Capítulo 6. El alma de un niño
Otra vez mis sueños me atormentan, cada vez es más difícil reconocer que estoy soñando, en esta ilusión me encuentro fuera del bosque, en la entrada que da al pueblo, hay muchos niños vestidos de fantasmas, vampiros, pequeñas princesas y calabazas diminutas, supongo que es Halloween, me pregunto qué año es, todo se ve tan viejo.
Estuve deambulando hasta que vi a una pareja con su pequeña niña de cabello como el fuego, estaba vestida de calabaza, era yo, acababa de cumplir los cinco años, me contuve de llorar cuando vi a mi madre tan sonriente, quería correr y decirle que no saliera la semana entrante, que el sábado 8 de noviembre mientras cruzaba la calle con la compra del super un hombre borracho iba a atropellarla, sus ojos dejarían de tener esa hermosa luz y su pequeña niña se quedaría sola.
No podía moverme, quería quedarme ahí parada escuchando su enérgica risa, pero no todo podía ser perfecto, sentí que me llamaban, había un pequeño niño vestido de espantapájaros cruzando la calle que estaba llorando, supongo que había perdido a su madre, parecía que él también escuchaba un llamado porque volteo a la misma dirección de donde provenía esa sensación, el bosque, al borde había una mujer alta de tez pálida y cabello atado en un moño alto, parecía que estaba gritando "¡Marco!" "¡Marco ven aquí, es hora de irnos!". El niño comenzó a correr y vi como entraba en lo profundo del bosque.
- ¿Has visto a mi hijo, llevaba un disfraz de espantapájaros? - la desesperación de la mujer me llamó la atención y mi vista se dirigió a esa persona.
A una calle estaba una mujer pálida con un vestido blanco preguntando a mis padres, lo recuerdo, ese año un niño se perdió, mi madre estuvo ese fin de semana muy pendiente de mí y nuestra visita a la abuela duró poco tiempo, fue el motivo por el cual regresamos a la ciudad. Mis papás continuaron su camino, pero yo no me podía mover de ahí parecía que me había quedado pegada al suelo, sólo vi la espalda de mi madre alejarse por el pueblo.
- ¡Marco! Por favor bebé sal de donde quiera que te escondas. ¡Marco! - la mujer seguía preguntando a todo aquel que pasara por su niño, su voz era desgarradora, no paraba de gritar se me partió el corazón verla en ese estado.
Todo era un caos y todo empeoró cuando un hombre apareció detrás de ella y sin previo aviso le dio la vuelta para darle una cachetada.
- Ya cállate, maldita zorra inútil, ¿cómo es posible que perdieras al niño? Eres un asco de madre, deja de gritar y ve a la comisaría, solo estas perdiendo el tiempo aquí. - le dijo en voz baja aquel hombre de 1.80 con barca de candado y camisa de cuadros, un "hombre" que olía a idiota a kilómetros.
Sentí rabia tener que presenciar esto ¿acaso eso paso en la vida real? ¿por qué estoy soñando con esto? Una fría mano me toco la cadera, miré hacia abajo y ahí estaba el pequeño espantapájaros.
- Será mejor que despiertes o él te encontrará pronto.
Sentí el frío en todo mi cuerpo y todo se volvió negro.
Martes 29 de noviembre del 2022. Amelia
Me desperté de un susto, estaba haciendo mucho frío y seguía sintiendo que alguien tenía su mano en mi cadera, miré hacia abajo y seguía ahí, el niño perdido, seguía igual a aquel día, con la diferencia que su mano traspasaba mi cadera, no me estaba tocando, me estaba atravesando.
- ¿Eres Marco verdad?
- Eso no importa ahora, necesitas moverte o él te encontrará pronto.
- ¿Te refieres a Amón?
- Shh, no digas su nombre, no sea que te escuche, ese ser solo causa tristeza, nadie puede acercarse mucho a su hogar porque te consume como me pasó a mí. - su voz sonaba triste, así que en verdad pasó eso, ¿cómo pude soñar sobre un hecho del pasado?
- Es normal señorita, al estar tanto tiempo aquí su mente se está adaptando, está viendo lo que antes no veía. Aún tiene tiempo de curarse, mi alma no puede viajar más de 5 kilómetros de donde morí, así que la puedo guiar al sendero, ese espíritu no tiene influencia en los muertos. - su pequeña mano intentaba agarrar mi blusa, pero no era posible, así que me levanté y le indiqué que me guiara, pasaron 10 minutos, pero el niño se detuvo y me miró asustado.
- Derecho se topará con el sendero - su miedo era evidente, salió corriendo cuando terminó de hablar ¿qué le habrá asustado tanto?
Y de pronto lo entendí, él estaba ahí, su aura lo decía todo, estaba molesto.
- Recuerdo haberte dicho que me esperaras en el río.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro