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☪︎Maldita promesa☪︎

💜Prólogo💜

Se dice que cada luna llena lleva una maldición.

🌔🌔🌔

Hace miles de años, existió una raza de poderosos seres que desobedecieron a la diosa de la luna y fueron castigados por su osadía. Se cuenta que la diosa se enamoró de dos jóvenes con una gran belleza, pero ambos la rechazaron, por ser fieles a quienes ellos más amaban. Se dice que fueron dos caballeros, maestros de la luna, pertenecientes a un clan mágico ya extinto.
Ambos fueron maldecidos y encerrados en un sueño onírico en donde solo podían encontrarse con su ser amado, una vez cada luna llena, mas nunca permanecer a su lado por mucho tiempo.
Los amantes tendrían solo trece encuentros, trece noches de luna llena y nada más. Después de agotado el tiempo, serían separados hasta la próxima reencarnación de la persona que amaban, la cual habitaba el mundo físico.

🌓🌓🌓

La luna llena marcaba el inicio de su llegada. El amado Hilai de Ayla volvería aparecer en sus sueños y Kook en los de Tae.

Ayla lo esperaba al igual que su mejor amigo de la universidad Tae, esperaba por Kook el compañero de Hilai y prisionero de la misma maldición de los sueños de luna llena, que les impedía conocer a la persona que amaban en el mundo físico.
Kook fue el primero en encontrar a su destinado en Tae. Fue muy sorpresivo cuando Tae llegó a aquel mundo onírico, que tuvo que contárselo a Ayla la mañana siguiente. Al principio pensaron que era un simple sueño, no sabían que por mencionarlo ambos estarían envueltos en aquel mundo la siguiente luna llena.

🌒🌒🌒

—Pasaron siete lunas desde la primera vez, está noche será el octavo encuentro, aunque para ti será el noveno —mencionó Ayla en medio de la llamada con Tae.

—Lo sé, después de esta noche quedarán cinco más para ti y solo cuatro para mí, debemos hacer algo para impedir que se vayan —propuso él sin un plan en mente, pero trazando uno en el camino.

—Yo también quiero lo mismo, pero Hilai solo hace lo que quiere, sin decirme nada. No he logrado sacarle información. —Ayla suspiro sentándose en el marco de la ventana, observando la puesta de sol, pronto daría inicio el anochecer.

—Kook también es evasivo, pero encontraré una manera de convencerlo. También deberías hacer lo mismo, el tiempo no regresa Ayla, suerte —pronunció como despedida.

—Igual para ti. Dulces sueños. —Finalizó la llamada y se acostó temprano, al ver la luna brillando en lo alto del cielo.

Un suspiro, un parpadear de ojos y la cálida sonrisa del chico de la luna volvió a pertenecerle solo a ella. Hilai la observaba con esa mirada que era capaz de enamorar a cualquiera.
Ayla se apresuró a llegar a sus brazos y permanecer a su lado como cada noche que se veían, en aquel extraño mundo.

Nubes de color púrpura y estrellas de diamantes que brillaban en celeste y rosado los rodeaban. La cascada de nubes vaporosas, en el bosque de abetos cantantes se encontraba ocupada por Tae y Kook esa noche. Así que, Hilai y Ayla debían conformarse con la vista de las estrellas y galaxias en movimiento perpetuo en esa parte del mundo onírico. Aquel mundo era tan extraño como hermoso y fascinante, lástima que tanto Ayla como Tae eran solo invitados con las visitas contadas a aquellos paisajes asombrosos.

—Si no puedes salir, debe haber una forma de que yo me quedé ¿Por qué no me lo dices? —preguntó Ayla con la cabeza recostada en el hombro de Hilai.

—Es inútil, no existe una forma y aún si la hubiera, no te lo diría —sonrió como de costumbre y le dio un beso corto en los labios para distraerla.

¿Por qué no quería hablar sobre eso? ¿Sería cierto que no existía un camino para que estuvieran juntos, ya sea en el mundo físico o en el onírico? ¿Realmente él no podía ser liberado? O quizá debía pagar un precio muy alto para un lujo que le fue arrebatado hace mucho tiempo.

🌘🌘🌘

Mientras tanto, Tae que era más astuto que Ayla logró dominar a Kook en poco tiempo para obtener respuestas. Kook que era más cauteloso y realista, sabía que no podría ocultarle la verdad para siempre, así que le contó un poco más sobre la maldición y la condición que tanto él como Hilai tenían para ser liberados.

—Destruir el alma con la flecha sagrada, es la única forma de salir de aquí —confesó con una sonrisa triste en su rostro.

—¿Qué? Es imposible ¿Por qué? —gritó Tae sujetando a Kook por los hombros sin poder creer en sus palabras.

¿Debía desaparecer para ser liberado? Eso no era libertad era un castigo, peor que el encierro.

—Te lo dije antes, para mí permanecer aquí es más una bendición que una maldición. Es cierto que somos prisioneros, pero por lo menos puedo conocerte cada vez que vuelves a reencarnar. No es una mala vida si puedo volver a verte —respondió apartando las manos de sus hombros, entrelazó sus dedos, esperando que fuera suficiente para calmarlo.

—Para mí no es suficiente —susurró Tae en voz baja y se rindió por esa noche para no seguir con las preguntas—. La luna del mundo onírico es púrpura, que hermosa —señaló cambiando de tema.

—Tae, soy mucho más hermoso que esa luna —se quejó celoso.

—No es una competencia —respondió, pero al verlo darse la vuelta evitándolo, añadió—. Aunque si lo fuera definitivamente ganarías.

🌗🌗🌗

Al día siguiente Tae compartió la información con Ayla, entre ambos decidieron encontrar la flecha sagrada de la que hablaban para destruirla en su próxima visita al mundo onírico, aunque Ayla sospechaba que esa no sería la única función de aquella peligrosa arma. ¿Qué más le ocultaba Hilai?

En la novena luna llena para Ayla y décima para Tae. Hilai se encontraba furioso con Kook por revelar el secreto de su libertad. Solo su amada Ayla podía razonar con él, aunque debido al momento tenso termino por revelarle algo que nunca debió decirle.

—Solo la persona destinada puede liberarnos usando la flecha para acabar con nuestras almas, pero en el proceso se perderán todos los recuerdos de su vida pasada, que le son devueltos en la décima luna llena. Tu amigo debe tener sus recuerdos de vuelta hoy, me preocupa lo que pueda hacer por querer quedarse al lado de Kook, en esta vida —reveló para explicarle a Ayla, la situación entre Tae y Kook.

Ayla no podía decirle que ella recuperó los recuerdos de sus vidas anteriores ese mismo día. Estaba molesta, porque él siempre la dejaba atrás, pero se sentía aún peor por saber que debía hacer si quería liberarlo de esa prisión.

—Vayamos donde está la flecha, se que él no hará nada precipitado. Al menos tenemos tiempo hasta la treceava luna llena. —propuso Ayla en su plan por ser guiada hasta la flecha.

Mientras tanto entre Tae y Kook se libraba otra batalla por destruir la flecha o usarla. Tae había visitado, en una de sus vidas, el laberinto donde se encontraba la flecha y para él fue muy fácil conseguirla nuevamente. Con la flecha en sus manos decidió ver a Kook, pero no para liberarlo como había prometido en su vida anterior.

—La última vez, no pude hacerlo porque no era lo que ninguno de los dos quería. Está vez déjame decidir por mi cuenta, creo que tengo la respuesta correcta —aseguró y al recibir la mirada afirmativa de Kook como confirmación siguió adelante.

Tae quebró la flecha en sus manos y el dorado del material de la que estaba hecha se dispersó entre sus dedos, disolviéndose como polvo esparcido a su alrededor.

—¡No! No podrás salir de aquí, ¿por qué lo hiciste? Esto no fue lo que me prometiste —le reclamó.

—Lo siento, pero esté era el único camino que deseaba seguir —sonrió Tae y lo abrazó.

—Ambos seremos prisioneros del mundo onírico, desaparecerás de los recuerdos mortales del mundo físico —le advirtió Kook con una voz triste, correspondió el abrazó.

—Si estaré contigo, no podría importarme menos —afirmó.

🌖🌖🌖

—Destruyeron una de las flechas.

—¿Tae lo hizo? —preguntó Ayla, pero un terremoto llegó al laberinto como confirmación—. ¿Qué sucede?

—Este mundo es inestable ahora, fue creado para solo dos habitantes, ahora que somos tres sin poder salir se desmorona. Ayla tienes que usar la flecha y dispararme ahora. —Hilai abrió la repisa donde había solo una flecha y un arco delante de ellos y se los extendió.

—¡Nunca haré eso! —gritó negándose a tomarlos.

—Ayla sino lo haces este mundo se desvanecerá y los cuatro desapareceremos.

—Eso está bien para mí —dijo decida y empecinada en seguir los pasos de Tae para estar junto a su amado.

—¡Ayla por favor, piénsalo bien! Tienes una vida, amigos y familia haya afuera, ¿serías capaz de abandonarlo todo por mí? —le cuestionó Hilai, tratando de hacerla entrar en razón.

—Sí —respondió de inmediato como si su corazón tuviera el poder completo sobre sus acciones, ya no quería pensar en nada que no fuera él.

—Te daré la decisión final a ti —le aseguró entregándole la flecha y arco directamente en sus manos.

En medio del laboratorio Ayla sostuvo la flecha en sus manos, incapaz de disparar el tiro, se sintió terrible porque su mente le decía que destruya la flecha para quedarse y desaparecer junto a él. Aquella flecha era lo único que podía liberar a Hilai de su maldición y a ella de sus recuerdos, pero para Ayla eso no era libertad, era una dolorosa y eterna despedida.

—No puedo —le dijo y lo repitió tres veces.

—Sé que no, por eso no te daré elección. —Hilai sujetó las manos de Ayla que sostenían la flecha y en un movimiento rápido guio la punta hacia su abdomen, logrando que lo atravesara.

—¡No! —gritó Ayla, como si la flecha sé hubiera incrustado en su propia alma—. Tú siempre me mientes ¿Por qué no me dejas tomar mis propias decisiones? ¿Por qué eres tan egoísta?

—Lo siento, siempre hice lo que quería y nunca te daba explicaciones. Perdóname esta fue la última vez. Soy demasiado egoísta para dejar pasar esta oportunidad. Para mí fue suficiente verte en siete vidas anteriores y revivir tu sufrimiento, debes vivir bien esta vez —pronunció mientras su imagen se iba desvaneciendo—. Sal a ver el mundo. Sé que nos volveremos a encontrar, aunque no me reconozcas. Te prometo que yo sí te recordaré y estaremos juntos hasta envejecer.

—¡No! No quiero olvidar, no quiero que te vayas. Podemos quedarnos aquí todos juntos y vivir en este mundo.

—Ayla, ojalá eso fuese posible, yo realmente quería quedarme contigo para siempre. Te amo —pronunció dejando un beso en su frente, para luego desvanecerse como polvo dorado frente a ella.

💜Epílogo💜

La vida de Ayla siguió después de aquella noche. Estaba destrozada, pero aunque perdió a su destinado y a su mejor amigo, sus recuerdos no le fueron arrebatados. Ayla sabía que la promesa de Hilai aún existía y eso la hizo mantener la esperanza. Ella continuó viviendo esperando encontrarlo nuevamente.

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