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Capítulo 21: La biblioteca del bosque.

Desde el balcón de la casa grande de la aldea Hidoot un semi elfo observaba hacia la ciudad, siguiendo con la mirada a Rohei alejarse junto a Fang, Eryn y Lucy.

-¿Qué es lo que piensas Bóreas?

Pregunto el semi elfo, mientras tomaba en sus manos un sobrero.

-Es difícil decirlo, creo que necesitamos verlo en acción para estar seguros.

Hablo un enano a su lado acariciando su barbilla, mientras se encontraba sentado sobre una banca mirando hacia Rohei.

-No confió en ese libro, asique no estoy seguro de sus palabras, además no recuerdo ese tipo de combate, contrario a ti, los enanos son bastante longevos.

Respondió, el semi elfo mientras cambiaba su mirada hacia Atlas y Cloe quienes caminaban de regreso a la casa.

-Nunca parodia olvidarlo, creo que deberíamos invitarlo al torneo, seguramente a Max y a Atlas les gustara tener un desafío nuevo.

Propuso el enano cuando sus brazos con una sonrisa, asintiendo para sí mismo antes de dar un salto para abajar el banco.

-También invitaremos a sus amigos, seguramente darán una pelea interesante, no solemos ver extraños en este bosque.

Cuando el semi elfo dio esas palabras dio media vuelta, cerrando sus ojos meditando sobre la situación.

-Le daré el mensaje a Max, por mientras me llevare el cuerno de tártaro, podría ser un buen material para hacer alguna espada.

El enano se estiro dando unos pasos hacia el interior de la casa.

-Entendido, espero que puedas crear un arma que pueda proteger y vengar a nuestros hermanos.

Hablo el semi elfo con seriedad, como si su orgullo dependiera de ello, causando una risa de parte del enano.

-Esas son palabras que solo saldrían de boca de un enano, pero... así te criamos, eres tan enano como elfo y humano, por algo eres nuestro líder, así que no te defraudaremos, este será el mejor trabajo de nuestra aldea.

Prometió el enano levantando una gran sonrisa, mientras cerraba una puerta detrás de él, dejando al semi elfo solo por unos momentos. Suavemente giro para ver hacia el enorme árbol que se alzaba.

-Se supone que hoy iría a verte, la próxima vez llevare a Cloe conmigo, seguro eso te contentara amada mía.

Dijo mirando hacia el árbol llevando su mano a su pecho antes de soltar un sonoro suspiro.

***

Bostece completamente cansada mientras miraba la muralla de madera alejarse de nosotros mientras avanzábamos sobre una carreta en un camino suave como pocos, el cual a los lados tenía unas estacas de madera sobresaliendo a cada cierta cantidad de metros, al frente se encontraba mi hermanito junto al señor Fang, mientras un recuperado Coco guiaba la carreta avanzando a paso constante pero algo lento a mi parecer.

Cuando pasamos por la casa donde nos estábamos quedando para que mi hermanito y yo nos cambiáramos de ropa, Coco no quiso alejarse de mi hermanito, por lo cual acabo recuperando su puesto como nuestro transporte, Luna tambien estaba con nosotros sentándose cerca de mi hermanito, mientras Eryn y yo estábamos en la parte de atrás.

-¿No tienes miedo de salir al bosque?

Me pregunto Eryn con algo de temor en sus palabras, mientras yo solo observaba a ambos lados del camino sabiendo que podría encontrarme con algo peligroso.

-...Me dan miedo los monstruos... pero el bosque me gusta, claro, no me gusta perderme en el bosque.

Dije algo pensativa, mientras me estiraba sintiendo un dolor en mis brazos paralizándome por unos instantes.

-Yo, es la primera vez que salgo de la aldea, soy parte de los herreros, así que no tengo motivos para salir.

Comento Eryn con algo de temor, mirando hacia los lados de vez en cuando es tanto intenta con sus orejas, las cuales se movían con cada ruido como el del viento o las aves levantando el vuelo.

-Yo me pregunto cómo es posible que exista un camino así en este bosque, pensaba que era un laberinto.

Hablo mi hermanito tomando su brújula y mirándola por unos instantes.

-Es la protección de Eco, los arboles están conectados entre sí, cuando entras al bosque los caminos son diferentes, lo que hay delante de ti no es lo mismo que vez, quienes son de fuera no pueden aprenderse las rutas pues la magia siempre esta cambiando, sin embargo, existe una forma de no perderse, y es usar madera de los árboles, sin embargo, para obtenerla hay que pedir permiso a eco si no el árbol se protegerá y te enviara al otro lado del bosque.

Comento Fang con seriedad ante lo cual mi hermanito comenzó a analizarlo, aunque yo casi no entendía nada.

-Por cierto, se me estaba olvidando, tomen esto y pónganselo.

De una bolsa Fang saco unos collares, del cual colgaba una tablilla de madera, tome la mía casi de inmediato colocándola alrededor de mi cuello.

-Las aldeas y los caminos no son considerados parte del boque, las aldeas están llenas de madera, mientras los caminos tienen postes a los lados, igual esta carreta tambien, sin embargo, si algo llegara a pasar y tuvieran que alejarse del camino con esos collares no se perderán.

Advirtió el señor Fang mientras miraba el collar, el cual era solo una cuerda que pasaba a través de la tablilla de madera, siendo realmente sencillo y nada bonito para mi gusto.

-¿Si algo llegara a pasar?

Pregunto Eryn con cautela en su voz, demostrado bastante preocupación al respecto, ocultando sus manos bajo su túnica como si buscara algo entre ellas.

-No será necesario, no eres un combatiente, así que mantente al margen.

Exclamo Fang en tono de regalo.

-Deberías pensarlo dos veces señor Fang.

Hablo desenfundando su espada y su varita mientras se ponía de pie, al ver su reacción mi hermanito rápidamente detuvo a Coco.

-¿Qué haces?

-Nos tendieran una emboscada, ¿verdad Luna?

Pregunto el señor Fang ante lo cual mi hermanito negó, dando una respuesta certera, por lo cual el cazador giro para analizar el bosque brindo su ojos.

-¡Nos daba tiempo de escapar!

Grito Fang con gran enojo tomando una de sus hachas, mirando a mi hermanito con frustración.

-No, Coco no habría podido alejarse de ellos.

Respondió mi hermanito, sabiendo que Coco aún no se recuperaba por completo.

-¡Son de nivel bajo acaben con ellos!

Exclamo un elfo con una máscara de madera saliendo de la oscuridad del bosque como si fuera un relámpago, este vestía con ropas verdes, pero con un pañuelo rojo sobre su brazo derecho, mientras atacaba a mi hermanito con una fuerte embestida. No estaba solo, pues con el habían otros 4 elfos y humanos enmascarados saliendo del boque rápidamente.

-¡Aléjense sabandijas! ¡Ustedes son los únicos de nivel bajo!

Grito Fang mientras agitaba su hacha contra 3 de nuestros atacantes lanzándolos hacia atrás, mientras tanto Luna como mi hermanito intentaba cada uno a un atacante, intercambiando estocadas y golpes con nuestras espadas.

-Esto es tan molesto.

Gruño Luna dándole una patada en la cara a su oponente derribándolo, pero provocando que este se levantara con enojo pues había fracturado su máscara, sentí un gran terror sintiendo el odio de aquella persona hacia nosotros, dando tas levantarse dio un salto sobre la carreta, pateando primero a Eryn provocando un grito de parte de ella y colocándose frente a mí, paralizándome mientras miraba su afilada espada, rápidamente Luna lo ataco cruzando espadas, por lo cual rápidamente tome mi escudo y mi daga intentando alejarme mientras ellos dos intercambiaban golpes.

-¡Eryn ayuda a Luna!

Ordeno mi hermanito mientras empujaba nuevamente a mi oponente para luego dar un salto hacia el golpeando con fuerza con su espada, haciendo que el chico callera de espaldas mientras se aferraba a su arma.

-¡No, Eryn no es una luchadora!

Recrimino Fang mientras sostenía a una chica con su mano izquierda antes de lanzarla sobre otro de sus compañeros, esto mientras Eryn se ponía de pie con dificultad.

-¡Pero soy una Castelar!

Exclamo Eryn lanzando un cuchillo oculto entre su uniforme, al estar luchando contra Luna, el atacante no pudo esquivar el cuchillo el cual hirió su brazo derecho abriéndole una profunda herida.

-¡Yo igual!

Exclame dando un ataque con mi cuchillo hacia el hombre cortando detrás de su rodilla de un solo tajo, las causando que el agresor callera de rodillas, perdiendo su fuerza, lo cual Luna aprovecho para darle un rodillazo a su cara rompiendo la máscara de madera, mientras salía volando fuera de la carreta, cayendo en el suelo tras haber soltado su espada.

-¡Retirada!

Grito el oponente de mi hermanito mientras me lanza su espada a modo de distracción, rápidamente el grupo de 5 se retiró herido y golpeado hacia el bosque donde desaparecieron.

-¡Huyan y no vuelvan ratas de Wastow.

Exclamo Fang con enojo antes de escupir hacia ellos.

-Lamento que hayan presenciado este desagradable parte de nuestras vidas, pero desde hace años que estamos en guerra contra Wastow, ellos hostigan nuestras rutas como ahora, tuvimos suerte de no encontrarnos a nadie peligroso.

Comento Fang soltando un suspiro aliviado mientras volvía a subir a la carreta.

-No sabía que era tan grave esa enemistad, pero Max me explico un poco al respecto.

Dijo mi hermanito tomando la espada de su oponente antes de lanzarla hacia Eryn, la cual la trapo con dificultad, esto mientras yo miraba la sangre sobre mi cuchillo, llenándome de preocupación, pues sentía que no había pensado dos veces en atacar a alguien más. ¿Estaba mal, cierto?

-Lucy, Eryn se encuentran bien.

Pregunto mi hermanito subiendo nuevamente a la carreta, esto mientras Luna daba un salto hacia abajo recogiendo las armas perdidas de nuestros oponentes.

-Si... me golpeo fuerte... pero no te preocupes soy muy resistente.

Comento Eryn tomando la espada que mi hermanito le había dado.

-Lo sé, sin embargo me preocupaba que fueras lastimada, de ahora en adelante usa esa espada para defenderte, lo malo es que no tenemos una vaina.

Comento mi hermanito algo pensativo, sin embargo pronto Fang lanzo una funda vacía a los pies de Eryn.

-Usa esa mejor, uno de esos desgraciados la dejó abandonada cuando lo sujete por la correa, era un elfo muy escurridizo, ahora estará mejor contigo, pero aun eres una principiante.

Comento Fang sin mirarla a los ojos ante los cual ella tomo la vaina, enfadando su nueva espada para luego sujetarla alrededor de su cintura sobre su túnica.

-Gracias Roe, prometo que usare todos los movimientos que me enseñaste para defenderme... por favor, enséñeme a ser una guerrera como usted.

Eryn se arrodilló ante mi hermanito, recibiendo una caricia en su cabeza, junto con una sonrisa de su parte.

-No estaré por mucho tiempo aquí, así que espero que aprendas bien todo lo que tengo para enseñarte.

Eryn asintió ante sus palabras tomando asiento mientras Luna regresaba con la daga de Eryn y dos espadas más, volviendo a subir tomando mi daga entre sus manos y la limpió con un pañuelo.

-Procura nunca enfundar tu arma cuando esta tenga sangre, o podía dañarse.

Hablo Luna con una voz suave, para luego acariciarme.

-No te mortifiques por haber defendido a tus compañeros, tú y Eryn me ayudaron a derrotar a esa persona, lo hicieron muy bien.

Comento Luna sonriéndome y acariciando mi cabeza mientras volvíamos a ponernos en marcha.

-Luna... ¿qué es mortificar?

Pregunte mirándola a los ojos con dudas, ante lo cual ella me sonrió con ternura dándome un abrazo.

-No te aflijas, no te entristezcas, no sientas esa pesadez, eres una buena niña Lucy, y no hay nada de malo en defenderse, gracias por protegerme Lucy.

Sus palabras fueron cálidas, y aunque no disiparon la angustia de mi corazón, me sentía un poco menos culpable, realmente no quería lastimar a otros, pero... tampoco podía permitir que mis amigos fueran lastimados.

Cierto, así es como mi hermanito debía sentirse, por ello siempre nos protegía, al igual que Luna, Josef y Mateo.

-No... Luna, gracias por protegerme, de verdad eres muy fuerte.

Dije abrazando a Luna con fuerza, ante lo cual ella acaricio mi cabeza dándome un gentil abrazo.

-Claro que sí, de eso no tengas dudas, así que tu trabajo será superarme algún día, y se bien que lo vas a lograr, eres una niña muy talentosa, Lucy.

Me dijo mientras acariciaba mi cabello dándome esa tranquilidad que tanto necesitaba después de esta pelea, aunque ella no dejaba de ver el lado izquierdo del bosque, por donde nuestros atacantes habían llegado y se habían ido.

***

Pensé que la biblioteca era un árbol solitario en medio de la nada, sin embargo, este se encontraba rodeado por un bosque de imisules, arboles de mas de 50 metros de alto, aunque sería más correo llamarlo ciudad, pues en la copa de estos árboles habitaban las sílfides, y no eran pocas, eran la gran mayoría quienes no nos miraban como si fuéramos extraños, en su lugar se centraban en sus trabajos volando sobre nosotros, tambien podía notar que habían escalera en cada árbol, así como puentes colgantes que conectaban cada uno de los árboles, teniendo casas en forma de gota hechas con algún tipo de madera, mientras el suelo era usado para cultivarse. Al igual que Hidoot esta aldea tenía una muralla de madera protegiéndola de los peligrosos así como soldados sílfides.

-Esta es la aldea de las sílfides Enham, un lugar neutral asique tengan cuidado con no meterse en problemas.

Comento Fang mientras enfocaba su mirada en un grupo de 7 visitantes los cuales portan las mismas ropas de nuestros atacantes, aunque me llamo más la atención ver que tenían una Arantula gigante como montura usándola para tirar de un carruaje.

-Parece que vino un pez gordo de Wastow... tengan cuidado.

Nos advirtió siguiendo por el camino.

Al llegar frente al árbol nos usamos atónitos pues su base media mas de 100 metros de diámetro haciéndolo parecer inicialmente un muro enorme de madera, mientras su altura se elevaba como si fuera una montaña, de verdor, antes no tenía idea sobre la existencia de este tipo de árboles, sin embargo los arboles no eran mi especialidad, lo único que se me ocurría era la existencia de los trens, monstruos de madera que podían llegar a medir 100 metros de altos pero estos habitaban en los bosques del norte.

Solo con un vistazo pude notar que su estructura era diferente a la de cualquier otro árbol pues en vez de parecer un único tronco, este se componía de distintos tipos de tallos que crecían entrelazándose entre si dándole una textura entre tejida mientras se levantaba desde sus raíces hasta llegar a su altura máxima, cada rama parecía mas un abril saliendo de su tronco, fuera de roble, abeto o abedul, incluso imisules, era una extraña amalgama, a su vez podía ver ventanas ubicados en las aperturas, entre los arboles entrelazados, así como balcones formados por enormes hongos donde podía ver a algunas personas hablar y discutir.

-Bien, sus amigos deben estar a dentro, andando, seguramente el bibliotecario estará muy feliz de verte.

Exclamo Fang antes de reír mientras bajaba de la carreta, rápidamente le di la orden a Coco de esperar cerca, para después bajar poniéndonos en marcha, comenzamos a subir por unas escaleras entre las raíces hasta llegar a la puerta principal, siendo esta una doble, la cual al abrirla nos encontramos con un enorme recinto, en su centro se encontraba un tallo de una planta desconocida la cual iluminaba el interior de la estructura alzándose y extendiendo sus ramas, al rededor de este tallo se encontraban estantes con cientos de libros cada uno, eso sumado a que esta primera sala tenía un segundo nivel sobre nosotros y después de ese segundo nivel había un techo construido con troncos de árboles y vigas de refuerzo.

Sin embargo al apenas dar un par de pasos dentro de la biblioteca sentí mi cuerpo paralizarse, Lucy y Eryn cayeron al suelo desplomándose en un instante, mientras luna y yo caíamos de rodillas, al igual que Fang.

-Esta magia tan desagradable, nunca podría olvidarla aunque quisiera, el fénix parece que ha sido el primero en llagar aquí después de tanto tiempo.

Una vos femenina llego a nosotros mientras el sonido de unos tacones resonaba por la biblioteca, en ese momento pude verla, una sílfide enorme, casi de dos metros de altos con un cuerpo no tan delgado y frágil como el de sus demás compañeras, sin embargo seguía siendo uno refinado, portaba un largo vestido de seda con un porte similar al de los nobles, su tés clara era envidiable por muchos, su cabello era de color esmeralda brillante, sin embargo sus ojos me hicieron ver su identidad, pues estos eran de color aguamarina, el mismo que los colores del imperio, ella era una reina sílfide, y posiblemente la única.

-Parece que el pequeño polluelo me ha reconocido, aún le falta mucho por crecer.

Ella sacó un abanico debajo de sus ropas antes de apuntar con el hacia mi garganta, mientras yo intentaba ponerme de pie pero algo no me lo permitía provocando que mi rostro se distorsionara por el esfuerzo que estaba provocando.

-Sabes, mi familia, mi madre y mi padre, junto a todo mi pueblo fue exterminado por ti, así que no te imaginas las ganas que tengo de hacerte sufrir lo mismo, especialmente ahora que eres más débil que yo.

Hablo presionando su abanico contra mi garganta mientras ella me miraba con una sonrisa sádica haciéndome sentir un intenso pavor.

-Detente ahora mismo señora Silvia.

Exclamo una mujer caminando hacia nosotros golpeando el suelo de madera con sus tacones, era una elfa rubia, de ojos azules y un porte intimidante, notándose que era una guerrera de primera, vestía con unos pantalones negros, junto con una camisa de tonos verdes y un chaleco rojo.

-Ana, la elfa violenta, ¡acaso quieres matarnos tú misma!

Fang grito intentando ponerse de pie, mientras la elfa se mantenía seria mentándolo una vez antes de caminar y colocarse frente a la reina sílfide.

-Podría dejar de intimidar al Fénix, si haces eso causaras el odio de todas las aldeas, contrario a ti nosotros si le debemos mucho a él.

Comento la elfa mostrándose seria ante la sílfide, se miraron a los ojos por unos segundos hasta que finalmente sonrió haciendo que dejáramos de sentir esa presión asfixiante sobre nosotros.

-Bien, tú ganas, Ana.

-¡Espera un momento! Yo no sé qué te hizo el anterior fénix pero debes saber que no tengo la intención de lastimar a las razas, ni mucho menos de luchar contra los otros guardianes, ¡esta ves quiero que luchemos juntos!

Grite levantándome de inmediato dirigiéndome hacia la sílfide, sabia bien que el fénix de hace tres generaciones había estado del lado de los enanos siguiendo las órdenes de los Skyfel en la guerra de las sílfides, y por ello había ido ejecutado, tampoco estaba dispuesto a perder a una aliada tan poderosa solo porque mi alma hizo algo imperdonable en el pasado.

-Bien... entonces te creeré, si...

Ella dio media vuelta levantando tres de sus dedos de su mano derecha.

-Derrota a Caos, libera a mi pueblo de esta prisión, y reconcíliate con Bahamut, si haces esas tres cosas, más si el Bahamut reincorpora mi raza al imperio, entonces yo luchare a su lado contra su enemigo, pero ya te digo, que nadie puede derrotar a Caos, nadie puede romper la protección de este bosque, y Bahamut nunca será amigo del fénix, después de todo siguen en guerra.

Comento la reina sílfide en tono serio antes de pasar a un tono más burlón, esto mientras Lucy, Eryn y Luna se levantaban nuevamente, pero Luna lo hacia riendo un poco.

-Entonces prepárate porque Rohei cumplirá todas la condiciones, es el guardián de la gema del fuego que emendara los errores del pasado, pues para empezar ya hizo las paces con el actual Bahamut, Bernan S Máximos.

Pronuncio Luna con su pecho inflado provocando que la reina sílfide sonriera una vez más.

-Parece que nunca puedes subestimar al fénix.

Comento Ana con un leve tono burlón, provocando que la reina soltara un suspiro reconociendo tu derrota.

-Espero que tengas razón, Ana, tenemos asuntos que entender.

Tras decir esas palabras la reina sílfide se retiró, mientras nosotros suspirábamos aliviados.

-Gracias por ayudarnos señora...

-Ana, Ana Uguisu, es un gusto conocerte, nuevo fénix.

-Rohei Castelar, ese es mi nombre, es un placer.

Nos saludamos agradeciéndole por su intervención la señora Ana quien nos mostró una sonrisa suave, como si se alegrara de mi presencia.

-No pienses robarnos a nuestro fénix, este chico no se ira de su lado en la guerra.

Hablo Fang tomándome del cuello con su brazo alejándome de la señora Ana.

-No necesito al fénix para acabar con ustedes, lo necesito para terminar con la guerra, joven Rohei, se lo pido...

Ella se arrodilló frente a mí rápidamente cambiando a un tono de voz más desesperado.

-Por favor, detenga esta guerra entre nuestras aldeas, estoy segura que usted hará cambiar de opinión a mi necio padre y a sus seguidores... por favor acaba con esta matanza para que mis... mi hija pueda crecer lejos de esta guerra.

Me rogo con casi lágrimas en sus ojos, notando que tenía un enorme peso en su espalda, no sabía que hacer al respecto, pues la diplomacia no era lo mío, y eso se llevaría demasiado tiempo, además carecía del poder como para imponer la paz por la fuerza, paz que tampoco sería duradera.

Fang al verla accedió a soltarme nuevamente para dejarme responder como era debido.

-No puedo... lo siento... pero te prometo que hare lo que pueda para detenerla.

Dije seriamente, arrodillándome frente a ella colocando su mano sobre su hombro, la guerra, Caos, y la promesa con la reina sílfide, eran cosas que no podría olvidar, en algún momento debía regresar a este lugar, y hacerles frente, solo esperaba hacerlo antes de que fuera demasiado tarde.

-...Gracias, espero que aunque sea con lo mínimo pueda ayudarnos.

Ella agradeció, mientras se levantaba se acercó a mi oído y susurro.

-Por favor, protege a Urano y a mi bebé, tengo un mal presentimiento sobre Hidoot.

Me dijo en una voz quebrada llena de preocupación para luego terminar de levantarse.

-Por favor, algún día vengan a mi aldea, convéncelos de que la guerra solo nos esta destruyendo.

Dijo antes de retirarse. Sus palabras resonaban en mi mente mientras esperaba que nadie le hubiera escuchado.

-Esa arpía... sin embargo considero que tiene razón, no podemos seguir con esta guerra, he visto a mis amigos caer y fallecer ante nuestros enemigos, si seguimos así desapareceremos en poco tiempo.

Comento Fang con seriedad soltando un suspiro pesado.

En ese momento Luna se acercó hacia mí comenzando a tallar su mano contra mi oreja con fuerza.

-¡Luna, no hagas eso!

Grite incomodo alejándome un poco de ella, viéndola algo molesta con sus mejillas infladas levemente.

-Tranquilo solo quería limpiar tu mejilla, después de ese beso de agradecimiento que te dio esa vieja elfa.

Hablo Luna con enojo cruzando sus brazos mientras Eryn y Lucy la miraban con algo de sorpresa y sin entenderle.

-Luna no tienes que ser tan celosa, además no pareció un beso hacia mi hermanito.

-Si Lucy... parecía más que le susurro algo.

Comentaron ambas una detrás de la otra haciendo que Luna bufara, tomándome de la mano.

-Está bien, me detengo, pero te tendré vigilado.

Solté un suspiro sonriendo antes de darle un beso en la frente a Luna y sujetar su mano con fuerza.

-Se supone que lees los corazones pero esta vez dejaste que tus ojos te engañaran.

Pronuncie haciendo que Luna se sonrojara un poco antes de llevar su mano hacia su frente diciendo algunas palabras para sí misma.

-Bueno, no importa ya, creo que se dónde están esos dos, pero están hacia arriba un poco lejos.

Luna suspiro tranquilizándose y señalando hacia el techo.

-Bien, yo no tengo nada que hacer aquí adentro, así que los espero afuera.

Hablo Fang despidiéndose y saliendo nuevamente, dejándonos solos para explorar esta biblioteca, haciendo que me preguntara quien había construido semejante lugar.

Buenas amigos y lectores, jaja este capítulo tardo más en salir porque mi computadora se rompió y pasaron algunas otras cosas más, pero al fin lo traigo ante ustedes, solo espero que el siguiente este listo para la siguiente semana.

Sin más que decir, cuídense y que las gemas guíen sus caminos.

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