claro que este no es el caso. No, no puede ser el caso. Me digo a mí misma que es por el cansancio, sí, eso.

─Hola, June —Se acerca hacia mí.

─Hola.

─Te estaba esperando, ¿Comenzamos el turno? —Él sonríe y puedo decir que no es de esas personas que lo hacen a menudo, ya que se nota incómodo y falso. Aúnque, ¿Qué sé yo realmente de él? Nada.

─Sí, comencemos.

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