6 años después.

El nuevo departamento estaba en buen estado, no hay que hacer mucho más que decorar un poco, estoy segura de que a Beth le va a gustar.

Ella me encargó buscar una nueva casa para nosotras, su departamento ya se volvió pequeño para ambas y necesitamos un nuevo lugar. Además de que estaba muy lejos de su trabajo y de mi universidad, ahora estamos a sólo unas pocas cuadras.

Ya hace media decena de años que estoy conviviendo con la doctora Finnick, Aúnque ahora sólo la llamo Beth. Antes de que me adoptase, tuve que vivir una semana y algunos días en un orfanato hasta que todos los papeles estén en orden. Beth pudo adoptarme por ser una persona adulta independiente y capaz de ser un buen sustento económico para mí. Ella estaba muy feliz cuando ya tenía mi custodia total, dijo que sería como la hermana que nunca tuvo, aúnque para mí ella es como la tía que nunca tuve.

El poco tiempo que conviví con los demás niños en el orfanato, fue como estar en un raro sueño, los niños pequeños no tenían problemas conmigo, eran amables e incluso jugaba con ellos cuando me invitaban; los chicos de mi edad por otra parte, me odiaban y no intentaban ocultarlo, algunos me hablaban mal y  otros de plano, ni lo hacían; la encargada del lugar me comentó que estaban celosos porque sabían que yo sólo iba a estar ahí unos días. Para ellos, el que yo haya tenido una familia que me haya amado, haberla perdido y ahora encontrar a otra persona que me quiera tan rápido, era como un golpe, pues ellos habían pasado la mayoría de sus vidas en aquel lugar, me odiaban por tener todo lo que ellos querían... Por suerte de nuevo los días pasaron rápido, esta vez estuve feliz que eso sucediera.

Beth también tuvo sus días negros, adoptarme significó el fin de su relación con su pareja de cuatro años, quien no me quería y eso hizo que Beth se enojara mucho con él, siendo ese motivo de una discusión, y de que el tipo le diera a escoger entre adoptarme a mí o seguir la relación. Está de más decirlo, pero Beth me eligió a mí.

Me culpé por eso por varias semanas, Beth realmente amaba a ese hombre, sin embargo, una noche cuando le pedí disculpas por haber arruinado su relación, ella se enojó muchísimo y me dijo que yo no tenía la culpa de nada, que la culpa había sido de ella por haber creído que aquella persona era digna de su amor; aseguró que si ese hombre no tenía corazón para salvar a alguien de una vida sin amor, entonces no tenía corazón para nada.

Beth sabía lo que yo pude haber pasado si ella no me hubiese adoptado. Me gusta pensar que ella fue puesta en mi vida por mis padres. Me ha cuidado muy bien en todo momento, hemos ido a varios eventos y tuvimos salidas divertidas de compras o en el cine; me ayudó a crear nuevos recuerdos maravillosos y me dio una oportunidad más de tener una buena vida... Sí, ella fue puesta en mi vida por mis padres.

Casi pierdo un año en la escuela, Beth me alentó a comenzar e incluso, me ayudó a estudiar. Entré a mitad de año y tuve que estudiar mucho, hacer varios trabajos prácticos y demás para poder pasar el año escolar. Los primeros meses eran llegar de la escuela y comenzar a trabajar en las tareas del día, de los meses anteriores, los trabajos prácticos, y estudiar para los exámenes futuros. Tuve que ir por semanas con una maestra particular para estar en sincronía con el resto de mi curso.

Hice sentir muy orgullosa a Beth —y sé que a mis padres también— cuando logré graduarme de la escuela secundaria como una de las mejores alumnas. Siento que debo hacer sentirla orgullosa, después de todo ella me ha ayudado mucho, y quiero hacerla sentir que valió la pena haberme salvado.

Ahora estoy en mi segundo año en la facultad de medicina, tengo pensando estudiar para ser médica; además, estoy ayudando en el hospital donde Beth trabaja mientras hago mis cursos. Beth estuvo muy contenta cuando al finalizar la secundaria, le dije que quería ser practicante, tanto así, que me acompañó a la facultad para anotarme.

Estudio en la Escuela de Medicina de Manhattan, que a su vez es parte del hospital donde actualmente trabaja Beth: Centro Médico Langone.

Además de hacer sentir orgullosa a Beth, quiero tratar de salvar las vidas de aquellas familias que sufren, no quiero que ningún niño sienta el miedo de terminar en un orfanato, no quiero que estén sólos sin su familia; quiero darles lo que Beth me dio a mí, pero con su familia. Un nuevo comienzo al lado de sus padres, sus hermanos... quiero hacer lo que no pude hacer con mis padres y mi hermano, salvarlos.

A veces tengo pesadillas, vuelvo a revivir ese momento del accidente, me veo a mí misma mirando todo desde afuera, como si estuviera en el cine; estoy asustada mientras huimos de esa maldita casa, veo a mis padres histéricos y a mi hermano preocupado; todos se desangran hasta morir, la vida se les va en un abrir y cerrar de ojos. Otras veces sueño con la sombra, con esa "cosa" siguiéndome, como el sueño que tuve en aquellos tiempos que estuve en coma.

Me levanto a mitad de la noche con el corazón en la boca, me encuentro en mi habitación, en el departamento de Beth, y respiro tranquila. Sólo era un sueño. Nada me perseguía. Estaba a salvo.

Desde que sufrí el accidente, algo raro pasó, puedo saber cuándo pasaran cosas malas. En los últimos tres años, nada malo ha pasado, pero los primeros tres, sí. En algunas ocasiones sentía ese escalofrío típico en mi nuca, hacía que me de piel de gallina. Las primeras veces no podía dormir, temía que si cerraba mis ojos, él iba a aparecer y destruir mi nueva vida como hizo con la anterior.

Cada vez que sentía ese maldito escalofrío, algo pasaba. Había accidentes cerca de la escuela, algún compañero se caía de las escaleras, algún profesor era victima de un robo, algún paciente de Beth moría.

Pronto me fui acostumbrado y estaba atenta a cualquier cosa o persona. Se me era curioso porque nada me ocurría a mí, si no a los demás. Y mi mayor preocupación fue, es y será, que algo le pase a Beth.

Los primeros tres años fueron así cuando sentía el escalofrío, era rezar a Dios que nada le pase a Beth, incluso pedía que si tenía que pesarle algo a ella, que no ocurra, que me pase a mí... Luego todo se calmo.

Desde lo ocurrido con la casa me juré algo, si iba a mudarme, buscaría la historia del terreno y me aseguraría de que nada raro haya pasado ahí. Eso fue lo que hice con el edificio y el departamento a donde nos mudaremos, y todo está en orden.

Ahora mismo camino hacia Centro Médico Langone, es sábado, por lo que no tengo que ir a la universidad; además son casi las 15:30 p.m, y el turno de Christian ya termina.

Christian Jhons es mi novio. Es doctor, o bueno en realidad, está estudiando para serlo. Es tres años mayor que yo, casi termina su carrera, y está cumpliendo su pasantía en el hospital. Sus turnos son los fines de semana, de 9:30 a.m a 15:30 p.m, está atendiendo en la guardia siendo ayudante de uno de los médicos.

Somos novios desde hace un año, de hecho hoy 14 de abril de 2013, cumplimos nuestro primer aniversario. Chris es hermoso, tiene una sonrisa de estrella de cine, su cabello corto, tan claro que a veces puede confundirse con rubio, y sus ojos verdes; es bueno, solidario y es la clase de hombre que una madre quiere para su hija. Beth lo adora.

No tardo mucho en llegar al Centro Médico, entro y Sara me da la bienvenida, está acostumbrada a verme diariamente por aquí, ya sea por mi pasantía o por mis visitas a Beth y Chris.

—Buenas tardes, June.

—Buenas tardes, Sara.

—¿Buscado a Chris? —pregunta.

—Sí, ¿Terminó su turno? —Ella revisa sus papeles.

—Sí, él está en… —Pero no termina porque alguien me abraza por la cintura y la hace sonreír.

—Estoy aquí. —Me doy la vuelta y él me da un pequeño beso—. Vamos, necesito una ducha para sacarme el olor a hospital y luego saldremos a celebrar nuestro primer aniversario. ¡Feliz primer aniversario!

Sonriendo, lo vuelvo a besar y le susurro cerca de la oreja:

—Feliz primer aniversario.

Juntos y de la mano, salimos del hospital mientras nos despedimos de Sara. He decir, que pasamos un día muy hermoso y romántico.

Para cuando llego a casa, estoy muy cansada y sólo quiero dormir. Ahora mismo estoy acostada en mi cama, sonriendo mientras recuerdo el lindo regalo que me hizo Chris por nuestro aniversario, un picnic en el Central Park. Resulta que  había un sector lleno de flores, con el almuerzo esperándonos. Pasamos la tarde luego de eso, caminando y demás, fue sencillo y perfecto.

A veces me pregunto si hubiese conocido a Chris aún viviendo con mi antigua familia... Y la respuesta es la misma: no. Pienso que sin ese accidente, estaría estudiando administración de empresas para poder manejar la empresa de papá, si es que Frank no se hubiera quedado con el puesto... No hubiese conocido a Beth tampoco.

Pensar en eso es malo, después de todo, no vale la pena pensar en los "y si...", la vida es muy corta para andar imaginando cosas que nunca pasaran. A pesar del dolor y la pérdida que tuve, agradezco mucho haber conocido a Beth y a Chris... al igual que mi amiga Bu.

Bu —Como la llamo cariñosamente—, es una amiga de la infancia. Fue mi compañera de escuela y demás, la única que mantuve contacto luego de mudarme con Beth. Ella me demostró ser mi única amiga, es decir, la única verdadera. El resto me dio la espalda al enterarse de todo lo ocurrido. Bu estuvo a mi lado a pesar de estar lejos, se mantuvo conmigo por mensajes y llamadas.

En la vida todo pasa por algo...