Capítulo 13. El claro
Actualidad. Miércoles 30 de noviembre del 2022. Amelia
- ¿Estuviste todo el tiempo viendo?
- Sí, por fin se reunieron madre e hijo – me dijo acercándose más a mí.
- ¿Por qué no hiciste nada si tanto querías que se reunieran? – pregunte sin dejar de ver esos hermosos ojos verdes.
- Sabes mi rol es un poco extraño en la historia del bosque, al principio pensé que mi función se limitaba a cuidar de las criaturas que viven aquí, pero descubrí que los humanos pueden crear una conexión conmigo para buscar un refugio, por ejemplo, pude sentir a Marco cuando vino, pero las ideas de las personas son tan fuertes que en ocasiones no puedes manipular nada, fue imposible que no me viese como un villano y para ser sincero su madre era demasiado terca y cuando no me hizo caso al advertirle que tomaba el camino equivocado, me dio demasiada vergüenza no podía mirarle a los ojos después de aquello.
- Quiero ir al claro de nuevo – le demande, quería comprobar las visiones que había tenido de una infancia olvidada.
- A donde quieras ir te llevaré.
- Si ese es el caso, mejor llévame a la salida del bosque.
- Te daré todo menos eso – me dijo con una sonrisa de medio lado, como puede verse así de bien.
El camino al claro estuvo llena de preguntas sobre el pasado, Amón estaba tan sorprendido que pudiera recordar lo que había pasado, fue nostálgico recordar aquellas aventuras con en aquel momento mi amigo imaginario. Al llegar al claro no paré la marcha y lo crucé hasta el otro lado, me dirigí al tercer árbol y en una de las ramas encontré lo que había perdido hace 11 años, una pequeña cadena oxidada por el tiempo seguía colgada en ese árbol.
- Así que veníamos a buscar tu cadena, ya tienes la altura suficiente para alcanzarla – me dijo con una voz cálida y en contra de lo que pensaba, alzó su brazo y saco la pequeña cadena, me voleo a ver y me la entregó.
- Si, lo recuerdo bien. Ese día estaba reclamando al mundo por arrebatarme a mi madre y lancé su cadena, cuando me di cuenta de lo que había pasado fui corriendo a buscarla, pero estaba muy dentro de la rama.
- Recuerdo verte tratar de colgarte como un pequeño mono, fue muy lamentable – me dijo en medio de una risa suave.
- Y tu sólo te quedaste viendo, aunque en ese entonces no tenias un cuerpo humano ¿por qué no te convertiste en lo que eres ahora? – su rostro cambio un poco, vi cómo se ponía nervioso, paso su mano sobre su nuca y concentró su mirada donde antes colgaba mi cadena.
- No podía, hasta hace poco pude cambiar de forma. Creo que fue tu llegada, me dieron ganas de ser como tú - nuestras miradas se cruzaron, lo mire directamente a los ojos y mi corazón comenzó a latir como loco, era imposible, ya no es un extraño, pero no significa que deba sentir algo por él, me sigue manteniendo cautiva, no puedo permitir sentir algo.
Poco a poco Amón se comenzó a acercar más, pero no me pude mover, pude sentir su respiración cuando un pequeño berrido se escuchó a nuestras espaldas, había un cervato llamando la atención de Amón.
- Hola pequeño, ¿se te perdió tu familia? – Amón se acerco al pequeño venado y comenzó a acariciarlo y tranquilizarlo, no podía dejar de verlo, me había cautivado de su amor a la naturaleza, un venado hembra se acercó y el pequeño cervato fue tras ella.
- Tengo que irme – le dije, no podía dejar cautivarme por él.
- Espera, no te vayas. Te acabo de recuperar y quieres apartarte de nuevo – me dijo con reproche, sus ojos irradiaban tristeza.
- No me iré del bosque, sólo tengo que aclarar mis pensamientos – me comencé a alejar, dejarlo se me estaba complicando, pero tenía que analizar lo que pasaba dentro de mi cabeza.
- Sólo grita mi nombre y estaré contigo cuando lo necesites, sólo no te alejes.
- Lo haré – me acerque y sin llegar a pensarlo le di un beso en la mejilla, me di la vuelta y camine en dirección contraría ¿en qué demonios pensaba?
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